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EL EMPLEO CORRECTO DE LA ENERGÍA

EL EMPLEO CORRECTO DE LA ENERGÍA

Al tratar la forma de vencer la vibración errónea y considerar la dirección correcta de la energía astral, podría ser de utilidad, a estas alturas, enumerar muy brevemente las energías mayores que impresionan al organismo humano y circulan por el cuerpo sensorial de cada individuo.

1. Energías que pasan y vuelven a pasar, a través del cuerpo sensorial del planeta mismo. Esto, en otras palabras, es el cuerpo astral del espíritu de la Tierra. Esta entidad no es el Logos planetario, sino un ser de gran poder, en el arco involutivo, que guarda la misma relación con el Logos planetario, como el elemental astral con el ser humano. En Tratado sobre Fuego Cósmico se hallarán datos sobre esta vida, la cual constituye el conglomerado de un vasto número de vidas, y esos pitris lunares o constructores menores, que constituyen la vida sensorial del aspecto personalidad del Logos planetario -una fuerza muy poderosa tanto para el bien como para el mal, en el sentido en que empleamos la palabra “mal”-. En sí, el mal no existe, como tampoco el bien, en el sentido de los pares de opuestos. Únicamente en tiempo y espacio existen diversos estados de consciencia que producen distintos efectos externos. La energía de esta vida involutiva tiene un efecto potente sobre esa otra minúscula vida involutiva que constituye nuestro astral elemental. La individualidad del ser humano y la potencia de su personalidad, que va coordinándose rápidamente, lo protege de la identificación total con esta vida mayor.

El ser humano es un individuo. Es el resultado de varios factores que, al combinarse, lo protegen de la total absorción en la vida sensorial planetaria, como sucede con los animales. Al morir el ser humano, su cuerpo astral se desintegra, y sus partículas [i312] constituyen nuevamente fragmentos no diferenciados de la gran totalidad.

2. Ciertas energías astrales emanan de algunas formas planetarias que no existen bajo la forma de planetas físicos, ni siquiera en el reino etérico, pero están encerradas en el “círculo infranqueable” de nuestro sistema solar. Representan, en sentido planetario, dos grupos de vidas: primero, esos cascarones astrales de planetas en descomposición y desintegración, que puede percibir el iniciado, que giran aún alrededor de nuestro sol y, no obstante, están desapareciendo rápidamente. Nuestra luna se unirá a ellos cuando se haya producido la total desintegración de su forma externa. Segundo, las formas astrales de esas vidas solares menores en el arco evolutivo, que van tomando forma lentamente, pero todavía no tienen cuerpo etérico y que, en este período mundial, no tendrán cuerpo físico. Estos dos grupos son las analogías planetarias de esos tipos de seres humanos que reencarnan, y los que pasaron al más allá y lentamente descartan sus cuerpos antes de renacer, o los que abandonaron sus cascarones por completo.

Dos de estas formas astrales están muy cercanas a nuestra Tierra, y se van “descomponiendo” muy rápidamente, si así puede decirse, ejerciendo, sin embargo, una influencia muy poderosa. Debido a esta estrecha relación, originan dos tipos de deseo o tendencia astral entre los seres humanos. Una produce gran parte de esa tendencia instintiva a la crueldad que se observa en los niños y en ciertos tipos de individuos; la otra tiene efecto sobre la vida sexual, y produce la tendencia a las perversiones que actualmente causan tantas dificultades. Estas tendencias sádicas y perversiones sexuales reciben mucha influencia fortalecedora, proveniente de esas emanaciones astrales moribundas. En los tiempos antiguos eran aún más poderosas, por estar más próximas a nuestra Tierra, de ahí las crueldades de los rituales y los horrores, por ejemplo, de Sodoma y Gomorra. Su potencia está declinando rápidamente, y debe recordarse que no tendrían absolutamente ningún [i313] poder si no existieran en la humanidad ciertos instintos, sobre los cuales pueden actuar estas energías. También debe recordarse que su influencia fue constructiva en la época lemuriana, porque en esos días primitivos la lección del sexo y el registro inteligente del dolor tenían cabida en los proyectos de quienes trataban de llevar, al ser humano animal, al estado de consciencia humana -no a la consciencia del alma ni a la autoconsciencia.

