172-179

[172] Soledad,
[173] Sonido,
[174] Superpoblación,
[175] Temor,
[176] Telepatía,
[177] Tercer Ojo,
[178] Tiempo,
[179] Triángulos de Luz

[172]

SOLEDAD

(1). Una de las condiciones principales que tiene que cultivar un discípulo para percibir el plan y ser utilizado por el Maestro, es la soledad. En la soledad la rosa del alma florece; en la soledad puede hablar el yo divino; en la soledad las facultades y la gracia del yo superior pueden arraigarse y florecer en la personalidad. En la soledad puede también el Maestro acercarse e imprimir en el alma serena los conocimientos que Él trata de impartir, la lección que debe ser aprendida, el método y el plan de trabajo que el discípulo debe captar. En la soledad se oye el sonido. Los Grandes Seres tienen que trabajar por medio de instrumentos humanos, y el plan y la visión se hallan muy entorpecidos por el fracaso de tales instrumentos. (4 - 105/6)

(2). Al buscador de los Misterios y al manipulador de la ley, le llega siempre un período de soledad y tristeza, en que no tiene nadie a su lado y el aislamiento es su reino. Pero esto es sólo temporario. (4 - 192)

(3). El camino solitario es también el camino iluminado. La soledad es una ilusión que trata de torcer los esfuerzos del servidor y un espejismo que puede impedir seriamente la verdadera visión. (5 - 118)

(4). La soledad aumenta a medida que el aspirante se aparta del mundo de las almas. Siempre llega un intervalo donde el discípulo siente un aparente e intenso aislamiento, pero es sólo una ilusión. Usted sabe que no está solo. (5 - 389)

(5). El discípulo de primer rayo ama el aislamiento. Constituye para él la línea de menor resistencia y, como bien saben, es el que comúnmente perma­nece solo. Ésa es su fortaleza y también su debilidad. Se vanagloria del desapego. (5 - 572)

Ver también: (6 - 49/50), (6 - 648/50)

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[173]

SONIDO

(1). Por la mala dirección de los hombres y su desarrollo desequilibrado, los sonidos de la tierra, como ser los de las grandes ciudades, de las fábricas y de los instrumentos de guerra, han producido una condición muy grave entre los devas gaseosos, que ha de ser contrarrestada en alguna manera; los futuros esfuerzos de la civilización estarán dirigidos a producir una revolución contra los males de la vida hacinada, fomentando el anhelo de volver a la naturaleza y a los espacios abiertos. Una de las cosas principales del futuro será la tendencia a eliminar los ruidos, debido a la acrecentada sensibilidad de la raza. Cuando el hombre controle y utilice la energía del agua y del átomo, se revolucionarán nuestras actuales fábricas, métodos de navegación y traspor­te, tales como navíos y ferrocarriles. Estos tendrán un potente efecto no sólo sobre los hombres sino también sobre los devas. (3 - 720)

(2). La significación de lo que ha ocurrido en el mundo durante el último siglo, en el reino del sonido, no es aún valorada ni comprendida. Sin embargo, están produciendo terribles efectos los increíbles e incrementados ruidos y sonidos que emanan del planeta en esta ¿poca. El trepidar de las máquinas, el fragor de los mecanismos de transporte en todas partes del mundo ‑tre­nes, barcos y aviones‑, la centralización de los sonidos producidos por los hombres en zonas congestionadas, como las grandes ciudades, y el empleo universal de la radio, que introduce sonidos musicales en todos los hogares y en la calle, están produciendo efectos en los cuerpos de los hombres y en todas las formas de vida, que sólo se evidenciarán a medida que pase el tiempo. Desaparecerán algunas formas de vida en el reino animal, pero principalmente en el vegetal, y será muy interesante la respuesta del meca­nismo humano a este mundo de sonido, estruendo y música, en que se va sumergiendo cada vez más. (4 - 244)

