033-036

[33] Dar,
[34] Delincuencia,
[35] Un Desafío,
[36] Desapego

[33]

DAR

Hay una gran ley contenida en las palabras: "a quienes todo lo dan, todo les será dado"... Muchos aspirantes al discípulo no conocen ni comprenden actualmente esta ley; tampoco se entregan plena ni libremente al trabajo de la Jerarquía, ni a quienes están necesitados. Mientras no lo hagan, limitarán su efectividad y cerrarán la puerta de la provisión, no sólo para sí mismos sino para el grupo servidor al cual están afiliados. Tal es la responsabilidad. La clave para la provisión es la inofensividad de la personalidad y la dedicación de todos los recursos individuales al servicio de los Grandes Seres, sin restricciones y con espontaneidad. Como discípulos, traten de vivir inofensi­vamente, en pensamiento, palabra y acción, y cuando material, emocional o temporalmente, nada se escatime y se aplique la fuerza física, y se donen los recursos con alegría, entonces el discípulo tendrá todo lo necesario para llevar a cabo el trabajo; esto atañe también a los grupos activos de servidores. Tal es la ley. Es innecesario decir que la perfección no es posible todavía, pero sí debe haber un mayor esfuerzo de los discípulos para dar y servir.

Por lo tanto, llegará infaliblemente el día en que, como individuos y como parte del grupo de un Maestro, subordinarán sus vidas personales a la necesidad de la humanidad y a la intención del Maestro. Entonces serán y no lucharán tanto por llegar a ser; darán y no combatirán constantemente la tendencia a no dar; olvidarán sus cuerpos físicos y no les prestarán tanta atención (y el resultado será mejor salud); pensarán y no vivirán tan profun­damente en el mundo de los sentidos; antepondrán sensata e inteligentemente y como un procedimiento normal, el trabajo del Maestro y el servicio a los demás. (5 – 635).

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[34]

DELINCUENCIA

Así como tratamos de eliminar la fuerza de nuestras relaciones nacionales, y hoy es evidente que las condenas drásticas no han logrado prevenir la delincuencia ni impedir que la gente actúe con violento egoísmo (y esto constituye toda la delincuencia), y así como la actitud social (en contradicción a la posición antisocial de los que quebrantan la ley) es considerada deseable y enseñada en nuestras escuelas, así también está comenzando a surgir en la conciencia pública la inculcación de correctas relaciones, la difusión del autocontrol y el acrecentamiento del altruismo (que es, seguramente, la meta subjetiva y a menudo incomprendida de todo procedimiento jurídico), cons­tituyendo el necesario acercamiento a la juventud. La delincuencia será desterrada cuando las condiciones ambientales en que el niño vive sean mejoradas; cuando en los primeros años formativos se dé preferente atención al equilibrio glandular, tanto como a los dientes, los ojos, los oídos, la correcta postura y la adecuada alimentación, y cuando exista también una distribución más apropiada del factor tiempo y cuando la sicología y la astrología esotéri­cas contribuyan con sus conocimientos a educar a la juventud. Los antiguos métodos deben ceder su lugar a los nuevos y la actitud conservadora debe ser abandonada en favor del entrenamiento y experimentos físicos, síquicos y religiosos, aplicados en forma científica y motivados místicamente. Al decir religioso, no me refiero a la enseñanza doctrinaria o teológica, quiero significar el cultivo de esas actitudes y condiciones que evocarán la realidad en el hombre, y traerán a primer plano la conciencia del hombre interno espiritual, logrando así el reconocimiento del Dios inmanente. (16 – 182/3).

