015-020

[15] Buena Voluntad y Voluntad al Bien,
[16] Ceguera Oculta,
[17] Centros de Fuerza,
[18] Ciclos (Impulsos Cíclicos),
[19] Círculo No Se Pasa,
[20] Color

[15]

BUENA VOLUNTAD
Y VOLUNTAD AL BIEN

(1) Existen en todos los países del mundo personas comprensivas y de buena voluntad. Se sabe que existen millares de ellas, sin embargo, los embarga el temor, o un sentimiento de futilidad porque comprenden que el trabajo a realizar es de tal magnitud que sus insignificantes esfuerzos aislados son totalmente inútiles para derribar las barreras del odio y de la separación existentes en todas partes. Se dan cuenta de que no hay en apariencia una difusión sistemática de los principios que parecen contener la solución de los problemas mundiales; no conciben la fuerza numérica que constituyen aque­llos que piensan como ellos y en consecuencia, se sienten impotentes por su aislamiento, su falta de unidad y el peso de la inercia que los circunda.

¿Cómo puede establecerse una verdadera prosperidad, resultado de la unión, la paz y la plenitud?

De una manera solamente: Por la acción unida de las personas compren­sivas y de buena voluntad que hay en todos los países y en todas las naciones. Constante y silenciosamente, sin prisa ni pausa deben hacer tres cosas:

Primero, descubrirse unos a los otros y ponerse en contacto. Así se contrarrestará el sentido de debilidad y de incapacidad. Este es el primer deber y tarea del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo.

Segundo, dilucidar y esclarecer esos principios básicos que conducen a una vida correcta, a la buena voluntad y a la armonía, reconocidos y no aplicados por las personas que hoy piensan correctamente. Es preciso for­mular estos principios en términos simples y convertirlos en acción práctica.

Tercero, educar dentro de tales principios al público en general. Firme, regular y sistemáticamente es necesario enseñarle los principios de herman­dad e internacionalismo, basados en la buena voluntad y en el amor hacia sus semejantes, en la unión de las religiones y en la interdependencia colaboradora. Es preciso que los individuos de toda nación o grupo, aprendan a desempeñar su parte importante con buena voluntad y comprensión; el grupo debe hacerse cargo de la responsabilidad que tiene con los demás grupos, debiendo explicarse y acentuarse la responsabilidad que tiene una nación con otra y todas las naciones para con el mundo de naciones.

Este no es un proyecto impracticable, ilusorio o místico. No socava, ni ataca a ninguna autoridad o gobierno. No intenta derrocar gobiernos ni derribar partidos nacionales o políticos. Requiere un inteligente y práctico esfuerzo. Exige la colaboración de distintos tipos de mente, y de distintos ejecutivos entrenados. Las personas de buena voluntad de todos los países deben ser descubiertas, y registrados quienes responden a estos ideales, a fin de mantener correspondencia. Es preciso solicitar y sistematizar su colabo­ración. Oportunamente, este proyecto demandará la ayuda de conferencian­tes y escritores, que trabajen con los mismos ideales, pero con diferentes métodos. Se les deberá dar libertad para que trabajen en la forma que crean más conveniente a su nación de acuerdo al conocimiento que poseen de su país y a la manera más efectiva de hacer conocer a sus compatriotas estas verdades fundamentales. Ellos y todos los hombres y mujeres de buena voluntad formarán el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Un grupo central, elegido entre ellos, sintetizará el trabajo y lo coordinará, dando al mismo tiempo la más amplia libertad a los servidores y trabajadores indivi­duales.

La tarea de educar a los hombres y mujeres de buena voluntad debe proseguir lo más rápidamente posible, sin embargo, se ha de llevar a cabo sin interrumpir la armonía. No se debe interferir con proyectos y preferencias nacionales, ni despreciar al gobierno nacional cualquiera que sea. Tampoco se utilizará el nombre del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo para la actividad política. Semejante acción significaría continuar con los métodos caducos y perpetuar los antiguos odios. No deberá atacarse a ningún partido o grupo, ni criticar a dirigente o actividad nacional alguna. Durante mucho tiempo se han utilizado dichos métodos y no han logrado establecer la paz en la tierra. Los miembros del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo y los que se asocian a ellos no apoyan a partido, no están a favor ni en contra de grupo alguno y tampoco aceptan control alguno. Tal es la posición imperativa que deben adoptar. No tienen tiempo, energía ni dinero para atacar o contraatacar. Sin embargo, su actitud no constituye una "resistencia pasiva". Trabajan para equilibrar las fuerzas del mundo y para acrecentar el grupo de quienes postulan la buena voluntad, la comprensión y la hermandad.

