Navegar por los Capítulos de este Libro

I. El Acrecentamiento de la Influencia del Alma - Parte 2


«Los siete grandes rayos penetran en la vida manifestada. Son [i33] y sin embargo no son. Todo es y todo no es. Pero los Benditos Seres en cualquier momento pueden penetrar en la luz manifestada. Entonces llevan el poder del espíritu para satisfacer la necesidad expresada. La Luz no Los detiene; Su propósito no está aprisionado; Su voluntad no está subyugada. Aparecen y desaparecen a voluntad».

(Una expresión de esta verdad puede observarse en cada Luna llena del mes de mayo, en Tauro, cuando el Buda se manifiesta para dar cumplimiento al Plan, bajo el imperioso mandato de su propia voluntad espiritual).

«Nada detiene a los Benditos Seres. Ni las deidades ni la forma; ni el deseo ni la mente; ni ninguna cualidad de la vida. Son la vida pura; el ser puro; la voluntad pura; el amor puro; la intención pura; esto y sólo parcialmente, es todo lo que el ser humano no iluminado puede captar.

Los Benditos Seres no son, sin embargo son.
Los Benditos Seres no saben nada, sin embargo saben todo.
Los Benditos Seres no aman, sin embargo ofrecen amor divino.
Los Benditos Seres no recuerdan, sin embargo, recapitulan todo.
Los Benditos Seres permanecen en estricto aislamiento, sin embargo pueden tomar una forma a voluntad.
Los Benditos Seres moran en el lugar elevado y sublime, sin embargo, caminan a menudo sobre la tierra en la luz fenoménica.
Los Benditos Seres no se manifiestan por intermedio de la forma; sin embargo son todas las formas y todas las intenciones».

El Antiguo Comentario continúa luego en lo que podrían considerarse páginas, demostrando que los Benditos Seres no son nada y, sin embargo, son todo lo que existe; nada poseen, no obstante son en Sí Mismos la expresión de toda realidad; no habitan en parte alguna y sin embargo están en todas partes; han desaparecido, pero brillan en todo Su esplendor y pueden ser vistos. Se acumula una negación tras otra, sólo para ser rápidamente contradicha en un esfuerzo por demostrar cuán lejos de la forma, aunque la incluya, está la vida de los Benditos Seres. Esto termina con la maravillosa exhortación:

«Por lo tanto, regocíjate, oh peregrino, que vas en pos del Ser [i34] iluminado, porque ganancia y pérdida son lo mismo; la oscuridad y la luz revelan perpetuamente la Verdad; el amor y el deseo invocan eternamente a la Vida.

Sólo desaparece el dolor. Sólo permanece la bienaventuranza - la bienaventuranza del verdadero conocimiento, del contacto real, de la divina luz, el Camino hacia Dios».

Tal el verdadero objetivo, irrealizable hasta ahora para nosotros. ¿Qué es lo que tratamos de hacer? Recorremos el Sendero de la Liberación, y en él todo se desliza de nuestras manos; se nos despoja de todo y nos vemos, inevitablemente, forzados a desprendernos de la vida fenoménica y de la individualidad. Hollamos el Sendero de la Soledad y debemos en su oportunidad aprender que, esencialmente, no somos ni ego ni no ego. El completo desapego y la discriminación nos llevarán finalmente a una soledad tan completa que nos invadirá el horror de la gran oscuridad. Pero cuando se descorre este negro manto y la luz penetra nuevamente, el discípulo ve que todo lo que había obtenido y atesorado y luego perdido y alejado, ha sido restituido; pero con la diferencia que ya la vida no está aprisionada por el deseo. Recorremos el Sendero que lleva a la Cima de la Montaña del Aislamiento y descubrimos que es horrendo. En esa cima debemos llevar a cabo la batalla final contra el Morador en el Umbral, para descubrir también que eso es una ilusión. La alta cima del aislamiento y la batalla misma sólo son ilusiones y ficciones propias de la irrealidad, y el último bastión del antiguo espejismo y de la gran herejía de la separatividad. Entonces nosotros, los Seres Beatíficos, nos fusionaremos eventualmente en amor y comprensión con todo lo que existe. El aislamiento, etapa necesaria, es en sí una ilusión. Hollamos el Camino de Purificación y, poco a poco, se nos despoja de todo lo que apreciamos -la codicia por la forma, el deseo de ser amado y el gran espejismo del odio. Cuando desaparecen quedamos purificados y [i35] vacíos. La angustia de la vacuidad es el resultado inmediato, lo cual nos aferra y sentimos que el precio de la santidad es demasiado elevado. Sin embargo, permaneciendo en el Camino, todo el ser es repentinamente inundado de luz y amor, y se observa que dicha vacuidad constituye aquello a través de lo cual puede afluir la luz y el amor a un mundo necesitado. El ser purificado puede, entonces, habitar ese lugar donde moran los Benditos Seres y desde allí «iluminar el mundo de los seres humanos y de las deidades».

