2 Panorama Mundial sobre la Globalización y los Desafíos en el Camino hacia la Unidad Mundial

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El Brexit y la Globalización del Alma

El impacto sísmico de la decisión tomada por el pueblo británico de abandonar la Unión Europea todavía se siente en el Reino Unido, en la UE y en todo el mundo. Algo que destaca de entre las reacciones a este acontecimiento es que la globalización – la taquigrafía de un incesante aumento de la libertad de movimientos de bienes, servicios y, lo más decisivo, personas – es una causa subyacente y significativa al respecto. La globalización ha sido acusada de haber creado gran parte de la incertidumbre y falta de seguridad en el empleo que actualmente existe, lo cual se cree que ha estado en la base de la actitud de algunos de los votantes del “Salir”.   Pero la globalización ¿debe ser entendida solamente como un modo de maximizar la eficiencia en el seno de la economía mundial? El problema que resulta evidente en este asunto es que no está garantizado que los beneficios de tal eficiencia vayan a ser compartidos equitativamente, y es esta percepción la que podría haber tenido en mente la parte del electorado que emitió un voto de protesta. Incluso si los beneficios pudieran repartirse de manera igualitaria, quedaría en pie un problema más profundo, que es ver la globalización solamente como un medio de garantizar la seguridad material o el bienestar. Se ha dicho que “Donde no hay visión, la gente perece” y ciertamente existe un juicio muy preciso en todo el mundo acerca de la falta de visión existente entre políticos y líderes. Si la gente no puede percibir un significado más profundo, un futuro más brillante, en la imagen del mundo que sus líderes les ofrecen, es entonces cuando pueden sucumbir a la nostalgia de un pasado que no puede volver.

Lo que se necesita es una visión de la globalización que toque las profundidades del alma: con la que se pueda, paradójicamente, reconocer la identidad como profundamente enraizada en los lugares y la cultura propios de un pueblo, y al mismo tiempo, valorar esta identidad como un magnífico regalo a compartir con los demás. Al celebrar de este modo la diversidad de la vida, podemos trabajar hacia la armonización de esa diversidad profundizando cada vez más en contextos de cooperación* que conduzcan a una verdadera unidad. Esta labor no es fácil, y requiere una aplicación persistente de la voluntad-al-bien del conjunto. Una globalización semejante busca en primer lugar disolver las barreras que hay en las mentes y en los corazones, como un precursor fundamental de la ruptura de las barreras existentes en los dominios políticos y económicos. Ciertos aspectos de esta concepción de la globalización aparecen en el pensamiento de los colaboradores de Resurgence, Kosmos, the Utne Reader, Mother Jones, the Optimist, Orion, Positive News y otras publicaciones progresistas, así como en las acciones de muchos otros servidores en todo el planeta.

Esta visión de la globalización es la que no se ha hecho oír con suficiente fuerza en las discusiones y debates que han tenido lugar en el Reino Unido y en tantos otros lugares. El resultado del voto “Salir” ha puesto al descubierto numerosas divisiones existentes en la sociedad: entre viejos y jóvenes; entre urlos habitantes de las zonas urbanas y rurales; entre ricos y pobres; etcétera. Pero Gran Bretaña no es la única que presenta esas divisiones, y es ahora cuando aparece ante el mundo como un claro ejemplo de las fallas que existen en el seno de las sociedades sin excepción. Quizás la división más importante que ha sido puesta de relieve es la que existe entre las “élites”, los líderes, los “expertos” y la gente corriente de la calle. Mediante el uso diligente, persistente e imaginativo de la buena voluntad, esta brecha abierta en la psique humana puede y debe ser salvada. El reto para todos los que quieren ver emerger una globalización iluminada e inclusiva, es encontrar el modo de integrar sus elevados principios y perspectivas dentro de los programas de los políticos y los líderes en la industria, la cultura y la religión, y al mismo tiempo, poner de manifiesto su relevancia en las actuales circunstancias de la gente de todas partes. Si el Reino Unido aparece hoy como un símbolo de división, puede convertirse en un símbolo de sanación, si tanto los líderes como el pueblo pueden llegar a ser alcanzados y unificados por una renovación dinámica y práctica del significado y propósito de las relaciones humanas en el marco de la comunidad, tanto nacional como internacional.

*La Unión Europea tiene el potencial, aún no completamente realizado todavía, de ser un contexto de cooperación más allá de los estados nación. Otro importante resultado del voto “Salir” es que ha puesto el foco de una linterna sobre la propia Unión, de modo que sus líderes son llamados ahora a articular claramente una visión positiva de su futuro.

 
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Estar a la Altura de los Acontecimientos:

Desafíos Recientes en el Camino hacia la Unidad

Una profunda crisis política, a la que muchos llamarían espiritual, está teniendo lugar precisamente ahora: la que ha adquirido un nuevo impulso después del inesperado voto británico de abandonar la Unión Europea. Sea cual sea el punto de vista que las personas de buena voluntad puedan tener acerca de las complejas cuestiones que rodean a este debate, es innegable que este voto ha hecho surgir divisiones que han incrementado tanto los miedos como los odios.