Será el intérprete de las correctas relaciones humanas, de la unicidad básica de la humanidad, la hermandad práctica, la inofensividad positiva en la palabra hablada o escrita, y apoyarán esa síntesis interna de los objetivos que reconocen el valor del individuo y, al mismo tiempo, la significación del trabajo grupal. La difusión de estas ideas y de los principios de buena voluntad traerán la formación de este tercer grupo en los asuntos mundiales.

En el curso de pocos años, si el trabajo se lleva a cabo sobre estos conceptos, la opinión pública se verá forzada a reconocer la potencia de este movimiento orientado hacia la paz, la comprensión internacional y la mutua buena voluntad. La fuerza numérica de los hombres y mujeres de buena voluntad será oportunamente tan grande que podrá ejercer influencia en los acontecimientos mundiales. Entonces habrá suficientes personas enroladas en la causa de la buena voluntad que afectará definidamente el curso de los asuntos mundiales.

No se hablará ya de vano pacifismo, pues no es un sueño místico que espera la acción de Dios y que el futuro enderece las cosas. Tampoco es una idea impráctica e inaplicable. Es un plan para la formación de un grupo cuyos miembros pertenecen a todas las naciones, poseen un espíritu de buena voluntad y una percepción interna tan clara sobre los principios que deberían regir las relaciones humanas en los asuntos mundiales, que pueden trabajar poderosamente para la paz y la comprensión humana. Es un proceso sistematizado de educación, mediante el cual los hombres y mujeres de todas partes serán entrenados para vivir como exponentes de buena voluntad en todos los sectores de la vida, y es increíblemente poderoso el poder de la buena voluntad inteligente para subsanar las dificultades en cada sector de los asuntos humanos. Pero hasta ahora, ese creciente espíritu de buena voluntad no ha sido inteligentemente desarrollado, aplicado y sistematizado. Actualmente, en todo el mundo, miles de hombres y mujeres pueden ser entrenados de esta manera y llevados a una colaboración recíproca, para que se lleve a cabo eventualmente una unidad de esfuerzo en pro de la paz y de las relaciones armónicas. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo trata de descubrir a esa gente y unificarla en un grupo coherente. (15 – 507/12).

(2) Sólo existe una manera por la cual la enfocada maligna voluntad, debido a que puede responder a la fuerza de Shamballa, puede también ser superada, y ello, oponiendo una voluntad espiritual igualmente enfocada, demostrada por hombres y mujeres de buena voluntad que responden y pueden entrenarse para llegar a ser sensibles a este tipo de nueva energía entrante y aprender a invocarla y evocarla.

En consecuencia, podrán ver que en mi mente había algo más que el uso casual de una palabra común, cuando consideré los términos buena voluntad y voluntad al bien. Mantuve en mis pensamientos no sólo la bondad y la buena intención, sino la enfocada voluntad al bien que puede y debe evocar la energía de Shamballa y utilizarla para detener las fuerzas del mal.

Comprendo que esta idea es relativamente nueva para muchos lectores; para otros significará poco o nada; algunos podrán tener débiles vislumbres de este nuevo acercamiento y servicio a Dios que puede y debe hacerse, repito, para reconstruir y rehabilitar al mundo. Quisiera indicar aquí, que sólo se entra en contacto con el aspecto voluntad desde el plano mental y, por lo tanto, quienes trabajan con la mente y por intermedio de ella, pueden empezar a apropiarse de esta energía. Aquellos que tratan de evocar la fuerza de Shamballa se están acercando a la energía del fuego. El fuego es el símbolo y la cualidad del plano mental y también un aspecto de la naturaleza divina, aspecto sobresaliente de la guerra. El fuego, producido por medios físicos y por la ayuda del reino mineral, fue el elegido y amenazante gran medio de destrucción en esta guerra, y dio cumplimiento a la antigua profecía de que la tentativa de destruir a la raza Aria sería por medio del fuego, así como la antigua Atlántida fue destruida por el agua, pero, la ardiente buena voluntad y el uso enfocado y consciente de la fuerza de Shamballa, pueden contrarrestar el fuego con el fuego, y esto debe hacerse. (16 – 434/5).

