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EL PRESENTE Y EL FUTURO - Parte 1

En lo antedicho vimos la parte que desempeña la diminuta unidad sensorial que utiliza un ser humano, en relación al Gran Todo. Observamos las diversas formas que asume la evolución astral. También consideramos algunas de las fuentes de donde procede la energía astral. Dijimos que todos estamos sumergidos en un mar de fuerzas sensoriales que producen efecto sobre nosotros, porque -de acuerdo a la Ley- nos apropiamos, para uso personal, de una parte de esa energía universal, mediante la cual nos relacionamos con el todo. Uno de los tipos de energía astral que aún no consideramos, emana, según se dice, del “Corazón del Sol”. Sin embargo, no puedo tratarlo con amplitud debido a la incapacidad del cerebro humano para comprenderlo o del corazón humano para apropiarse de él, hasta el momento en que el centro cardíaco esté abierto y activo. Por lo tanto, esta corriente de energía viviente puede ser sentida ampliamente, aunque todavía no se la ha apropiado en su esencia pura. La denominamos “amor de Dios”. Es, en efecto, esa fuerza magnéticamente atractiva que fluye y se exterioriza libremente, y conduce a cada peregrino al Hogar del Padre. Es esa fuerza que se agita en el corazón de la humanidad y se expresa por medio de los avatares del mundo, de los anhelos místicos de cada ser humano, de todo movimiento que tiene como objetivo el bienestar humano, de las tendencias filantrópicas y educativas de cualquier tipo, del así llamado mundo natural, a través del instinto de la maternidad protectora. Pero esencialmente es una sensibilidad grupal, y solo en la venidera era acuariana su verdadera naturaleza será comprendida adecuada y correctamente. Trato esto aquí, pues es uno [i322] de los factores a ser considerado. Sin embargo, solo aquellos cuyos “corazones están abiertos y se han elevado hacia el Señor” sabrán a qué me refiero.

Es inútil ocuparnos de lo que está muy lejos para la raza. Los problemas inmediatos piden atención -problemas personales o raciales, todos los cuales conciernen al control del vehículo astral-. Se brinda la oportunidad de demostrar en el caos las potencialidades del ego o alma, y su capacidad de controlar y dominar dentro de su reducida esfera de influencia. He aquí -para todos los aspirantes- el esfuerzo especial que deben realizar en los días futuros, y -para guiarlos- haré ciertas sugerencias que podrán aceptar o no, según su criterio.

Debe recordarse que todo aspirante es un punto focal de energía y que, en el lugar donde se encuentre, debería ser un punto focal consciente. En medio de la borrasca y la tormenta, hará sentir su presencia. La ley de acción y reacción rige aquí, y a menudo los Grandes Seres (previendo la necesidad de tales puntos de contacto interno, en períodos de intranquilidad mundial, como el actual) reúnen en ciertas localidades a quienes aspiran a servir. Actúan como contrapeso y ayudan al plan general, y simultáneamente aprenden las lecciones necesarias.

El esfuerzo, por parte de todos los aspirantes, no debería ser resistir y repeler la presión o luchar y defenderse. Dicho método centraliza la atención en el no-yo y conduce a un mayor caos. El esfuerzo debiera consistir en hacer contacto con el yo superior y mantenerlo firme y estable, y alinearse en forma tan directa que la fuerza y el poder del alma puedan verterse sobre la triple naturaleza inferior y a través de ella. Esta afluencia originará una constante irradiación que afectará el medio ambiente, exactamente en proporción a la extensión del contacto interno, y en relación directa con la pureza del canal que vincula el [i323] cerebro físico con el cuerpo causal. El aspirante también debería obtener ese auto-olvido que se refiere al yo inferior y se fusiona con el bien existente en quienes han establecido contacto. El recuerdo y el olvido del yo debieran marchar juntos.

El ser humano que aspira a proporcionar un punto de contacto entre las condiciones del caos y Aquellos que trabajan para fines constructivos y en bien del orden, debería utilizar análogamente ese factor tan necesario, el sentido común, en todo lo que hace. Esto siempre involucra obediencia a la ley de la economía de la fuerza, debido a la discriminación y al verdadero sentido de los valores. Donde están presentes, se economizará tiempo, se conservarán las fuerzas, la energía será sabiamente distribuida, el excesivo celo eliminado y los Grandes Seres podrán contar con la sagacidad de un aspirante y encontrar así un colaborador.

Todo entrenamiento esotérico tiene en vista el desarrollo del aspirante para que pueda ser, en verdad, un punto focal de energía espiritual. Debe recordarse, no obstante, que bajo la ley, este entrenamiento será cíclico, y tendrá su flujo y reflujo, como todo lo demás en la naturaleza. Las épocas de actividad suceden a las de pralaya, y los períodos de contacto alternan con períodos de aparente silencio. Observen aquí la elección de las palabras. Esto se debe a la imposición de la Ley de Periodicidad, y si el estudiante se desarrolla debidamente, cada período de pralaya será seguido por uno de mayor actividad y más poderosa realización. El ritmo, el flujo, el reflujo y el medido compás de la vida palpitante, constituyen siempre la ley del universo y, al aprender a responder a la vibración de los Altos Lugares, debe tenerse en cuenta esta periodicidad rítmica. La misma ley rige para un ser humano, un planeta, un sistema solar -todos centros o puntos focales de energía de alguna Vida más grande-. Para que tenga éxito el trabajo que llevan a cabo (y consiste mayormente en la tarea de desarrollar la capacidad para hacer contacto con ciertas corrientes en niveles mentales -corrientes [i324] que emanan del yo superior, del grupo egoico o del Maestro), deben existir ciertas condiciones definidamente planificadas y estar presentes ciertos factores. Cuando estos no existen, las corrientes (si así puedo expresarlo) se desvían y no se produce el contacto. Si es necesario atender asuntos mundanos -y estos períodos llegan en todo ciclo de vida-, entonces debe concentrarse la atención en esos detalles, y el contacto superior quedará provisionalmente sin realizar. Tal atención a los asuntos del plano físico no es necesariamente una pérdida de tiempo, porque constituye parte del plan, en ese momento particular, como cualquier otro tipo de servicio. La plena expresión y consciencia, en cada uno y en todos los planos, es el objetivo, recordando que cada plano, con sus diversos estados de consciencia, es también parte de la Vida divina. La mayoría de los aspirantes carece de la consciencia de síntesis y de la capacidad de mantener y registrar la continuidad.

