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1. La Situación Mundial

[i629] La manifestación de la Nueva Era, en la Tierra, conjuntamente con el surgimiento del quinto reino de las almas, es una tarea que demanda los esfuerzos concertados y unidos de todos aquellos que se dedican a alcanzar este objetivo. Necesita del esfuerzo colaborador de esa parte más evolucionada de la humanidad, sensible a estas nuevas influencias, que puede captar la naturaleza de estos importantes acontecimientos y sus potencialidades de largo alcance y está, por lo tanto, preparada para participar lo mejor que pueda en satisfacer la necesidad de este momento crucial y del servicio que los Grandes Seres tratan de prestar. Este esfuerzo de colaboración realizado por esa parte más receptiva de la humanidad, es lo que la Jerarquía, en realidad, quiere establecer entre los hijos de los seres humanos.

La Jerarquía y quienes se hallan vinculados a ella en el Sendero del Discipulado y en el Sendero de la Iniciación, soportan hoy una enorme presión. Ha sido necesaria una constante colaboración y una extrema actividad, pues Quienes guían la evolución humana, se han preocupado profundamente por mantener el equilibrio necesario en el mundo. De ser posible, ha de evitarse llevar la situación a una rápida culminación, sea a una conflagración general [i630] (como posible alternativa), a una intranquilidad efervescente, de tan amplias proyecciones y de carácter tan persistente, que los pueblos del mundo serán, en el primer caso, devastados por la guerra, con su corolario de hambre y pestes y, en el otro, agotados por el sufrimiento engendrado a raíz del malestar económico, las privaciones y la explotación de las masas por los fanáticos, los que buscan la popularidad y los idealistas bien intencionados, pero poco prácticos.

Los peligros que existen para la raza y su evolución de que se desate una guerra o guerras desastrosas son tan grandes e indeseables, como lo son las similares condiciones donde no hay un desarrollo real y efectivo, sino décadas en que predominan la actual encrucijada y la bancarrota económica. Contrarrestar estas posibilidades y, al mismo tiempo, producir durante los próximos diez años el máximo cambio deseado, ha sido el objetivo de la Jerarquía planetaria (ese grupo oculto de Trabajadores que el cristianismo denomina el Cristo y sus Discípulos), y constituye el punto focal de la lucha. He utilizado premeditadamente la palabra lucha. La Jerarquía está luchando denodadamente contra las denominadas “fuerzas del mal”, y el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo es actualmente, en el plano físico, el instrumento con que la Jerarquía debe trabajar, pues no posee otro.

¿Qué se quiere significar con las palabras “fuerzas del mal”? No significa ejércitos perversos y pecaminosos creados por una ficción de la imaginación, ni el demonio o ningún supremo anticristo, pues tal ejército no existe, y tampoco existe un gran enemigo de Dios que presente batalla al Altísimo. Sólo existe una humanidad sufriente, semidespierta aún, que comete errores, presiente tenuemente la visión, lucha por liberarse de la esclavitud del pasado, con sus deshonrosas alianzas e incontroladas lealtades del pasado. Las fuerzas del mal son, en último análisis, los antiguos y arraigados ideales y hábitos mentales que han cumplido el propósito de llevar a la raza al [i631] punto actual de evolución, pero que ahora deben desaparecer si queremos introducir la Nueva Era. Los antiguos ritmos establecidos, inherentes a las antiguas formas de religión, política y orden social, deben dar lugar a los nuevos ideales, a la comprensión sintética y al nuevo orden. Las leyes y los modos de proceder, característicos de la Nueva Era, deben reemplazar a los antiguos, y esto instituirá, a su debido tiempo, el nuevo orden social y un régimen más incluyente.

En la actualidad, se están realizando muchos experimentos, especialmente en lo que concierne al sector gubernamental, tentativas de los seres humanos en todas partes de aplicar los nuevos y tenuemente percibidos ideales que van apareciendo, los cuales deben ser aplicados a nuestras condiciones modernas de vida y eventualmente reemplazarlas. No existe forma alguna de experimento nacional que no esté basada en algunos de estos ideales, ni que sea esencialmente el esfuerzo realizado por alguna escuela idealista para mejorar las condiciones del mundo o llevar alivio a un grupo de seres humanos. Éste es uno de los axiomas que debe ser aceptado desde el comienzo y sobre esto se respalda el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Por lo tanto, niega todo antagonismo político. Durante el proceso de materializar el ideal, en un esfuerzo por lograr su reconocimiento y obtener la aceptación del propósito vital de la idea, los métodos empleados, los odios provocados, las crueldades cometidas en su nombre, la aceptación exigida por la fuerza y los males perpetrados en nombre de los nuevos objetivos, han producido una condición de carácter tan enardecedor que quienes están detrás de los asuntos mundiales y del desarrollo de la humanidad se han visto dificultados para mantener las cosas en calma.