(3) Cuando la mayoría de los habitantes de la tierra se orienten rápidamente hacia el bien, hacia la rectitud, como lo expresa La Biblia, y cuando el conjunto de seres humanos se incline hacia la buena voluntad (la segunda y principal expresión del contacto y la influencia del alma en la vida del individuo y de la humanidad ‑la primera expresión es el sentido de responsabilidad), entonces la persistente mala salud irá desapareciendo, aunque sólo gradualmente, y se desvanecerá y dejará finalmente de existir. Esto sucede en forma lenta, muy lenta, no la desaparición de la enfermedad, sino la obtención de una orientación más correcta.

Porque el mal, la delincuencia y la enfermedad son el resultado de la gran herejía de la separatividad y porque rige el odio y no el amor. No olviden que quien no ama a su hermano es un criminal, y constituye siempre el símbolo del odio. El sentido de universalidad y de identificación con todos, no existe aún, excepto en los discípulos avanzados e iniciados. (17 – 400).

(4) Es muy esencial que los discípulos del mundo desarrollen la voluntad al bien, para que el común de la humanidad pueda expresarla. La voluntad al bien de los conocedores del mundo es la simiente magnética del futuro. La voluntad al bien es el aspecto Padre, mientras que la buena voluntad es el aspecto Madre, y por la relación de ambos se podrá erigir la nueva civilización, basada en sólidas líneas espirituales (aunque totalmente distintas). Recomiendo que guarden este pensamiento en su conciencia porque significa que en el futuro inmediato se han de nutrir dos aspectos del trabajo espiritual, pues de ellos dependen la esperanza de una lejana felicidad y la paz mundia­les. Deben llegar hasta el nuevo grupo de servidores del mundo y desarrollar en él la voluntad al bien y también simultáneamente hasta las masas, llevándoles el mensaje de buena voluntad. (18 – 100/1).

(5) El resultado de la guerra mundial, de las enfermedades, del hambre y del dolor, ha desarrollado un espíritu de comunidad en el sufrimiento y en la privación, lo cual ha conducido a la consiguiente participación comprensiva de las dificultades humanas de todas partes que se va trasformando rápidamente en un mundial espíritu de buena voluntad.

Esta buena voluntad mundial, cuando está verdaderamente establecida y correctamente organizada, es el paso preliminar y necesario para la revela­ción, porque esa revelación venidera compartida por los hombres de todas partes, será planetaria. Los hombres, en conjunto, se dan cuenta hoy de la necesidad de elevarse fuera de la prisión del propio interés y de lograr la libertad de compartir la oportunidad; el factor que traerá esta resurrección es la buena voluntad.

Un interesante aspecto de la buena voluntad, a medida que se va desarrollando en la conciencia humana, trae ante todo la revelación de las existentes separaciones, características de la vida política, religiosa, social y económica de los pueblos de todas partes. La revelación de una separación siempre va a la par (pues tal es la belleza del espíritu humano) de los esfuerzos realizados en todas las líneas posibles, para subsanar o eliminar la separación. De ello dan testimonio los millares de grupos y organizaciones que trabajan para poner fin a las separaciones y derribar las barreras que impiden las rectas relaciones humanas.

El concepto de relaciones más fáciles, unidas y felices, existe sin embargo en las mentes de muchos miles de personas de todas partes, y la realidad efectiva se materializará algún día.

El primer paso es el sano reconocimiento de que las separaciones existen; es aquí donde la buena voluntad puede hacer su trabajo más útil y necesario. Lo que se requiere es cultivar una actitud espiritual y dedicarse en todo momento y forma posible, a expresar la voluntad al bien....La buena voluntad es contagiosa; cuando se ha hecho un comienzo definido, con espíritu desinteresado y puro, la buena voluntad compenetrará al mundo y las rectas relaciones humanas quedarán rápidamente establecidas. (18 – 614/6).