Si existe el caos emocional o mental, entonces nuevamente se desvían las corrientes y el cerebro no registra lo visto y oído internamente. Si estamos fatigados y el cuerpo físico necesita descanso, entonces, análogamente, no se registra lo interno. Los centros en el vehículo etérico se vitalizan y activan en la tarea de hacer contacto y la consiguiente transmisión de energía; por lo tanto, si la vitalidad es poca y los fluidos pránicos no se asimilan, entonces disminuye todo el contacto vibratorio y el centro deja de registrar vibración y respuesta. Por otra parte, cuando el estímulo es adecuado y las demás condiciones se trasforman en la necesaria tranquilidad, pueden enfrentarse nuevamente las corrientes, llegar la respuesta y originarse un nuevo ciclo de receptividad. He dado estas explicaciones porque he observado muchas dudas y ansío aclarar parcialmente el proceso a seguir. Es inteligente que todos los que trabajan tengan una clara comprensión [i325] de esa tarea, y deberían ser plenamente conscientes de cada paso dado en esas líneas que afectan tan íntimamente a su poder de servir.

Respecto a los problemas que ocupan la atención de quienes viven en esta época de intranquilidad y trastorno mundiales, daré una palabra de aliento. Si bien para ustedes la situación parecería confusa y que el horizonte se oscurece por la tormenta, tengan presente que cuando la perturbación es general como ahora, y toda la zona está afectada, el fin está cercano. En la naturaleza, una tormenta eléctrica sirve para limpiar la atmósfera, trayendo un período de sol y agradables condiciones de vida. Tuvimos la tormenta eléctrica de la guerra mundial y el período de la gradual dispersión de las nubes, con el retumbar de los truenos a nuestro alrededor y las violentas tormentas de viento y lluvia, contrariando las esperanzas de los que ansían ver brillar el sol. Aquellos que pacientemente continúan el trabajo, que conservan la calma y la seguridad interna, que pierden de vista el primer plano de las personalidades y solo recuerdan las fuerzas amorfas que actúan a través de todas las formas y estaciones, verán surgir el orden del caos, la reconstrucción de la pasada destrucción y los ajustes actuales; ellos verán la liberación de nuevas fuerzas vitales, evitando hasta ahora la entrada de las envolturas cristalizantes construidas por el ser humano. Por lo tanto, mantengan firmes la visión interna y tengan esa gran paciencia que perdura a través del ciclo menor, porque la clave del ciclo mayor ha sido mantenida con firmeza.

Podría ser de valor tratar brevemente ciertas líneas principales de pensamiento que surgen hoy y son el fruto del pasado y la promesa del futuro.

El pensamiento de los seres humanos siempre ha sido religioso. No ha existido época en que no estuvieran presentes la religión y los pensamientos de los seres humanos acerca de Dios, del Infinito y de la Vida que trajo todo a la existencia. [i326] Aun las razas salvajes más ignorantes han reconocido una Potestad y trataron de definir su relación con esa Potestad, en términos de temor, sacrificio o propiciación. Desde la rudimentaria adoración a la naturaleza, desde el fetichismo y la degradada adoración a los ídolos, del ser humano primitivo, hemos erigido una estructura de la verdad, que si bien es aún imperfecta e inadecuada, en efecto, sienta las bases del futuro Templo de la Verdad, donde se verá la luz del Señor y será una expresión adecuada de la Realidad.

De las tinieblas del tiempo han surgido las grandes religiones, las cuales, si bien diversas en sus teologías y formas de adoración, aunque están caracterizadas por diferente tipo de organización y ceremonial, y difieren en sus métodos de aplicación de la verdad, están unidas en tres aspectos fundamentales:

  1. En su enseñanza, respecto a la naturaleza de Dios y del ser humano.
  2. En su simbolismo.
  3. En ciertas doctrinas fundamentales.

Cuando los seres humanos reconozcan esto y logren aislar esa estructura interna y significativa de la verdad, que es la misma en todos los climas y en todas las razas, entonces surgirá la religión universal, la Iglesia Una y ese unificado -aunque no uniforme- acercamiento a Dios, que demostrará la verdad de las palabras de San Pablo “Un Señor, una fe, un bautismo... ; Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por todos y en todos.” Las teologías desaparecerán al conocerse a Dios; las doctrinas y los dogmas ya no se considerarán necesarios, porque la fe estará basada en la experiencia, y la autoridad cederá su lugar a una apreciación personal de la Realidad. El poder de la Iglesia sobre el grupo será reemplazado por el poder del alma, despierta ya en los seres humanos; la época de los milagros y de las disputas sobre el por qué y el cómo de esos milagros, [i327] con el consiguiente escepticismo o agnosticismo, cederán a la comprensión de las leyes de la naturaleza que controlan el reino superhumano y la etapa sobrenatural del proceso evolutivo. El ser humano recibirá su herencia divina y se reconocerá como Hijo del Padre, con todas las características, poderes y capacidades divinos que le pertenecen por dote divina. Pero, mientras tanto, ¿qué tenemos? La ruptura de la vieja y establecida tradición, la rebelión contra la autoridad, sea de la iglesia, el dogma, la doctrina o la teología; la tendencia hacia la autodeterminación, el derrumbamiento de antiguas normas y viejas barreras de pensamiento, y las divisiones entre razas y creencias.

