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CAPÍTULO V - LOS TRES DEPARTAMENTOS DE LA JERARQUÍA

CAPÍTULO V

LOS TRES DEPARTAMENTOS DE LA JERARQUIA

[i37] Ya hemos tratado el tema de la fundación de la Jerarquía de la Tierra, vimos cómo vino a la existencia y nos ocupamos de ciertas crisis ocurridas, que aún afectan a los actuales acontecimientos. Al tratar del trabajo y de los objetivos de los miembros de la Jerarquía, no es posible decir cuáles han sido, ni considerar en detalle quiénes fueron los personajes activos durante los pasados milenios, desde que vino a la existencia la Jerarquía.

Muchos grandes Seres, de origen planetario y solar, y a veces provenientes de fuentes cósmicas, prestaron Su ayuda en determinados momentos y residieron brevemente en nuestro planeta. Por la energía que fluía a través de Ellos y por Su profunda sabiduría y experiencia, estimularon la evolución terrestre y contribuyeron en gran medida a la realización de los propósitos del Logos planetario. Después siguieron Su camino, y Sus lugares fueron ocupados por esos miembros de la Jerarquía que estaban dispuestos a someterse a un entrenamiento específico y a una expansión de conciencia. A su vez, los cargos de estos adeptos y Maestros fueron ocupados por iniciados, por eso los discípulos y hombres y mujeres altamente evolucionados, continuamente tuvieron oportunidad de entrar en las filas de la Jerarquía, y así hubo una constante circulación de nueva vida y sangre, y la llegada de quienes pertenecen a un período o época especial.

Algunos de los grandes nombres de las últimas épocas son conocidos en la historia como Shri Sankaracharya, Vyasa, [i38] Mahoma, Jesús de Nazareth y Krishna, y también los iniciados menores como Pablo de Tarso, Lutero y algunas luminarias destacadas de la historia europea. Estos hombres y mujeres siempre han sido agentes para llevar a cabo el propósito de la raza, lograr condiciones grupales y fomentar la evolución de la humanidad. A veces han aparecido como fuerzas benefactoras, trayendo consigo paz y bienestar. Con frecuencia han llegado como agentes de destrucción de las antiguas formas religiosas y de gobierno, para poder ser liberada la vida dentro de la forma en rápida cristalización, construyendo para sí un nuevo y mejor vehículo.

Mucho de lo que aquí se dice es bien conocido y fue expuesto en diferentes libros esotéricos. Sin embargo, en la sabia y cuidadosa enunciación de los hechos recopilados y su correlación con lo que podría ser nuevo para algunos estudiantes, llega la eventual captación sintética del gran plan y la comprensión inteligente y uniforme del trabajo de ese gran grupo de almas liberadas que, con absoluta autoabnegación, permanece silenciosamente detrás del panorama mundial. Por el poder de Su voluntad, la fuerza de Sus meditaciones, la sabiduría de Sus planes y Su conocimiento científico de la energía, dirigen las corrientes de fuerza y controlan a esos agentes constructores de la forma que producen lo visible y lo invisible, lo activo y lo inactivo, en la esfera de la creación en los tres mundos. Esto, unido a su vasta experiencia, los capacita para ser agentes distribuidores de la energía del Logos planetario.

Como ya se ha afirmado, a la cabeza de todas las actividades, controlando cada unidad y dirigiendo toda evolución, se halla el REY, el Señor del Mundo, Sanat Kumara, el Joven de los Eternos Veranos, y el Manantial de la Voluntad (demostrándose como Amor) del Logos planetario. Colaborando con Él y como Sus consejeros, hay tres Personajes [i39] llamadas Pratyeka Budas, o Budas de Actividad. Estos cuatro Seres encarnan la voluntad activa, amorosa e inteligente. Son el pleno florecimiento de la inteligencia, habiendo logrado en un sistema solar anterior lo que el hombre está ahora tratando de perfeccionar. En anteriores ciclos de este sistema, Ellos comenzaron a demostrar amor inteligente y, desde el punto de vista del hombre, el ser humano común, son el amor e inteligencia perfectos, aunque desde el punto de vista de esa Existencia que en Su cuerpo de manifestación abarca también nuestro sistema planetario, ese aspecto amor se halla aún en proceso de desarrollo y la voluntad es sólo embrionaria. Será otro el sistema solar que verá fructificar el aspecto voluntad, así como el amor madurará en el nuestro.