Existen cuatro senderos que se abren ante los discípulos del Señor del Mundo, deben ser hollados antes de que se libere el Ser interno y el Hijo de Dios liberado pueda atravesar a voluntad lo que se denomina simbólicamente «los cuatro portales de la Ciudad de Shamballa» - esa ciudad del Altísimo Dios que está siempre impelida por la Vida de Quienes han logrado la liberación mediante la soledad, el desapego, la unidad aislada y la purificación. Comprender la meta y el camino hacia ella es de valor en estos momentos, y los instructores de la humanidad tratan de estimular a los Hijos de Dios para que lo comprendan.

De acuerdo al tipo o cualidad de rayo, así será la reacción de la vida a las grandes etapas de Individualización, Iniciación e Identificación. Ésta es una conocida e importante verdad oculta, pero necesita ser considerada y meditada. Recordemos que estamos considerando las cualidades que rigen las apariencias y expresan la vida. Lo que en la literatura oriental se denomina «el Bendito Ser», se refiere a Aquel que expresa perfectamente cierta cualidad de rayo por medio de una apariencia fenoménica elegida y asumida a voluntad para el propósito de servir, pero no constituye una limitación ni mantiene prisionero al Bendito Ser, porque Su consciencia no está identificada con la apariencia fenoménica ni con la cualidad que expresa. [36]

a. LA INDIVIDUALIZACIÓN Y LOS SIETE TIPOS DE RAYO

Describiremos la reacción de estos siete tipos de rayo en el proceso de la Individualización (proceso de identificación con la forma) mediante siete enunciados ocultistas que, si son correctamente comprendidos, proporcionarán la clave de la nueva psicología. Ellos personifican los principales impulsos, la cualidad nativa y la técnica de desenvolvimiento.

Primer Rayo

«El Bendito Ser se introduce como una flecha en la materia. Destruye (o rompe) el camino por el cual podría volver. Se entierra en las profundidades de la forma.

Afirma: ‘Volveré. Mi poder es grande. Destruiré todos los obstáculos. Nada podrá impedir mi progreso hacia la meta. A mi alrededor yace lo que he destruido. ¿Qué debo hacer?’

La respuesta fue: ‘Pon orden en el caos, oh peregrino, en el camino de la muerte; éste es tu camino. Debes aprender a amar. Posees voluntad dinámica. La correcta destrucción para desarrollar el Plan deberá ser tu camino. Ajustándote al ritmo del planeta se liberará el oculto Bendito Ser y traerá orden’».

Segundo Rayo

«El Bendito Ser construyó un arca. La construyó por etapas y la puso a flote en el seno de las aguas. Se ocultó profundamente y su luz ya no fue vista, únicamente se vio el arca flotando.

Se le oyó decir: ‘He construido, y construido sólidamente, pero estoy prisionero dentro de mi construcción. Mi luz está oculta. Sólo mi palabra surge. A mi alrededor yacen las aguas. ¿Puedo volver al lugar de donde he venido? ¿Tiene la palabra suficiente poder para abrir ampliamente la puerta? ¿Qué debo hacer?’

La respuesta fue: ‘Construye ahora un arca trasparente que pueda revelar la luz, oh Constructor del arca. Y por medio de esa luz revelarás el camino iluminado. El poder de construir nuevamente, el empleo correcto de la Palabra, y el uso de la luz liberarán al Bendito Ser, profundamente oculto en el arca’».

Tercer Rayo

[i37] «El Bendito Ser acumuló fuerza. Se ocultó detrás de un velo. Se envolvió dentro de ese velo, y ocultó profundamente su rostro. Nada podía ser visto excepto el movimiento y aquello que velaba. Dentro del velo estaba latente el pensamiento.

El pensamiento transmitió: Detrás de este velo de maya Yo permanezco, el Bendito Ser, pero no revelado. Mi energía es grande y, por medio de mi mente, puedo desplegar la gloria de la divinidad. Por lo tanto, ¿cómo puedo demostrar esta verdad? ¿Qué debo hacer? Divago en la ilusión.

Se oyó la frase: ‘Todo es ilusión, oh Morador de las tinieblas. Sal a la luz del día. Despliega la gloría oculta del Bendito Ser, la gloria del Uno y Único. La gloria y la verdad destruirán rápidamente aquello que ha ocultado la verdad. El prisionero puede liberarse. Rasgar el velo que ciega, enunciar claramente la verdad y practicar el bien, proporcionarán al Bendito Ser ese hilo dorado que lo liberará del laberinto de la existencia terrenal’».

