LA IMPORTANCIA DE LA CREATIVIDAD
Al examinar el papel de la creatividad individual en la transformación del planeta, primero aclaremos nuestra comprensión del proceso creativo. Nos centraremos en la creatividad como el proceso de dar forma a los valores que carecen de ella. Un enfoque de la creatividad desde este ángulo nos conducirá a algunas observaciones interesantes.
Hay muchos ejemplos de este proceso. Podemos ver al pintor que da forma a su manera de ver el mundo, el dramaturgo que da forma a las emociones sutiles. Luego está el filósofo que puede dar una forma verbal a las ideas abstractas. Pero el ejemplo más significativo es el individuo que encarna en su propia vida los más elevados principios morales y espirituales que puede expresar. Puesto que la creatividad no es un área exclusiva del artista, la vida creativa es una oportunidad y una responsabilidad de cada individuo consciente.
Por lo tanto, el papel del creador es el de mediador, de transformador de energía. El individuo creativo proporciona una salida física para la expresión de las ideas o energías con las cuales él puede ponerse en contacto. La energía que fluye a través de los individuos creativos se manifiesta espontáneamente, en la medida que es dirigida y enfocada por ese individuo. El enfoque específico y la dirección de esta espontaneidad son dependientes de la receptividad del medio ambiente y las tendencias personales del individuo. El flujo de ideas y energías, a través de personas creativas, oscila entre el artista en su caballete hasta el alma consciente que utiliza su propia vida para la expresión de algún ideal o la obra de Dios.
La pregunta es, ¿cómo ayuda la creatividad a establecer un orden mundial basado en las correctas relaciones entre los hombres y entre el hombre y los otros reinos de la naturaleza, un mundo cuya nota clave sea la armonía?
Un simple examen de la historia revela la importancia del esfuerzo creativo. El desarrollo de la humanidad ha dependido de quienes pudieron hacer contacto y expresaron coherentemente las energías e ideas, cuya expresión conduciría al siguiente paso de la humanidad, en términos de religión, política, educación y ciencia. Ha dependido de aquellos que lograron la capacidad de hacer contacto, en diversos grados, con la fuente de toda sabiduría.
Si bien la historia demuestra el valor de la creatividad, no deja ver la cantidad y cualidad de las vidas individuales que han contribuido a conformar el curso de los acontecimientos humanos invisibles. El doble reconocimiento de lo que la historia dice y de lo que calla, indica nuestro propio significado como agentes creativos en este momento. Por cada Cristo o Einstein, ha habido miles de personas que han trabajado efectivamente en sus respectivas esferas de influencia y han desempeñado su parte en el anclaje de nuevas ideas y cualidades y que han permanecido desconocidos excepto para sus amigos y compañeros de trabajo. Asimismo, cada individuo puede ahora, a través de una respuesta creativa a las necesidades de la época y la visión del futuro, servir para establecer las pautas de la cooperación y la preocupación por el bienestar de todos los hombres, lo que servirá como la base de una nueva era.
Uno puede expresar buena voluntad en todos los aspectos de la vida. Aquellos que están interesados por el arte pueden expresar buena voluntad en las obras que producen. Pero también existe la creatividad del comerciante que atiende a sus clientes tan bien como a sí mismo. Existe la creatividad del gerente de una planta que motiva a sus trabajadores por medio de su respeto por sus derechos y su inspiración, más que por el uso de la autoridad. Existe la creatividad del agricultor, que entra en una relación armoniosa con la tierra y el reino vegetal. En definitiva, no hay ninguna área en la que no pueda expresarse la buena voluntad de forma creativa.
La eficacia de estos modos de creatividad para producir cambios puede parecer pequeña cuando se consideran individualmente. Sin embargo, hay un efecto definitivo, y cuando se considera el grupo globalmente, los efectos van mucho más allá de cualquier expectativa. La demostración de las técnicas de buena voluntad tiene un impacto en las mentes y corazones de todas las personas que no puede alcanzarse con los debates más inteligentes. Por esta razón, el individuo realmente creativo siempre se distingue por su voluntad de hacer, tanto como de hablar acerca del hacer.
El valor de la iniciativa creativa en producir cambios es inestimable. El bienestar de nuestra sociedad planetaria depende de quienes pueden percibir nuevas formas de trabajar y demuestren esas formas a sus semejantes. Que cada uno de nosotros, entonces, renueve su esfuerzo para estar en la creatividad espiritual. Que cada uno de nosotros cumpla su parte para implementar las soluciones a los problemas que enfrenta la humanidad en su conjunto, las soluciones son posibles para aquellos que quieren tener conocimiento. Y unámonos todos en un grupo vinculado subjetivamente, y trabajemos unidos en la creación del nuevo mundo que hemos visualizado.
