En el discurso de apertura en Londres, se propuso que “seguridad espiritual” significa que la visión más elevada de un individuo de cómo vivir –en términos políticos, religiosos y culturales- puede asegurarse. En otras palabras: que la visión es, al menos en principio, posible. Sin embargo, se observó que en la práctica, esto depende vitalmente del grado de libertad de la sociedad en la que vive el individuo. Merece la pena preguntar si, en los países democráticos, no damos nuestra libertad un poco por sentada. Como indica Aung San Suu Kyi, los disidentes en Birmania ven la libertad no como un ideal filosófico, sino como “algo concreto que tiene que ganarse mediante el trabajo práctico”

A continuación se examinaron las ideas de Benjamin Barber sobre el fortalecimiento de la democracia. Barber cree en la importancia de una participación cívica activa, y realiza una serie de recomendaciones significativas en cuanto a formas participativas de fortalecer la democracia. Así, por ejemplo, cree fuertemente en la importancia de la “conversación común”, que significa estructuras y procesos que permiten a todos los ciudadanos contribuir sus pensamientos y escucharse los unos a los otros sobre cuestiones importantes locales y nacionales. Para Barber, la intención es que, de este escuchar común y hablar común, emergerá una voluntad común. Este énfasis sobre la “voluntad” en una democracia fuerte subraya la importancia de que se trate de una buena voluntad, una voluntad dirigida al bien común. Y esta voluntad hacia el bien común está anclada un una acción común. Alice Bailey resuena en todo esto con su sugerencia de que la Ley del Esfuerzo Grupal sería un factor importante en el futuro.

En conclusión: se tomó nota de las obligaciones especiales que las democracias actuales tienen hacia aquellas que emergen lentamente.

El primer ponente invitado, el Rev. Peter van Breda, empezó afirmando que “lo que está en juego hoy en el mundo es toda la evolución futura de la humanidad. En el centro de este futuro se encuentra el ser humano, y sobre los hombros de cada uno de nosotros, descansa el futuro. ”Así pues, ¿qué es el ser humano?,” preguntó: “de naturaleza triple, nace del Espíritu, y es enviado fuera del mundo del Espíritu, bajando a esta Tierra. Si miramos al ser humano y nos abstenemos de incluir su pasado espiritual cósmico, entonces perdemos la imagen, el modelo de lo que podemos llegar a ser”. Sugirió que el conflicto en las perspectivas contemporáneas relativas al ser humano queda bellamente resumido en el monólogo de Hamlet sobre el hombre “¡Qué pieza de trabajo es un hombre! Cuán noble en razón… Y sin embargo, para mí, qué es esta quintaesencia de polvo?”

El Rev. van Breda observó que cuando contemplamos el mundo actual, descubrimos que hay muchas personas que no solo desean hacer el bien, sino que de hecho lo hacen. Concretamente en el Reino Unido hay más organizaciones caritativas que en ningún otro sitio del mundo. Sin embargo a pesar de esta maravillosa evidencia de bondad humana, vivimos en un mundo que sigue estando plagado de violencia, injusticia, carencia, crimen y mucho más. Así que cualquier persona que quiera convertirse en un bienhechor moderno debe preguntarse ¿con qué tipo de consciencia debe desarrollarse esto hacia el futuro?

Y además, observó, hay otro problema que también sale a nuestro encuentro en tiempos modernos: ¿qué es la verdad? Vivimos en un mundo inundado de puntos de vista conflictivos. Cómo sabemos que lo que estamos haciendo es verdaderamente bueno? Es decir la verdad lo mismo que hacer el bien? Sólo podemos hacer el bien cuando reconocemos que hay algo que está mal en el mundo y que queremos mejorarlo haciendo el bien.

Quizás, sugirió, podemos derivar ayuda del descubrimiento de Copérnico y Galileo de que la tierra no era el centro del universo. Esto llevó a la gente a considerarse espectadores y no participantes. Si a esto se añade la opinión de Maquiavelo de que no hay que fiarse del hombre, podemos entender cómo ha evolucionado la enfermedad del siglo XXI del separatismo y la alienación. Tenemos grandes dificultades para descubrir qué es lo que “teje entre nosotros” – la profunda cuestión que Jesús le hizo a su madre en las bodas de Caná en Galilea.