(3). Ante todo repetiré la conocida verdad de que los mundos son el efecto del sonido. Primero la vida, después la materia; luego la materia es atraída a la vida para su manifestación y expresión y la ordenada configuración de esa materia en las formas necesarias. El sonido formó el factor cohesivo, el impulso propulsor y el medio atrayente. El sonido, en sentido oculto y profundamente metafísico, significa lo que llamamos “la relación entre”, siendo el intermedio creador, el tercer factor vinculador en el proceso de la manifestación. (2 - 51)

(4). Es muy común decir que el sonido es color y que el color es sonido, y así es. El tópico sobre el cual quiero realmente llamarles la atención no es el sonido como sonido, sino los efectos del color producidos por el sonido. En esta carta hago resaltar especialmente el aspecto color, pidiéndoles que recuerden que todos los sonidos se expresan como color. (2 - 155)

(5). Cada uno de los siete rayos emite su propio sonido, y al hacerlo pone en movimiento esas fuerzas que deben actuar al unísono con él. (14 - 31)

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[174]

SUPERPOBLACIÓN

El éxito de la medicina moderna es tan grande, que millones de personas que en épocas primitivas, y cuando existía menos capacidad científica, por lo general habrían muerto, viven –aunque no estén curadas. Debido a esta desarrollada capacidad y conocimiento y a la aptitud para cuidar el mecanismo físico, se ha convertido hoy en un gran problema mundial ‑el problema de la superpoblación del planeta, que conduce a la humanidad a la vida de rebaño y al consiguiente problema económico‑, mencionando sólo una de las dificultades derivadas de este éxito. Esta "antinatural" preservación de la vida, es la causa de mucho sufrimiento y fértil fuente de guerra, siendo contraria a la intención kármica del Logos planetario.

No puedo ocuparme aquí de este vasto problema, sólo puedo mencionarlo. Será resuelto cuando desaparezca el temor a la muerte y la humanidad aprenda el significado del factor tiempo y el sentido de los ciclos. Se simpli­ficará cuando sea posible realizar la verdadera investigación astrológica, cuando el hombre sepa la hora de su partida de este plano externo y domine la técnica del “retiro” y los métodos de abstraerse conscientemente de la prisión del cuerpo. Pero antes se deben efectuar muchas investigaciones. (17 - 209/10)

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[175]

TEMOR

(1). El temor es producto de la ignorancia, y en sus etapas iniciales no es el producto del pensar erróneo. Es fundamentalmente instintiva y predomina en el reino animal, que no es mental, así como también en el reino humano. Pero en el reino humano, su poder es aumentado en forma intensa mediante los poderes de la mente, y por el recuerdo de dolores y rencores pasados y el presentimiento de quienes podemos ver con anticipación, el poder del temor se agrava enormemente debido a la forma mental construida con nuestros temores y fobias individuales. Esta forma mental acrecienta su poder, y llega a dominarnos, a medida que le prestamos atención, pues “la energía sigue al pensamiento”. (4 - 176/7)

(2). Todo ser humano conoce el temor; el alcance de las vibraciones del temor abarca desde los temores instintivos del hombre salvaje, basados en su ignorancia de las leyes y fuerzas de la naturaleza, y en su terror a la oscuridad y a lo desconocido, hasta los temores, tan prevalecientes hoy, de perder a los seres queridos, los amigos, la salud, la riqueza, el dinero, la popularidad, y así sucesivamente hasta los últimos temores del aspirante ‑temor al fracaso, temor arraigado en la duda, o al último rechazo o aniquilamiento, temor a la muerte (que comparte igualmente con toda la humanidad), temor a la gran ilusión del plano astral, a la fantasmagoría de la vida misma y además temor a la soledad en el sendero, hasta temer al temor mismo. Esta lista podría extenderse, pero es suficiente para indicar la prevalencia de toda índole de temores. Dominan la mayoría de las situaciones y oscurecen muchos momen­tos felices. Reducen al hombre a un tímido y atemorizado átomo de vida sensoria, atemorizado ante los enormes problemas de la existencia, conscien­te de su insuficiencia como hombre para resolver todas las situaciones, e incapaz de abandonar sus temores y dudas y heredar la libertad y la vida. A menudo está tan embargado por el temor, que hasta teme perder la razón. Nunca podrá ser suficientemente descrito este panorama sombrío, porque el temor es la energía astral que predomina en la actualidad, y la sensible humanidad sucumbe demasiado fácilmente a él. (4 - 217)