Cuarto Rayo

«El Bendito Ser se lanzó al combate. Vio la existencia como dos fuerzas bélicas y luchó contra ambas. Ceñido con la armadura de guerra, se detuvo en la mitad del camino y miró hacia los dos senderos. El fragor de la batalla, las diversas armas que aprendió a manejar, el deseo de no luchar, la emoción de descubrir que aquellos contra quienes luchaba eran sus hermanos, y él mismo, la angustia de la derrota y el himno de su victoria -todo esto lo abatió.

El Bendito Ser se detuvo e interrogó: ‘¿De dónde provienen la victoria y la derrota? ¿No soy acaso el Bendito Ser Mismo? Invocaré a los ángeles en mi ayuda’.

El sonido como de trompeta pregonó: ‘Levántate y lucha y reconcilia los ejércitos del Señor. No habrá batalla. Obliga a que cese el conflicto; invoca la paz para todos; haz de los dos un sólo ejército del Señor; que la victoria corone los esfuerzos del Bendito Ser armonizando todo. La paz está detrás de las energías bélicas’».

Quinto Rayo

«El Bendito Ser ignoraba todo. Deambuló en profunda oscuridad espiritual. No halló explicación para este modo de vivir. Buscó entre los innumerables hilos que tejen la [i38] vestimenta del Señor y halló que había numerosos caminos que conducen al centro de la eterna trama. Las formas que tejen esa trama ocultan la divina realidad. Se extravió y lo embargó el temor.

Se preguntó: ‘Otra trama debe tejerse; otra vestimenta debe ser hecha. ¿Qué debo hacer? Enséñame otra forma de tejer’. Respondió la Palabra en triple forma. Su mente respondió a la visión claramente evocada: -`La verdad está oculta en el Camino desconocido. El Ángel de la Presencia custodia ese Camino. La mente revela al Ángel y al portal. Mantente en esa Presencia. Levanta tus ojos. Entra por esa puerta dorada. Así el Ángel, que es la sombra del Bendito Ser, revelará el portal abierto. Ese ángel también debe desaparecer. El Bendito Ser permanece, pasa a través de ese portal y entra en la luz sublime’».

Sexto Rayo

«El Bendito Ser captó la visión del Camino y lo siguió sin discriminar. La ira caracterizó sus esfuerzos. El camino conducía al mundo de la vida dual. Ocupó su lugar entre los pares de opuestos, y a medida que oscilaba como un péndulo entre ellos, obtenía fugaces destellos de la mente. Oscilaba en el medio cielo. Trató de oscilar hacia ese lugar radiante de luz donde estaba el portal en el Camino elevado. Pero siempre oscilaba entre los pares de opuestos.

Por último, se dijo a sí mismo: ‘Parece que no puedo encontrar el Camino. Pruebo este camino y lo recorro con energía, siempre con el más vehemente deseo. Pruebo todos los caminos. ¿Qué debo hacer para encontrar El Camino?’

Un grito se oyó. Parecía venir desde lo profundo de su corazón: ‘Oh Peregrino que estás en el Camino de la vida sensoria, huella tú el camino medio iluminado. Pasa directamente entre los mundos duales. Busca esa estrecho camino medio. Te conducirá a la meta. Busca la firme percepción que conduce a la perseverancia. Adhesión al Camino elegido e ignorancia de los pares de opuestos, conducirán a este Bendito Ser que se halla en el camino iluminado, a la alegría del éxito obtenido’».

Séptimo Rayo

«El Bendito Ser buscó la senda que conduce a la forma, pero se asió [i39] firmemente a la mano del Mago. Trató de reconciliar al Peregrino, que era él mismo, con la vida de la forma. Se encontró en el mundo caótico y trató de poner orden en él. Se introdujo en las más recónditas profundidades y se sumergió en el caos y el desorden. No comprendía, sin embargo, se mantuvo asido a la mano del Mago. Procuró establecer ese orden que su alma anhelaba. Conversó con todo aquel que encontraba, aumentando su confusión. Habló al Mago de la manera siguiente: `Los Caminos del Creador deben ser buenos. Detrás de todo lo que parece ser, debe haber un Plan. Enséñame el propósito de todo esto. ¿Cómo puedo trabajar sumergido en la más profunda materia? ¿Dime lo que debo hacer?’

El mago dijo: ‘Escucha el ritmo de los tiempos, oh Trabajador del más lejano mundo. Observa la palpitación del corazón en todo lo que es divino. Retírate en el silencio y armonízate con el todo. Entonces aventúrate más allá. Establece el ritmo correcto; lleva el orden a las formas de la vida, que deben expresar el Plan de la Deidad’.