El Rev. van Breda sugirió que una forma de resolver este problema es mediante la noción del ser, la noción del “Yo”, que es común a todo el mundo. ¿Podemos sensibilizarnos al hecho de que cada persona con la que nos encontramos lleva este sumamente frágil, esta especie de germen de “Yo”? Es esto lo que nos une.

Afirmó que no estamos totalmente encarnados todavía, y que nuestra consciencia nos despierta a lo que es bueno. El futuro de la humanidad sólo puede llegar mediante la libertad. No podemos ser libres sin responsabilidad. Tenemos que cambiar “libre de” en “libre para”. Mencionó al dramaturgo Christopher Fry como alguien que tenía verdaderas intuiciones morales, y como ejemplo citó de su obra “Un sueño de prisioneros”. Finalizó sugiriendo que es el poder de la esperanza en nosotros lo que puede conectarnos con la segunda venida del Cristo, independientemente de cómo entendamos esto, y nos permitirá crear un nuevo mundo juntos.

La segunda ponente invitada, la Dra. Corinne Kumar, empezó su charla diciendo que pensaba que estábamos todos en el mismo peregrinaje. Observó que la política suele estar tan falta de solicitud y compasión, tan alejada de la ética, que creía que necesitamos encontrar otra visión política, otra ética de la solicitud. Quería intentar vincular el contexto de la Primavera Árabe, especialmente en Túnez, con el trabajo que ha estado haciendo y más concretamente con lo que llama los “Tribunales de Mujeres”. Este trabajo consiste en escuchar de una forma muy profunda a esos conocimientos y experiencias que han sido subyugados y silenciados

La autoinmolación de Mohamed Bouazzi permitió al pueblo tunecino cruzar la barrera del miedo y rechazar la opresión. Fue una insurrección de esperanza, que es algo que el mundo necesitaba. Y esta esperanza se ha extendido a los movimientos de ‘Ocupación’.

Dijo que vivimos en los mejores y en los peores tiempos, porque nuestra comunidad y memoria colectiva están muriendo, y las redes de seguridad de familia y tribu se están fragmentando. Las diversas visiones sobre la vida están colapsándose en una sola cosmología. Son tiempos en los que los derechos humanos han acabado por significar los derechos de los privilegiados. Para que las masas obtengan sus libertades, sus derechos humanos, deben entregar su derecho humano más fundamental de todos, el derecho a ser humano. El mundo, dijo, ha llegado al límite de su imaginación. Pero, afirmó, puede que sea ahora cuando puedan explorarse y revelarse nuevos significados, para que podamos soñar un mundo mejor.

Sugirió que entre nosotros y el miedo sólo se alza la imaginación. El miedo nos hace comportarnos como borregos cuando deberíamos estar soñando como poetas no podemos ser observadores indiferentes, tenemos que ser “testigos”. Un testigo no es un mero espectador, sino alguien que observa y escucha y recuerda.

De manera que ahora, continuó, somos testigos de cómo el sur va descubriendo nuevos paradigmas, creando imaginaciones políticas y alternativas culturales, una nueva ética del diálogo, una nueva comprensión de la igualdad –no como monotonía, sino como diferencia. Porque imaginar no es simplemente ver lo que no existe o lo que queremos que exista; es un profundo acto de creatividad ver lo que es y esto requiere saltos de imaginación.

Explicó que los Tribunales de Mujeres son una articulación de este nuevo ‘imaginario’, invitándonos a pensar, a sentir, a desafiar, a conectar, a atrevernos, definiendo un nuevo espacio para las mujeres. Aquí podemos tejer unidas lo objetivo y lo subjetivo, lo racional con lo intuitivo, la razón con la compasión. Los Tribunales de Mujeres son audiencias públicas: el Tribunal se utiliza de una forma simbólica. En los Tribunales, las voces de las supervivientes son escuchadas; las mujeres aportan sus testimonios personales de violencia, transformando la memoria privada individual en un conocimiento público compartido, dando una faceta pública y una significancia política a lo que se considera violencia personal: los Tribunales son espacios sagrados donde las mujeres, empleando un lenguaje de sufrimiento, nombran los crímenes, buscando el desagravio, e incluso compensación y curación.