(3). El temor a la muerte está basado en:

1. El terror, en el proceso final del desgarramiento en el acto de la muerte.
2. El horror a lo desconocido y a lo indefinido.
3. La duda respecto a la inmortalidad.
4. El pesar por tener que abandonar a los seres queridos o ser abandonado por ellos.
5. Las antiguas reacciones a las pasadas muertes violentas, arraiga­das profundamente en el subconsciente.<
6. El aferrarse a la vida de la forma, por estar principalmente identificados con ella en la conciencia.
7. Las viejas y erróneas enseñanzas referentes al cielo y al infierno, siendo ambas, perspectivas desagradables para cierto tipo de personas. (4 - 218/9)

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[176]

TELEPATÍA

(1). Es necesario que los discípulos aislados que trabajan en todos los países del mundo, sean conscientes unos de otros y entren en relación telepática. Esto podrá parecer una visión maravillosa, pero impracticable. Les aseguro que no es así. El trabajo para establecer esta relación puede ser lento, pero es consecuencia inevitable de la creciente sensibilidad de todas las almas que trabajan en el campo mundial. Su primer índice es el reconocimiento instintivo cuando se encuentran los componentes de dicho grupo y hacen mutuo contacto por medio del intercambio mundial. Reciben un inmediato destello de luz, un intercambio eléctrico instantáneo, una súbita sensación de similitud de visión y de objeto, o una oportunidad vital de colaborar recíprocamente y ayudar en el trabajo en el que todos están interesados. (4 - 307)

(2). Algún día la verdadera comunicación telepática y la visión, reemplaza­rán a las palabras y a los escritos. (4 - 347)

(3). Cualquier grupo pequeño, llega, natural e inevitablemente, a una rela­ción telepática entre sus componentes y los miembros de grupos similares; esto es lo deseable, debiendo fomentarse y acrecentarse correcta y constan­temente. (10 - 23)

(4). Generalmente hoy se emplea la palabra telepatía para definir dos poderes:

1. La captación instintiva de alguna situación, llamado o impresión, que hace impacto en el centro plexo solar. Dicho poder de impresionar NO está controlado; tampoco existe una percepción supervisada e intencional de un mensaje dirigido; sólo se sintoniza un estado mental o una condición y situación vinculada con quien se considera que dirige el mensaje. En nueve de cada diez casos es un mensaje angustioso que produce efecto, sin que el receptor posea capacidad para inducir la recepción del mismo. Un ejemplo de ello sería el de la madre que presiente que su hijo está en peligro.

2. Una especie de clarividencia que permite al hombre ver lo que está oculto, como los símbolos ocultos de un naipe dado vuelta sobre una mesa.

Sin embargo, la verdadera telepatía es una comunicación mental directa entre una mente y otra, y su expresión más avanzada es la comunicación entre un alma y otra, empleando después la mente para formular la comunicación, como en el caso de la inspiración. Es interesante observar (e instructivo también, teniendo en cuenta nuestro tema) que cuando existe un verdadero registro telepático, los poderes inferiores pueden elevarse y emplearse en un nivel superior de percepción. Esotéricamente es bien sabido que:

a. Algunas personas captan simplemente en sus mentes, en forma telepática, la información que proviene de otra mente. La capta­ción lo mismo que la comunicación se produce sin palabras y sin formas. El receptor simplemente sabe y el conocimiento imparti­do adquiere forma en la conciencia, sin etapas ni pasos interme­dios. Esto constituye la telepatía amorfa.

b. Algunas personas dan forma instantáneamente al conocimiento impartido, y verán ante sus ojos el mensaje, la palabra o la información escrita o impresa, proyectada sobre una pantalla circulante, vista dentro de la cabeza.

c. Otras personas le darán tal forma que podrán oírla.