Cercana a nuestra Tierra, y en camino hacia el renacimiento, hay una gran Vida que está en proceso de tomar forma etérica. Por estar en el arco evolutivo y no constituir la vida de un cascarón en descomposición, el efecto real de esta vida, en la inauguración de la nueva era, es doble: mediante las emanaciones del cuerpo astral de esta gran Vida se efectúa el derrumbamiento de la muralla separatista del individualismo, que se demuestra en el ser humano como egoísmo y en las naciones como nacionalismo. A través de este cuerpo etérico, que se va integrando rápidamente, dicha Vida conduce al cuerpo etérico de nuestro planeta, a un estado de acrecentada y rápida vibración. En Tratado sobre Fuego Cósmico se hace referencia a un avatar procedente de Sirio, que viene para producir ciertos efectos planetarios. Dicha Vida no es este avatar, sino algo así como un precursor -un San Juan Bautista, que “bautiza con agua (emanaciones astrales) y con el Espíritu Santo”-. No es posible dar mayor información a este respecto, pero lo menciono, pues hay que tener presente las energías provenientes de ambos factores.

3. Energías astrales que emanan del nuevo signo del zodíaco, Acuario, en el que estamos entrando ahora. Este signo del portador de agua, es viviente y emocional. Estimulará (mediante el efecto de su poderosa fuerza) los cuerpos astrales de los seres humanos en una nueva coherencia, en una hermandad humana, que ignorará las diferencias raciales y nacionales y [i314] llevará la vida de los seres humanos hacia la síntesis y la unidad. Esto significa una oleada de vida unificadora, de tal poder, que no podemos imaginarla ahora, pero que -dentro de mil años- habrá fusionado a todo el género humano en una perfecta hermandad. Su efecto emocional consistirá en “purificar” los cuerpos astrales de los seres humanos, de manera que el mundo material ya no ejerza una atracción tan poderosa y, en etapas posteriores, podrá llegar a una exageración sensorial tan excesiva como la que se experimentó en el materialismo. Las etapas finales de todos los signos producen un excesivo desarrollo del factor sobre el cual actúan más poderosamente. Este signo en la actualidad tiene un efecto constructivo en los precursores de la raza, y destructivo en el vulgo. Es innecesario extenderme sobre el tema, pues la información y los datos, referentes a la futura era acuariana, se obtendrán en los libros actuales.

4. Débiles emanaciones desde el sagrado “Corazón del Sol”, no reconocidas por la masa, pero que producen respuesta inmediata de los místicos de la raza, quienes afirman, cada vez más, una integridad grupal realmente de gran importancia e interés. Estas emanaciones son demasiado elevadas para ser percibidas por casi toda la humanidad, pero los místicos, al percibir la nueva vibración, reaccionan y son atraídos recíprocamente. Su trabajo consiste en disminuir la vibración, de manera que, con el tiempo, los más avanzados de la raza puedan sentir sus efectos. El trabajo de este grupo de místicos debe, por lo tanto, acrecentarse inevitablemente, pues el “corazón del Logos solar” palpita ahora con un ritmo más afín a nuestro planeta, lo cual no ha ocurrido antes, por no ser el nuestro un planeta sagrado. El amor y el pensamiento de esa Vida divina son dirigidos hacia esta “pequeña hija, de un hijo largo tiempo extraviado”, como a veces se lo llama a nuestro planeta en los libros ocultos de los Grandes Seres.

5. Otra emanación en masa que arrastra el cuerpo astral del ser humano a una actividad enérgica, es el deseo impulsivo del cuerpo astral del cuarto reino o humano, [i315] considerándolo como un todo, o como la expresión de una Vida. Este cuerpo sensorial de la humanidad responde, en forma incomprendida, a los cuatro tipos de energía astral mencionados anteriormente, y según la calidad del cuerpo astral individual y la etapa de desarrollo, así será la respuesta. Aquí es donde realmente tienen sus raíces la psicología de la masa y el predominio del vulgo. También se encuentran allí las raíces de la denominada opinión pública, pero pasará mucho tiempo antes de que los psicólogos de las escuelas académicas reconozcan estos cuatro factores. Quienes guían a los seres humanos tratan de trabajar con este tipo de respuesta sensorial, moldeando sus pensamientos, a fin de despertar el deseo de obtener algo. Trabajan con este tipo de materia sensorial sin tener la menor idea de la situación ni comprender los factores que enfrentan; si pertenecen al segundo rayo trabajan magnéticamente; si al primer rayo, trabajarán inspirando temor mediante la destrucción; si al tercero, se valen de la Ley de Conveniencia. Los tres rayos trabajan con los cuerpos astrales de los seres humanos, y su capacidad de triunfar depende, en gran parte, de su tipo de cuerpo astral y de su poder de atraer a quienes están suficientemente desarrollados como para responder con la sensibilidad adecuada y luego llevar a cabo un buen trabajo. Por consiguiente, el individuo de la calle es la víctima de la potencia astral de quienes lo impulsan, ya sea para sus propios fines o para el bien de su alma -pues actúa en ambos sentidos.