Observó que lo esencial no es desarrollar nuevos dogmas, sino sugerir una nueva actitud imaginativa, una que será capaz de cambiar la lógica de nuestro desarrollo. Quizás, como dice el poeta, deberíamos romper ahora la rutina, llevar a cabo una acción extravagante que cambiase el curso de la historia. Lo esencial es ir más allá de la política de violencia y exclusión y desarrollar una imaginería en la que las personas marginales, los del sur global, escriban sus propias narrativas culturales, ofreciendo nuevos universales, imaginando un mundo en términos más a favor de la vida, construyendo una nueva imaginería radical.

En su búsqueda de una nueva imaginería política, los Tribunales de Mujeres trabajan hacia una política con una ética humanitaria; porque cualquier teoría de la pobreza que esté desconectada de una teoría de humanitarismo y sufrimiento no escuchará la voz del otro y se limitará a dejar fuera a los pobres. La nueva imaginería política habla a una ética que incluirá la compasión, la corrección, la comunidad, la convivencialidad (ese término maravilloso de Ivan Illich). El discurso y praxis de los derechos no puede significar sólo emancipación política y económica, sino que debe desafiar los paradigmas actuales de conocimiento, pensamiento y política.

Sugirió que lo que necesitamos en el mundo hoy son nuevos universalismos que respeten la pluralidad de las diferentes sociedades, de sus filosofías, de su historia, sus tradiciones y culturas, y que encuentren una resonancia en las diferentes civilizaciones y cosmologías. Es aquí, en las cosmologías y la raigambre de las culturas, aquí con los pueblos de las periferias, que buscamos la profundización de un discurso alternativo. Es aquí, quizás, donde la noción de lo sagrado sobrevive. Terminó preguntando la cuestión imperativa: “¿Podemos devolver lo espiritual a lo material?”

En los comentarios de clausura, el enfoque de Buena Voluntad Mundial respecto al bienestar humano fue descrito como uno que considera todos los acontecimientos del mundo como expresiones de energías y fuerzas subyacentes que están labrando su camino hacia la expresión física. Esta expresión es, por tanto, una ciencia de progreso y evolución social a la que toda persona interesada puede contribuir eficazmente. El trabajo subjetivo de Buena Voluntad Mundial durante este período crítico es ayudar a formar un puente entre los mundos espiritual y mundano – para comprometerse con este impulso y ayudar a expresarlo en cooperación con el pensamiento de quienes están activos en un desarrollo humano constructivo.

Se sugirió que, más que pensar en la libertad como en un estado de liberación de una cautividad de algún tipo –bien sea física o psicológica – podía considerarse como la expresión de un propósito mayor. En relación a esto, Alice Bailey describió “libertad” como “en realidad la primera revelación dada al hombre de la naturaleza de la Voluntad de Dios”. Libertad o Liberación por lo tanto equivale a la expresión de la divinidad en la consciencia humana. Y lo más que podemos acercarnos a entender y demostrar la fuerza de liberación actualmente es mediante la energía de la “buena voluntad” –porque la Voluntad es un poder dinámico que, cuando se fusiona con el amor y la sabiduría, avanza dramáticamente la espiritualización de la condición humana; pero igualmente, cuando no está en una relación simbiótica con estas cualidades, se convierte en la herramienta del déspota.

Se comentó que, mientras que ciertas partes del mundo todavía están ocupadas con libertades fundamentales como la lucha por los derechos humanos básicos, otras han logrado esto hasta cierto grado, y necesitan poner un énfasis mayor en el hecho de que la verdadera libertad conlleva ciertos sacrificios y responsabilidades respecto a los demás, exigiéndonos un mayor servicio y capacidad de dar, y renunciar a las cosas no esenciales de la vida a fin de esforzarnos sinceramente en pos de una verdad mayor. Tras la turbulencia de la actual situación mundial reside una visión subjetiva de unidad y síntesis: esforzándonos por mantener una perspectiva estable y equilibrada podemos ayudar a implementar el Plan Divino de amor y luz mediante la meditación.