En los dos últimos casos el verdadero hombre utiliza sus poderes latentes, elevándolos al nivel más alto posible y subordinándolos para ser utilizados por la mente y el alma. La diferencia que existe entre el empleo del poder de manifestar la clarividencia y la clariaudiencia consiste en que, en este caso, hay pleno control y comprensión mentales y, en el otro, se usan automática­mente y sin control los poderes inferiores, se los aplica a cosas sin importancia y quien los utiliza no los comprende en absoluto. (15 - 430/1)

(5). Una de las características que distingue al grupo de servidores y cono­cedores del mundo es que no poseen un organismo externo que los integre. Están ligados por una estructura interna mental y por un medio telepático de interrelación. Los Grandes Seres, a Quienes tratamos de servir, están vincu­lados de esta manera, y pueden ‑en caso de necesidad y con el mínimo desgaste de fuerzas‑ ponerse en contacto entre sí, sintonizándose a una determinada vibración. (11 - 9)

(6). El intenso deseo de triunfar en el trabajo telepático y el temor al fracaso, son los medios más seguros para contrarrestar el esfuerzo fructífero. En todo trabajo de esta índole, una actitud de desapego y un espíritu de "indiferencia" son de verdadera ayuda.

La emoción y el deseo de algo, por parte del agente receptor, crea emanantes corrientes de energía que rechazan o repelen aquello que trata de hacer contacto, como por ejemplo, los pensamientos dirigidos de alguien que desea ponerse en comunicación. (11 - 15)

(7). El primer paso consiste en grabar y en reducir a conceptos correctos y accesibles, las ideas y formas mentales de aquello que ha registrado. Esto señala la primera etapa del verdadero servicio ocultista y a este nuevo tipo de servicio se dedicará cada vez más. (11 - 77)

(8). No he dado instrucciones sobre el arte de desarrollar la sensibilidad telepática. La razón de ello, como ya lo he explicado, reside en que dicha sensibilidad debería ser, y siempre es, un desarrollo normal cuando el discípulo se halla correctamente orientado e íntegramente dedicado y está aprendiendo a descentralizarse. Gradualmente, a medida que el discípulo adquiere verdadera libertad de pensamiento y el poder de ser receptivo a la impresión de la mente abstracta, acopia para sí una reserva de pensamientos que están a su disposición cuando necesita ayudar a otras personas y para su creciente servicio mundial. Más adelante, se hace sensible a la impresión de la Jerarquía. Sin embargo, lo que trato de recalcar aquí es la existencia de una creciente reserva de pensamien­to que el discípulo ha creado en respuesta a las distintas impresiones, a las cuales se hace cada vez más sensible; las ideas, conceptos y objetivos espirituales, de los cuales es cada vez más consciente, los va formulando constantemente en pensa­mientos con sus correspondientes formas mentales, aprendiendo así a abaste­cerse de ellos, a medida que trata de servir a sus semejantes.

El punto esencial que se ha de captar es que la sensibilidad a la impresión constituye un desarrollo normal y natural, paralelo al desenvolvimiento espi­ritual. Les dí una clave de todo el proceso cuando dije que

“Sensibilidad a la impresión significa engendrar una aura magnética sobre la cual pueden actuar las impresiones más elevadas”.