Este Bendito Ser se libera a través del trabajo. Debe demostrar su conocimiento del Plan, pronunciando esas palabras que evocarán a los constructores de las formas y, de este modo, crear lo nuevo’».

Podría ser de valor si se resumiera en términos más simples y menos ocultos la significación de las anteriores estanzas esotéricas, a fin de expresar su verdadero significado en sucintas y concisas frases. Las estanzas no serán de valor si no imparten a los estudiantes de este Tratado, que pertenecen a distintos tipos de rayos, algún significado útil por el cual puedan vivir en forma más veraz.

El Espíritu individualizado se expresa a través de los diversos tipos de rayo de la manera siguiente:

Primer Rayo

La centralización dinámica.
La energía destructora.
El poder egoísta.
El desamor.
El aislamiento. [i40]
La ambición de poder y autoridad.
El deseo de dominar.
La fortaleza y la propia voluntad expresadas,

que conducen a:

El empleo dinámico de la energía para desarrollar el Plan.
El empleo de las fuerzas destructoras a fin de preparar el camino para los Constructores.
La voluntad al poder con el fin de colaborar.
La comprensión del poder como la mejor arma del amor.
La identificación con el ritmo del Todo.
La extinción del aislamiento.

Segundo Rayo

El poder de construir para fines egoístas.
La capacidad de sentir el Todo y permanecer apartado.
El cultivo de un espíritu separatista.
La luz oculta.
La realización del deseo egoísta.
El anhelo por el bienestar material.
El egoísmo y la subordinación de todos los poderes del alma a ese fin,

que conducen a:

La construcción inteligente de acuerdo al Plan.
La inclusividad.
El anhelo por obtener la sabiduría y la verdad.
La sensibilidad al Todo.
La renunciación a la gran herejía de la separatividad.
La revelación de la luz.
La verdadera iluminación.
El empleo correcto del lenguaje por la sabiduría adquirida.

Tercer Rayo

La manipulación de la fuerza por medio del deseo egoísta.
El empleo inteligente de la fuerza con un móvil erróneo.
La intensa actividad material y mental.
La aplicación de la energía como un fin en sí misma.
El anhelo de obtener gloria y belleza para objetivos materiales.
El sumergimiento en el espejismo, ilusión y maya, [i41]

que conducen a:

La manipulación de la energía, a fin de revelar la belleza y la verdad.
El empleo inteligente de las fuerzas para el desarrollo del Plan.
La actividad rítmica ordenada en colaboración con el Todo.
El deseo de obtener la correcta revelación de la divinidad y de la luz.
La adhesión a la correcta acción.
La revelación de la gloria y la buena voluntad.

Cuarto Rayo

La confusa lucha.
La comprensión de lo que es superior e inferior.
La oscuridad que precede a la expresión de la forma.
El ocultamiento de la intuición.
El sentimiento de la desarmonía y de la colaboración con la parte y no con el todo.
La identificación con la humanidad, la cuarta Jerarquía Creadora.
El indebido reconocimiento de lo que produce la palabra.
La sensibilidad anormal a lo que es el no-yo.
Los continuos puntos de crisis,

que conducen a:

La unidad y la armonía.
La evocación de la intuición.
El correcto juicio y la razón pura.
La sabiduría que se expresa por intermedio del Ángel de la Presencia.

Quisiera hacer resaltar que constantemente existe un concepto erróneo por parte de los esotéricos. El Cuarto Rayo de Armonía, Belleza y Arte, no es en sí el rayo del artista creador. El artista creador se halla sin excepción en todos los rayos. Éste es el rayo de la intuición y de la armonización de todo lo que ha sido llevado a cabo por la actividad de la vida de la forma, que luego es sintetizado y absorbido por el ángel solar; se manifiesta [i42] oportunamente como todo lo que puede ser evocado y desarrollado mediante el poder de la Vida Una (la Mónada), actuando a través de la expresión de la forma. Es el punto de encuentro de todas las energías que fluyen a través de la tríada espiritual superior y la triplicidad inferior.

Quinto Rayo

La energía de la ignorancia.
La crítica.
El poder de razonar y destruir.
La separación mental.
El deseo de conocimiento, que conduce a la actividad material.
El análisis detallado.
El materialismo intenso y la momentánea negación de la Deidad.
La intensificación del poder de aislar.
La implicación que produce el énfasis erróneo.
Los distorsionados puntos de vista sobre la verdad.
La devoción mental a la forma y a su actividad.
La teología,

que conducen a:

El conocimiento de la realidad.
La comprensión del alma y sus potencialidades.
El poder de reconocer y hacer contacto con el Ángel de la Presencia.
La sensibilidad a la Deidad, la luz y la sabiduría.
La devoción espiritual y mental.
El poder de recibir la iniciación (este punto es de verdadera importancia).

