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I. El Acrecentamiento de la Influencia del Alma - Parte 4

Primer rayo. La Energía de la Voluntad o Poder. El Aspecto Destructor.

De las almas que pertenecen a este rayo se dice ocultamente «que vienen a la encarnación por la violencia». Se apropian dinámicamente de lo que necesitan. No tienen dificultades para satisfacer sus deseos. Permanecen solas en un aislamiento orgulloso, vanagloriándose de su fuerza y de su impiedad. Estas cualidades deben ser trasmutadas por el inteligente empleo del poder que los hace factores poderosos para el Plan y centros magnéticos de fuerzas, reuniendo a su alrededor trabajadores y fuerzas. Un ejemplo de ello puede observarse en el trabajo que realiza el Maestro Morya, el cual es el centro magnético que atrae a todos los grupos esotéricos, confiriéndoles, por Su poder, la capacidad de destruir lo indeseable en la vida de los discípulos. Recuerden que el trabajo de estimular lo que es necesario, es una de las tareas más importantes de un Maestro, y el poder del discípulo para destruir aquello que lo limita es grandemente necesario. Las almas que pertenecen a este rayo, cuando vienen a la encarnación por medio del deseo, son codiciosas, demostrando la índole de la fuerza que emplean. Hay cierta medida de violencia en su técnica. Oportunamente «toman el reino de los cielos por la fuerza».

Segundo Rayo. La Energía de Amor-Sabiduría.

Las almas que pertenecen a este rayo emplean el método de reunir o juntar. El alma emite una vibración (aunque poco podemos comprender del verdadero significado de esta palabra), y esa vibración afecta su medio ambiente y atrae al punto central de energía los átomos de sustancia de los tres planos. El método es relativamente moderado comparado con el del primer rayo, y el proceso es algo más prolongado, mientras que el período de ejercer su influencia (llevado a cabo antes de penetrar en [i81] los tres mundos, con el propósito de venir a la existencia) es mucho más extenso. Esto se refiere a la influencia ejercida sobre la sustancia utilizada para construir la forma y no sobre la forma terminada, por ejemplo, el niño en la matriz de la madre. En el primer caso podría decirse que las almas de primer rayo, rápida y súbitamente, desean encarnar y emplean métodos rápidos. Las almas de segundo rayo tardan más en llegar a esa actividad impulsiva (en el sentido de verse impulsados a actuar, o no hacerlo a tiempo) que conduce a elaborar ocultamente una apariencia para manifestarse.

Cuando las almas que pertenecen a este rayo vienen a la encarnación por medio del deseo, atraen. Son más magnéticas que dinámicas; son constructivas y trabajan en esa línea que, dentro de nuestro universo, constituye para todas las vidas y formas la línea de menor resistencia.

Tercer Rayo. La Energía de la Inteligencia Activa.

Así como codicia y atracción, son los términos aplicables a los métodos empleados en los dos primeros rayos, el proceso de «manipulación selectiva» es la característica de este tercer rayo. Este método es totalmente diferente en su técnica de los dos mencionados anteriormente. Podría decirse que la tónica que genera la actividad iniciada por las almas de este rayo es de tal índole, que los átomos de los distintos planos se mueven como si respondieran conscientemente a un proceso selectivo. La actividad vibratoria del alma se hace sentir, y los átomos van llegando desde puntos ampliamente diferentes en respuesta a cierta cualidad de la vibración. Es mucho más selectiva que en el caso del segundo rayo.

Así como en el primer caso las almas aparentemente se posesionan indiscriminadamente de lo que necesitan, y obligan a la sustancia así apropiada a tomar la forma o apariencia requerida, revistiéndola con la cualidad necesaria, en forma dinámica y potente, análogamente a como las almas de segundo rayo inician un movimiento que reúne material del [i82] circundante ambiente inmediato y le imponen la cualidad deseada por medio de la atracción magnética, así también en las almas de tercer rayo el material requerido es seleccionado de distintos puntos, pero el elegido ya tiene las cualidades necesarias (observen esta diferencia) y nada se lo impone. Por lo tanto, es evidente que la sustancia misma existe en tres categorías principales, las cuales son la analogía de la sustancia de las tres Personas de la Trinidad, o los tres cuerpos del ser humano encarnado. Constituyen también la analogía entre el tercer aspecto de la divinidad (la vida de la tercera Persona de la Trinidad) y la cualidad de los tres vehículos periódicos, por medio de los cuales tiene lugar la manifestación.

Una parte o tipo de esta sustancia está electrificada dinámicamente, y los egos de primer rayo eligen el material que necesitan en los tres mundos. Otro tipo de sustancia está electrificada magnéticamente, y los egos de segundo rayo seleccionan lo que necesitan de ella, en tiempo y espacio, a fin de manifestarse. El tercer tipo de sustancia está electrificada difusamente (no conozco otra palabra mejor para expresar la idea), y los egos de tercer rayo extraen de ella la cantidad necesaria de sustancia con la cual construyen las formas para manifestarse.