¿Qué pasa actualmente en el mundo? -pues las separaciones se evidencian día a día, y la situación puede observarse con mayor nitidez. Los que no poseen visión, pero sí un punto de vista miope, respecto a los hechos ambientales, consideran que lo que sucede en el mundo va empeorándose y agravándose cada día. [i632] No ven la luz en la oscuridad, e irreflexivamente dicen que nuestra civilización está condenada. Otros ven en la situación una oportunidad para llegar a destacarse y ponerse al frente de algún sector de actividad mundial. Así explotan a las masas y tergiversan la situación en beneficio propio, a veces con la mejor intención, otras porque ven la oportunidad de alcanzar el poder y predominar y. aún otras, porque la vida, el destino, el sino o el karma (apliquemos el término que mejor nos parezca), los coloca en esa posición y se convierten en seres humanos del destino. Empuñan el timón de la nave de algún estado, y son agentes que controlan algún partido, grupo, situación religiosa, política o económica. Sin embargo, sólo son peones en las manos de Aquellos que trabajan para lograr un objetivo mayor.

Toda la cuestión puede analizarse desde dos ángulos, y quizás resulte provechoso hacerlo, recordando siempre que el objetivo del nuevo orden social, la nueva política y la nueva religión consiste en alcanzar el desenvolvimiento de la conciencia humana a fin de instituir y presentar a los seres humanos valores más elevados y terminar con el reinado del materialismo. Después de todo, es la meta que se han fijado los verdaderos conocedores y los seres humanos espiritualmente orientados durante épocas, para establecer el Reino de Dios, el control por el alma, cuya naturaleza es amor, y llevar a cabo el trabajo que inició el Cristo, una era de paz en la tierra y de buena voluntad entre los seres humanos. Esto lo demuestra claramente el difundido énfasis puesto sobre la paz mundial, proclamado por los grandes líderes políticos, y que las iglesias de todas partes, tratan de obtener.

Los pueblos del mundo se pueden clasificar en cuatro grupos, según el punto de vista de Quienes tratan de guiar a la humanidad hacia la Nueva Era. Ciertamente ésta es una amplia generalización, [i633] habiendo muchos grupos de enlace entre las cuatro principales agrupaciones.

Primero, las masas ignorantes: éstas, debido a la pobreza, la desocupación, el analfabetismo, el hambre, la desesperación y la falta de esparcimiento y de medios para adquirir cultura, están enardecidas. Tienen suficiente desarrollo para responder a las sugerencias y al control mental de las personas un poco más evolucionadas que ellas. Son fácilmente regimentadas, influenciadas, estandarizadas e impulsadas a una actividad colectiva por los líderes de cualquier escuela de pensamiento, que sean suficientemente inteligentes y emotivos, para despertar los deseos materiales, el amor a la patria y el odio hacia quienes poseen más que ellos. Estas personas pueden ser controladas por el temor y, por lo tanto, impulsadas a actuar por la demanda emotiva.

Como no conocen nada mejor y padecen tantos sufrimientos son fácilmente arrastradas por los fuegos del odio y del fanatismo, y constituyen una de las más grandes e inocentes amenazas de esta época. Son juguetes en manos de los que están bien informados, y se hallan indefensas contra quienes tratan de utilizarlas para cualquier propósito. Pueden ser conmovidas con más facilidad por las exhortaciones emocionales y las promesas, porque las ideas casi no llegan a impresionar sus conciencias, debido a que no están desarrolladas suficientemente para pensar por sí mismas. La mayor parte de ellas son almas jóvenes, aunque naturalmente hay excepciones. No es el idealismo de los líderes o de los demagogos lo que las impresiona y las impulsa a la acción (generalmente de naturaleza violenta), sino el deseo de tomar represalias, el ansia de poseer bienes materiales y la determinación de ser, como vulgarmente se dice, “el jefe”. Encarnan la psicología, el régimen y la violencia de la plebe. Están indefensos, son explotados y -porque son seres humanos irreflexivos e irrazonables- presentan un problema verdaderamente serio como bien sabemos y lo comprenden todos los gobiernos. La violencia ciega e irreflexiva hasta ahora ha sido enfrentada por la fuerza armada. Esto [i634] es lo que sucede hoy. Las masas luchan y mueren azuzadas por fogosas arengas, y pocas veces saben de qué se trata. Sus condiciones de vida deben ser mejoradas, pero no por la explotación ni por el derramamiento de sangre.