Sexto Rayo

La violencia. El fanatismo. La adhesión volitiva a un ideal.
La ceguera.
La militancia y la tendencia a producir dificultades en las personas y los grupos.
El poder de ver sólo el punto de vista propio.
La suspicacia respecto a los móviles del semejante.
La reacción rápida al espejismo y a la ilusión.
La devoción emocional y el idealismo confuso.
La actividad vibratoria entre los pares de opuestos. [i43]
La intensa capacidad de ser personal y hacer resaltar las personalidades,

que conducen a:

El idealismo incluyente y dirigido.
La constante percepción por medio de la expansión de la consciencia.
La reacción y la simpatía con el punto de vista de los demás.
La disposición a ver que el trabajo de otros progresa en la dirección elegida.
La elección del camino medio.
La paz y no la guerra. El bien del Todo y no de la parte.

Séptimo Rayo

La magia negra, o el empleo de los poderes mágicos para fines egoístas.
El poder de «permanecer a la expectativa» hasta que emerjan los valores egoístas.
El desorden y el caos por la comprensión errónea del Plan.
El empleo erróneo del lenguaje para lograr el objetivo elegido.
La falta de veracidad.
La magia sexual. La perversión egoísta de los poderes del alma,

que conducen a:

La magia blanca: El empleo de los poderes del alma para fines espirituales.
La identificación de uno mismo con la realidad.
El correcto orden por medio de la correcta magia.
El poder de colaborar con el Todo.
La comprensión del Plan.
El trabajo mágico de la interpretación.
La manifestación de la divinidad.

Un detenido estudio sobre las frases citadas, que demuestran las erróneas y las correctas expresiones principales de la fuerza de rayo, ayudará al estudiante a comprender con exactitud su propia naturaleza de rayo, como también el grado de desarrollo que posee. Uno de los mayores defectos de los discípulos de hoy consiste en poner [i44] demasiada atención a los defectos, errores y actividades de otros discípulos, y muy poca al propio cumplimiento de la ley del amor y a su propio deber y trabajo. El segundo defecto de los discípulos (y particularmente de los actuales discípulos activos aceptados del mundo) es el empleo incorrecto del lenguaje, motivado por la crítica o el deseo individual de figurar, lo cual imparte significados ambiguos. El neófito estaba obligado a guardar un prolongado silencio. No se le permitía hablar. Esto fue dispuesto para frenar la expresión física de las palabras e ideas erróneas, debido al inadecuado conocimiento que poseía. Hoy debe aprender la misma lección, es decir, poner atención a la perfección y al trabajo personales, mediante ese silencio interno que ampara al discípulo y lo obliga a atender su propio trabajo y ocupación, dejando que los demás hagan lo mismo, y así aprender la lección de la experiencia. Gran parte de la correcta actividad está actualmente obstaculizada a causa del intercambio de palabras entre discípulos, pues a menudo pierden mucho tiempo discutiendo el trabajo y las actividades de otros discípulos. La humanidad necesita, más que nunca, guardar silencio; necesita tiempo para reflexionar y tener la oportunidad de sentir el ritmo universal. Los discípulos modernos si quieren realizar su trabajo como es de desear y colaborar correctamente con el Plan, necesitan de esa quietud reflexiva interna que no niega la intensa actividad externa, pero que los libera de las críticas verbales, de las discusiones febriles y de la constante preocupación por el deber y por los móviles y métodos de sus condiscípulos.

b. LOS RAYOS Y LA INICIACIÓN

Me es imposible poner en claro las reacciones de rayo sobre el proceso final que hemos tratado brevemente, o sea, la etapa de la liberación del espíritu denominada Identificación. Todo lo que puedo hacer, aún en el caso de la [i45] Iniciación, es transcribir las estrofas elementales que trasmiten a los discípulos aceptados algo de la significación de la primera iniciación. En lo que respecta a la identificación, las reacciones del iniciado iluminado están al alcance de su inteligencia en forma de símbolos, que si fueran descritos, serían completamente mal interpretados. Cuando tenga lugar la tercera iniciación y el iniciado se halle ante el amplio portal abierto, entonces descubrirá el significado de ese tipo de comprensión denominado, a falta de mejor término, Identificación.

Primer Rayo

«El Ángel de la Presencia permanece dentro de la divina luz, centro y lugar de encuentro de muchas fuerzas.

Estas fuerzas se encuentran y fusionan y se enfocan en la cabeza del que permanece ante el Ángel.