En Ginebra, la tarde comenzó introduciendo la idea de los intervalos superior e inferior del año, con el Seminario, que tiene lugar en el intervalo inferior, ayudando a anclar las energías espirituales contactadas en el intervalo superior. Se observo que este trabajo se hace como apoyo al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, y que la especial Semana del Festival del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo tendrá lugar el próximo año, en diciembre de 2012.

La primera presentación, a cargo de Buena Voluntad Mundial, se centró sobre la idea de ‘libertad consciente’, que anima a todo el mundo a considerar su responsabilidad individual, a servir. También se destacaron las cuatro libertades enunciadas por el Presidente Roosevelt en 1941: libertad de habla y expresión; libertad de culto religioso; libertad de padecer necesidades y libertad de sentir miedo. A continuación hubo una oportunidad para debatir cierto número de cuestiones en pequeños grupos. Entre las reflexiones compartidas estaban: el pensamiento de que la estrechez de mente en sus diversas formas es la causa de la falta de libertad y que el miedo es lo que nos impide sentirnos seguros; la idea de que superar el egoísmo conduce a la espiritualidad, y que la naturaleza de nuestros paradigmas y nuestra noción de significado cambian una vez que encontramos nuestro lugar correcto y alcanzamos la consciencia grupal; la necesidad de desarrollar la inofensividad de mente y de habla, la inclusividad, y un verdadero alineamiento con el Origen de todo lo que, a su vez, conduce al respeto a todo ser; la necesidad de cultivar un espíritu de felicidad basado en la existencia del Plan Divino; la necesidad de aplicar las Cuatro Libertades en la vida diaria, y cómo la libertad de expresión nos exige mantenernos alineados e inofensivos, y sin culpar; como la libertad de padecer necesidades puede experimentarse incluso con pocos recursos físicos; la idea de que quizás la libertad de movimiento y la libertad de asociación podrían añadirse a las Cuatro Libertades; y cómo las Cuatro Libertades quedan sintetizadas en la idea de libertad espiritual.

El primer ponente, el físico holandés Mintze van der Velde, informó sobre la investigación científica y su relación con las necesidades actuales. Observó que en nuestra actual civilización, la ciencia ha llegado a ocupar una posición de autoridad parecida a la de la iglesia cristiana en la Edad Media, y que este hecho presentaba sus propios riesgos. Aparentemente, la mayoría de los científicos todavía no entienden los nuevos desafíos a los que se enfrenta la humanidad, ni trabajan de una forma libre de patrones económicos e institucionales. Sus proyectos están sometidos en su mayor parte a los dictados de las grandes compañías que los financian. Y ello lleva a la pregunta: ¿es éste el fin de la civilización humana; o es que esta crisis será una gran oportunidad para un cambio real de la consciencia humana? Como comentó Alice Bailey, el nuevo grupo de servidores del mudo debe llevar a la humanidad a comprender los ideales fundamentales que gobernarán la nueva era. Así, el nuevo grupo se enfrenta hoy a una enorme tarea.

El segundo ponente invitado, Rudolf Schneider, dirige el Institute for Planetary Synthesis (IPS), una ONG en Ginebra. Según él, la paz no es posible si no se establece en el individuo. La paz requiere sacrificio. Sugirió que cuatro pasos son necesarios para transformarnos en ciudadanos del mundo pacíficos: buena voluntad activa; conduciendo a correctas relaciones humanas; conduciendo a la paz; conduciendo a una “vida más abundante”.

Schneider ofreció unos diagramas simples y claros para alcanzar este objetivo y permanecer fuertes con una espontaneidad de corazón. Sugirió que la actitud principal que atrapa a la gente en búsqueda de poder personal, sexo y riqueza material es el miedo a la pérdida. Entre otras ideas, mencionó la ley de polaridad, donde los polos opuestos son necesarios y complementarios, interpenetrantes y mutuamente enriquecedores. Invitó a la audiencia a recolocar sus vidas, a trabajar por una nueva cultura global y una nueva civilización como parte del nuevo grupo de servidores del mundo. En ese grupo definió los grupos simientes como sigue: comunicadores telepáticos, observadores entrenados, sanadores magnéticos, los educadores de la Nueva Era, organizadores políticos, los trabajadores en el campo de la religión, servidores científicos, psicólogos, financieros y creadores.