Segundo, la llamada clase media y sus dos categorías, superior e inferior: constituye el grueso de cada nación, la burguesía inteligente -diligente, inquisidora, de mente estrecha y esencialmente religiosa, aunque repudia frecuentemente los requisitos de la religión. Es arrastrada por el conflicto económico, y constituye sin excepción el elemento más poderoso de cualquier nación, por su capacidad para leer, discutir, pensar, invertir dinero y apoyar a cualquier bando. Representan la mayor parte de los partidarios del mundo, los que luchan por una causa y forman grandes grupos, sea a favor o en contra de uno u otro partido. Les agrada reconocer y elegir a un líder, y están dispuestos a morir por la causa y a hacer incesantemente mayores sacrificios por sus ideales, basados en las ideas presentadas por sus líderes elegidos.

No establezco diferencias ni ubico a la llamada aristocracia de un grupo, porque eso constituye una diferencia de clase, basada en gran parte en el patrimonio y en el capital; los modernos reajustes nacionales la van fusionando rápidamente en la gran clase media. Tratamos aquí cuestiones fundamentales, con agrupaciones cimentadas en actitudes correctas y no con divisiones que emergen cuando entran en consideración los recursos naturales. La mentalidad burguesa compenetra hoy constante y paulatinamente, las masas, el proletariado y también ese círculo que hasta ahora ha sido llamada clase aristocrática. Existe como estado de conciencia en la aristocracia de cualquier nación y la está absorbiendo el actual proceso nivelador. Debido a que en todas partes se lleva a cabo esta nivelación, puede surgir ahora la aristocracia espiritual -basada en la comprensión de su origen y meta divinos, que no conoce [i635] distinción de clases, barreras religiosas ni diferencias separatistas. Por lo tanto, tratamos las divisiones humanas y no las diferencias de clases.

El segundo grupo constituye el campo más fructífero de donde se extraen los nuevos líderes y organizadores. Forman un grupo intermedio entre los pensadores del mundo, los intelectuales y las masas humanas. En último análisis, son el factor que determina los asuntos mundiales. Las masas sufren por las condiciones mundiales y por la situación que crea las actividades de este segundo grupo, al responder, de un modo u otro, a las nuevas influencias, a los nuevos ideales y a los nuevos factores que controlan el mundo moderno. Este inmenso grupo, a su vez, sufre en manos de quienes tratan de imponer los nuevos ritmos a los pueblos -los grupos políticos, los idealistas y fanáticos religiosos, y los protagonistas del nuevo orden social y de los regímenes económicos (según lo interpretan, correcta o erróneamente, sus líderes).

Debido a su inteligencia, a las mayores posibilidades que tienen de adquirir cultura, a su habilidad para leer, al impacto de los nuevos métodos de propaganda, la prensa y la radio, constituyen el grupo más poderoso del mundo en cada nación, y a ellos se dirigen los líderes, demandando su apoyo y lealtad partidista, trayendo el triunfo de cualquier líder. Son los únicos que contribuyen con la mayoría de los votos en los asuntos nacionales. Se hallan dominados por la incertidumbre, la duda y el temor, profundamente arraigados, y el deseo de que se haga justicia y se establezca el nuevo orden de cosas. Sobre todo, desean la paz, estables condiciones económicas y un mundo ordenado. Están dispuestos a luchar por ello, combatir en todos los partidos y grupos por los ideales políticos, nacionalistas, religiosos, económicos y sociales. Si prácticamente no luchan [i636] en sentido físico, lo hacen por medio de la palabra, discursos y libros.

Tercero, los pensadores del mundo: son los hombres y mujeres inteligentes y muy cultas, que captan las ideas y las formulan en ideales. Estas personas hablan, escriben artículos y libros y utilizan todos los métodos conocidos para llegar a educar al público en general, y así hostigan a la burguesía obligándola a entrar en actividad, agitando, por medio de ella, a las masas. La función y el papel que desempeñan son de suprema importancia. De sus filas surgen quienes influencian firmemente el curso de los acontecimientos mundiales, una veces con fines buenos, otras con fines egoístas. Manejan la mente humana como un músico maneja su instrumento, estando en sus manos el poder de la prensa, la radio y la tribuna pública. Su responsabilidad es enorme. Algunos pocos, quizás más de lo que parece, trabajan desinteresadamente inspirados por la nueva era. Se dedican a aliviar las condiciones humanas y a mejorar los asuntos mundiales, aplicando (correcta o erróneamente) ciertas líneas que, para ellos, constituyen la esperanza del futuro y la elevación de la humanidad. Se hallan en todo gobierno, partido, sociedad y organización, iglesia y grupo religioso. Constituyen hoy la entidad más influyente, porque a través de ellos se llega a la gran clase media, influenciándola y organizándola para fines políticos, religiosos y sociales. Sus ideas y expresiones se infiltran a través de la clase elevada y de la clase media, llegando finalmente a oídos de los individuos más avanzados de las masas no evolucionadas.