Permanecen cara a cara, ojo a ojo y mano a mano. La voluntad refuerza la voluntad, y el amor va al encuentro del amor. La voluntad de poder se fusiona con la voluntad de amar y la fuerza con la sabiduría. Ambas son una. Desde ese elevado punto de unión el Ser liberado se presenta y dice:

Vuelvo a mi lugar de origen; me traslado de lo sin forma al mundo de la forma. Quiero ser. Quiero trabajar. Quiero servir y salvar. Quiero elevar a la raza. Sirvo al Plan con la voluntad y al Todo con el Poder’».

Segundo Rayo

«El Ángel de la Presencia atrae al que va errante. El Amor divino atrae al buscador que huella el Camino. La fusión se ha consumado.

Boca con boca, exhalan e inhalan el aliento. Corazón con corazón, fusionan sus latidos en uno. Pie con pie, transfieren la fuerza del mayor al menor y así se huella el Camino.

La fuerza inspira al Verbo, el Aliento. El amor inspira al corazón, la vida. Cuando se recorre el camino la actividad controla, triplicidad que trae la fusión. Entonces todo se pierde y se gana.

Se pronuncia la palabra: ‘Huello el Camino del Amor. Amo al Plan. A ese Plan someto lo que tengo. Doy al [i46] Todo el profundo amor de mi corazón. Sirvo al Plan; sirvo al Todo con comprensión y amor’».

Tercer Rayo

«El Ángel de la Presencia permanece en el centro de las fuerzas giratorias. Durante largas épocas ha permanecido así, centro de todas las energías provenientes de arriba y de abajo.

Sabiamente, el Ángel trabaja para que el Uno que está arriba y el uno que está abajo se fusionen y sean uno. Doce notas claras enunciaron la hora y, entonces, los dos son uno. El Ángel permanece extasiado.

Oído con oído, pecho con pecho, la mano derecha con la izquierda, los dos (que son los tres) producen la fusión de sus vidas. La gloria resplandece. La verdad se revela. El trabajo se realiza.

Entonces el ser humano, el alma, exclama con poder: ‘Yo comprendo el Camino -el Camino interno, el Camino silencioso, el Camino manifestado, porque los tres Caminos son uno. El Plan continúa en el Camino externo; se demuestra. El Todo permanece revelado. Conozco ese Plan. Quiero servir a ese Plan con mi amor y mi mente’».

Cuarto Rayo

«El Ángel de la Presencia permanece en su rara belleza en el Camino iluminado. La Gloria de la Presencia fluye a través del campo de batalla, y la lucha termina en la paz.

El guerrero queda revelado. Su trabajo ha sido realizado. Espalda con espalda permanecen el Ángel y el Guerrero, uniéndose sus auras en una radiante esfera de luz. Los dos son uno.

La Voz surge: ‘La Armonía se restablece y la belleza del Señor de Amor resplandece. Tal es el Plan. Así el Todo es revelado. Lo superior y lo inferior se unen; la forma y lo sin forma se fusionan, mezclan y reconocen como uno. En armonía con todas las almas unidas sirvo al Plan’».

Quinto Rayo

«El Ángel de la Presencia sirve a los tres -El Uno que está arriba, el uno que está abajo y el Uno que siempre existe. (Esto se refiere a que en el quinto plano se encuentra y reconoce definitivamente al Ángel, y que los tres aspectos de la tríada superior, budi, mente abstracta y espíritu, conjuntamente con el ego en el cuerpo causal y la mente inferior, se mezclan y fusionan.)

[i47] El gran Triángulo empieza sus revoluciones, y sus rayos se extienden hacia todas direcciones, compenetrando al Todo.

El ser humano y el Ángel se enfrentan y saben que son uno. La luz que irradia desde el corazón y la garganta y la luz del centro que está a mitad de camino, se encuentran y fusionan. Las dos son una.

La Voz que habla en el silencio puede ser oída: ‘El poder que llega desde el punto más alto ha alcanzado el punto más bajo. El Plan ya puede ser conocido. El Todo puede ser revelado. El amor que se extiende desde el corazón y la vida que emana de Dios, han servido al Plan. La mente que es Sabiduría acumula todo dentro de los límites del Plan, ha llegado a los límites externos de la esfera de la actividad de Dios. Ese poder anima mi vida. Ese amor inspira mi corazón. Esa mente ilumina todo mi mundo. Por lo tanto, sirvo al Plan’»

Sexto Rayo

«El Ángel de la Presencia desciende y, en el punto medio, horada las brumas del espejismo. El Sendero está despejado.