Respecto a los métodos, técnicas y tipos de sustancia empleados por las almas de los cuatro rayos menores restantes, se califican necesariamente por las características del tercer rayo mayor que, con el tiempo, las sintetiza.

La clasificación que se da a continuación intenta definir lo que resulta casi imposible expresar en palabras inteligibles. Desde el punto de vista del ocultista iluminado no tiene sentido, pero aún menos lo tiene para el estudiante común, pues hasta ahora el misterio de la electricidad y la verdadera naturaleza de los fenómenos eléctricos (no existe otra cosa) es un secreto no revelado hasta para los científicos modernos más destacados. [i83]

Rayo 

Energía  

Técnica     

Cualidad

Origen

1...

Poder o Voluntad........

Codicia.............

Propósito Dinámico...

Formas dinámicamente electrificadas.

2...

Amor-Sabiduría.........

Attracción..........

Amor.......................

Formas magnéticamente electrificadas.

3...

Actividad Inteligente...

Selección..........

Intelecto..................

Formas difusamente electrificadas.

4...

Belleza o Arte.........

Unión...............

Unificación..............

Formas armonizadoras electrificadas.

5...

Ciencia...................

Diferenciación...

Discriminación........

Formas cristalizadoras electrificadas.

6...

Idealismo.................

Respuesta........

Sensibilidad...............

Formas fluidas electrificadas.

7...

Organización..........

Coordinación.....

Apariencia...............

Formas físicas electrificadas.

Existe algo denominado electricidad, que probablemente explica todo lo que se puede ver, sentir y conocer, y todo el universo es una manifestación del poder eléctrico, todo esto puede enunciarse y hoy se está reconociendo. Pero aunque se haya dicho eso, sigue el misterio y no será revelado, ni aún parcialmente, hasta mediados del próximo siglo. Entonces será posible revelarlo, pues habrá más iniciados en el mundo y existirá la visión y se reconocerá en forma más general el oído interno. Cuando el ser humano llegue a comprender mejor el cuerpo etérico y sus siete centros de fuerza (que se relacionan con los siete rayos y expresan las siete características y técnicas clasificadas de los rayos), podrá arrojarse inteligiblemente más luz sobre la naturaleza de los siete tipos de fenómenos eléctricos denominados siete rayos.

En el Sendero de Retorno y en relación con el proceso de desprendimiento, que marca el progreso del alma hacia la liberación y el final del período de apropiación, ciertos párrafos extraídos de la página 288 y 289 (edición inglesa) del Tratado sobre Magia Blanca, explican [i84] claramente la técnica correspondiente y son los siguientes:

Primer Rayo: «Que se reúnan las Fuerzas. Que asciendan al Lugar Elevado, y desde esa cima, que el alma contemple un mundo destruido. Entonces que surjan las palabras: ‘¡Yo persisto!’»

Segundo Rayo: «Que toda la vida sea atraída al Centro, y penetre así en el corazón del Amor Divino. Entonces desde ese punto de Vida Sensible, que el alma reconozca la conciencia de Dios. Que surjan las palabras, repercutiendo a través del silencio: ‘¡Nada existe sino Yo!’

Tercer Rayo: «Que las Huestes del Señor, sensibles a la palabra, cesen sus actividades. Que el conocimiento termine en sabiduría. Que el punto vibrante

llegue a ser el punto de reposo y que todas las líneas se reúnan en Una. Que el alma reconozca al Uno en los Muchos, y que surjan las palabras con perfecta comprensión: ‘Yo soy el Trabajador y el Trabajo, el Uno que Es’».

Cuarto Rayo: «Que la gloria externa desaparezca y la belleza de la Luz interna revele al Uno. Que la disonancia se convierta en armonía, y desde el centro de la Luz oculta, que hable el alma: ‘Que resuene la palabra: La Belleza y la gloria no Me velan. Permanezco revelado. Yo soy’».

Quinto Rayo: «Que las tres formas de energía eléctrica asciendan al Lugar de Poder. Que se mezclen las fuerzas de la cabeza, del corazón y de todos los aspectos inferiores. Que el alma contemple entonces un mundo interno de divina luz. Que surja la palabra triunfante: ‘Yo dominé la energía porque Yo soy la energía misma. El que domina y el dominado son Uno’».

Sexto Rayo: «Que cese todo deseo. Que la aspiración termine. La búsqueda ha terminado. Que el alma comprenda que ha alcanzado su objetivo, y desde ese portal que da a la Vida eterna y a la Paz cósmica, que resuene la Palabra: ‘¡Yo soy el buscador y el buscado. Yo descanso!’».

Séptimo Rayo: «Que los constructores cesen su trabajo. El templo está terminado. Que el Alma tome posesión de su herencia y desde el Santo Lugar ordene cesar todo el trabajo. Que entonces en el silencio, entone la Palabra: ‘El trabajo [i85] creador ha finalizado. Yo soy el Creador. Nada queda sino Yo’».