(6) La buena voluntad es el primer intento del hombre para expresar su amor a Dios que traerá como resultado la paz en la tierra. La buena voluntad es tan simple y práctica que las personas no saben valorar su poder o efecto científico y dinámico. Quien practica sinceramente la buena voluntad en el hogar, puede cambiar totalmente las actitudes familiares. Cuando la buena voluntad sea practicada verdaderamente entre los grupos de cualquier na­ción, entre los partidos políticos, sectores religiosos y las naciones, podrá revolucionar al mundo. (7 – 7/8).

(7) La buena voluntad está mucho más difundida en el mundo de lo que la gente cree; necesita solamente ser descubierta, entrenada y estar activa. (7 – 126).

Ver también: (6 – 239, 314/5, 14 – 242).

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CEGUERA OCULTA

(1) La ceguera constituye el preludio de la iniciación en cualquier grado que sea. Durante la última y más elevada iniciación llega a su fin la "tendencia a la ceguera". La ceguera es natural, innata, inevitable e impenetrable, en las primeras etapas de la evolución. Durante edades el hombre camina en la oscuridad. Luego llega la etapa donde la ceguera normal constituye una protección, pero también entra en una fase donde puede vencerla. La ceguera a que me he referido, técnicamente hablando, es algo diferente. En cuanto al ser humano obtienen la primera tenue vislumbre de ese “otro algo”, y se ve a sí mismo como yuxtapuesto a esa realidad distante e imperceptiblemente sentida, la ceguera mencionada es algo impuesto por el alma al apresurado aspirante, a fin de que las lecciones de la experiencia consciente, del discipu­lado y posteriormente de la iniciación, puedan asimilarse y expresarse correc­tamente; por su intermedio se protege el apresurado buscador contra un rápido y superficial progreso. Lo que espera descubrir el Instructor interno, y posteriormente el Maestro, es hondura y un profundo "enraizamiento" (si puedo emplear tal palabra), y la "ceguera oculta", su necesidad, su inteligente manejo y su ultérrima eliminación, forman parte del programa impuesto al aspirante. (18 – 169/70).

(2) La ceguera oculta es inducida espiritualmente y oscurece la gloria y la prometida realización y recompensa. El discípulo debe depender de sí mis­mo. Sólo puede ver su problema, su pequeño campo de experiencia y su ‑para él‑ débil y limitado equipo.

La belleza de lo inmediato, la gloria de la oportunidad presente y la necesidad de abocarse a la tarea y al servicio, constituyen la recompensa para seguir adelante en la aparentemente impenetrable oscuridad. (18 – 170).

(3) De esta manera los velos cumplen su cometido; la ceguera nutre y protege, siempre que sea innata y natural, impuesta por el alma o espiritual­mente engendrada. Si ha sido ansiosamente autoinducida, si constituye una excusa por el conocimiento adquirido, si es asumida a fin de evitar responsabilidad, entonces penetra el pecado y surgen las dificultades, y todos ustedes deben protegerse de esto. (18 – 172).

(4) El discípulo que progresa no pasa a nuevas zonas o campos de percepción como si lo hiciera continuamente de un plano a otro (según lo indican los símbolos visuales de la literatura teosófica). Por lo tanto se ha de captar que todo lo que ES se halla siempre presente. Lo que interesa es el constante despertar hacia aquello que eternamente Es y siempre está presente en el medio ambiente, pero del cual el individuo es inconsciente, debido a su miopía.

El Reino de Dios está presente en la Tierra y siempre lo ha estado, pero sólo algunas personas conocen sus signos y manifestaciones. (11 – 46/7).

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CENTROS DE FUERZA

(1). El cuerpo etérico está compuesto totalmente de líneas de fuerza y de puntos donde esas líneas se cruzan, formando al cruzarse centros de energía. Donde tales líneas de fuerza se entrecruzan, tenemos un mayor centro de energía, y donde grandes corrientes de energía se encuentran y cruzan como lo hacen en la cabeza y a lo largo de la columna vertebral, tenemos siete centros principales. Hay siete como éstos, además de veintiún centros meno­res y cuarenta y nueve centros más pequeños, conocidos por los esoteristas. (17 – 63).