Por eso estamos pasando por una etapa intermedia de caos y dudas, de rebeldía y aparente libertinaje. Los métodos de la ciencia se están aplicando a la creencia religiosa -investigación y análisis, comparación y deducción-. La historia de las religiones, las bases de la doctrina, el origen de las ideas y el acrecentamiento de la idea de Dios, están siendo investigados y estudiados. Esto conduce a muchas controversias y al rechazo de las antiguas ideas establecidas respecto a Dios, el alma, el humano y su destino. Siempre han existido escuelas de pensamiento que difieren en ideas y métodos, y las seis Escuelas de la Filosofía India han encarnado en sí prácticamente todas las conjeturas fundamentales del ser humano sobre el porqué y para qué de la manifestación. Poco nuevo ha agregado Occidente a estas seis escuelas especulativas, si bien la mente occidental, con su genio para la técnica y los métodos científicos, ha elaborado las ideas y diferenciado las seis teorías en una multiplicidad de proposiciones menores. De la miscelánea de ideas, teorías, especulaciones, religiones, iglesias, cultos, sectas y organizaciones, surgen dos líneas principales de pensamiento: una, destinada finalmente a desaparecer, la otra, a fortalecerse y a aumentar, hasta que dé nacimiento (para nosotros) [i328] a la última formulación de la verdad que será suficiente para la próxima era y llevará al ser humano al elevado pináculo del Templo y al Monte de la Iniciación. Estas dos líneas son:

1. Aquellos que miran hacia el pasado y se aferran a las viejas costumbres, a las antiguas teologías y a los métodos reaccionarios de rechazo para hallar la verdad. Ellos reconocen la autoridad, sea la de un profeta, una biblia o una teología. Son los que prefieren obedecer a la autoridad impuesta, en vez de la guía autoimpuesta de un alma iluminada. Siguen a una Iglesia y a un gobierno, se caracterizan por la devoción y el amor puros, pero no quieren reconocer la divina inteligencia de que están dotados. Su devoción, su amor a Dios, su consciencia estricta, pero desviada, y su intolerancia, los señalan como devotos, pero están cegados por su propia devoción, siendo su progreso limitado por el fanatismo. Pertenecen en su mayoría a la vieja generación, y la esperanza para ellos está en su devoción y en el hecho de que la misma evolución los llevará adelante hacia el segundo grupo.

Al primer grupo se le ha encomendado el trabajo de cristalización, que dará como resultado la completa destrucción de la vieja forma; se le ha confiado la tarea de definir las antiguas verdades, a fin de clarificar la mente de la raza y reconocer lo esencial y lo no esencial, por lo que son, y comparar en tal forma las ideas fundamentales con las formulaciones de los dogmas, que lo básico será percibido y se rechazarán las creencias secundarias y sin importancia, porque solo lo fundamental y causal tendrá valor en la era venidera.

2. El segundo grupo es todavía una minoría muy reducida, pero aumenta constantemente. Es ese grupo interno de los que aman a Dios, los místicos intelectuales, los conocedores de la realidad, que no pertenecen a una religión u organización definida, pero se consideran miembros de la Iglesia universal y “miembros los unos de los otros”. Son [i329] extraídos de cada nación, raza y pueblo; de todo color y escuela de pensamiento y, sin embargo, hablan el mismo idioma, aprenden mediante los mismos símbolos, siguen el mismo sendero, han rechazado las mismas cosas no esenciales y han aislado el mismo conjunto de creencias esenciales. Se reconocen entre sí; otorgan igual devoción a los conductores espirituales de todas las razas y utilizan con igual libertad la biblia de los demás. Forman el trasfondo subjetivo del nuevo mundo, constituyen el núcleo espiritual de la venidera religión mundial, son el principio unificador que oportunamente salvará al mundo.

En el pasado hemos tenido Salvadores mundiales -Hijos de Dios que anunciaron un mensaje mundial y trajeron una luz incrementada a los pueblos-. Ahora, en la plenitud del tiempo, y mediante el trabajo de evolución, está emergiendo un grupo que tal vez traerá la salvación al mundo y que, encarnando las ideas grupales y demostrando la naturaleza grupal, manifiesta en forma reducida el verdadero significado del cuerpo de Cristo, y dando al mundo una imagen de la verdadera naturaleza de un organismo espiritual, estimulará y energizará de tal modo los pensamientos y las almas de los seres humanos, que la nueva era se presentará por afluencia del amor, del conocimiento y de la armonía de Dios Mismo.

En el pasado, las religiones han sido fundadas por una gran alma, un Avatar y una personalidad espiritual sobresaliente, y el sello de sus vidas, palabras y enseñanzas, se ha marcado en la raza y ha persistido durante muchos siglos. ¿Cuál será el efecto del mensaje de un Avatar grupal? ¿Cuál será la potencia del trabajo de un grupo de conocedores de Dios, anunciando la verdad y reunidos subjetivamente para el trabajo de salvar al mundo? ¿Cuál será el efecto de la misión de un grupo de Salvadores del mundo, no como Cristo, sino todos conocedores de Dios en cierta medida, complementando sus esfuerzos mutuamente, reforzando su mensaje recíprocamente y constituyendo un [i330] organismo por el cual la energía espiritual y el principio vida espiritual, pueden hacer sentir su presencia en el mundo?

Este grupo y sus miembros existen en todos los países. Relativamente son pocos y contados, pero su número aumenta y su mensaje será percibido en forma acrecentada. Están investidos de un espíritu de construcción, pues son los constructores de la nueva era; se les ha encomendado el trabajo de preservar el espíritu de la verdad y de reorganizar los pensamientos de los seres humanos, a fin de controlar la mente racial y llevarla a esa condición meditativa y reflexiva que le permitirá reconocer el próximo desenvolvimiento de la divinidad.

