Febrero 2008

La intuición es también una función de la mente, y cuando se emplea correctamente, permite al hombre, percibir con claridad y ver la realidad libre de todo espejismo y de las ilusiones de los tres mundos. Cuando el ser humano posee intuición, puede actuar directa y correctamente, porque está en contacto con el Plan, con los hechos puros no tergiversados y con las ideas no distorsionadas —libres de toda ilusión, que provienen directamente de la Mente divina o universal. El desarrollo de esta facultad provocará un reconocimiento mundial del Plan, y es el mayor logro de la intuición en el actual ciclo mundial. La percepción de este Plan, trae la comprensión de la unidad de todos los seres, de la síntesis de la evolución mundial y de la unidad del objetivo divino. Entonces son vistas en su verdadera perspectiva todas las vidas y todas las formas y se obtiene un correcto sentido de los valores y del tiempo. Cuando el Plan se intuye real y directamente, es inevitable el esfuerzo constructivo y se actúa inmediatamente. (El Discipulado en la Nueva Era, T. I, p.38-39)