(2) El tema sobre los centros es peligroso si no es bien comprendido; los centros constituyen una amenaza cuando se los despierta prematuramente o se los energetiza indebidamente, y puede resultar muy peligroso para el hombre impulsado por la curiosidad y para el experimentador ignorante. El tiempo no está aún maduro para presentar este tema en forma plenamente coordinada; se previene a los estudiantes que no deben publicar una tesis clara y correlacionada sobre el tema, como resultado de sus investigaciones en mis libros. No obstante, debe dársele al verdadero aspirante la información necesaria. (18 – 280).

(3) Se ha escrito y discutido mucho acerca de los centros; existe un gran misterio que ha despertado la curiosidad del ignorante y ha tentado a muchos a inmiscuirse en lo que no les concierne.

De ningún modo intento encararlo con el fin de impartir realas o informa­ciones que permitan vivificar los centros o activarlos. Ante todo formularé una solemne advertencia. El hombre ha de llevar una vida de elevado altruismo, debe sujetarse a una disciplina que someta y refine sus vehículos inferiores y esforzarse por purificar y controlar sus envolturas. Cuando haya hecho esto y elevado y estabilizado su vibración, se hallará que el desarrollo y la consecuente actividad de los centros se han efectuado paralelamente y la tarea ha continuado (fuera de su participación activa) en la dirección deseada. Gran peligro y deplorables calamidades amenazan al hombre que des­pierta dichos centros empleando métodos ilegítimos y experimentando con los fuegos de su cuerpo sin poseer el necesario conocimiento técnico. Mediante el esfuerzo podrá despertar los fuegos e intensificar la actividad de los centros, pero sufrirá el castigo de su ignorancia destruyendo la materia, quemando los tejidos del cuerpo el cerebro, ocasionando la demencia y abriendo la puerta a corrientes indeseables y destructoras. No es cobardía ser precavido y cuidadoso respecto a las cuestiones que conciernen a la vida subjetiva. Por consiguiente, el aspirante debe realizar tres cosas:

  1. Purificar, disciplinar y trasmutar su triple naturaleza inferior.
  2. Cultivar el conocimiento de sí mismo y equipar el cuerpo mental mediante buenos pensamientos y acciones.
  3. Servir a su raza con absoluta abnegación.

Al proceder así cumple con la ley, se condiciona para obtener entrena­miento, y se capacita para recibir la culminante aplicación del Cetro de Iniciación; de este modo aminorará el peligro que significa despertar el fuego. (3 – 154/5).

(4) Los centros del ser humano se relacionan fundamentalmente con el aspecto FUEGO del hombre y con su Espíritu divino. Se relacionan definida­mente con la Mónada, el aspecto voluntad, la inmortalidad, la existencia, la voluntad de vivir y con los poderes que son inherentes al Espíritu. (3 – 157).

(5) Los centros están formados en su totalidad por corrientes de fuerza que descienden del Ego, que las trasmite desde la Mónada. En esto reside el secreto de la aceleración gradual de las vibraciones de los centros cuando el Ego, por primera vez, empieza a controlar o a actuar; luego (después de la Iniciación) la Mónada hace lo mismo, originando cambios y acrecentando la vitalidad dentro de estas esferas de fuego o de fuerza vital pura.

Cuando los centros funcionan correctamente, forman el "cuerpo de fuego" que, con el tiempo, es todo lo que le queda, en primer lugar, al hombre en los tres mundos, y después a la Mónada.

Una vez que se destruye la forma sólo queda este cuerpo intangible espiritual de fuego, una llama pura, caracterizada por siete centros brillantes que arden con más intensidad.

Debemos desechar de nuestra mente la idea de que tales centros son cosas físicas. Constituyen remolinos de fuerza que hacen girar la materia etérica, astral y mental para que desarrollen cualquier clase de actividad. (3 – 158/9).

(6) La evolución de los centros es un proceso gradual y lento que avanza en ciclos ordenados, los cuales varían según el rayo de la Mónada del hombre. (3 – 163).

