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SEGUNDA PARTE - LAS CAUSAS DEL ESPEJISMO - Parte 3

d. Contraste entre el Morador y su opuesto, el Ángel de la Presencia.

El tema del Morador y su relación con el Ángel (forma simbólica de tratar una gran relación y posibilidad y un gran hecho de la manifestación) recién ahora es posible considerarlo. Sólo cuando el individuo se convierte en una personalidad integrada, surge verdaderamente el problema del Morador, y únicamente cuando la mente está alerta y la inteligencia organizada (como sucede hoy en gran proporción) le es posible al ser humano percibir en forma inteligente y no místicamente, al Ángel, y así intuir la presencia. Sólo entonces asume enormes proporciones el asunto referente a los obstáculos que personifica el Morador y las barreras que impiden el contacto espiritual y la realización. Pueden ser considerados benéficamente y darse los pasos para inducir la acción correcta; únicamente cuando se haya producido una fusión adecuada en la humanidad, [i153] aparecerá el Gran Morador en el Umbral humano como una entidad integrada, apareciendo el Morador en sentido nacional o racial, esparciendo y vitalizando el espejismo nacional, racial y planetario, fomentando y nutriendo los espejismos individuales y evidenciando inconfundiblemente el problema. Sólo entonces la relación entre el alma de la humanidad y las fuerzas que ha generado su antigua y potente personalidad, puede asumir proporciones que exigen una actividad drástica y colaboración inteligente

Ha llegado ya ese momento, y en los dos libros, Los Problemas de la Humanidad y La Reaparición de Cristo y también en los Mensajes de Wesak y de la Luna llena de junio, he tratado esta actual y urgente situación, que constituye en sí la garantía del progreso humano hacia su meta destinada, así como también la comprobación de los principales obstáculos para alcanzar la realización espiritual. Lo que ahora vamos a considerar es de primordial importancia para quienes se están entrenando para la iniciación. Dije “entrenándose”, no que recibirían la iniciación en esta vida. No sé si lo lograrán; el asunto y el destino proyectado por sus propias almas están en sus manos. El problema esencial de ustedes es aprender a manejar al Morador en el Umbral, y asegurarse cuáles son los procesos y procedimientos que pueden llevar a cabo la importante actividad para obtener la fusión. Al producirse esta fusión, el Morador “desaparece y ya no se lo ve, aunque todavía funcione en el plano externo como agente del Ángel; la luz absorbe al Morador, y en el oscurecimiento radiante pero magnético– esta antigua forma de vida desaparece, aunque conserva todavía su forma; descansa y trabaja, pero ya no es ella misma”. Tales son las paradójicas afirmaciones contenidas en el Antiguo Comentario.

Anteriormente he definido en términos muy simples la naturaleza del Morador, sin embargo, quisiera [i154] extenderme sobre uno o dos puntos y hacerles una o dos nuevas sugerencias las que –por razones de claridad y para una más rápida comprensión– clasificaremos de la manera siguiente:

1. El Morador en el Umbral es esencialmente la personalidad; unidad integrada, compuesta de fuerzas físicas, energía vital, fuerzas astrales y energías mentales, constituyendo la suma total de la naturaleza inferior.

2. El Morador adquiere forma cuando el ser humano ha reorientado conscientemente su vida, impresionado por su alma; entonces toda la personalidad está teóricamente encaminada a alcanzar la libertad de servir. El problema consiste en convertir en experiencia la teoría y la aspiración.

3. Durante un tiempo muy prolongado, las fuerzas de la personalidad no constituyen el Morador. El ser humano no está en el umbral de la divinidad ni tiene conocimiento consciente del Ángel, siendo sus fuerzas incoativas. Trabaja inconscientemente en su ámbito, y es aparentemente víctima de las circunstancias y de su propia naturaleza, sintiendo la tentación y el deseo por la actividad y la existencia en el plano físico. Sin embargo, cuando la vida del individuo está regida por la mente, el deseo o la ambición y, por lo menos en gran medida, es controlada por la influencia mental, el Morador empieza a adquirir forma como fuerza unificada.

4. Las etapas en las que el Morador en el Umbral es reconocido, sometido a una disciplina de discriminación y finalmente controlado y dominado, son principalmente tres:

a. Cuando la personalidad domina y rige la vida, ambición y meta constituyen el esfuerzo vital del ser humano. Entonces el Morador controla.

b. Cuando se produce una creciente separación en la conciencia [i155] del discípulo. El Morador o personalidad, es entonces impulsado en dos direcciones: una, hacia la persecución de ambiciones y deseos personales en los tres mundos; otra, donde el Morador hace el esfuerzo (observen esta expresión) para permanecer en el umbral de la divinidad y ante el Portal de la Iniciación.

c. Cuando el Morador busca conscientemente la colaboración del alma y, aunque todavía constituye en sí esencialmente una barrera para el progreso espiritual, se halla cada vez más influido por el alma que por su naturaleza inferior.