Schneider nos recordó que promoviésemos los valores de la Regla de Oro que está presente en todas las grandes religiones: “Haz con los otros lo que quisieras que ellos hagan contigo”.

Concluyó su presentación refiriendo sus propias experiencias en la ONU como director del ISP y subrayó la necesidad de meditar como un poderoso impulso, y la importancia de formar Triángulos como red global.

En los comentarios finales, se observó que cada área de la vida está regida por un ciclo vital. Cuando un ciclo está llegando a su fin, lo que una vez fueron valores y cualidades positivos pueden ser mal utilizados o sobre empleados. Nuestro tiempo está maduro para considerar la dirección del movimiento de la vida, y el poder que tenemos para pensar constructivamente nuestro camino abandonando dogmas y creencias que ya no son necesarias. Debemos preguntarnos, ¿Cómo acogemos lo inesperado? Porque las cosas que nos hacen tropezar también pueden llevarnos a danzar, a simplemente estar en la vida, y allí, la libertad, la confianza y la seguridad emergen. Si animamos a los jóvenes a permanecer conectados con el Origen de toda vida, serán capaces de mantener una mente clara, de permanecer optimistas y entusiastas. Estarán equilibrados, flexibles, y podrán alcanzar y permanecer en un estado de gracia pase lo que pase. Así puede construirse el futuro en libertad.

En la conferencia de inauguración en Nueva York, la libertad fue descrita como una fuerza fermentadora y expansiva. Esto puede verse no sólo en el reino humano, porque está la etapa de la vida en la que el cascarón protege al huevo, que podría compararse a la forma en la que una madre protege al niño en su desarrollo, cuando la consciencia que se despliega tiene la oportunidad de ser protegida y de evolucionar en la vida. Curiosamente, la estrechez de la ignorancia humana es una forma de protección. La libertad en el sentido espiritual es más un estado de consciencia, un estado de ser, y hasta que se desarrolla la sensibilidad, el individuo carece de capacidad para liberarse de las limitaciones que la naturaleza y la cultura crean para protegerle.

Y la libertad puede quedarse incrustada en el espejismo – aquí es donde la cárcel de ideas que obsesionan al individuo hace que éste crea que está en lo cierto y que los demás se equivocan. Así, alcanzar la verdadera libertad es el resultado de toda una serie de liberaciones. En los EEUU, en particular, existe una tendencia a idolatrar la libertad del individuo. Pero según cómo se interprete este gran ideal espiritual de libertad, se puede caer en cierto grado de espejismo. Concretamente, el materialismo puede bloquear la influencia del Alma de los EEUU, porque el dinero es una de las cuestiones que interfiere con la libertad. El dinero es empleado frecuentemente para manejar influencias, para manipular, para crear divisiones y la sensación de tener derechos. Y el egoísmo nos hunde más aún en la servidumbre del materialismo.

Estar libre DE es el siguiente paso para la humanidad; tener la capacidad de apartarse de lo que nos aprisiona. El problema no es la existencia de cosas materiales, sino el amor al dinero, como dice la Biblia. ¿Existe alguna forma de lograr una libertad más desapegada de esto? Para que la raza humana lo logre, debemos reconocer la capacidad divina que reside en nosotros.

Toda la vida en este planeta está impulsada por un profundo impulso hacia la libertad. Esta búsqueda en pos de la libertad no se detiene en el plano material. Y aunque la libertad del alma nos es difícil de imaginar, incluso ese nivel de libertad puede sobrepasarse. ¿Cómo no íbamos a anhelar una libertad así? Por lo tanto, deberíamos extender nuestra visión hacia lo que queda por delante, y “dejar que prosiga la revelación”.

La ponente invitada, Vanessa Tucker de Freedom House, habló después. Freedom House, que fue fundada por Wendell Wilke y Eleanor Roosevelt, celebró este año su 70 aniversario. Apoya la libertad por todo el mundo, mediante la abogacía, la acción directa y la investigación. Apoya y promueve el cambio democrático y la sociedad civil, y produce investigación de alta calidad que expone los abusos contra los derechos humanos. Los temas de la Srta. Tucker incluían Libia y Egipto, y presentó algunas reflexiones sobre la Primavera Árabe, y los desafíos institucionales a los que posiblemente se enfrenten los nuevos gobiernos de la región.