Quisiera que reflexionaran profundamente sobre estas palabras. Cuando el discípulo comienza a demostrar la cualidad del alma y el segundo aspecto divino se posesiona de él, controlando y matizando toda su vida, entonces se desarrolla automáticamente la sensibilidad superior convirtiéndose en un imán para las ideas y conceptos espirituales; primero atrae a su campo de conciencia el delineamiento y, más tarde, los detalles del Plan jerárquico; llega así oportunamente a ser consciente del Propósito planetario cuyas impresiones no ha de buscar ni aprender a distinguir laboriosamente, tampo­co ha de captar ni aferrarse a ellas. Se introducen en el campo de su conciencia porque él ha creado un aura magnética que las invoca en su mente y las atrae. Esta aura magnética comienza a formarse en cuanto se hace contacto con el alma; el aura se ahonda y expande a medida que estos contactos son más frecuentes, convirtiéndose finalmente en un estado habitual de conciencia; entonces se halla siempre y a voluntad en relación con su alma, el segundo aspecto divino.

Esta aura constituye en realidad la reserva de la sustancia mental, de la cual puede depender espiritualmente. Un discípulo es un centro magnético de luz y conocimiento mientras mantiene su aura magnética en un estado de receptividad. (11 - 78/9)

(9). La palabra telepatía se emplea principalmente para abarcar los nume­rosos aspectos del contacto mental y el intercambio de pensamientos sin necesidad de emplear el signo o la palabra hablada o escrita. (11 - 89)

(10). Los cinco sentidos, en lo que a un Maestro concierne, existen y son empleados según la necesidad, pero el contacto establecido y mantenido con discípulos y aspirantes avanzados del mundo (por cuyo intermedio trabajan principalmente) es mayormente telepático; el oído y la vista, como ustedes entienden su aplicación, no están involucrados. La ciencia de impresión, con su acrecentada eficacia en el contacto individual por medio de los sentidos, ha reemplazado al método más estrictamente humano. Excepto en el caso de los Maestros que trabajan en el plano físico y en cuerpo físico, los sentidos físicos externos están pasivos; para la mayoría de los Maestros que aún emplean estos sentidos, el uso es estrictamente limitado; Su trabajo sigue siendo casi totalmente subjetivo y el método de interacción telepática y de impresión, es prácticamente el único medio que utilizan para llegar hasta Sus agentes activos. (13 - 470)

(11). La sensibilidad telepática. ¿De qué modo pueden mantener sus men­tes, libres de sus propios deseos e interpretaciones? ¿Existen reglas específi­cas y breves, que deben ser obedecidas? Les daré algunas, recordándoles que lo que más cuenta en este trabajo es lo que ustedes son. El factor regulador es inofensividad de pensamientos y de palabra; la práctica de esta cualidad, adecuadamente observada, los ayudará mucho. Deben negarse a pensar mal o a censurar ‑esto es esencial en el caso de aquellos cuyas mentes tratan de impresionar. El silencio total e ininterrumpido de lo que están haciendo, es también un factor vital; hablar referente a esta tarea sutil y confidencial (o discutir el trabajo de los condiscípulos) puede desbaratar la delicada forma mental que están tratando de construir, lo cual puede hacer abortar el trabajo de semanas. También se debe cultivar una actitud equilibrada hacia quienes ejercen el poder en todo el mundo; sobre todo necesitan inspiración, que puede llegarles desde la Jerarquía. (5 - 74/5)

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[177]

TERCER OJO

(1). El tercer ojo u ojo espiritual, tiene varias funciones. Entre otras, es el órgano de la iluminación, el develado ojo del alma, a través del cual entra en la mente la luz y la iluminación, de esta manera se ilumina toda la vida inferior. Es también el órgano a través del cual afluye la energía rectora que surge del adepto consciente y creador a los instrumentos de servicio, sus formas mentales.