5. Cuando se alcanza la etapa final (y muchos ya la están alcanzando) el discípulo lucha con mayor o menor éxito para mantener firme al Morador (aprendiendo a “mantener la mente firme en la luz”, controlando así la naturaleza inferior). De esta manera, domina gradualmente la fluidez constantemente cambiante del Morador, se efectúa su orientación hacia la realidad, apartándose de la Gran Ilusión, y el Ángel y el Morador entran lentamente en íntima armonía.

6. En las primeras etapas del esfuerzo e intento por controlar sus efectos, el Morador es positivo y el Alma negativa, en los tres mundos del esfuerzo humano. Luego viene un período de oscilación, que conduce a una vida equilibrada, donde no predomina ningún aspecto; después se rompe el equilibrio y la personalidad se va haciendo paulatinamente negativa y la influencia del alma o psiquis, llega a ser predominante y positiva.

7. Las influencias astrológicas pueden afectar poderosamente estas situaciones y –hablando en general y dentro de ciertas limitaciones esotéricas– podría destacarse que:[i156]

a. Leo....................controla al Morador positivo.

b. Géminis............controla los procesos de oscilación.

c. Sagitario.............controla al Morador negativo.

Habría que añadir que los tres signos, Escorpio, Sagitario y Capricornio, conducen finalmente a la fusión del Morador con el Ángel.

8. El rayo del alma controla y condiciona la actividad del Ángel y el tipo de influencia que ejerce sobre el Morador. Afecta al karma, a las épocas y a las estaciones del año.

9. El rayo de la personalidad controla al Morador, en las primeras etapas, hasta el momento en que el rayo del alma comienza a producir un acrecentado efecto. El rayo de la personalidad es una combinación de tres energías que producen la cuarta –el rayo de la personalidad–, mediante su interrelación, durante un largo período de tiempo.

10. Por lo tanto, los cinco tipos de energía que he indicado como de primordial importancia en sus propias vidas, cuando les expliqué la naturaleza de los cinco rayos que los controlan, rigen también la relación entre el Morador y el Ángel, tanto en el individuo como en toda la humanidad. Estas cinco energías son en sí el rayo del cuerpo físico, el rayo astral, el rayo mental, el rayo de la personalidad y el rayo del alma.

11. Los rayos que rigen y condicionan a la humanidad y al actual problema del mundo, son los siguientes:

El rayo del Alma

la humanidad debe expresar amor.

El rayo de la Personalidad

el desarrollo de la inteligencia, para transmutarla en amor–sabiduría.

El rayo de la Mente

realización científica.

El rayo astral

desarrollo idealista.

El rayo físico

organización y negocios.

[i157] El rayo del alma controla durante todo un período de vida. Los rayos de la personalidad dados anteriormente, corresponden a la Era de Piscis que ya comienza a desaparecer, sin embargo han condicionado definida e irrevocablemente a la humanidad.

Observarán también que no figura el primer Rayo de Voluntad o Poder, ni tampoco el cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto. Este cuarto rayo está siempre activo, porque controla en forma peculiar a la cuarta Jerarquía creadora y podría considerarse que constituye el rayo básico de la personalidad de la cuarta Jerarquía creadora. El dado anteriormente es un rayo transitorio y efímero de la personalidad, en una encarnación menor.

12. En la era acuariana que está entrando rápidamente, el Morador presentará fuerzas de la personalidad algo diferentes:

Rayo de la Personalidad

de efecto creador

Rayo de la Mente

básico y determinante

Rayo astral

  6º

incentivos condicionantes

Rayo físico                    

  7º

rayo entrante

13. Cada gran ciclo zodiacal constituye una encarnación de la familia humana, y cada gran raza constituye un acontecimiento algo similar, esto último es sin embargo más importante en lo que respecta a la comprensión y conciencia humanas. La analogía corresponde a las pocas encarnaciones importantes de la vida del alma, en contraste con las numerosas e importantes encarnaciones que rápidamente se suceden. Entre las encarnaciones importantes tres se destacan: las razas Lemuria, Atlante y Aria.

14. Cada raza ha producido su propio tipo de Morador en el Umbral, que tuvo que enfrentar al finalizar el ciclo espiritual (no el físico, que continúa hasta cristalizarse), [i158] cuando alcanzó la madurez y fue posible cierta iniciación para la humanidad evolucionada de cada raza.

15. Cuando una encarnación racial y un ciclo zodiacal se sincronizan (lo cual no siempre sucede) tiene lugar un significativo e importante enfoque de atención del Morador sobre el Ángel y viceversa. Esto es lo que ocurre en la actualidad al finalizar la era pisciana y también lo será cuando la raza Aria haya alcanzado la madurez y un desarrollo relativamente elevado. El discipulado es signo de madurez, y cuando se ha alcanzado ésta, se enfrenta al Morador. La raza Aria está preparada para el discipulado.

