Kofi Annan Describe lo que los Ciudadanos Comunes Pueden Hacer para Contribuir al Cambio

Publicado en The Guardian, 20 de Enero de 2016

¿Cómo pueden los ciudadanos ordinarios ayudar a lograr el cambio que necesitamos y animar a nuestros líderes para que lideren realmente en temas que van desde las drogas hasta el cambio climático? Votar, hacerse oír y usar su poder como consumidores. - Kofi Annan

Kofi Annan, Kofi Annan, fotografiado en 2014, es director de la Fundación Kofi Annan, exsecretario general de las Naciones Unidas y galardonado con el Premio Nobel de la Paz. Fotografía: AFP / Getty Images

¿Qué tienen en común el comercio de drogas ilegales y el número de muertos por la epidemia del Ebola? ¿O nuestro fracaso colectivo hasta el momento para abordar el cambio climático (el acuerdo climático en París marca el comienzo, no el fin del camino) y la incapacidad del consejo de seguridad para detener la violencia en Siria e Irak? Cada uno de estos casos –como ocurre con tantas otras crisis en nuestro mundo– tienen en su esencia una falta de voluntad política y un fracaso en el liderazgo. Los estrechos intereses egoístas a corto plazo han eclipsado la comprensión de la forma como, en un mundo verdaderamente global, nuestros destinos son interdependientes.

Miremos el Ébola. Durante 40 años hemos sabido sobre la enfermedad y los riesgos terribles que podría plantear; sin embargo, no tomamos medidas eficaces. Sólo movilizamos los recursos necesarios cuando el número de muertos fue aumentando, las fronteras se estaban cerrando y hubo temores de una epidemia global.

El cambio climático, tal vez el mayor desafío del mundo, genera división sólo en los círculos políticos. La comunidad científica llegó a un consenso sobre la necesidad de actuar años antes del acuerdo de París y aún está por determinarse si los líderes movilizarán la voluntad política para implementarlo. El comercio de drogas ilegales continúa amenazando la salud y la seguridad públicas y socavando la gobernabilidad. Sin embargo, muchos países todavía no están dispuestos a reconocer el fracaso de la guerra contra las drogas y adoptar enfoques que realmente funcionen.

En el ámbito económico y diplomático también vemos este fracaso. Las medidas contra la evasión fiscal y el uso del dinero recaudado para invertirlo en servicios públicos son dos medidas simples que contrarrestarían la creciente y perjudicial desigualdad en nuestro mundo. Este año veremos que la riqueza del 1% supera a la del 99% restante.

El consejo de seguridad sigue reflexionando en las realidades geopolíticas de 1945 y no en las del siglo XXI. Pero la reforma es egoístamente bloqueada aunque la pérdida de legitimidad del consejo de seguridad puede llegar a significar que eventualmente podríamos perder el único foro supranacional que tenemos para resolver asuntos de paz y de guerra.

La experticia, la experiencia y la evidencia necesarias para resolver estos y muchos otros problemas urgentes ya existen. Lo que nos detiene es la falta de un liderazgo que pueda galvanizar la voluntad política necesaria para ofrecer soluciones. El mundo está experimentando una crisis de liderazgo, no una crisis de conocimiento.

Entonces, ¿cómo pueden los ciudadanos comunes ayudar a lograr el cambio que necesitamos y animar a nuestros líderes a liderar realmente? Permítanme dar tres respuestas claras.

Primero, si usted vive en un país con política multipartidista, asegúrese de votar. Puede parecer obvio o pasado de moda, pero es más relevante que nunca. Las investigaciones demuestran que los jóvenes en más y más países no ejercen su derecho democrático a votar. La cantidad de votantes mayores supera a la de los jóvenes en todos los países europeos. Necesitamos escuchar la voz de los jóvenes que, comprensiblemente, a menudo adoptan una visión a más largo plazo.

En segundo lugar, haga ruido sobre los asuntos que le importan a usted. La era digital capacita a las personas de una manera sin precedentes. Usted no sólo tiene acceso a más información que cualquier generación anterior, sino que también tiene la posibilidad de llegar a muchas más personas de lo que era posible incluso décadas atrás.

Jóvenes partidarios de la izquierda en España. Campaña “Sí Podemos” del partido antes de las elecciones generales en Madrid, diciembre de 2015. Foto: Pedro Armestre / AFP / Getty Images

Si usted no hace campaña por soluciones efectivas, deja el espacio a quienes defienden posiciones extremas o permite que los líderes políticos ignoren los problemas. La lucha contra el VIH y el SIDA durante mi mandato en la ONU avanzó sustancialmente gracias al trabajo de organizaciones de la sociedad civil comprometidas, bien organizados y que se hicieron oír, las cuales mantuvieron la presión sobre los responsables políticos y sobre la industria farmacéutica.

Hoy se necesita el mismo activismo para presionar a nuestros líderes para que adopten enfoques eficaces y a largo plazo sobre las drogas o el cambio climático. Necesitamos voces moderadas que reivindiquen el espacio de nuestras plazas locales y especialmente el espacio digital que por ahora es un campo de juego a menudo no controlado por quienes defienden el unilateralismo, el ultranacionalismo y la política de identidad.

Por último, utilice su poder como consumidor, que ahora es incomparable en la historia. Cada vez que usted compra un producto o servicio, está apoyando a una empresa. Antes de decidir qué zapatillas comprar o qué servicios financieros utilizar, tenga en cuenta sus prácticas comerciales. Hay una gran cantidad de información sobre cómo se comportan las empresas. A través de nuestro poder de compra colectivo, podemos establecer la agenda y elevar los estándares.

Cuando los líderes fallan en su tarea de liderar, he visto una y otra vez cómo la opinión pública puede encarrilarlos. A medida que consideramos nuestras resoluciones para el nuevo año, cumplamos con nuestra parte utilizando este poder colectivo para el bien en 2016 y mantengámoslo muy presente en nuestros pensamientos. Como dijo John Stuart Mill, el filósofo político, hace casi 150 años: "Lo único que necesita el mal para alcanzar sus fines es que los hombres buenos se limiten a mirar y no hagan nada".