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Es un hecho oculto establecido y aceptado que el alma actúa por medio del mecanismo de la triple personalidad para estimular los tres mundos de la evolución humana – los planos de conciencia mental, emocional y físico/etérico. En este libro se presenta claramente el método por el cual el alma y los vehículos de la personalidad interactúan y funcionan juntos. La autora revela también la relación entre lo que el ocultista acepta en la constitución del hombre como cuerpo vital, la red etérica con sus vórtices de energía, o centros, y los efectos fisiológicos en el cuerpo, a través de las secreciones glandulares directamente en la corriente sanguínea. Éste es el sistema endocrino de glándulas, que corresponden en el cuerpo físico a los centros de energía en el cuerpo etérico y que, por lo tanto, reaccionan al tipo y poder de la fuerza que circula por el cuerpo etérico en cualquier momento dado.

El comportamiento humano y la disposición del cuerpo físico están condicionados por el grado en que los vehículos de la personalidad reciben o rechazan los impulsos del alma; y esto está condicionado por el énfasis o el enfoque de la conciencia en cualquier momento dado. El vehículo físico no es un principio; responde a cualquier fuerza dominante que se exprese a través del sistema etérico de centros de energía. Por ejemplo, un alto estado emocional, en el cual el centro de energía del plexo solar en el cuerpo vital está sobreestimulado, afectando poderosamente su contraparte física, el páncreas, produce una hipersecreción de esta glándula y consecuentemente un desequilibrio general dentro de la personalidad.

Es evidente que en un hombre altamente evolucionado, los vehículos de la personalidad están alineados, el cuerpo etérico vivificado y equilibrado, y los centros de energía que controlan el cuerpo físico, son receptivos a la influencia del alma, por medio del mecanismo de la personalidad integrada. Pero hasta que esta condición no sea creada conscientemente, el mecanismo de respuesta está más o menos aislado en los espejismos de la personalidad.

Se dice que el aspirante al discipulado realmente necesita saber solamente dos cosas: la constitución del hombre y el próximo paso a dar. En este libro se expone claramente la forma en que la constitución humana funciona en sus partes componentes.  Una meta aceptada por el aspirante es aprender a hacer del mecanismo de la personalidad un instrumento para uso del alma. El conocimiento de  la relación entre los cuerpos sutiles y densos, los centros etéricos y las glándulas físicas, la energía y la fuerza del alma y el mecanismo de la personalidad, puede sacar este proceso de la vaga confusión que normalmente lo rodea, dándole la claridad y precisión de una fórmula científica.

Sin embargo, esto no es solo una cuestión de forma y energía, el hombre en su totalidad está envuelto en el proceso y en los efectos psicológicos, filosóficos y espirituales; porque la energía fluye como resultado del pensamiento, y la cualidad, naturaleza y potencia del pensamiento es una cuestión de conciencia, que incluye toda la forma de vivir.  Donde se encuentre el foco de conciencia en la vida diaria, allí estará el centro de energía que controla el mecanismo de respuesta.