6. La vida astral o las emanaciones sensoriales de la familia o amigos, que circundan al ser humano, lo afectan mucho más de lo que cree, o él puede afectarles, según cuál sea el lado positivo y cuál el negativo. Toda persona que conozcamos o con las que nos pongamos en contacto, aquellos con quienes vivimos o convivimos diariamente, nos afectan para bien o para mal. Conmueven nuestra naturaleza emocional en un sentido bueno y elevado y ayudan así a reorientarla, o disminuyen su calidad, de modo que el progreso es obstaculizado, [i316] llevándose a cabo el descenso al materialismo. Esto es bien sabido, por lo tanto es innecesario extenderme sobre ello.

7. El equipo emocional (astral sensorial) con el que viene a la vida la persona, es utilizado y construido a medida que progresa en la vida. Muchos son víctimas de un cuerpo emocional que construyeron cuando respondían a las energías de los grupos ya enumerados. El cuerpo astral reacciona de tres maneras, a todas las emanaciones sensoriales:

a. Emocional. El cuerpo astral es impelido a responder a algún tipo de emanación de los cuerpos astrales -grupales o individuales- de quienes lo circundan. Esta frase merece cuidadoso estudio.

b. Sensorial. Todas las impresiones se registran en el cuerpo astral sensorial, aunque se carezca de respuesta emocional, y los discípulos deben aprender a diferenciarla con cuidado. Cuando se carece de reacción emocional, como se entiende generalmente, se registra no obstante la causa originadora que trató de producir un efecto en el cuerpo emocional.

c. Reacción simple. Registro o la negativa a registrar o a responder a un impacto, a una impresión emocional. Esto puede ser bueno o malo.

En los tres casos, se elige uno de los pares de opuestos; la selección depende de la calidad del mecanismo astral del ser humano afectado. Un cuarto método involucra el completo desapego del cuerpo emocional y la plena capacidad de aislarse voluntariamente de toda impresión sensorial -a fin de servir con mayor eficiencia y amar más inteligentemente. No debe olvidarse que, en último análisis, amor y emoción no son lo mismo.

[i317] Surge ahora la pregunta práctica: ¿cómo se puede vencer la vibración errónea?

Primero: Es necesario, en primer lugar, reconocer la vibración errónea y ser capaz de registrar la reacción. Una vibración, un impulso, una emoción, un deseo, se originan en el aspecto inferior de la forma. Difieren de la emanación proveniente del alma. Se debe reconocer que los dos impactos sobre el cuerpo sensorial son diferentes. Deben preguntarse: ¿esta reacción es una respuesta a la vida de la personalidad o una respuesta a la consciencia del alma? ¿Este impulso que trata de arrastrar a mi cuerpo sensorial a la actividad, viene de la Vida divina dentro de mí, o procede del aspecto forma en alguna de sus manifestaciones? ¿Permite a mi cuerpo astral ser activo hasta el punto de ser perjudicados quienes se relacionan conmigo? ¿Son obstaculizados o auxiliados?

Un estudio esmerado de nuestras reacciones emocionales nos lleva a la consideración de esa característica básica que nunca se llega a recalcar bastante, en vista de la actual situación del mundo: Inofensividad. Diré que el logro de la inofensividad, en el sentido positivo no en el negativo, significa dar el paso que conduce definidamente al Portal de la Iniciación. Cuando se menciona por primera vez esta palabra, parece insignificante y ubica todo el tema de la iniciación en un nivel tan insignificante que pierde toda su importancia. Pero quien piensa así, que trate de practicar esa inofensividad positiva que se manifiesta en el pensar correcto (por estar basado en el amor inteligente), en el hablar correcto (por estar regido por el autocontrol), en la acción correcta (por estar fundada en la comprensión de la ley), y descubrirá que tal tentativa exigirá todos los recursos de su ser y tomará mucho tiempo para realizarlo. No es la inofensividad que proviene de la debilidad y de una disposición sentimental y afectiva que rehúye las molestias, porque trastorna la armonía establecida de la vida y conduce a la [i318] consiguiente incomodidad. No es la inofensividad del hombre o mujer negativos, impotentes y poco evolucionados, que no tienen el poder de perjudicar, por estar mal equipados para hacer daño.

Al contrario, la inofensividad brota de la verdadera comprensión y del control de la personalidad por el alma, que lleva inevitablemente a la expresión espiritual en la vida diaria. Emana de la capacidad de penetrar en la consciencia y en la comprensión de nuestro hermano, y cuando se ha logrado, todo se perdona y se pierde de vista en el anhelo de ayudar y auxiliar.