En torno al Señor del Mundo, pero separados y ocultos, hay otros tres Kumaras, que completan los siete de la manifestación planetaria. Su trabajo es necesariamente incomprensible para nosotros. Los tres Budas exotéricos o Kumaras son la totalidad de la actividad o energía planetaria, y los tres Kumaras esotéricos encarnan tipos de energía que no están en plena manifestación en nuestro planeta. Cada uno de estos seis Kumaras es un reflejo y un agente distribuidor de la energía y fuerza de uno de los otros seis Logos planetarios, los restantes seis espíritus ante el Trono. En este esquema sólo Sanat Kumara se sostiene y se basta a Sí Mismo, porque es la encarnación física de uno de los Logos planetarios, pero no puede ser revelado cuál de ellos, por ser uno de los secretos de la iniciación. A través de cada uno de Ellos pasa la fuerza vital de uno de los seis rayos, y al considerarlos se podría resumir Su trabajo y posición de la manera siguiente:

1. Cada uno encarna uno de los seis tipos de energía, siendo el Señor del Mundo el que sintetiza y encarna el perfecto séptimo tipo, nuestro tipo planetario. [i40]

2. Cada uno se caracteriza por uno de los seis colores, y el Señor del Mundo manifiesta el pleno color planetario, siendo éstos también los seis subsidiarios.

3. Por lo tanto, Su trabajo no sólo consiste en distribuir la fuerza, concierne a la entrada de los egos que buscan experiencia terrestre en nuestro esquema y que vienen de otros esquemas planetarios.

4. Cada uno de Ellos está en comunicación directa con uno de los planetas sagrados.

5. De acuerdo a las condiciones astrológicas y al giro de la rueda planetaria de la vida, así estará activo uno de estos Kumaras. Los tres Budas de actividad cambian de vez en cuando y se trasforman a su vez en exotéricos o esotéricos, según sea el caso. Únicamente el Rey permanece constante y alerta en activa encarnación física.

Además de estos personajes principales que presiden la Cámara del Concilio de Shamballa, existe un grupo de cuatro Seres que representan en el planeta los cuatro Maharajáes, o los cuatro Señores del Karma en el sistema solar, y se ocupan específicamente de la evolución del reino humano en la actualidad. Estos cuatro Seres tienen relación con:

1. La distribución del karma o destino humano, en lo que afecta a los individuos y, a través de los individuos, a los grupos.

2. El cuidado y clasificación de los archivos akásicos. Éstos se ocupan de la Sala de los Archivos o de las "anotaciones en los libros”, según se dice en la Biblia cristiana. En el mundo cristiano son conocidos como los ángeles registradores. [i41]

3. La participación en los concilios solares. Sólo Ellos tienen derecho, durante el ciclo mundial, a pasar más allá de la periferia del esquema planetario y participar en los concilios del Logos solar. Debido a esto, son literalmente mediadores planetarios, que representan a nuestro Logos planetario y a todo aquello que Le concierne en el esquema mayor, del cual Él es sólo una parte.

Cooperando con los Señores del Karma hay grandes grupos de iniciados y devas que se ocupan del correcto reajuste de

a. el karma mundial,
b. el karma racial,
c. el karma nacional,
d. el karma grupal,
e. el karma individual,

y son responsables ante el Logos planetario de la correcta manipulación de esas fuerzas y son agentes constructores, que traen a los egos de los distintos rayos en los momentos y temporadas exactos.

Poco tenemos que ver con todos estos grupos, porque sólo los iniciados de tercera iniciación y los de rango aún más excelso, entran en contacto con ellos.

Los otros miembros de la Jerarquía se dividen en tres grupos principales y cuatro subsidiarios; cada uno, como se observará en el diagrama que aparece en la página 51, está precedido por uno de los que denominamos los tres Grandes Señores.

EL TRABAJO DEL MANU

El Manu preside el primer grupo. Se Lo llama Vaivasvata Manu, y es el Manu de la quinta raza raíz. [i42] Es el hombre ideal o pensador, y determina el tipo de nuestra raza aria, habiendo presidido sus destinos desde su comienzo, hace casi cien mil años. Otros aparecieron y desaparecieron, y Su lugar será ocupado por algún otro, en un futuro relativamente cercano. Entonces pasará a realizar un trabajo de más excelso. El Manu o prototipo de la cuarta raza raíz trabaja en íntima relación con Él, y su centro de influencia se halla en China. Es el segundo Manu que ha tenido la cuarta raza raíz, y ha ocupado el lugar del anterior durante las etapas finales de la destrucción de la Atlántida. Ha permanecido para fomentar el desarrollo del tipo racial y provocar su desaparición final. Los períodos de actuación de los diversos Manus se superponen; actualmente no queda en el globo ningún representante de la tercera raza raíz. El Vaivasvata Manu reside en los Himalayas y ha reunido a Su alrededor, en Shigatsé, a algunos de los que están relacionados directamente con las cuestiones arias en la India, Europa y América, y a aquellos que más tarde se ocuparán de la futura sexta raza raíz. Los planes se preparan para épocas futuras; se constituyen centros de energía, miles de años antes que sean necesarios, y por la sabia previsión de estos Hombres Divinos, nada se deja al azar, sino que todo se mueve en ciclos ordenados y bajo regla y ley, aunque dentro de limitaciones kármicas.