EL EMPLEO DE LA VOLUNTAD
Todas las expresiones de buena voluntad dependen de su potencia para corresponderse con la Voluntad Divina, tanto como podamos entenderlo. La afluencia y estimulación de la voluntad, contactada en el plano mental de la conciencia, potenciará inevitablemente a ambos, los seres de voluntad egoísta y los de buena voluntad. Es obvia la urgente necesidad de que los hombres y mujeres de buena voluntad concentren sus esfuerzos en utilizar la creciente afluencia de la energía de la voluntad en el pensamiento positivo y dinámico. Con esta energía podemos sintetizar las múltiples fases de la crisis planetaria, pensar en términos globales y trabajar por el bien del conjunto.
¿Cómo puede lograrse esto? Sabemos que la canalización subjetiva y el trabajo de radiación en la meditación tienen un efecto constructivo y curativo, porque la buena voluntad es una expresión de la energía del Amor. El amor es la cualidad y la característica universal de la vida divina en nuestro sistema solar y en este planeta. Usando el principio de que "la energía sigue al pensamiento" la mente puede invocar y dirigir muchas energías, incluyendo la buena voluntad, siempre que sea necesario. Cuando un grupo de personas piensa al unísono, el poder del pensamiento aumenta geométricamente. Utilicemos nuestro sistema horizontal de relaciones con la familia, la nación y la humanidad para distribuir la energía que contactemos en los niveles espirituales o verticales de conciencia. Es desde estas fuentes espirituales que la afluencia de energía de la voluntad penetra en la conciencia humana.
Esta energía puede inspirar el pensamiento, en consonancia con la más elevada fuente de bien planetario, y proporcionar el poder para implementar soluciones incluyentes. Esta energía posee siete aspectos que indican siete líneas de manifestación que incluyen: la voluntad para iniciar, unificar, evolucionar, armonizar, actuar, causar y expresar. Estos aspectos de la voluntad esbozan el descenso progresivo de las ideas desde las fuentes amorfas hasta su expresión anclada en el mundo.
La voluntad para iniciar es la fuente de un claro y sostenido propósito, el cual contactamos a través de la comprensión del Propósito y el Plan divino para la humanidad. A través del pensamiento meditativo podemos captar nuevas ideas y aumentar nuestra visión. Esto inspira la iniciativa en acción.
Nuestra voluntad de unificar resulta de esta iniciativa, en la medida en que vemos la necesidad de poner fin a las divisiones entre los hombres y las naciones. La energía de la buena voluntad, como una expresión del amor-sabiduría, es una energía unificadora, que crea un ambiente de unidad y de unicidad en la cual se pueden encontrar las soluciones a todos los problemas. Una verdadera experiencia y expresión de correctas relaciones humanas conducirá inevitablemente a la unidad de la humanidad.
La voluntad de evolucionar puede ser llevada desde la aspiración por el progreso individual hacia la voluntad de ayudar a la evolución de toda la humanidad. Comprendiendo nuestra total unidad con toda la vida, sabemos que la evolución individual está inevitablemente ligada al crecimiento de cada miembro de la familia humana. Nos salvamos a nosotros mismos sirviendo y amando a los demás.
La voluntad-de-armonizar, o de relacionar, utiliza un método fundamental de evolución. A través de la armonización y de relacionar todas las partes del gran conjunto planetario, pueden establecerse las condiciones que ofrezcan la máxima oportunidad para la evolución de cada miembro de la familia humana y de los reinos inferiores. La armonización de los conflictos, que afectan a los asuntos humanos, puede lograrse mediante el sacrificio de los intereses materiales, resultando en un compartir de recursos físicos y un crecimiento de los valores espirituales.
La voluntad de actuar, por parte de la humanidad, para evaluar nuestras acciones de acuerdo al mayor bien para toda la familia humana, promueve el alineamiento de nuestras actividades con un propósito más elevado. Es a través de la humanidad y la acción dedicada de hombres y mujeres de buena voluntad que los propósitos y planes de la voluntad divina pueden manifestarse.
La voluntad de causar conscientemente alineada con los propósitos superiores puede poner en marcha los eventos que apoyan el Plan, porque cada acción que tomamos produce ondulaciones de causas y efectos.
La voluntad-de-expresar es el anclaje final de las energías en la vida cotidiana externa. Esto significa vivir una vida expresando nuestro mayor propósito divino y el plan de evolución. Todas las facetas de la vida están involucradas, desde nuestro propósito general en la vida hasta nuestros pensamientos, palabras y acciones diarias.
El fuego de la voluntad-al-bien está disponible para su uso correcto, pero el poder de expresarlo radica en su uso grupal. A medida que nos vemos como parte de un grupo mundial de hombres y mujeres de buena voluntad, se mejora nuestra capacidad para dar expresión adecuada a la voluntad. Manteniendo el grupo de servidores planetarios en el círculo del amor divino, podemos crear en la conciencia humana las necesarias ideas de compartir, cooperación, fraternidad y unidad que pueden inspirar a la humanidad a avanzar hacia nuevas metas evolutivas. A través de nuestra intensificada voluntad al bien, servimos como un poderoso estímulo para la expresión de la buena voluntad en todo el mundo.