Cuarto, el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo: son los que comienzan a formar un nuevo orden social en el mundo. Políticamente no pertenecen a partido o gobierno alguno. Reconocen a todos los partidos, credos, organizaciones sociales y económicas y a todos los gobiernos. [i637] Se hallan en todas las naciones y organizaciones religiosas, y se ocupan de formular el nuevo orden social. Desde el ángulo estrictamente físico, no luchan por lo mejor que existe en el viejo orden, ni por mejorar las condiciones del mundo. Consideran que los antiguos métodos de lucha, partidismo y agresión, y las antiguas técnicas de luchas partidarias han fracasado totalmente, y que los medios empleados hasta ahora, en todas partes y por todos los partidos y grupos (luchas, violentos partidismos por el líder o una causa, ataques a los individuos cuyas ideas o modos de vida se consideran perniciosos para el género humano) están fuera de época y son considerados inútiles e inapropiados para obtener las deseadas condiciones de paz, plenitud económica y comprensión. Están ocupados en la tarea de inaugurar el nuevo orden mundial, formando en todo el mundo -en cada nación, ciudad o pueblo- una agrupación de personas que no pertenece a partido alguno ni apoya a un bando, pero postula una tribuna clara y definida y un programa tan práctico como el de cualquier partido. Se apoyan en la esencial divinidad del ser humano; su programa se basa en la buena voluntad, característica básica de la humanidad. Por lo tanto, están organizando actualmente a las personas de buena voluntad de todo el mundo, explicándoles un programa definido y postulando una tribuna en la que tienen cabida todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Afirman y creen que su llamado inicial ha sido de tal naturaleza, que si se les proporciona la ayuda de las mentes entrenadas que pertenecen al tercer grupo descrito, y si se les facilita la necesaria ayuda financiera para realizar el trabajo educativo requerido y la propaganda para difundir la buena voluntad, podrán cambiar de tal modo el mundo (únicamente por medio de las personas de buena voluntad) que -sin guerra, sin despertar el odio entre los seres humanos, sin atacar ni apoyar causa alguna- el nuevo orden podrá ser firmemente establecido sobre la tierra. [i638] Su programa y su técnica se detallan más adelante.

Detrás de este cuádruple panorama humano, se hallan Aquellos cuyo privilegio y derecho consiste en vigilar la evolución humana y guiar los destinos de los seres humanos. Esto no lo llevan a cabo por medio de un control impuesto, que infringe el libre albedrío del espíritu humano, sino mediante la implantación de ideas en las mentes de los pensadores del mundo, y la evocación de la conciencia humana, de manera que estas ideas reciban debido reconocimiento y se conviertan, con el tiempo, en factores controladores de la vida humana. Entrenan a los miembros del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo en la tarea de convertir las ideas en ideales. Dichos ideales, a su vez, se convierten en los objetivos deseados por los pensadores, quienes los inculcan a la gran clase media, erigiéndolos en sistemas mundiales de gobierno y de religión, formando las bases del nuevo orden social al cual se van incorporando pacientemente las masas.

Al llegar a este punto, es necesario recordar que los hombres y mujeres de buena voluntad pertenecen a todos los grupos mencionados anteriormente, y en ello estriba su fuerza y utilidad para el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo.

La fuerza del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo radica en tres factores:

  1. Ocupan una Posición intermedia entre las masas humanas y el subjetivo e interno gobierno mundial.
  2. Extraen sus miembros (si puede emplearse una palabra tan inadecuada) de todas las clases -la aristocrática, la intelectual, la burguesa, la clase alta y la baja, y también de los estratos superiores del proletariado. Por lo tanto, son realmente representativos.
  3. Están estrechamente interrelacionados y en constante contacto y armonía entre sí, debido a la unidad de objetivo, [i639] métodos definidos, uniformidad de técnicas y buena voluntad.