Conectados con estos dos grupos (los doctrinarios reaccionarios y el grupo subjetivo de místicos), se halla la mayoría de la nueva generación de jóvenes que no forma parte de uno u otro grupo y cuyas ideas están mayormente desorganizadas debido a que reconocen a ambos. Esta mayoría no pertenece al pasado y rehúsa aceptar la autoridad del mismo. No forma parte del grupo interno de Conocedores, dedicados a la tarea de orientar los pensamientos de los seres humanos hacia canales correctos, por no haber llegado aún a esa etapa del conocimiento. Solo reconocen dos cosas: su necesidad de libertad y una intensa ansia de saber. Desprecian la tradición del pasado; rechazan las viejas formulaciones de la verdad, y debido a que todavía no se encuentran en terreno seguro, sino que están en el lugar de los buscadores e investigadores, existe el estado actual de disturbio mundial, aparente libertinaje y desorganización. Debe recordarse que este estado mundial es el resultado del choque de los tres tipos de fuerza que prevalecen hoy en el mundo, y son:

  1. La que emana de quienes se aferran a las antiguas tradiciones y acentúan las formas del pasado, produciendo la destrucción de esas formas.
  2. La que emana del grupo interno de místicos [i331] que, guiados por la Jerarquía planetaria, están construyendo la nueva forma.
  3. La que emana de las masas que no pertenecen a ninguno de los dos grupos, y que manejan la fuerza de forma ciega y a menudo imprudente, y lo harán hasta el momento que reconozcan esos canales constructivos en los que se pueda verter la fuerza sabiamente.

De ahí el problema de este período de transición y la necesidad de divulgar las enseñanzas que permitirán al aspirante buscador e investigador encontrarse a sí mismo. Por eso, la necesidad de que las leyes del alma y la verdad, respecto al desenvolvimiento individual, les sean aclaradas a quienes, a pesar de rechazar las antiguas tradiciones y de negarse a reconocer a los místicos, tratan de considerarse a sí mismos como almas liberadas. Con este conocimiento aumentará constantemente el número de Místicos Constructores, porque cuando el ser humano ha encontrado su alma y reconoce su relación con el mecanismo de expresión, el triple humano inferior, pasa automáticamente a la consciencia de la vida subjetiva, empieza a trabajar con la causa y no se pierde ya en el mundo de los efectos. Entonces se encuentra a la par de los místicos y conocedores de todas las épocas. Esta es la tendencia del impulso religioso en la actualidad y también la gloria de la era venidera.

Si es verdad que se está reuniendo, en el trasfondo de nuestro actual estado mundial, un grupo de místicos que se caracterizan por su conocimiento, visión y poder de actuar en los niveles mentales, invisibles y no reconocidos por los seres humanos, también es verdad que este grupo no está limitado a lo estrictamente religioso. Está formado por hombres y mujeres de todos los sectores del pensar humano, inclusive científicos y filósofos.

La ciencia misma, como todo lo demás en esta época, está en proceso de transformación, y por poco que lo comprenda la mayoría, trabaja con lo que denomina materia, y sus investigaciones del átomo están entrando en un nuevo campo, [i332] donde serán descartados gradualmente los antiguos mecanismos y técnicas, y un nuevo acercamiento y distinto concepto fundamental -respecto a la naturaleza de la materia- marcará la nueva era. Dentro de los próximos veinticinco años, surgiendo de las dos ideas aparentemente distintas, respecto a la naturaleza del átomo, se observará el reconocimiento de ciertos impulsos de energía, y esto se basará en el descubrimiento de esas energías que (al actuar sobre el átomo y las formas atómicas) producen las formas concretas tangibles de los diferentes reinos de la naturaleza. Se demostrará la verdad de ciertas premisas básicas de la Sabiduría Eterna, tales como:

1. El alma es el principio constructor de formas, que produce atracción y cohesión.

2. Esta alma es un aspecto o tipo de energía que se diferencia de la materia misma.

3. El átomo ha sido reconocido como una unidad de energía, pero hasta ahora no ha sido aislada la energía que impele a los átomos hacia conglomerados que denominamos organismos y formas. Los místicos del mundo científico lo percibirán y en la próxima generación trabajarán para demostrarlo. Este tipo de energía, la del aspecto constructor de formas de la manifestación, origina todo trabajo mágico, y esta energía, en los diferentes reinos de la naturaleza, produce forma, figura, especie, clase, tipo y las diferenciaciones que marcan y distinguen los millares de formas a través de las cuales la vida misma se manifiesta. La cualidad de la energía produce la cantidad de formas; la luz es la causa de que aparezcan en la consciencia de la raza las figuras heterogéneas que pueden asumir los conglomerados de átomos.

4. Este tipo de energía que produce figuras, formas y organismos coherentes, en todos los reinos de la naturaleza, no es el principio vida. El principio vida no será reconocido ni descubierto hasta que [i333] el alma, o principio que otorga cualidad, el constructor de las formas, sea a su vez estudiado, reconocido e investigado.

5. Esto será posible cuando el ser humano, en forma más consciente, se haga cargo de su herencia divina y, al trabajar como alma y controlar su mecanismo (físico, emocional y mental), pueda trabajar conscientemente en armonía con el alma de todas las formas.

Lo antedicho podrá alcanzarse únicamente cuando la raza capte la hipótesis mencionada y la reconozca como posibilidad, y trate de demostrar o refutar la realidad del factor alma, que reside tras su estructura o cuerpo de manifestación. Todos los grandes científicos y trabajadores, en el reino de la naturaleza objetiva, han trabajado como almas, y los más sorprendentes desarrollos, en el reino de la física y de la química, como en otros sectores del conocimiento humano, tuvieron lugar cuando el trabajador, en determinado campo, se ha abocado con fe a formular alguna hipótesis, e investigar y acelerar su trabajo, etapa tras etapa, hasta entrar en contacto con un aspecto de la verdad aún no formulado por el ser humano. Luego, habiendo penetrado en un nuevo reino del pensamiento, toma, mediante su intuición, el conocimiento descubierto allí y lo formula de tal manera, que por medio de la teoría, del principio, del experimento y de aparatos mecánicos, se convierte en propiedad del grupo, y a su debido tiempo es comprendido y utilizado por el mundo. Pero en su génesis ha sido trabajo místico, basado en la intuición mística.

Podría decirse aquí que tres grandes descubrimientos son inminentes, y durante las dos generaciones venideras revolucionarán el pensar y la vida modernos.

Uno ya se presiente, y es tema de experimento e investigación: la liberación de la energía del átomo. Esto cambiará totalmente la situación económica y política del mundo, porque esta última depende principalmente de la primera. Se simplificará nuestra civilización mecánica, vendrá una era en que estaremos [i334] libres de la pesadilla del dinero (poseerlo o no), y la familia humana reconocerá universalmente su categoría como reino de enlace entre los tres reinos inferiores de la naturaleza y el quinto reino o espiritual. Se tendrá tiempo y libertad para cultivar el alma, que reemplazará nuestros métodos modernos de educación, y la significación de los poderes del alma y el desarrollo de la consciencia superhumana absorberán, en todas partes, la atención de educadores y estudiantes.