La respuesta a la vibración errónea no será impedida tan fundamentalmente por los métodos de “construir una envoltura” o por el “aislamiento”, mediante el poder de los mántram y la visualización. Ambos métodos son provisionales, y a través de ellos tratan de protegerse quienes aún tienen algo que aprender. Como bien saben, la construcción de una envoltura lleva a la separatividad, y es necesario vencer oportunamente el hábito de construirla, además de destruir y quemar las ya construidas. Hacer esto último es más fácil que vencer el hábito. Automáticamente continúa el proceso de construcción hasta que finalmente el aspirante ha erigido tantas barreras a su alrededor que ya no puede salir ni hacer ningún contacto con él. El proceso de aislarse, siendo una práctica más avanzada, demanda mayores conocimientos de magia; consiste en la emanación de ciertas energías del cuerpo vital, en determinada dirección, lo cual sirve para mantener alejadas otras energías, por medio de lo que se denomina impactos. Mediante este impacto sobre las energías que se acercan, se las hace retroceder y seguir otra dirección. Pero estas deben ir a alguna parte, y si perjudicaran a otra persona, ¿no sería responsable quien invirtió su dirección en el deseo de protegerse a sí mismo?

La práctica de la inofensividad es, para el aspirante, [i319] el modo de trabajar más fácil y mejor. Nada en él perjudica la vida de cualquier forma y, por lo tanto, atrae hacia sí únicamente lo benéfico. Utiliza las fuerzas benévolas así atraídas, para ayudar a otros seres. Este es el primer paso; la disciplina que encierra y la constante supervisión de todas las actividades, en los tres planos de la evolución humana y en todas las reacciones, ponen al cuerpo emocional bajo el dominio de la mente iluminada, llevando también comprensión a nuestros semejantes.

Segundo: en una etapa posterior, el discípulo aprende a absorber y transmutar las vibraciones erróneas y las energías destructivas. No tiene envolturas ni barreras. No se aísla ni se aparta de sus hermanos. Mediante la inofensividad ha aprendido a neutralizar todas las emanaciones malignas. Ahora actúa con otro tipo de positividad. Definidamente y con plena consciencia de lo que hace, atrae hacia sí todas las emanaciones malignas (energías destructivas y fuerzas erróneas), las desintegra en sus partes componentes y las envía de retorno a su lugar de origen, neutralizadas, impotentes e inofensivas, pero intactas en su naturaleza. ¿Quizás crean que esta enseñanza es difícil y que transmite muy poco al aspirante común?

El método de la enseñanza esotérica es así, pero quienes saben lo comprenderán, y hablo para ellos.

Hay otro método más avanzado que emplea el iniciado. Mediante el conocimiento de la ley y de ciertas Palabras de Poder, puede ordenar el retroceso de las energías y el regreso a su centro de origen, pero con este método nada tenemos que hacer. Deben aún practicar mucho la inofensividad y vigilar cuidadosamente su aplicación en la vida diaria.

La correcta dirección de la energía astral está resumida en sus tres aspectos en el antiguo Libro de las Reglas, dado a los chelas en los grados de ingreso. Todas las verdaderas escuelas [i320] esotéricas comienzan por el control del cuerpo astral, y el chela debe memorizar y practicar estas tres reglas, después de haber efectuado algún verdadero progreso al expresar la inofensividad:

Regla Uno. Penetra en el corazón de tu hermano y ve su dolor. Entonces habla. Que las palabras pronunciadas le impartan la poderosa fuerza que necesita para soltar sus cadenas. Pero tú no las sueltes. Tuya es la tarea de hablar con comprensión. La fuerza que él reciba lo ayudará en su trabajo.

Regla Dos. Penetra en la mente de tu hermano y lee sus pensamientos, pero solo cuando sean puros los tuyos. Entonces piensa. Que los pensamientos así creados penetren en la mente de tu hermano y se mezclen con los suyos. Sin embargo, mantente desapegado, porque nadie tiene el derecho de influir en la mente de un hermano. El único derecho que existe le hará exclamar: “Él ama. Me acompaña. Sabe. Piensa conmigo y yo soy fuerte para hacer lo correcto”. Aprende a hablar así. Aprende a pensar así.

Regla Tres. Fusiónate con el alma de tu hermano y conócela tal cual es. Solo en el plano del alma puede efectuarse esto. En cualquier otra parte, la fusión alimenta el combustible de su vida inferior. Entonces, concéntrate en el plan. De este modo verás la parte que él y tú y todos los seres humanos desempeñan. Así penetrarás en la Vida y conocerás el trabajo realizado. Una nota adjunta a estas tres reglas dice:

“Con estas tres energías -la palabra, el pensamiento y el propósito- cuando son manejadas con comprensión por el chela y combinadas con fuerzas incipientes del hermano a quien trata de ayudar, trabajan todos los adeptos.”

Es casi imposible traducir estas antiguas fórmulas en términos apropiados, pero la inadecuada fraseología anterior dará una idea a los iluminados; estas reglas [i321] resumen unas pocas ideas que el aspirante común necesita captar, respecto a la correcta dirección de la energía, para lo cual está preparado.