(7) Los centros de materia física tiene un uso definido y son simples puntos focales de energía ubicados en el cuerpo etérico.

Son utilizados como trasmisores de ciertas energías, conscientemente diri­gidas por el Ego o Yo, con el fin de inducir al cuerpo físico (que no es un principio) a cumplir con el propósito egoico. (3 – 1903).

(8) Sólo uno de cada mil aspirantes está en la etapa en que debería empezar a trabajar con la energía de sus centros, y quizás aun estimo que es demasiado optimista. Es mucho mejor que el aspirante sirva, ame, trabaje y se discipline a sí mismo, dejando a sus centros desarrollarse y desenvolverse con más lentitud y por lo tanto con menos peligro. Se desarrollarán inevitablemente, y el método más lento y seguro es (en la mayoría de los casos) el más rápido. Desarrollo prematuro implica mucha pérdida de tiempo y trae, con frecuen­cia, la simiente de prolongados trastornos. (4 – 423).

(9) No enseño la manera de despertar los centros, porque el correcto impulso, la firme reacción a los impulsos superiores y el reconocimiento práctico de las fuentes de inspiración, impulsarán a los centros, automática­mente y sin peligro, a la actividad necesaria y apropiada. Este es un sensato método de desarrollo y, aunque lento, no conduce a un desarrollo prematuro y produce un desenvolvimiento íntegro; permite al aspirante convertirse verdaderamente en el Observador, y saber con seguridad lo que está hacien­do; conduce a cada centro a un punto de respuesta espiritual y luego establece el ritmo ordenado y cíclico de una naturaleza inferior controlada. (10 – 198/9).

(10) Si el aspirante sólo desea lograr el desarrollo espiritual, sinceridad de propósito y compasivo altruismo, y si con serena dedicación se aboca a subyugar el cuerpo emocional y a ampliar el mental, y cultiva el hábito de pensar en forma abstracta, por lógica, se producirá el desarrollo deseado de los centros, evitándose todo peligro. (2 – 67).

(11) Se habrán dado cuenta que cuanto más se estudia el tema, más abstruso se hace. (2 – 69).

(12) También quisiera pedirles que traten de comprender cinco cosas:

  1. Que las personas poco desarrolladas son energetizadas e impulsadas a la actividad externa mediante los tres centros que están debajo del diafragma.
  2. Que el hombre común comienza a funcionar principalmente por medio del centro plexo solar y a utilizarlo como centro de fuerza para transferir energías que deben ser llevadas de abajo a arriba del diafragma.
  3. Que los aspirantes del mundo son energetizados y controlados lentamente por las fuerzas que se están transfiriendo de los centros situados debajo del diafragma al centro laríngeo y desde el alma al centro laríngeo, lo cual conduce a un actividad creadora determinada.
  4. Que los discípulos del mundo comienzan a ser regidos y controlados por los centros laríngeo y cardíaco y también empiezan a transferir las fuerzas que han sido elevadas a los centros cardíaco y laríngeo, y de éste al centro ajna, ubicado entre las cejas, en el medio de la frente. Realizado esto, el hombre se convierte entonces en una personalidad integrada. El alma también estimula al centro ajna.
  5. Que los discípulos más avanzados y los iniciados del mundo son energetizados desde dos fuentes: las energías que ascienden y se elevan hasta la cabeza desde los centros del cuerpo, y las que afluyen a la estructura humana desde el alma, por conducto del centro más elevado ubicado en la cima de la cabeza.

Todo el procedimiento, como podrá verse, consiste en desarrollar, utilizar y transferir, como sucede en todo el desarrollo evolutivo. (15 – 397/8).

(13) Debemos tener en cuenta que en las envolturas astral y mental tenemos la contraparte de los centros ubicados en el cuerpo físico. (3 – 74).

(14) Los tres centros mayores en el cuerpo del Logos planetario son:

El centro coronario – Shamballa – 1er. Rayo de la Voluntad

El centro cardíaco – La Jerarquía – 2do. Rayo de Amor‑Sabiduría

El centro laríngeo – La Humanidad – 3er. Rayo de Inteligencia Activa.