Un segundo descubrimiento surgirá de las investigaciones actuales respecto a la luz y al color. Se estudiará el efecto del color en las personas, animales y unidades del reino vegetal, y como resultado de estos estudios vendrá el desarrollo de la visión etérica, o el poder de ver con el ojo estrictamente físico, el siguiente grado de materia. Las personas pensarán y hablarán cada vez más en términos de luz, y el efecto de los futuros desarrollos será triple en este sector del pensamiento humano:

a. Las personas poseerán visión etérica.

b. El cuerpo vital o etérico, subyacente como estructura interna de las formas externas, será visto, observado y estudiado en todos los reinos de la naturaleza.

c. Esto derribará todas las barreras entre las razas y las diferenciaciones de color, y quedará establecida la hermandad esencial del ser humano. Nos veremos unos a otros y a todas las formas de manifestación divina, como unidades de luz de distintos grados de brillantez, y hablaremos cada vez más en términos de electricidad, voltaje, intensidad y fuerza. La edad, la etapa y ubicación de los seres humanos, respecto a la escala de evolución, serán observables y se harán objetivamente evidentes, y se reconocerá y comparará la capacidad de las almas maduras y las jóvenes, restableciendo así en la tierra el reino de los iluminados.

Obsérvese aquí que estos desarrollos se deberán al trabajo de los científicos de las dos generaciones venideras y al resultado [i335] de sus esfuerzos. Su trabajo con el átomo de la sustancia y sus investigaciones en el reino de la electricidad, de la luz y de la fuerza, deberán demostrar inevitablemente la relación entre las formas -otro término para la hermandad-, el hecho del alma, la luz interna y la irradiación de todas las formas.

El tercer desarrollo, que probablemente será el último en producirse, pertenecerá más estrictamente a lo que los esotéricos denominan el reino de la magia. Surgirá del estudio del sonido y su efecto, y pondrá en manos del ser humano un poderoso instrumento en el mundo de la creación. El científico del futuro obtendrá sus resultados mediante el uso del sonido; por medio del sonido se abrirá un nuevo campo de investigación; será estudiado y conocido el sonido que emite cada forma en todos los reinos de la naturaleza; por su intermedio se realizarán cambios y se desarrollarán nuevas formas. Solo puedo dar aquí una indicación, y es que la liberación de la energía del átomo está ligada a la futura ciencia del sonido.

La significación de lo que ha ocurrido en el mundo durante el último siglo, en el reino del sonido, no es aún valorada ni comprendida. Sin embargo, están produciendo terribles efectos los increíbles e incrementados ruidos y sonidos que emanan del planeta en esta época. El trepidar de las máquinas, el fragor de los mecanismos de transporte en todas partes del mundo -trenes, barcos y aviones-, la centralización de los sonidos producidos por los seres humanos en zonas congestionadas, como las grandes ciudades, y el empleo universal de la radio, que introduce sonidos musicales en todos los hogares y en la calle, están produciendo efectos en los cuerpos de los seres humanos y en todas las formas de vida, que solo se evidenciarán a medida que pase el tiempo. Desaparecerán algunas formas de vida en el reino animal, pero principalmente en el vegetal, y será muy interesante la respuesta del mecanismo humano a este mundo de sonido, estruendo y [i336] música, en que se va sumergiendo cada vez más.

Estos tres desarrollos producirán los cambios necesarios en este período de transición, e introducirán e inaugurarán una nueva era en que la hermandad será la nota clave, por ser un hecho comprobado en la naturaleza. Llegará una época en que los seres humanos caminarán en la luz, porque será un mundo de reconocida irradiación interna, donde el trabajo mundial se llevará adelante por medio del sonido y, oportunamente, por el empleo de las palabras de poder y el trabajo del mago entrenado. Estos trabajadores entrenados en la sustancia, comprendiendo la naturaleza de la materia, percibiendo siempre en términos de luz y captando el propósito del sonido, originarán esos cambios estructurales y transformaciones materiales que establecerán una civilización adecuada para el trabajo de la raza futura. Esta tarea constituirá la unificación consciente del alma con su vehículo de manifestación. También se establecerán esos métodos culturales que conducirán, a los poco evolucionados de la raza, a una mejor manifestación y a una verdadera expresión de sí mismos; el privilegio de la próxima generación de investigadores científicos será producir este resultado.

Sin embargo, la característica descollante del ciclo venidero derivará de la psicología. Constituirá la aparición de un nuevo factor, desde el punto de vista del psicólogo moderno de la escuela materialista, e implicará el reconocimiento del alma.

La escuela mecanicista de los psicólogos ha servido y está sirviendo a un propósito inestimable, y los descubrimientos de los educadores son, de hecho, sólidos aunque erróneos en sus conclusiones. Sirven como freno necesario para la escuela más especulativa y mística, dignificada con el nombre de introspectiva. Como muchas otras cosas en el mundo actual, de las dos grandes líneas de pensamiento, tales [i337] como la mecanicista y la introspectiva o subjetiva ya mencionada, surgirá una tercera que incluirá la verdad en ambas posiciones y las ajustará debidamente entre sí. En mayor escala se está efectuando ya la fusión de Oriente y Occidente, del misticismo y el esoterismo. Nada tenemos que decir a favor de una u otra, pero en la evolución del pensamiento las principales tendencias de las ideas están hoy acercándose rápidamente, y de ello surgirá una síntesis que probará ser la plataforma adecuada en la cual podrá apoyarse el ciclo futuro.

Hablando en términos generales, podría ser de valor observar aquí la tendencia de tres líneas de pensamiento, en el campo de la psicología:

1. La mecanicista, que recalca la estructura y atribuye por completo las reacciones del organismo humano -mental, emocional y físico- al aspecto material, y considera que la estructura es responsable y causante de todas las formas de conducta y las características que el ser humano demuestra, tanto normales como anormales.