El trabajo del Manu concierne en gran parte al gobierno, la política planetaria y el establecimiento, dirección y disolución de tipos y formas raciales. A Él se le confía la voluntad y el propósito del Logos planetario. Sabe cuál es el objetivo inmediato para este ciclo de evolución que debe presidir, y Su trabajo consiste en hacer cumplir esa voluntad. Trabaja en  más estrecha colaboración con los devas constructores, que con Su Hermano el Cristo, pues [i43] Su misión es establecer el tipo racial, segregar los grupos por los cuales se desarrollarán las razas, manipular las fuerzas que mueven la corteza terrestre, levantar y hundir continentes, dirigir la mente de los estadistas de todas partes, para que el gobierno racial proceda como es de desear y se logren las condiciones que proporcionarán el personal necesario para fomentar cualquier tipo racial particular. Ya se observa en América del Norte y en Australia un trabajo similar.

La energía que afluye a través de Él emana del centro coronario del Logos planetario y Le llega a través del cerebro de Sanat Kurnara, que centraliza en Sí toda la energía planetaria. Actúa por medio de la meditación dinámica, llevada a cabo en el centro coronario, produciendo resultados por Su perfecta comprensión de lo que debe realizarse, por Su poder de visualizar lo que debe hacerse para lograr la realización, y por Su capacidad de trasmitir energía creadora y destructora a quienes son Sus ayudantes. Todo esto se realiza por el poder de la emisión del sonido.

EL TRABAJO DEL INSTRUCTOR DEL MUNDO, EL CRISTO

El segundo grupo está presidido el Instructor del Mundo. Es ese gran Ser que los cristianos denominan Cristo. En Oriente es conocido como el Bodhisattva y el Señor Maitreya, y por los devotos mahometanos, como el Iman Madhi. Ha presidido los destinos de la vida desde el año 600 a. C.; es Quien apareció entre los hombres y a Quien se espera nuevamente. Es el gran Señor de Amor y Compasión, así como su predecesor, Buda, fue el Señor de Sabiduría. [i44]. A través de Él fluye la energía del segundo aspecto que Le llega directamente desde el centro cardíaco del Logos planetario, a través del corazón de Sanat Kumara. Actúa por la meditación centrada en el corazón. Es el Instructor del Mundo, el Maestro de Maestros y el Instructor de Ángeles, y se Le ha confiado la guía de los destinos espirituales de los hombres y el despertar del reconocimiento de que cada ser humano es una criatura de Dios y un hijo del Altísimo.

Así como el Manu se ocupa de proporcionar el tipo y las formas a través de las cuales la conciencia puede evolucionar y adquirir experiencia, haciendo posible la existencia en su sentido más profundo, así el Instructor del Mundo dirige esa conciencia inmanente en su aspecto vida o espíritu, tratando de energetizarla dentro de la forma, para ser ésta descartada a su debido tiempo y el espíritu liberado volver a su origen. Desde que dejó la Tierra, como dice con relativa exactitud la Biblia (aunque con muchos errores en los detalles), siempre ha permanecido con los hijos de los hombres. Nunca nos ha abandonado, sino en apariencia, y quienes conocen el camino pueden hallarlo en cuerpo físico en los Himalayas, trabajando en íntima colaboración con Sus dos grandes Hermanos, el Manu y el Mahachohan. Diariamente imparte su bendición al mundo, y permanece todos los días bajo el gran pino de Su jardín, a la puesta del sol, con las manos en alto, bendiciendo a quienes tienen verdadera y fervorosa aspiración. Conoce a todos los buscadores, y aunque no tengan conciencia de Él, la luz que de Él afluye estimula sus deseos, fomenta la chispa de vida naciente y espolea al aspirante hasta el amanecer del gran día en que se enfrente con Aquel Que "al ser ascendido" ‑entendido esotéricamente‑ atraerá hacia Sí a todos los hombres, como Iniciador de los sagrados misterios. [i45]

