El Servicio Grupal y las Ondas de Dones

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Uno de los descubrimientos que tiene que hacer cada persona que aspira servir a la humanidad mediante la meditación, es que las ondas de energía u “ondas de dones” están continuamente rompiendo sobre el aura colectiva del grupo de servidores del cual él o ella es una parte.  En meditación, la conciencia es imaginativamente elevada a un estado de conciencia grupal, y con el tiempo, la imaginación evoca una impresión definida y es reemplazada por ella; es decir, la mente es tocada por la energía de un aspecto del Plan que está buscando expresión a través de la vida grupal.  Mediante las meditaciones de servicio grupal realizadas regularmente, la mente se va volviendo progresivamente adaptable a estas impresiones, desarrollando a su alrededor, patrones de pensamiento relacionados.

Estas ‘ondas de dones’ están permanentemente cambiando en dinámica, tono y color, pero siempre aportan alimento espiritual. Desde el momento en que una persona se identifica conscientemente con una meditación grupal tal como la meditación de luna llena o luna nueva, la meditación grupal redentora o una meditación de buena voluntad, una oleada de energía transporta una cantidad de la luz, amor y poder del Plan Divino, que puede ser transmitida con seguridad en el entorno a través del aura. Aunque sensibilizar la mente a esta circulación de energía grupal requiere perseverancia, hasta cierto punto el proceso está sucediendo, independientemente de si hay o no percepción consciente de él. Esto es debido a que el servicio grupal implica una lealtad tácita al propósito del alma, y esto automáticamente pone en sintonía los centros de energía de los cuerpos sutiles del servidor, con la ‘cuerda’ espiritual del aura grupal. De esta manera el servicio grupal continúa, tanto si es reconocido en la conciencia cerebral como si no.

Si se realiza un esfuerzo consciente para mantener el vínculo con estas energías después de terminar la meditación, el aspirante estará uniéndose a las filas de aquellos cuyas vidas están dedicadas al servicio de la humanidad a través de la radiación de energía espiritual.  Aunque puede parecer difícil de lograr, en realidad es un relativamente sencillo acto de derramar el amor y la alegría que continuarán brotando en la vida interna en respuesta compasiva a la necesidad.  Para mantener el flujo de esta corriente  de energía, es útil tener un interés vital en los asuntos del mundo desde la perspectiva de buena voluntad mundial. Esto despierta el centro del corazón y magnéticamente lo atrae hacia las áreas de necesidad y en apoyo de aquellos servidores expertos que reaccionan a él.  El reconocimiento de los esfuerzos de estos miembros del grupo de servidores del mundo, forja un vínculo entre su trabajo exotérico y el grupo de meditación mundial en el que el servidor de la humanidad está subjetivamente participando.  El puente de energía planetario que se forma entre la Jerarquía Espiritual y el reino humano es así fortalecido  mediante los aspectos del Plan Divino que puedan ser realizados.

 

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Ondas Cósmicas, reproducido con permiso del artista, Wieslaw Sadurski

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