Quienes están poco evolucionados no emplean, por supuesto, el tercer ojo para estimular sus formas mentales. (3 - 768)

(2). Cuando se emplea el tercer ojo, como sucede en la contemplación, éste constituye el sintetizador y rector de la triple energía; de allí la poderosa tarea que ejecutan aquellos que lo han desarrollado. El tercer ojo
sólo empieza a funcionar citando el tercer círculo de pétalos egoicos comienza a desarrollar­se lentamente. (3 - 792)

(3). Una de las reglas fundamentales detrás de todo proceso mágico consiste en que ningún hombre puede ser un mago o trabajador en magia blanca hasta que no se le haya abierto el tercer ojo o esté en proceso de abrirse, pues por medio de ese ojo se energetiza, dirige y controla la forma mental y los constructores o fuerzas menores son impulsados a realizar cualquier tipo de actividad. (3 - 793)

(4). En el ser humano, el "Ojo de Shiva" está situado en el centro de la frente entre los dos ojos físicos.

No debe confundirse con la glándula pineal, que es un centro físico o glándula bien definida. El tercer ojo existe en materia etérica, siendo un centro de fuerza etérica, mientras que la glándula pineal está formada por materia de los tres subplanos inferiores del plano físico, sin embargo, ella ha de funcionar en cierta medida antes que el "Ojo de Shiva" tenga cierto grado de actividad. (3 - 793/4)

(5). El tercer ojo dirige la energía o fuerza, y por lo tanto, es el instrumento de la voluntad o Espíritu...Es el ojo
de la visión interna, y quien lo haya abierto puede dirigir y controlar la energía de la materia, ver todas las cosas en el Eterno Ahora, estar más en contacto con las causas que con los efectos, leer los archivos akáshicos y ver clarividentemente.

A través de este "ojo que todo lo ve" el Adepto puede en cualquier momento y lugar ponerse en contacto con Sus discípulos. (3 - 795)

(6). Practicando la visualización se desarrolla el tercer ojo. (3 - 796)

(7). El tercer ojo vincula al consciente hombre del plano físico con el mundo astral o subjetivo, y le permite actuar conscientemente en él. El tercer ojo ‑es la ventana del Ego o alma, funcionando en el plano físico desde donde mira internamente hacia los tres mundos. (3 - 884/5)

(8). El tercer ojo es un centro de energía construido por el hombre, analogía del centro de energía, el cuerpo causal, construido por la Mónada. (3 - 907)

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[178]

TIEMPO

(1). El hombre espiritual no es consciente del tiempo, una vez separado del cuerpo físico. El tiempo es el registro secuencial, por el cerebro, de estados de percepción y de contactos progresivos con los fenómenos. En los planos internos no existe tal cosa como tiempo, según lo entiende la humanidad. Hay solamente ciclos de actividad y de no‑actividad. (18 - 337)

(2). El Maestro está libre de las limitaciones del tiempo, aunque no del espacio, porque el espacio es una Entidad eterna. (18 - 361)

(3). Para el conjunto de la humanidad, el tiempo no tiene gran importancia; pero para los servidores de la raza sí, y mucho. Por lo tanto, no pierdan indebido tiempo en el análisis, desprecio y defensa propias. (5 - 86)

(4). El factor tiempo no cuenta en el trabajo del discípulo. El progreso es la meta cuando está profundamente arraigado y establecido, y el progreso es sólido y bueno cuando es lento. (5 - 507)

(5). Los discípulos pierden mucho tiempo preocupándose por las palabras, pensamientos y actos de otros discípulos, y así malgastan un tiempo que podrían emplear en forma más constructiva. (5 - 517)

(6). No hay apuro, ni es necesario acentuar la rapidez en su vida. Hay tiempo para progresar en éste y en otros estados del ser. (5 - 526)

Ver también: (6 - 299/300), (6 - 344/6)

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[179]