EL TRABAJO DEL SEÑOR DE LA CIVILIZACIÓN, EL MAHACHOHAN

El Mahachohan encabeza el tercer grupo. Su autoridad sobre el mismo persiste durante un período más extenso que el de Sus dos Hermanos, y puede desempeñar Su cargo durante varias razas raíces. Es la totalidad del aspecto inteligencia. El actual Mahachohan no es el que originariamente ocupó el lugar al establecerse la Jerarquía en los días de Lemuria ‑ entonces era ocupado por uno de los Kumaras o Señores de la Llama que encarnaron con Sanat Kumara; y el Mahachohan ocupó Su lugar en la segunda subraza de la raza raíz atlante. Había logrado el estado de adepto en la cadena lunar, y por medio de Su complementación, un gran número de seres humanos avanzados vinieron a la encarnación a mediados de la raza raíz atlante. La afiliación kármica con Él fue una de las causas predisponentes que hicieron posible esta eventualidad.

Su trabajo es fomentar y fortalecer la relación entre espíritu y materia, vida y forma, yo y no‑yo, cuyo resultado es lo que llamamos civilización. Maneja las fuerzas de la naturaleza y es en gran parte la fuente emanante de energía eléctrica, tal como la conocemos. Por ser reflejo del tercer aspecto o creador, la energía del Logos planetario fluye hacia Él desde el centro laríngeo, y es Quien de muchas maneras hace posible el trabajo de Sus hermanos. Le presentan Sus planes y deseos y por Su intermedio llegan las instrucciones a un gran número de agentes dévicos.

Así tenemos Voluntad, Amor e Inteligencia, representados en estos tres Grandes Señores; tenemos el yo y el no‑yo, y su relación sintetizada en la unidad de la manifestación; tenemos gobierno racial, religión y civilización, constituyendo un todo coherente, y la manifestación física, el aspecto amor o deseo, y la mente [i46] del Logos planetario, exteriorizándose en objetividad. Entre estas tres Personalidades existe la más íntima colaboración y unidad, y todo movimiento, plan y acontecimiento, tienen su existencia en Su previo conocimiento unido. Están en continuo contacto con el Señor del Mundo en Shamballa, y la dirección de todos los asuntos descansa en sus manos y en las del Manu de la cuarta raza raíz. El Instructor del Mundo ocupa Su lugar, en conexión con las razas raíces cuarta y quinta.

Cada uno de estos guías departamentales dirige cierto número de cargos subsidiarios, y el departamento del Mahachohan está dividido en cinco secciones, que abarcan los cuatro aspectos menores del gobierno jerárquico.

A las órdenes del Manu trabajan los regentes de las distintas divisiones del mundo, como por ejemplo, el Maestro Júpiter, regente de la India, el más antiguo de Los que trabajan ahora para la humanidad en cuerpo físico, y el Maestro Rakoczi, que es el regente de Europa y América. Debe recordarse que aunque el Maestro R., por ejemplo, pertenece al séptimo rayo y está sujeto al departamento de energía del Mahachohan, sin embargo, en el trabajo jerárquico puede desempeñar, y desempeña, temporariamente, el cargo bajo el Manu. Estos regentes, aunque desconocidos, tienen en Sus manos las riendas del gobierno de los continentes y las naciones, guiando así, aunque en forma desconocida, sus destinos, inspirando a estadistas y gobernantes; vierten energía mental en los grupos gobernantes, logrando los resultados deseados cuando encuentran colaboración e intuición receptiva entre los pensadores.

El Instructor del Mundo preside el destino de las grandes religiones, por medio de un grupo de Maestros e Iniciados que dirigen las actividades de las diferentes escuelas de pensamiento. A título de ilustración, el Maestro Jesús, inspirador y director de las Iglesias cristianas de todo el mundo, [i47] aunque es un adepto de sexto rayo en el departamento del Mahachohan, trabaja actualmente bajo el Cristo en bien de la cristiandad; otros Maestros ocupan puestos similares en relación con los grandes credos orientales y las diversas escuelas de pensamiento en Occidente.

En el departamento del Mahachohan gran número de Maestros, en quíntuple división, trabaja con la evolución dévica y el aspecto inteligencia del hombre, y corresponde a los cuatro rayos menores de atributo,

1. el rayo de armonía o belleza,
2. el rayo de ciencia concreta o conocimiento,
3. el rayo de devoción o idealismo abstracto,
4. el rayo de ley ceremonial o magia,

así como los tres guías de departamentos representan los tres rayos mayores de:

 I.  Voluntad o poder.
II.  Amor o sabiduría.
III. Inteligencia activa o adaptabilidad.

Los cuatro rayos o atributos de la mente, con el tercer rayo de la inteligencia, están sintetizados por el Mahachohan y constituyen la totalidad del quinto principio de la mente o manas.