El impacto sobre la Humanidad, de las nuevas energías entrantes, será el resultado de la redirección planificada. Esto traerá una era de actividad creadora grandemente acentuada; será una actividad de tal naturaleza como no se ha visto antes, y se expresará en cada sector del vivir humano. (18 – 453).

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CICLOS
(IMPULSOS CÍCLICOS)

(1) “La meditación del alma es de naturaleza rítmica y cíclica, como lo es todo en el cosmos. El alma respira y su forma vive por ello”.

Hay un flujo y reflujo en toda la naturaleza, y en la marea del océano vemos la maravillosa representación de una ley eterna. A medida que el aspirante se ajusta a las mareas de la vida del alma, empieza a darse cuenta que existe un constante flujo, vitalización y estímulo, seguido por el reflujo inevitable y seguro de las inmutables leyes de la fuerza. Este flujo y reflujo puede verse actuar en los procesos de la muerte y de la reencarnación. También se puede ver en el proceso de las vidas del hombre, porque algunas vidas son aparen­temente pasivas e intrascendentes, lentas e inertes, desde el ángulo de la experiencia del alma, mientras que otra son vibrantes, plenas de experiencia y desarrollo. Esto deben recordarlo todos los trabajadores cuando procuran ayudar a otros a vivir correctamente. (4 – 57/8).

(2) Estos impulsos cíclicos son también más frecuentes, rápidos y fuertes, en la vida del discípulo que en la vida del hombre común, algo muy importante para nosotros, los cuales alternan con penosa rapidez. La conocida experiencia del místico en la montaña y en el valle, es sólo una forma de expresar este flujo y reflujo. A veces el discípulo camina en la luz del sol y otras en la oscuridad; unas veces conoce la alegría de la plena comunión y otras todo es oscuro y estéril; otras veces su servicio es una experiencia satisfactoria y fructífera, y cree que realmente puede ayudar, pero en otros casos siente que no tiene nada que dar y que su servicio es infecundo y sin resultado. Hay días en que todo lo ve claro y tiene la sensación de estar en la cima de la montaña, contemplando un paisaje bañado por el sol, donde todo se presenta nítido ante su vista. Sabe y siente que es un hijo de Dios; sin embargo, después descienden las nubes, pierde toda su seguridad y le parece no saber nada. Camina a la luz del sol, está abrumado por la luminosidad y el calor de los rayos solares y piensa cuánto tiempo durará esta experiencia desigual y este violento alternar de opuestos.

No obstante, una vez captado el hecho observa el efecto de los impulsos cíclicos y de la meditación del alma sobre su naturaleza‑forma, se le aclara el significado, comprende que el aspecto‑forma falla en responder, y su reacción a la energía es despareja. Entonces aprende que cuando pueda vivir en la conciencia del alma y alcanzar a voluntad esa "altitud elevada" (si puede expresarse así), las fluctuaciones de la vida‑forma ya no lo afectarán. De este modo percibe el estrecho sendero del filo de la navaja que lo lleva desde el plano de la vida física al reino del alma, y descubre que cuando pueda hollar el sendero con firmeza, será conducido fuera del mutable mundo de los sentidos, hacia la clara luz del día y al mundo de la realidad. (4 – 58/9).

(3) ¡Que haya un constante y pleno fluir de fuerzas cíclicas, desde el reino del espíritu, sobre cada uno de nosotros, llamándonos al reino de la luz, del amor y del servicio y evocando en cada uno una respuesta cíclica! ¡Qué haya un constante intercambio entre quienes enseñan y el discípulo que busca instrucción! (4 – 59).

(4) El flujo y el reflujo de la vida diaria en una encarnación dada, también demostrarán sus intervalos, y el estudiante debe aprender a reconocerlos y utilizarlos. Además ha de registrar la diferencia entre la intensa actividad saliente, períodos de retiro e intervalos, en que la vida externa parece estática y sin interés activo. Esto debe hacerlo si quiere aprovechar plenamente la oportunidad que la experiencia de la vida le ofrece. La totalidad de la vida no tiene que estar concentrada en un violento y continuo período de trabajo, ni tampoco comprendérsela como una eterna siesta. Tiene normalmente su propio latido rítmico y vibración y su propia y especial pulsación. Algunas vidas cambian su ritmo y modo de actividad cada siete años, otras cada nuevo u once. Aún otras actúan en ciclos más cortos con meses de enérgicos esfuerzos, seguidos de meses de aparente inactividad. Algunas personas están tan sensiblemente organizadas que, en medio del trabajo, acontecimientos y circunstancias, se ven forzadas a un retiro temporario en el que asimilan las lecciones aprendidas durante el precedente período de trabajo. (4 – 371).