Observó que, mientras que en Siria, Libia, Yemen y Bahrein, los ciudadanos estaban viendo tambalearse a sus gobiernos y al status quo, Argelia y Marruecos podrían haber evitado el mismo tipo de cambio. En Egipto, los ataques y restricciones contra las congregaciones y la total marginalización de la oposición alimentó una violencia sin precedentes, mientras que en Túnez quedó expuesta una corrupción rampante y centralizada. Las recientes elecciones en octubre allí puede que incluso hayan satisfecho los estándares internacionales respecto a elecciones libres y justas. Sin embargo su transición a la democracia o a un entorno más transparente será un proceso de pasos incrementales que llevará años. En Libia no existían “Instituciones” como tales.

En todos estos países, se vislumbran cambios complicados en el campo del estado de derecho, y la angustia de las revueltas sociales hacen las reformas más difíciles de implementar. En este contexto, el potencial para la desilusión es grande, y habrá fuerzas que culparán a la “democracia” en estas transiciones. Finalmente, el desarrollo de la identidad nacional está interrelacionado con la fusión de espiritualidad y psicología que tenga la nación.

En respuesta a preguntas de la audiencia, la Srta. Tucker indicó que Freedom House contaba con el apoyo de una serie de fundaciones privadas, algunas corporaciones y también el National Endowment for Democracy. Observó que los derechos de las mujeres en las democracias emergentes y en los países en transición del mundo árabe están todavía desarrollándose. Talleres de desarrollo de capacidades en Afganistán revelan el hecho de que las mujeres comprensivas y creativas de allí ya están capacitadas. Para ella, se trata de una cuestión de matices que abarca mucho más que el número de mujeres que haya en el Parlamento. Dijo que el efecto de las vidas espirituales, las expectativas, y cómo la gente reconstruye su vida después del trauma o del caos es una cuestión importante, que habla de la necesidad de seguridad espiritual.

Un asistente preguntó sobre el papel de Internet. La Srta. Tucker observó que el acceso a Internet en Túnez estaba fuertemente monitorizado, con un sistema de vigilancia que rivalizaba con el de China, y que también son problemas los ordenadores y la alfabetización elemental.

Después de la Srta. Tucker, hubo un panel con una presentación de tres colaboradores de Buena Voluntad Mundial. El primer ponente fue el Juez en funciones, Clinton Canady III. Respecto a los criminales, planteó la pregunta: “¿Quiénes eran antes de cometer crímenes? ¿Qué hacían antes? ¿Qué aportan a este tema?” Observó que un juez nunca sabe cuándo alguien va a reconocer la suerte o la importancia de cambiar su comportamiento. El papel desempeñado por el alcohol y las drogas en el comportamiento criminal es significativo, y por lo tanto es vital poder liberarse de la dependencia de ellos.

La libertad de la adicción es un regalo de Alcohólicos Anónimos, y el libro de AA sobre los Doce Pasos ofrece un enfoque espiritual a la vida y la libertad.

Citó ejemplos de Thoreau y la inspiración de Thoreau del Bhagavad Gita; Gandhi fue inspirado por Thoreau. Thoreau dejó Harvard; Gandhi dejó su práctica como abogado; y el Dr. Martin Luther King, Jr., dejó su puesto de reverendo por un papel político. Estos tres hombres conquistaron la libertad de las expectativas de sus compañeros familias y en cierto sentido de sus comunidades.

Señaló el papel del despertar espiritual; y que muchos pasan por este despertar estando confinados, en prisión, como por ejemplo Nelson Mandela. Habló de la experiencia del encarcelamiento y del descubrimiento de la espiritualidad como medio de abrir la puerta a la libertad, que no es otra que los valores espirituales.