Veamos por un momento el panorama mundial, tal como lo comienza a reconocer el observador inteligente de los asuntos mundiales. Nada de lo que aquí pueda decirse debe considerarse como critica, porque sería infringir una de las reglas básicas del Nuevo Grupo y, por lo tanto, no existe tal intención. En consecuencia, no se mencionarán grupos, naciones o partidos específicos, y tampoco me referiré a determinada personalidad. Sólo me ocuparé de un tema, el de introducir el nuevo orden mundial. Para hacerlo se ha de reconocer la situación tal como es. Expondré la formación de ese nuevo partido que reunirá en sus filas a todos los seres humanos de paz y de buena voluntad, sin interferir en sus afiliaciones y esfuerzos específicos, aunque probablemente se modifiquen sus métodos en forma considerable, si están basados en el antiguo orden. Este nuevo partido puede ser visto como personificando el emergente Reino de Dios en la tierra, pero debe recordarse que este reino no es cristiano ni un gobierno terrenal. Constituye la agrupación de aquellos que -perteneciendo a todas las religiones mundiales, naciones y partidos políticos- no abrigan un espíritu de odio ni de separatividad, y tratan de establecer en la tierra las buenas condiciones por medio de la buena y mutua voluntad.

En el mundo actual el fermento ha penetrado hasta las profundidades más inferiores de la humanidad. Todos los sectores humanos del pensamiento están implicados en esta división y confusión. En el pasado, las naciones han sido arrastradas, repetidas veces, a las guerras agresivas, las que son cada vez menos frecuentes y nuestras desavenencias se basan hoy primordialmente en nuestras necesidades económicas. Existen varias razones objetivas evidentes. La superpoblación, las barreras comerciales, el desequilibrio entre la oferta y la demanda, además de las ambiciones y los experimentos [i640] bien intencionados llevados a cabo en todos los sectores de la vida y del pensamiento humanos, son responsables de tales disturbios. No es necesario decir nada más, porque generalmente se reconocen las causas y estoy esbozando una solución práctica. Pero la verdadera razón se halla profundamente arraigada y no es fácil reconocerla, aunque los pensadores del mundo comienzan a ocuparse de ella y a ver claramente sus contornos. La causa radica en el antagonismo que existe entre ciertos grandes ideales, fundados en conceptos espirituales, que han sido pervertidos por objetivos que llevan a la separatividad, al odio, a la lucha partidista, a la guerra civil, a la angustiosa situación económica, al terror por una posible conflagración total y al temor en todo sentido. Estamos rodeados de temores, incertidumbre, agobiante pobreza, desconfianza, además del derrumbe general producido en los baluartes religiosos y gubernativos, que hasta ahora parecían brindar refugio.

Los dirigentes nacionales y religiosos, están tratando, en todas partes, de resolver estos problemas, llevados a veces por un verdadero amor hacia la humanidad; otras, impelidos por la ambición o impulsados a actuar violentamente por algún ideal de mejoramiento humano, racial o nacional. La sinceridad y la falsedad, el odio y el amor, el servicio y la explotación, la separación y la unión, abundan. En todas partes se oyen frases sugestivas, tales como: unidad religiosa, estandarización del género humano, libertad humana, el problema de los partidos de derecha e izquierda, comunismo, fascismo, nazismo, Nuevo Trato (New Deal), liberalismo y conservadurismo, vida creadora, problemas de la vivienda, esterilización, utopías, derechos del pueblo, dictaduras, tácticas de rearme defensivo, educación pública, diplomacia secreta, aislacionismo, son algunas palabras que están hoy en boca de todos e indican que la humanidad está alerta respecto a los problemas, a las dificultades que afronta y a la encrucijada a que parece haber llegado. La gente presenta en todas partes algunas soluciones, funda partidos y lucha por sus ideales. [i641]

El dinero corre como agua para contrarrestar la propaganda de algún líder, o apoyar las ideas de otro. Se emprenden campañas en todo el mundo para reunir los fondos necesarios para derrocar un antiguo y arraigado ideal o reemplazarlo por una nueva idea. Los hombres y mujeres de ambos hemisferios son impulsados por el deseo de cambiar el antiguo orden y traer la nueva era de bienestar económico y de vida pacífica, dedicando sus vidas a defender algún principio que creen de capital importancia para derrocar otro principio importante para sus semejantes. El ataque a las personalidades, la difamación, la imputación de móviles y la estimulación del odio, forman parte de la técnica de los que -con buena intención- tratan de salvar al mundo, poner orden en el caos y defender el derecho tal como lo ven. El amor a la humanidad y el deseo de ayudar están sin duda presentes. Sin embargo, el caos se expande, el odio se acrecienta, la guerra se propaga y los esfuerzos realizados durante el pasado parecen ser inútiles para detener la marea que podría arrastrar a la humanidad al borde del desastre.

La futilidad y el cansancio incidental de la gran lucha, son reconocidos por los dirigentes de todas partes. Se demandan nuevos métodos, se indaga sobre lo que anda fundamentalmente mal, y se quiere descubrir por qué el enorme autosacrificio realizado y los esfuerzos divinamente motivados por centenares de hombres y mujeres no pudieron detener la guerra, solucionar el problema económico y liberar a la humanidad.