Aquel que huella el Sendero y se detiene a luchar y forcejea ciegamente con los dos que tratan de obstaculizarlo y cegarlo, ve el Camino abierto y revelado. Cesa de clamar y luchar. Encuentra su camino hacia la Presencia.

Rodilla con rodilla y pie con pie permanecen. Permanecen mano con mano, pecho con pecho y frente con frente y así permanecen. Así se fusiona y mezclan.

Surge el llamado de la trompeta: ‘No hay guerra. La batalla terminó. El espejismo y las nubes han desaparecido. La luz y la gloria del Día han llegado. Esa luz revela el Plan. El Todo ya está con nosotros. El propósito está revelado. Cuanto poseo, lo dedico a servir a ese Plan’».

Séptimo Rayo

«El Ángel de la Presencia levanta una mano hacia el azul del cielo. Sumerge profundamente la otra en el mar de las formas. Así conecta el mundo de la forma con la vida sin forma. Lleva el cielo a la tierra y la tierra al cielo. Esto lo sabe el ser humano que está ante el Ángel.

Capta el significado del signo coloreado que el Ángel mantiene en alto. (A esto le sigue una frase imposible [i48] de traducir en lenguaje moderno. Significa esa total fusión que el místico trata de expresar con los términos ‘matrimonio en los cielos’, tergiversada por la falsa enseñanza sobre la magia sexual. La frase expresada por un símbolo coloreado, simboliza la unión completa entre lo externo y lo interno, lo objetivo y lo subjetivo, el espíritu y la materia, lo físico y lo esencial).

Los dos son uno. Nada más puede ser captado. El Verbo se ha manifestado. El trabajo ha sido terminado. Se logra la visión del Todo. El trabajo mágico se realiza. Nuevamente los dos son uno. El Plan está servido. Es innecesario decir nada más».

Estas frases intentan dar una idea de lo que puede llegar a comprender el verdadero iniciado cuando permanece, en la tercera iniciación, ante el Ángel, y ve que éste también desaparece, de modo que sólo queda el conocimiento y la comprensión consciente. Aunque esto actualmente signifique poco para nosotros, servirá, no obstante, para demostrar la futilidad de describir, por medio de palabras, los secretos de los misterios y de la iniciación. Cuando esto sea mejor comprendido, el verdadero trabajo que se efectúa en las ceremonias masónicas estará a la altura de la necesidad.

Aquí se exponen algunas de las emergentes verdades fundamentales que tendrán significado para los discípulos avanzados y los iniciados que están en el mundo y luchan actualmente sirviendo al Plan. Su trabajo está fructificando, pero a veces necesitan del incentivo de la promesa de una futura y alcanzable gloria para ayudarlos a seguir adelante.

Por lo tanto, este tratado es algo abstruso y totalmente simbólico; quizás a algunos les parezca difícil llegar a comprenderlo, para otros tenga poco significado, y ninguno para otros. Si los discípulos del mundo verdaderamente luchan y aplican en lo posible y en forma práctica la enseñanza dada, a medida que pasa el tiempo y se despierta su razón e intuición, [i49] hallarán que dichos enunciados simbólicos y abstrusos se van esclareciendo cada vez más y servirán para que impartan la enseñanza designada. Cuando esto sucede, el Ángel de la Presencia va acercándose más al discípulo e ilumina su camino. El sentido de separatividad va disminuyendo, hasta que finalmente la luz compenetra la oscuridad y el Ángel rige la vida.

2. LOS DOS CICLOS DE APROPIACIÓN DEL EGO

Entraremos ahora a hacer una consideración de cierto carácter técnico sobre la relación del Ego y su rayo, con las envolturas o vehículos y su rayo, por cuyo intermedio debe expresarse y entrar en contacto con ciertas fases de la experiencia divina. El fundamento de lo que aquí se expone, en relación con los ciclos de apropiación, está explicado brevemente en el Tratado sobre Fuego Cósmico y las afirmaciones extraídas (de las páginas 787-790 edic. inglesa), serán dilucidadas a continuación:

1. Cuando el ego o alma, se apropia de una envoltura a fin de expresarse y obtener experiencia, se producirán inevitablemente períodos de crisis:

a. Un período consiste en pasar a un plano particular a fin de poder encarnar. Esto significa descender a un plano inferior, o bien pasar de uno inferior a otro superior. Indicios de la importancia y naturaleza crucial de esta transición pueden observarse en ciertas fórmulas aplicadas en la masonería cuando se pasa de un grado a otro, por ejemplo, cuando se da mayor jerarquía a una Logia, ascendiéndola de un grado inferior a otro superior.

b. Otro periodo de crisis ocurre cuando el cuerpo mental es impulsado a la actividad y el cuerpo etérico es vitalizado en forma similar.