Ello contrasta con el progreso visto en décadas recientes, donde todos los campos de la vida y las relaciones han sido influidos por un reconocimiento amplio de la interdependencia e integridad de la vida. Este reconocimiento ha conducido a un despertar espiritual en los ámbitos profesional, artístico, científico, en la economía y en las relaciones internacionales. Al mismo tiempo, durante más de 50 años, se han llevado a cabo todo tipo de experiencias de negociaciones sobre economía multilateral y política internacional entre diversos países y en el interior de ellos.  A todos los niveles, este progreso hacia una sociedad basada en los derechos humanos, más inclusiva y multicultural, ha sido el resultado de ingentes esfuerzos en la reeducación y la superación de prácticas menos esclarecidas, pero largamente establecidas.

A través de esos recientes acontecimientos, el "tira y afloja" entre quienes están inspirados por una visión de creciente unidad en la diversidad y aquellos cuyo punto de vista está constituido por un sentido de la competencia entre grupos separados se ha elevado hasta un nuevo nivel de intensidad tanto emocional como política. Esto plantea un reto significativo. Como dijo Ban Ki-moon una vez en Tel Aviv: La mayor confrontación posible es una batalla por la conquista de las mentes. Por una parte, están quienes quieren dividir el mundo en “nosotros y ellos”. Por otra, se sitúan quienes ven a la humanidad, según palabras de la Carta de las Naciones Unidas, como “nosotros, los pueblos”. Esta es una batalla que “nosotros los pueblos” simplemente no podemos permitirnos perder.

Es aquí donde la buena voluntad aparece como una importante y efectiva fuerza para el cambio. La buena voluntad no es una fuerza pasiva sino dinámica, que hoy más que nunca es orientada y transmitida por individuos y grupos a todos los niveles. En lugar de ideologías que promueven la división, la buena voluntad pone de manifiesto iniciativas prácticas para cooperar y resolver problemas compartidos con el propósito de mejorar la calidad de vida de todos. Todas las personas de buena voluntad son mediadoras a este respecto, dado que la buena voluntad es el ingrediente vital para trabajar con elementos diversos con el objetivo de crear un camino de avance unificado y constructivo.

En este periodo decisivo, muchos campos necesitan este poder transformador, y existen muchas maneras de aportarlo en tanto que haya en ellos personas de buena voluntad. He aquí tres posibles terrenos para la acción.

Compartir Recursos.

En décadas recientes el incremento de la integración global ha ido acompañado de una creciente brecha abierta en la riqueza existente en el interior de los países y también entre ellos. El acento debe ser puesto ahora en iniciativas auténticas y transparentes que promuevan las economías compartidas, en las que un desarrollo sostenible mejore la calidad de vida de todas las personas. Ello va a requerir que los ciudadanos de todo el mundo ejerzan presión en este sentido. La desigualdad en cualquiera de sus formas (económica, étnica, religiosa) debe ser entendida como la prueba de una ausencia de buena voluntad, como un signo de que es necesaria la sanación y como una llamada a la acción. 

Fomentar Activamente la Ciudadanía Mundial.

La ciudadanía mundial sigue siendo un ideal que la humanidad tiene ante sí. Está empezando a surgir, pero aún le falta solidez, o cierto asentamiento en la identidad de grupo. Quizás el mayor reto educativo al que se enfrentan las personas de buena voluntad es hallar la manera de ofrecer una perspectiva de la ciudadanía mundial que inspire una visión positiva de sus posibilidades futuras. Esto implica ayudar a despertar en los demás el sentido de la responsabilidad por el bienestar del conjunto, así como el bienestar de la parte (comunidad local y nación). Requiere asimismo el interés en la vida política, en los proyectos e iniciativas encaminados a establecer economías del compartir transparentes. Las personas de buena voluntad inteligente son interpeladas para que estén a la altura de los acontecimientos y utilicen las oportunidades que siempre suelen acompañar a las crisis para profundizar y fortalecer el progreso hacia un mundo de buena voluntad y correctas relaciones humanas. Un paso muy importante en este sentido son los Objetivos para un Desarrollo Sostenible, que encierran una notable visión de futuro.

Este es también el momento adecuado para una espiritualidad comprometida con las ingentes cantidades de personas en el mundo que se sienten “dejadas de lado” y que están irritadas. Cada persona que persigue el fomento de la buena voluntad se enfrenta al reto de buscar una auténtica respuesta a esta situación, para estar a la altura de la necesidad de un servicio cada vez más profundo y una acción competente del modo que a cada cual le resulte más natural.

Meditación Grupal

Podemos dedicar las energías iluminadas y amorosas de lo divino que son evocadas en la meditación grupal para crear un mundo de ciudadanos globales, trabajar para sanar la desigualdad y establecer verdaderamente un mundo de correctas relaciones humanas. El programa Buena Voluntad para Un Solo Mundo, que está relacionado con esto, es la iniciativa del Ciclo de Conferencias. Se trata de una meditación grupal de alcance mundial que reúne a las personas en una visualización que ayude a iluminar espiritualmente el clima del cual dependen las conferencias mundiales que resultan de vital importancia para el progreso espiritual de la humanidad. Para todos los que trabajamos subjetivamente alineándonos con el grupo de servidores del mundo, evocando e irradiando energías de luz y de buena voluntad, es tiempo de redoblar nuestros esfuerzos.

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