TRIÁNGULOS DE LUZ

(1). Los triángulos de luz y buena voluntad son esencialmente invocadores. Constituyen el abecé de la futura Ciencia de Invocación. Su fuerza depende, en un caso, de la profundidad del sentimiento, y en el otro, de la fuerza de voluntad con que han sido creados. Doy aquí una sugerencia nueva y útil a los discípulos que están emprendiendo este nuevo proyecto tan cercano a mi corazón. Dicho trabajo debe ir adelante. Debido a que el concepto es nuevo y tan diferente de todo lo proyectado hasta ahora, parece imposible realizarlo; el proyecto de los triángulos tiene su incentivo en fuentes esotéricas tan elevadas, que algunos discípulos lo consideran extremadamente difícil, com­plicando, por su modo de pensar, su esencial sencillez; otros consideran que es lo más simple del mundo y, por el énfasis puesto sobre el ángulo exotérico y organizador, también obstaculizan la creación del verdadero tipo de trián­gulo. Los discípulos deben ser conscientes del verdadero plan propuesto y hallar los medios para poner en claro la posición intermedia entre las dificul­tades presentadas y las simplicidades distorsionantes.

Quizás pueda esclarecer parcialmente las mentes responsables de los pasos iniciales en esta empresa profundamente esotérica. No es trabajo intelectual y práctico que se les pide realizar, y realizarán, los hombres y mujeres de buena voluntad; tampoco es lo que algunas personas ansiosas consideran como trabajo de buena voluntad o una fase del mismo. La formación de un triángulo de luz concierne al depósito de energía en el aspecto interno y etérico de la vida, el cual automáticamente y con pleno resultado circulatorio permitirá que progrese el trabajo exotérico de los hombres y mujeres de buena voluntad. No es la buena voluntad en sí, sino la creación de triángulos de energía, dentro del cuerpo etérico del planeta, deliberadamente cualificados por la buena voluntad. Las dos fases del trabajo son lógicamente complementarias entre sí, pero no deben ser consideradas como una sola. Los triángulos de luz deben estar cualificados por la buena voluntad o convertirse en agentes de ella, así los dos grupos se interrelacio­narán estrechamente. Las personas de buena voluntad no necesitan saber algo sobre estos triángulos, salvo que se lo considere conveniente y estén suficientemente avanzados, en forma individual, como para reaccionar co­rrectamente; pero su trabajo en el campo de la buena voluntad tendrá éxito o no, de acuerdo (hablo desde el ángulo del futuro) a la intensidad del propósito y a la profundidad del amor demostrado por los miembros de los dos grupos de triángulos.

Por lo tanto, es evidente que este trabajo creador, con sus propósitos inteligentes y prácticos, y su habilidad, aplicada correctamente, de unir a los trabajadores exotéricos y esotéricos, en una sola empresa espiritual, tiene su origen realmente en Shamballa misma y fue captado ‑respecto a su intención y propósito‑ por los Maestros de primero y segundo rayos, aunque fue comprendido más fácilmente por los discípulos y Maestros de segundo rayo. En adelante, cuando se haya llevado a cabo un trabajo constante y sistemático y el público esté familiarizado con la idea, tal actividad constituirá una parte importante de la nueva religión mundial y será mejor comprendida; tendrá su propio grupo interno, trabajará totalmente en forma subjetiva, construirá los triángulos de luz y de buena voluntad y luego actuará objetivamente, dirigiendo las actividades de quienes erigen el aspecto organizador de los triángulos de buena voluntad práctica en la Tierra, con una subsidiaria actividad efectiva. (18 - 229/30)

(2). En realidad la función de estos triángulos consiste en facilitar el trabajo de distribución dentro de la Jerarquía y la Humanidad, de la entrante energía del amor puro (expresándose como luz y buena voluntad). Este propósito profundamente esotérico de Triángulos, no será comprendido por el público en general, pero algunos lectores apreciarán la oportunidad que se presenta para servir conscientemente de esta manera. (18 - 333)

(3). Muévanse y trabajen rápidamente como un grupo unido al trabajo de Triángulos, lo cual es de fundamental utilidad y debe difundirse ampliamente. (13 - 277)

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