Podría decirse que el fracaso se debe principalmente a dos cosas:

  1. El esfuerzo se ha puesto sobre los efectos y no se han tocado las causas subyacentes, conocidas por unos pocos. El intento ha sido hecho para corregir errores, desenmascarar el mal y a las personalidades malignas y atacar a [i642] organizaciones, grupos, partidos, religiones y experimentos nacionales. Esto ha llegado a ser, en apariencia, una inútil pérdida de tiempo, fuerza, energía y dinero.
  2. No se ha hecho esfuerzo alguno para reunir y fusionar en un todo organizado a los seres humanos de buena voluntad, de intención amorosa y pacífica, inteligentemente amable y bondadosa, a fin de colaborar conjunta y masivamente. Constituyen una cantidad increíble de personas que odian la guerra porque consideran hermanos a todos los seres humanos, pero no ven la forma de darle fin, porque todas las organizaciones que persiguen ese objetivo son, en último análisis, impotentes. Se apenan por la desgracia económica, pero no saben qué hacer, porque los diversos grupos que tratan el problema culpan a los demás y buscan la víctima propiciatoria, siendo conscientes del fracaso de los innumerables esfuerzos para lograr el bien.

El espíritu de buena voluntad prevalece en millones de seres y evoca el sentido de responsabilidad. Es el primer indicio, en la raza, de que el ser humano es divino. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo cuenta con este constante acrecentamiento de buena voluntad e intenta utilizarla. Subsiste en los miembros de todos los grupos que se dedican al mejoramiento mundial, y constituye un poder no utilizado ni organizado en un grupo, porque hasta ahora las personas de buena voluntad han dado individualmente su lealtad y esfuerzo a sus organizaciones o empresas. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo no tiene la intención de interferir esta lealtad, ni paralizar actividad alguna, sino reunir en un todo organizado a dichas personas, sin crear una nueva organización, ni desviarlas del trabajo emprendido.

El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo es ya un grupo activo que funciona. Todo hombre y mujer de ambos [i643] hemisferios, que trabaja para eliminar las brechas que existen entre los pueblos, evocar el espíritu de hermandad, fomentar el sentido de interrelación sin establecer barreras raciales, nacionales o religiosas, es miembro del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, aunque no lo haya oído nombrar.

Los miembros del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo no pertenecen a partido o religión en particular, no obstante pertenecen a todos los partidos y a todas las religiones; no asumen actitudes ni adoptan posiciones a favor o en contra de ningún gobierno, religión u orden social existentes. No realizan actividad política de ningún tipo y tampoco atacan a un orden existente. No están en pro o en contra del gobierno o la iglesia; no invierten dinero, ni organizan campañas, no envían literatura que podría considerarse ofensiva o que ataca o defiende alguna organización de carácter político, religioso, social o económico. No pronuncian ni escriben palabras que puedan nutrir los fuegos del odio o que tiendan a separar a un ser humano de otro o a una nación de otra. Tales miembros se hallan en cada partido político y religión mundial. Representan una actitud mental.

Los miembros del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo no constituyen, por lo tanto, un grupo de místicos imprácticos. Saben exactamente lo que tratan de hacer, y sus planes están trazados de tal manera que sin perjudicar a situación existente alguna descubren y reúnen a los seres humanos de buena voluntad en todo el mundo. Demandan en forma unida que estos seres humanos de buena voluntad se mantengan comprensivamente juntos, constituyan un grupo de personas que aumente lentamente, se interesen por el bien de la humanidad y no por el propio e inmediato bien del medio ambiente. Aunque su interés por el bien general es muy amplio, no impedirá que sean buenos ciudadanos de la nación que el destino les ha deparado. Se conformarán con, y aceptarán, la situación en que se encuentran, pero trabajarán (en esa situación y bajo cualquier gobierno [i644] u orden religioso) para la buena voluntad, para derribar las barreras y para la paz mundial. Evitarán todo ataque a los regímenes y personalidades existentes y cumplirán las leyes del país en que viven; no cultivarán el espíritu de odio, valiéndose de toda oportunidad para acentuar la hermandad de las naciones, la unidad de la fe y la interdependencia económica. Se empeñarán en no pronunciar una palabra ni desarrollar una acción que produzca separación o genere antipatía.