(5) El crecimiento constituye un largo período de construcción, para una final destrucción, de organización para una posterior desorganización, de desarrollo de ciertos procesos rítmicos, a fin de romperlos y luego obligar al antiguo ritmo a que ceda su lugar a otro nuevo. (2 – 70).

(6) Por consiguiente, la aparición cíclica, rige tanto a los rayos como a los reinos de la naturaleza y a las formas de dichos reinos. Determina la actividad de Dios Mismo. Las razas encarnan, desaparecen y reencarnan, y lo mismo hacen las vidas en las formas. La reencarnación o actividad cíclica, reside detrás de todas las actividades y apariencias fenoménicas. Es un aspecto de la vida palpitante de la Deidad, la exhalación y la inhalación del proceso de la existencia y de la manifestación divina. (14 – 216).

(7) El camino del aspirante lleva a veces a etapas culminantes que podrán describirse como una serie de ciclos de constante crecimiento, acentuados a intervalos por períodos definidos de desarrollo forzoso, donde usted mismo elimina una limitación tras otra mediante la fuerza. Debe desaparecer toda limitación y obstáculo. (5 – 548).

(8) Los “ciclos de interés”, o esos períodos en los cuales los Maestros prestan un cuidadosa atención al aspecto cualidad del género humano, también se está acelerando; el proceso de "cálculo" tendrá lugar cada trescientos años en lugar de cada mil, como sucedió hasta el año 1575 d.C. (6 – 295).

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[19]

CÍRCULO NO SE PASA

El "círculo no se pasa" es la barrera que actúa como separadora o línea divisoria entre un sistema y lo que se halla fuera del mismo.

El "círculo no se pasa" actúa como un obstáculo para aquello que es de poca importancia en la evolución, pero no constituye una barrera para lo que es de importancia en la misma. (3 – 115).

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[20]

COLOR

(1) Todos los colores emanan de una fuente o de un color primario --en este sistema solar el rayo índigo cósmico vela el de amor o sabiduría cósmico-- que luego se separa en tres colores principales, después en cuatro menores, formando los siete colores del espectro. (2 – 177).

(2) Los colores manifestados en el plano físico se presentan en su forma más burda y tosca; hasta los matices más exquisitos, vistos por el ojo físico, son burdos y toscos comparados con los del plano emocional; a medida que se hace contacto con la materia más refinada de otros planos, aumenta la belleza, la suavidad y la exquisitez de los distintos matices en cada transición. Cuando se llega al último color sintético, la belleza trasciende todo concepto (2 – 157/8).

(3) Comprendo que piensen que estas mismas indicaciones evidentemente conducen a una mayor confusión, pero en la constante dedicación al tema en la frecuente reflexión y meditación sobre los colores, y en el esfuerzo por descubrir su significado esotérico y su aplicación microcósmica, aparecerá gradualmente el hilo que sacará al estudiante de su confusión y lo llevará hasta la clara luz del perfecto conocimiento. Tengan, por lo tanto, valor, un amplio y flexible punto de vista, la capacidad de reservar opiniones hasta que nuevos hechos se comprueben, y también absténganse de hacer afirmaciones dogmáticas. Lo antedicho será la mejor guía durante los primeros días de búsqueda. Muchas personas, por la meditación y su receptividad a las enseñanzas superiores, hallaron el camino que las llevó del Aula de Aprendizaje al Aula de Sabiduría. Únicamente en el Aula de la Sabiduría se puede conocer realmente la interpretación esotérica de los colores. Se llega a ella por la meditación, que prepara al estudiante para esa iniciación que le abrirá la puerta. En consecuencia, persistan en la meditación sin flaquear en su propósito. (2 – 472).

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