El Juez Canady trabaja comunicándose con jóvenes convictos – hablándoles de forma que le entiendan, pero inspirándoles con una visión de una realidad espiritual, de un futuro espiritual, y una sensación de posibilidad. También trabaja con el Departamento de Michigan de Corrección y de Oficiales de Corrección. Entró en el servicio judicial después de haber trabajado como fiscal, así que conoce a muchas personas allí. Puede dar a la gente la oportunidad, e incluso varias oportunidades, de aprender, de crecer, de avanzar. Sin embargo, si se trata de alguien que ha hecho del crimen una profesión, entonces su trabajo consiste en apartarles de la sociedad a fin de que aprendan. A escala local, nacional y global, todos estos temas pavimentan el camino a la espiritualidad.

El siguiente panelista fue la Srta. Jimena Leiva-Roesch. Observó que cuando el abogado polaco Raphael Lemkin acuñó el término “genocidio”, elevó el nivel de la consciencia humana con la introducción de esta nueva categoría y definición. La prevención del genocidio ha estado institucionalizada en el trabajo de la ONU. También destacó el trabajo del Senador William Proxmire, que habló más de 3.000 veces en su 40 años en el Senado, solicitando que los EEUU ratificasen la Convención sobre la Prevención y Castigo del Crimen de Genocidio. Finalmente fue ratificada por el Senado en 1986.

El tercer panelista, Dr. Arthur Kubikian, había vivido durante 13 años en la Rumania comunista, después en el Líbano; y después, los últimos 50 años, en los EEUU. Describió su proceso de aprendizaje respecto a la libertad. Así, aprendió el valor de la libertad académica, de la libertad de expresión, y de la espiritualidad. Apuntándose a cursos de filosofía y de ética, aprendió los valores de los derechos humanos básicos. Estudió la filosofía de la historia y de la ciencia; y la historia de las ideas. Estudió a Buckminster Fuller y también los libros de Will y Ariel Durant sobre la Historia de la Civilización, que enfatizan los valores de la cooperación sobre la competición, y las Cuatro Libertades de Franklin Roosevelt y la Carta del Atlántico. Después habló de Torkom Saraydarian y de su traducción del Bhagavad Gita del sánscrito al inglés. Dijo que el Gita nos ofrece la perspectiva definitiva sobre la libertad y las técnicas de promover la libertad, y concluyó que la generación futura teñirá el mundo con niveles cada vez más altos de libertad y seguridad.

Por último, en los comentarios finales, se observó que la libertad solo puede practicarse de verdad en un contexto grupal, lo que conecta la idea de libertad con la del alma, que siempre está enfocada en el grupo. Al mismo tiempo, el sendero del progreso espiritual debe ser hollado libremente por cada alma. Se sugirió que no podemos pensar en la libertad sin aceptar nuestra responsabilidad, porque existe un reconocimiento creciente de que todos somos responsables respecto a la totalidad, y en este mundo moderno e interdependiente, el patrón del individualista avezado ya no sirve. La libertad es un derecho universal con una significancia global, y los derechos universales y el bien común están siendo cuestionados.

En este concepto moderno de libertad, el bienestar de una sociedad depende tanto del reconocimiento de los derechos y libertades del ciudadano individual, como de su responsabilidad respecto al bienestar del todo mayor. Ambos se ven como mutuamente interdependientes. Los escritos de Alice Bailey apoyan esta visión desde el ángulo espiritual, porque aunque por un lado mantenerse verdaderamente libre es mantenerse libre de impedimentos en la luz del alma; por el otro no podemos liberarnos de la ley del alma del servicio a la totalidad.

Se sugirió que uno de los modos más efectivos de servicio es la meditación, que distribuye energías espirituales a tanta distancia como sea capaz de visualizar la consciencia. Y aunque la meditación puede presentar nuevos ideales a las mentes receptivas, lo hace sin infringir su libre albedrío.

La verdadera libertad es un estado de la mente; sin embargo puede que nuestras mentes no sean tan libres como pensamos. Como el Buda dijo a sus seguidores: no debemos ser ovejas. La libertad está más allá de los dogmas, es el sendero de la “iluminación independiente”, que sólo puede alcanzarse si constantemente buscamos mantener un punto de vista correcto. Ese es un estado de libertad al que todos podemos aspirar. Y, como dijo Alice Bailey, una idea liberadora que está haciendo ahora un impacto sobre la consciencia humana, y que podemos ayudar a compartir, es el pensamiento de que la separación es algo del pasado, y la unidad es el objetivo del futuro inmediato.

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