Estas amplias generalizaciones rigen la conducta de los seres humanos de buena voluntad que tratan de colaborar en el trabajo que realiza el Nuevo Grupo de Servidores del mundo. A medida que aprenden a hacerlo con eficacia, y logran una firme y correcta actitud hacia sus semejantes, son gradualmente absorbidos en las filas del Nuevo Grupo, no mediante un proceso formal de afiliación, puesto que éste no existe (no hay una organización formal) sino desarrollando las cualidades y características necesarias. Aquí es de mucho valor repetir que el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo no es una organización. No tiene sedes, sino sólo unidades de servicio en todo el mundo y tampoco presidente o comisión directiva; sólo posee servidores en todos los países, los cuales se ocupan sencillamente de descubrir a las personas de buena voluntad. Ésta es la tarea inmediata. Las personas de buena voluntad deben ser descubiertas y entrenadas en la doctrina de la no separatividad, educadas en los principios de la colaboración y en las características del nuevo orden social, pues esencialmente es un realineamiento subjetivo, cuyo resultado será un pronunciado cambio originado por el peso de la opinión pública, basado en la buena voluntad, que no conoce barreras nacionales, raciales, ni diferencias religiosas. Año tras año deberán efectuar un trabajo muy activo, divulgando ampliamente las enseñanzas sobre la buena voluntad universal, para que deje de ser un bello sentimiento y se convierta en la aplicación [i645] práctica de la buena voluntad, mediante la acción en los asuntos cotidianos y en todos los países del mundo.

Empleando los términos de la enseñanza cristiana, los ciudadanos del reino que el Cristo vino a fundar, deben ser descubiertos y reconocidos por el espíritu de síntesis, el punto de vista incluyente y el énfasis puesto en la unidad mundial, basada en la síntesis internacional (el verdadero reconocimiento de las relaciones humanas), la unidad religiosa, como hijos de un sólo Padre, y la bien conocida y casi totalmente ignorada, interdependencia económica. La educación de los hombres y mujeres de buena voluntad estará relacionada con la expresión de una comprensión amorosa y práctica. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo sabrá quienes son dichos ciudadanos y donde se encuentran.

La próxima tarea, a la que el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo consagrará su esfuerzo, será eliminar el temor que impera en el mundo. Esto puede lograrse y tendrá lugar cuando los hombres y mujeres de buena voluntad se den cuenta de que el tesoro de la buena voluntad existe en todos los países. Hay millones de personas de buena voluntad en el mundo; aumentaron constantemente como resultado del sufrimiento de la guerra mundial, pero al verse solos se han sentido aislados, impotentes y fútiles, relegados, inútiles e insignificantes. Como individuos aislados, lo son, pero no como parte de un gran movimiento mundial que tiene una base espiritual y expresa la divinidad esencial del ser humano. El poder conjunto de la buena voluntad, algo que hasta ahora no había sido organizado, se descubrirá que es irresistible. El trabajo del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo hasta mayo de 1942, consiste en organizar este poder latente, expresarlo y fomentarlo mediante métodos educativos, indicando constantemente las líneas por donde este poderoso espíritu puede manifestarse.

El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo deberá, sin embargo, organizar [i646] un programa que cubra este período, dirigido por Aquellos que vigilan desde el mundo interno y espiritual de la vida. Este programa debe tener tres objetivos:

Descubrir, educar y fusionar a los seres humanos de buena voluntad, demostrándoles que en cualquier país del mundo, sin excepción, se está realizando mucho en cuanto a:

a. La comprensión internacional y la hermandad de las naciones.

b. El mejoramiento de las condiciones humanas, logrado por los grupos, las iglesias y las organizaciones que trabajan de acuerdo a nuevas líneas, sin odio, sin atacar a grupos o personas, ni exteriorizar un espíritu partidista.

c. La unidad religiosa y el desarrollo espiritual dentro y fuera de las iglesias.

d. La actividad educativa orientada a inculcar la no separatividad y la amplia inclusividad. Esto podría realizarse editando una nueva revista, como órgano de los hombres y mujeres de buena voluntad.

Preparar a las personas de buena voluntad para repetir, en escala muy amplia, el “acto de demanda” que tuvo lugar el 6 de mayo de 1936. Entonces, millones de seres utilizaron la Gran Invocación, y no han quedado dudas respecto a su eficacia. Esto reforzó grandemente las manos de la Jerarquía y estableció un “canal de contacto” que ya no podrá interrumpirse. Deben realizarse esfuerzos similares y mayores durante los años venideros, que personificarán un gran esfuerzo y serán la expresión espiritual de las personas de buena voluntad, porque el período intermedio entre uno y otro esfuerzo será preparatorio. Si es posible debe emplearse la radiodifusión [i647]  en forma más amplia para que sucesivamente y siguiendo la trayectoria del sol, se eleve por el espacio este llamado a Dios, en el momento del plenilunio. El día de la demanda expresará la actitud espiritual de la humanidad, y conducirá a una síntesis espiritual subjetiva entre los seres humanos de buena voluntad, el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo y la Jerarquía interna espiritual, la cual está trabajando para traer a la manifestación el nuevo orden en la tierra, inaugurar la Nueva Era y materializar el reino de Dios en el plano físico.