2. La escuela introspectiva, que presenta un yo o un algo consciente, responsable de las condiciones, y que, como suele decirse, es “consciente de la consciencia”. Esta escuela de psicólogos reconoce la estructura, pero va más allá y considera ciertos aspectos de la conducta, las reacciones y los problemas, como insolubles bajo el proceso esencialmente mecanicista, que acerca más a la posición esotérica pero no va tan lejos.

3. Luego tenemos los que sustentan el principio vital o el grupo de psicólogos que aceptan la realidad de la estructura, no obstante consideran que está sujeta a las influencias de energías y fuerzas que emanan del medio ambiente externo. Son energías de naturaleza más amplia que las que surgen totalmente dentro del yo del ser humano, y entre ellas figuran los grandes impulsos básicos de los cuales la naturaleza misma es responsable, y que pueden verse y sentirse en las unidades de vida orgánica, que no son la humana.

[i338] La verdad que protege a todas estas escuelas es una sola, y cada aspecto de la misma está correlacionado.

Existe un mecanismo por el cual funciona el verdadero ser humano, y una estructura, construida por él, de acuerdo con las leyes de la naturaleza que puede aprender a utilizar y controlar. Pero, de acuerdo con la escuela más subjetiva y especulativa, debe aprender a diferenciar entre él, como centro consciente de percepción, el “yo”, en el trono de la inteligencia, y el mecanismo, mediante el cual puede hacer contacto con el mundo externo. Cuando el “yo”, el que usa el mecanismo, llega a efectuarlo, percibe otro hecho, que no solo es él quien genera, utiliza la energía y dirige una parte de la vitalidad que le pertenece, sino que existen energías y fuerzas en la naturaleza y en el planeta, como así también extraplanetarias o cósmicas, a las cuales puede responder y aprender a utilizar y adaptar. Las tres escuelas actuales son, por lo tanto, custodios embrionarios de estos tres factores. Bajo el actual sistema de discusiones y separatividades, cada una de ellas se ocupa principalmente de refutar la teoría de las otras. Sus informaciones son correctas, aunque erróneas en sus deducciones, pero se necesitan mutuamente; de la fusión de las tres presentaciones surgirá una cuarta, que estará más cerca de la verdad que cualquiera de las otras.

Al considerar otras tendencias básicas en el mundo del pensamiento actual, se evidencia que una de las más predominantes es el énfasis creciente puesto sobre la consciencia grupal, es decir, la percepción del medio ambiente. La consciencia grupal ha sido reconocida por el ser humano de la calle como sentido de responsabilidad, y en el individuo indica vibración egoica. Es una de las primeras señales de que el alma está comenzando a utilizar su mecanismo. El ser humano ya no vive para los asuntos del yo separado, sino que empieza a comprender la necesidad de adaptarse a [i339] la misma condición de su semejante. En un sentido muy real asume el deber de ser el custodio de su hermano y se da cuenta de que, en realidad, el progreso, la satisfacción, la paz mental y la prosperidad, no existen para él independientemente de la de su hermano. Esta comprensión se extiende constantemente del individuo al estado y a la nación, de la unidad familiar al mundo, y de ahí a las grandes organizaciones, fraternidades, clubes, ligas y movimientos, que tienen por objetivo la elevación y el bienestar de los seres humanos en todas partes. La necesidad de dar en vez de recibir va aumentando en la consciencia racial, y el reconocimiento de ciertos conceptos fundamentales relacionados con la hermandad, va progresando continuamente. La hermandad como una realidad de la naturaleza es aún en gran parte una teoría, pero la hermandad como ideal se halla ahora modelada en la consciencia racial.

Una de las grandes escuelas de pensamiento o tendencias de ideas destinadas a desaparecer, son las filosofías actuales, tal como las conocemos. La filosofía, en su sentido técnico, como amor a la sabiduría, se acrecentará a medida que los seres humanos comprendan más su significado y, con el transcurso de las épocas, sean más sabios, pero las actuales escuelas de filosofía casi han cumplido su propósito, que ha sido la formulación de ideas respecto a Dios y su relación con el ser humano, en lo que concierne a la divinidad, la escatología y las relaciones espirituales.

Los últimos grandes gestos de las escuelas de filosofía aún no han sido realizados. Serán reemplazados, en siglos venideros, por quienes, práctica y verdaderamente, sean cosmólogos, pues una vez que el Verbo del género humano sea comprendido y captado y se aprecie la significación del individuo, el Verbo del Cosmos recibirá la debida y correcta atención, y se estudiarán las leyes y la naturaleza de ese gran Ser en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. El Cristo cósmico jamás podrá ser conocido por nadie, excepto por el Cristo individual.

El ser humano, como veremos a medida que proseguimos, está en vísperas de [i340] establecer su divinidad. La evolución ha llevado adelante el perfeccionamiento del mecanismo a tal grado, que ahora constituye un organismo coordinado e integrado, una estructura utilizable y preparada para el “utilizador divino”. Durante las siguientes décadas, será establecida la realidad del alma y la labor de los pensadores introspectivos, de los místicos y de los estudiantes ocultistas, llevándose a cabo hasta el punto en que la fuerza del alma se establezca como un concepto racial y las leyes del alma se reconozcan como reemplazantes, pero no anularán las leyes del ser humano (pues lo menor está siempre incluido en lo mayor). Esto se debe a que la ley es respetada siempre por un alma en manifestación, que no se inclina a quebrantarla porque no hay tendencia a infringirla.