16. El desarrollo de la sensibilidad, en el individuo y en la raza, indica la inminencia del reconocimiento del Ángel desde ambos puntos de vista y lo inmediato de la oportunidad. Esta oportunidad nunca ha sido tan real como ahora para lograr una activa fusión.

17.Las líneas de demarcación entre las zonas reconocidas de influencia, entre el Morador y el Ángel, son hoy más evidentes que nunca en la historia de la raza. El ser humano conoce la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto y sabe ya elegir el camino a seguir. En la crisis racial atlante (crisis humana total) cuya historia se halla perpetuada en El Bhagavad Gita, en el relato que hace de Arjuna símbolo del discípulo de esa época y del discípulo mundial actual– cuando se hallaba totalmente desorientado, no es muy aplicable en esta época. Los discípulos del mundo y el discípulo mundial ven la situación actual con bastante claridad. ¿Triunfará la comodidad personal, o se sacrificará amorosa y comprensivamente al Morador, por el Ángel? Éste es el mayor problema.

[i159] Les pediría que realicen dos cosas: estudien las ideas anteriores a la luz de la presente crisis mundial y de su propio problema del alma y de la personalidad.

La humanidad avanzada permanece, como el Morador, en el mismo umbral de la divinidad. El Ángel se mantiene expectante absorbido por la presencia, sin embargo está preparado para absorber al Morador. La conciencia de la humanidad ha llegado hasta las mismas fronteras del mundo de los valores espirituales y del Reino de la Luz y de Dios. El Ángel ha “descendido a la Tierra” esperando ser reconocido; Cristo fue precursor y símbolo de este acontecimiento cuando vino hace dos mil años. Esta situación concierne a todos los aspirantes avanzados y puede concernirles a ustedes. También implica a la humanidad como un todo y a la Jerarquía que se acerca. Desde un punto de vista más elevado y espiritual, la conciencia de la humanidad actúa hoy por medio de un grupo de servidores, aspirantes y discípulos mundiales que aumenta constantemente, y sus miembros forman legión.

La humanidad de hoy constituye el Morador, en tanto que la Jerarquía de almas es el Ángel, y detrás de Él se halla la presencia de la Deidad Misma, intuida por la Jerarquía y tenuemente percibida por la humanidad, proporcionando así esa triple síntesis que constituye la divina manifestación en la forma.

Los tres producen poderosas emanaciones (aunque la emanación de la presencia, a través de Shamballa, ha sido inteligentemente restringida desde que la raza humana vino a la existencia). Los tres poseen auras, si quieren denominarlas así, y hoy, en los tres mundos, la del Morador es todavía la más poderosa, así como en la vida del aspirante su personalidad constituye el factor que predomina y predispone. Esta poderosa emanación humana constituye el principal espejismo en la vida de la humanidad y del discípulo individual. Es una síntesis de espejismo, fusionado y mezclado por el rayo de la personalidad, pero precipitado por efecto de la creciente influencia del rayo del alma. Es [i160] la sombra o distorsión de la realidad, percibida ahora por primera vez, en amplia escala, por la raza humana y puesta de relieve mediante la luz que brilla en el Ángel, el que transmite energía desde la presencia.

Así permanecen, la Humanidad y la Jerarquía. Así permanecen ustedes, personalidad y alma, libres para marchar y penetrar en la luz o permanecer pasivos, si así lo determinan, sin aprender nada ni ir a ninguna parte; también son libres para volver a identificarse con el Morador, rechazando la influencia del Ángel y la inminente oportunidad y postergando –hasta un ciclo muy posterior– su determinante elección. Esto es verdad tanto para ustedes como para toda la Humanidad. ¿Dominará la actual situación la personalidad materialista de tercer rayo de la humanidad, o su alma amorosa llegará a ser el factor más poderoso, manejando a la personalidad y sus pequeños asuntos, conduciéndola a una correcta discriminación y al reconocimiento de los verdaderos valores, para introducir así la era en la que controlará el alma o la Jerarquía? El tiempo lo dirá.

Por ahora no impartiré nada más. Ansío que todos aprendan estas pocas afirmaciones esenciales, antes de abordar la tercera parte. También quisiera que las instrucciones grupales generales, recibidas últimamente, ocupen la mayor parte de su tiempo, interés y atención. Lo que se necesita urgentemente, y sobre lo cual quisiera que trabajen, es lograr los ajustes grupales internos y establecer más firmemente las relaciones grupales. Además quisiera recordarles que así como en todo lo manifestado existe una personalidad y un alma grupales, deben aprender a distinguir claramente entre ambas y poner todo el peso de su influencia, deseo y presión, a favor del Ángel grupal. De esta manera podría acontecer ese maravilloso reconocimiento para el cual la iniciación prepara al aspirante la revelación de la presencia.

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