Es necesario reflexionar sobre este futuro día de demanda o de plegaria mundial, y prepararse para que los resultados alcanzados sean aún más definidos y poderosos que en la primera y exitosa tentativa. La demanda o plegaria podrá ser o no una forma poderosa para poner en movimiento ciertas grandes fuerzas. Las edades atestiguan su eficacia.

Mantener ante la humanidad, como parte de la instrucción viviente, que los hombres y mujeres de buena voluntad enseñarán y vivirán en su vida diaria, la necesidad de participar grupalmente en el Día del Perdón y del Olvido, lo cual será factible dentro de pocos años, pero puede hacerse un eficaz ensayo en 1942. Dicho perdón se basa en el reconocimiento de la universalidad de los errores humanos cometidos en el pasado, y en el hecho de que no se puede culpar a éste o aquel grupo, nación o iglesia en particular, sino que abarca a la totalidad, pues todos hemos cometido errores, no hemos tenido la suficiente comprensión y fuimos culpables de la falta de amor y de tolerancia. Sin embargo, no se refiere al perdón que se basa en el espíritu de magnanimidad, o en el sentido de superioridad o conveniencia, sino en el deseo de olvidar el pasado, impulsar [i648] adelante hacia la Nueva Era y participar en el nuevo orden social, libres de antiguos odios, olvidando viejos errores políticos, juicios o métodos, e ignorando las barreras comunes y nuestros normales instintos separatistas.

El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo se ha comprometido a desarrollar este triple programa en que se nos insta a participar. Para esta tarea, llamará, a su vez, a los seres humanos de buena voluntad. No tiene otra intención ni otro proyecto.

Los miembros del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, tal como aquí se ha descrito, se mantienen libremente unidos por la mutua comprensión y la similitud de objetivos, sean conscientes o inconscientes de los demás y del grupo. A través de ellos se descubren los seres humanos de buena voluntad. Sus nombres y direcciones han sido anotados y se han confeccionado listas para enviarles literatura. Cualquiera sea la capacidad para servir a sus semejantes, deberá ser registrada y utilizada cuando sea posible. Así, por intermedio de los seres humanos de buena voluntad, se podrá nutrir y desarrollar, en todos los países, el principio de buena voluntad y, oportunamente, aplicarlo en forma práctica. Estas personas constituirán un nuevo grupo de pensadores prácticos en cada nación que no serán una amenaza para ningún gobierno, ni trabajarán en contra del orden establecido. Se volcarán a esos movimientos y emprenderán esas actividades que de ninguna manera fomentan el odio, el antagonismo, ni causan separaciones en sus semejantes. Ningún gobierno o iglesia puede hacer objeciones respecto a este grupo.

El peligro consiste en establecer reglas y hacer pronósticos. Esto sólo conducirá a una actividad prematura y a un procedimiento precipitado. Si el trabajo aquí trazado se hace de acuerdo a las líneas deseadas, y si por el empleo diario de la Gran Invocación: [i649]

Que las Fuerzas de la Luz iluminen a la humanidad,

Que el Espíritu de Paz se difunda por el mundo,

Que el espíritu de colaboración una a los hombres de buena voluntad dondequiera estén,

Que el olvido de agravios por parte de todos los hombres sea la tónica de esta época.

Que el poder acompañe los esfuerzos de los Grandes Seres, Que así sea y cumplamos nuestra parte,

se ampliará y se establecerá firmemente el canal y se implantará un día de oración debidamente organizado; si el reconocimiento diario del perdón, según lo expresó San Pablo, cuando dijo “Olvidando las cosas pasadas sigue adelante”, se convierte en una norma en los seres humanos de buena voluntad, que conduzca eventualmente a un día mundial de perdón, entonces la tarea del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo marchará adelante en forma constructiva y fructífera y llegará a triunfar. Aquellos que tratan de conducir y guiar en los mundos internos tendrán también una razón para continuar con mayor confianza, y el Cristo verá los frutos “de los afanes de Su alma y estará satisfecho”.

Teniendo ante nosotros el esbozo de este período inmediato, ¿qué se va a hacer al respecto? Este programa no podrá tener éxito, ni este partido intermedio en el mundo -intermediario entre los partidarios y los grupos que están en pro y en contra de los asuntos mundiales- podrá emprender una actividad fructífera y constructiva si cada uno no comprende la necesidad y dedica nuevamente todo su esfuerzo -individual, financiero y espiritual- para ayudar al Plan.