Esta creciente convicción, respecto a considerar al alma como el yo, lo evidencia la oposición a la teoría presentada por las escuelas de pensamiento que acentúan el dominio de la materia, y que todos los fenómenos objetivos y subjetivos se deben a la actividad de la materia. La verdad sale a la luz mediante la lucha de quienes sostienen distintos puntos de vista, así como -en un sentido más amplio- el espíritu “asciende a los hombros de la materia”, retornando a su posición original, además de adquirir cualidad, resultado de la experiencia. Siendo así, el conocimiento tomará el lugar de la teoría, y la evidencia directa reemplazará a la especulación. En breve, las teorías de los seres humanos, respecto a su naturaleza divina, deben ceder su lugar a la convicción, y su filosofía, a la investigación directa del alma. Lo reconocido y admitido, aunque no comprendido, es objeto de atención e investigación, y muy pronto llegará el día en que una ciencia experimental del alma ocupará su lugar en las universidades y fundaciones, no así la comprobación del alma, que por el análisis de su naturaleza, propósito y vida, recibirá por parte de los científicos modernos, en sus diversas ramas, una atención análoga a la dada actualmente al mecanismo buscado por el alma, y que oportunamente utilizará, [i341] porque nada puede detener ese gran desarrollo evolutivo.

Quiero agregar ciertas palabras de advertencia, como también un resumen de lo dicho anteriormente:

Primero, no se aferren a la forma, no importa cuál sea. Todas las formas solo son experimentos y llegan al punto de equilibrio para luego ser descartadas o vivificadas.

Segundo, recuerden que todas las personalidades (incluso la propia) tienen, de acuerdo a la ley, sus períodos de flujo y reflujo. Los períodos de reflujo, en el caso de quienes mantienen una posición destacada, producen a veces consternación a todos los adictos a sus propias personalidades y no al Dios interno, dentro de su propio corazón.

Tercero, no olviden que, así como en la vida del individuo, hay períodos en que la visión se oscurece, se atraviesa el valle y la niebla vela las estrellas, lo mismo sucederá en conexión con los grupos. Así mismo, recuerden que después de recorrer el valle (para todos los aspirantes y grupos verdaderamente espirituales), se percibe y se asciende al Monte de la Iniciación; después de la oscuridad viene la visión; después de la noche viene el día. En los grandes ciclos que afectan a los grupos cósmicos, también puede observarse esto; en los ciclos menores que controlan la raza, sucede lo mismo y persisten iguales leyes en todos los grupos menores, descendiendo hasta los grupos de diminutas vidas que predominan en los vehículos humanos. Debe ponerse énfasis sobre esto.

Cuarto, no se dejen dominar por el desaliento. El desaliento se debe a tres causas, siendo la principal el descenso de la vitalidad del organismo corpóreo. Cuando ello ocurre, el cuerpo astral exige demasiado al físico, y en el esfuerzo por responder y en la presentida incapacidad de hacerlo adecuadamente, reside una de las causas del desaliento. A menudo ataca a quienes poseen un vehículo físico refinadamente organizado. La cura para este tipo de desaliento [i342] es evidente. El descanso y el relajamiento, reconstruyen y dan tiempo a la naturaleza para reajustar la dificultad. También el sol revitaliza con prana y debe tenerse esto en cuenta. Después de todo, el sentido común es el requisito especial, y también la comprensión de que nuestro trabajo se ajusta a la propia capacidad y no a la abrumadora necesidad. Reflexionen sobre esto.

Otra base del desaliento es el excesivo desarrollo de la mente concreta, que a su vez exige demasiado a la naturaleza emocional y, en consecuencia, al físico. La capacidad demasiado grande exigida para ver lo que abarca un tema, la comprensión excesivamente desproporcionada, respecto a la comprensión de la necesidad del mundo y la captación demasiado rápida de las consecuencias involucradas, en relación con un asunto determinado, producen una vibración violenta en el cuerpo astral. Esto conduce al desmoronamiento del vehículo físico, y al efecto sentido se lo denomina desaliento. Aquí se debe cultivar el sentido de proporción y entra en juego la facultad de equiparar inteligentemente y también de adquirir el equilibrio mental. El restablecimiento reside en comprender que el tiempo, la eternidad, la evolución (llámenlo como quieran), hace que todas las cosas pasen y que no todo dependa del esfuerzo individual. Es posible que las almas sabias aceleren el buen trabajo, pero no obstante el fin es seguro. Si las almas sabias no aparecen, la fuerza de la evolución hará que todas las cosas sucedan, aunque con mayor lentitud. No olviden esto, pero cuando los domine el desaliento, proveniente de causas mentales, adquieran tranquilidad y perciban, en la contemplación, la realización final de ese gran factor, el Tiempo.

Una tercera causa reside en reinos más esotéricos, mediante el equilibrio de los pares de opuestos. Cuando oscila el péndulo -y debe oscilar y lo hace- hacia lo que llamamos oscuro, maligno e indeseable, produce tensión en quienes están orientados hacia la luz, trayendo como resultado malestar en todos los cuerpos, y es [i343] sentido especialmente como depresión por el cuerpo físico. Cuanto más sensible es el cuerpo, mayor su respuesta a esta forma de tentación. Es una de las cosas que más obstaculiza al aspirante. El aspecto forma lo hace negativo y receptivo, y aminora su vibración. Impide la realización, y como consecuencia sufre el servicio que debe prestar al mundo. El remedio para el desaliento no se encuentra en el cultivo de una vibración violenta contraria, reside en el inteligente empleo del cuerpo mental, en la capacidad del razonamiento lógico y en ver que la causa de las condiciones se halla en su propia personalidad o en su medio ambiente. Así se logra equilibrio, y -como ya se ha dicho- hay que saber considerar que el Tiempo lo resuelve todo. También radica en el aquietamiento de la mente concreta y la consiguiente vinculación con el alma y, por intermedio del alma, con el grupo egoico, y en consecuencia con el Maestro. Nunca se debe olvidar que el contacto con el Maestro se efectúa en este orden, y quien se halla cada vez más guiado por el alma, penetra progresivamente en la consciencia de su Maestro.

Después de haberse unido desinteresadamente con el Maestro, viene el esfuerzo deliberado y concentrado para trabajar con desapasionamiento y sin ningún deseo de ver el fruto de la acción. Si se continúa durante mucho tiempo y se insiste con paciencia en este procedimiento, traerá como resultado un equilibrio que nada podrá quebrar.