2. [i50] La relación entre el ego o alma y el cuerpo físico denso, se establece cuando:

a. La materia de los tres subplanos inferiores del plano físico se introduce en el cuerpo etérico antes de encarnar físicamente y de establecer los canales potenciales de comunicación y salida, canales principales o líneas de comunicación, que se hallan en el centro que está en la base de la columna vertebral y el centro en la cabeza, por intermedio del bazo.

b. La actividad análoga que tiene lugar en el proceso de liberación en el Sendero de Retorno, donde se construye el puente (o antakarana) entre el cuerpo mental inferior, el cuerpo causal y los mundos mentales superiores.

Si el trabajo descrito en el primer punto es efectuado en el plano físico y comprendida su técnica, entonces el ser humano puede liberarse del cuerpo físico con plena continuidad de consciencia de vigilia. Cuando se ha realizado un trabajo similar en el plano superior y el puente está satisfactoriamente construido, el iniciado puede liberarse de las limitaciones de la vida de la forma y penetrar en el estado de consciencia llamado Nirvana por los budistas. En este estado elevado del ser debe entrarse con plena continuidad de consciencia. Estas dos principales crisis en la vida del alma - una que lleva a la encarnación física y otra que libera al alma de esta condición - son y serán siempre el resultado de la vibración, el impulso, el incentivo y el ímpetu grupales. En determinado período uno de los ímpetus se origina en el grupo de almas, y el ego que encarna es parte integrante de ese grupo; en otro es el resultado de la actividad de los grupos de átomos que vibran en respuesta a (pero no al unísono con) ese impulso egoico. En esta frase está resumido el trabajo y la oportunidad [i51] del alma, pues ella trabaja para regenerar la materia y no para consumar su propia salvación. Podría decirse que la liberación del alma o ego, se produce cuando ha llevado a cabo el trabajo de salvar a la materia utilizándola e integrándola en las formas. No se debe primordialmente a que el ser humano ha alcanzado determinado nivel espiritual ni a la demostración de determinadas cualidades espirituales. El deseado nivel y las cualidades espirituales alcanzadas se manifiestan cuando los vehículos han sido «salvados en sentido oculto», y la materia ha sido transformada, transmutada y simbólicamente «elevada hasta el cielo». Cuando los vehículos llegan a vibrar al unísono con el alma, la liberación se ha realizado.

a. PERÍODOS DE CRISIS

Así como hay cinco períodos de crisis en la vida del ser humano cuando se esfuerza por alcanzar la culminación de la iniciación (denominados las cinco iniciaciones), existen cinco períodos similares de crisis en el proceso de tomar forma en los tres mundos; tres son de mayor importancia: el primero, el tercero y el quinto. Cuando un alma (hablando también simbólicamente), actuando bajo el impulso divino, encarna y se somete a la experiencia racial a fin de desarrollar ciertas cualidades manifestadas, se producen también cinco períodos de crisis. Hablo aquí en términos de la humanidad como un todo, a medida que el género humano expresa lo que llamamos «estado humano de consciencia”. No me refiero al alma individual, si puedo emplear este inadecuado término. Estos cinco períodos de crisis señalan la trasferencia de la vida del alma de una raza a otra. Cada vez que esto sucede se produce un desarrollo racial y la raza se apropia, más o menos conscientemente, de otro vehículo de expresión. La clasificación dada a continuación demuestra las apropiaciones que caracterizan a las cinco crisis raciales. [i52]

1. En la civilización Lemuriana

la apropiación del cuerpo físico y sus cinco sentidos.

2. En la civilización Atlante

la apropiación del cuerpo astral.

3. En la actual raza Aria

la apropiación del cuerpo mental y el desarrollo intelectual consiguiente.

4. En la raza futura

la apropiación e integración conscientes de la triple personalidad

5. En la última raza

la expresión, en toda su plenitud, del alma y sus vehículos, y cierta medida de manifestación espiritual

 

Tenemos aquí por lo tanto cinco períodos de crisis en la vida del individuo conjuntamente con la totalidad; la primera etapa (llamada de individualización) tuvo lugar en Lemuria; la tercera etapa acontece en nuestra raza, y una etapa final tendrá lugar al fin de la era. Estas etapas transcurren durante un período de tiempo tan extenso y están tan estrechamente interrelacionadas, que cada etapa y cada período permiten realizar el siguiente y, únicamente, las mentalidades analíticas ven o tratan de ver la diferencia que existe. El reflejo de esta quíntuple experiencia en la vida individual se efectúa en el siguiente orden, durante la vida del aspirante común inteligente, que responde y saca provecho de la civilización y la educación de la época actual.