Hay cinco cosas que deberían cultivar quienes han elegido el sendero del esoterismo, y el grupo debe tratar especialmente de alcanzarlas, y son:

  1. Consagración al móvil.
  2. Intrepidez absoluta.
  3. Cultivo de la imaginación, equilibrada inteligentemente por la facultad del razonamiento. [i344]
  4. Capacidad de valorar prudentemente lo evidente y aceptar solo lo compatible con el más elevado instinto e intuición.
  5. Disposición para experimentar.

Estas cinco tendencias, unidas a la pureza de vida y regulación del pensamiento, conducirán al campo de la realización. Recuerden también que el propósito no es descubrir todo lo que se puede conocer, sino esa parte que puede ser aplicada sabiamente para iluminar a la raza y a aquellos que ustedes pueden influir en el lugar en que se encuentran.

Como verán, el verdadero problema reside en el logro de la absoluta intrepidez. Todo temor, duda y preocupación, tienen que ser eliminados. Si pueden lograrlo, aumentarán en forma asombrosa el desarrollo del punto interno de contacto y el conocimiento de cómo extraer de las fuentes de inspiración. La mayoría de las personas cierran las fuentes de información debido a que no controlan su naturaleza emocional. El cuerpo astral puede ser controlado. ¿Cómo?

1. Por inhibición directa. Los principiantes pueden usar este método con provecho, pero no es el mejor a seguir. Produce reacción sobre el cuerpo físico, congestión del cuerpo astral y similar condición en el vehículo etérico. A menudo produce dolor de cabeza, congestión de hígado y otros desarreglos.

2. Por la comprensión directa de lo que está en juego y la conciencia de que, para un alumno del Maestro, nada sucede si no es para acrecentar el conocimiento, el desarrollo y una mayor utilidad en el servicio. El temor de algunos no está basado en la timidez (afirmación paradójica), sino muchas veces en una condición mental como el orgullo. Quienes se polarizan en el cuerpo mental, encuentran que sus temores están vinculados con el intelecto. Estos son, por lo tanto, más difíciles de vencer que los temores de una persona polarizada en el cuerpo astral, la cual puede aplicar el [i345] intelecto para eliminar el temor en el cuerpo astral. Los tipos mentales tienen que apelar directamente al ego, porque siempre hay que recurrir a lo superior para entenderse con lo inferior. De ahí la necesidad de mantener siempre abierto el canal. No traten de aniquilar el temor. Elimínenlo mediante el poder dinámico de sustituirlo por otra cosa. Esto conduce a la tercera sugerencia de que los estudiantes del grupo deberían eliminar el temor mediante:

3. Un método directo de relajamiento, concentración, quietud e iluminación de la personalidad, con luz blanca pura. Procedan de la manera siguiente:

Supongamos que estén dominados por el pánico; sugestiones muy desagradables les invaden, la imaginación está descontrolada, y la mente agrava las cosas. No olviden que los temores de una persona emotiva no son tan poderosos como los de ustedes. Al poseer un cuerpo mental fuerte, ustedes revisten de materia mental altamente vitalizada sus reacciones al temor, lo cual origina la creación de una poderosa forma mental. Esta circula entre ustedes y el temido acontecimiento. Al darse cuenta de ello, buscarán la tranquilidad. Relajarán el cuerpo físico, aquietarán lo más posible el cuerpo astral y serenarán la mente. Entonces, visualizándose a sí premeditadamente harán descender una corriente de luz blanca pura y, haciéndola pasar por los vehículos inferiores, eliminarán todo lo que obstaculiza. Continúen este procedimiento hasta darse cuenta de que se ha realizado el trabajo necesario. Al principio tal vez tengan que repetirlo muchas veces. Luego, será suficiente solo una vez, y más adelante, el proceso será innecesario, por haber obtenido el triunfo.

Esto es aplicable a los temores conectados con la personalidad. Utilicen el aspecto amor, inundándose con amor y luz. Los legítimos temores [i346] que surgen de las cosas vinculadas a las circunstancias que se presentan, en el trabajo que debe realizarse y el conocimiento de las obstrucciones que se materializan para impedirlo, deberán tratarse de forma distinta. Nuevamente hay que seguir un método definido:

  1. Aquietamiento del cuerpo físico.
  2. Aquietamiento del cuerpo astral por inhibición temporal.
  3. Vinculación con el ego y razonamiento definido sobre el método correcto de proceder para enfrentar la dificultad. Habiendo agotado todos los métodos racionales y superiores, y percibida claramente su línea de acción, entonces:
  4. Eleven la vibración lo más alto posible y, desde los niveles de la intuición, hagan descender algo más de luz sobre la dificultad. Si su facultad de intuición y razonamiento produce armonía y muestra la solución, entonces continúen. Saben, como un hecho oculto más allá de toda controversia, que nada puede suceder si no es para bien. Pueden tener seguridad de que serán guiados, y quien ve el fin desde el principio, no comete errores.

Otros tipos de temor -con los cuales los estudiantes hacen contacto cada vez más, a medida que acrecientan su fortaleza y utilidad en el servicio- están basados en la comprensión de las fuerzas que actúan en contra del Plan y obstaculizan el trabajo. Habrá ataques ocultos y poderes de la misma naturaleza, que militan contra el aspirante; podrán hacer sentir su poder en uno u otro de los vehículos y -en muy raros casos- en todos simultáneamente, cuando el aspirante es bastante importante. A veces serán ataques dirigidos contra un colaborador individual, otras contra los grupos de colaboradores. Para contrarrestarlos se empleará el primer método, con los siguientes agregados y cambios. Se vinculará con su propia alma, como individuo o parte de un grupo, y con la Logia de Maestros, [i347] no simplemente con su propio Maestro, sino con la Hermandad para la cual trabaja. Entonces, obtenida la tranquilidad, visualizará a los Maestros que conoce y, elevando la vibración aún más, se conectará, si puede, con los Chohanes, el Cristo y el Manu, según la línea religiosa o política con la cual trabaja, y desde donde se producirá el ataque. Entonces, a través de la cadena vinculadora y de todos los vehículos, hará fluir una corriente de luz violeta. Este método debe usarse únicamente cuando la necesidad es grande y apremiante. La razón de andar con cautela reside en que el vehículo etérico responde muy violentamente al color violeta.