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[35]

UN DESAFÍO

Desafío a todos los pensadores del mundo a abandonar sus sectarismos, nacionalismos, partidismos y, con espíritu de hermandad, a trabajar en su nación, considerándola como parte integrante de una gran federación de naciones ‑federación que ya existe internamente, pero espera ser materializada mediante la actividad de los pensadores del mundo. Los incito a trabajar por la causa de la religión y en el campo de esa religión particular, en la que están interesados, ya sea por accidente de nacimiento o elección, ya por considerar cada religión como parte de la gran religión mundial. Deben también considerar que las actividades de su grupo, sociedad u organización, demandan ayuda, en la medida y sólo en la medida en que los principios sobre los cuales se fundan y las técnicas que emplean, sirvan para el bien general y promuevan la realización de la Hermandad.

Les pido que abandonen sus antagonismos y antipatías, odios y diferencias raciales y traten de pensar en términos de una familia, una vida y una humanidad. No pido una respuesta sentimental ni devocional a este desafío. Les recuerdo que el odio y la separatividad han llevado a la humanidad a su penosa situación actual. Sin embargo, agregaría a esta advertencia, que existe hoy en el mundo una cantidad suficiente de personas que alcanzarán la liberación, las cuales podrán producir cambios en las actitudes del género humano y en la opinión pública, siempre que se pongan a la altura, por un acto de la voluntad, de lo que ellas conocen y creen.

También los desafío a que se sacrifiquen, a consagrarse, a dar su tiempo y su dinero, y se interesen en difundir estas ideas entre quienes los rodean, en su medio ambiente y en el grupo al cual pertenecen, despertando así a sus compañeros de grupo. Los exhorto a que hagan un esfuerzo unido para inculcar nuevamente las ideas de hermandad y unidad. Les pido que reco­nozcan a quienes trabajan en todos los grupos y los ayuden. También les recomiendo que guarden silencio ante las palabras de odio y de crítica y que hablen en términos de hermandad y de relaciones grupales. Les ruego que procuren hacer de cada día un nuevo día, en el que enfrentan una nueva oportunidad. Traten de olvidar sus propios asuntos, sus pequeñas penas, preocupaciones y suspicacias, ante la urgencia de la tarea que debe realizarse, y difundan el culto de la unidad, el amor y la inofensividad.

Además quisiera que se aparten de los grupos que tratan de destruir y atacar, no importa cuán sincero sea su móvil. Adhiéranse a los trabajadores que tienen fines constructivos, que no luchan contra otro grupo u organiza­ción, y que han eliminado de su vocabulario la palabra "anti". Estén de parte de los que construyen silenciosa y constantemente para el nuevo orden ‑orden que se funda en el amor, construye bajo el impulso de la hermandad y posee la comprensión de la hermandad, basada en el conocimiento de que cada uno y todos, no importa cuál sea nuestra raza, somos hijos del Padre Uno y hemos llegados a comprender que los antiguos modos de trabajar deben desaparecer y proporcionar una oportunidad a los nuevos métodos.

Si no saben enseñar, predicar o escribir, aporten ideas y dinero para que otros puedan hacerlo. Ofrezcan sus horas y minutos de ocio para que otros queden libres y puedan dedicarse a servir al Plan; contribuyan con su dinero para que pueda progresar con mayor rapidez el trabajo de quienes pertene­cen al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Se pierde mucho tiempo en cosas no esenciales. La mayoría de ustedes dan poco o nada de su tiempo. Lo mismo pasa con el dinero. Deben dar como nunca han dado antes, a fin de posibilitar la parte física del trabajo. Hay quienes ofrecen lo único que poseen, y el poder que tal actitud libera es muy grande. Quienes actuamos en el aspecto interno agradecemos todo lo que dan con gran sacrificio personal. Otros dan lo que les sobra y sólo cuando no implica sacrificio. Esta condición debe terminar; se debe dar al máximo con comprensión y justicia para que la era de amor y de luz se introduzca con mayor celeridad. No importa dónde o a quién den, basta dar ‑poco si tiene poco tiempo o dinero; mucho, si poseen mucho. Trabajen y den, amen y piensen, ayuden a esos grupos que construyen y no destruyen, aman y no atacan, erigen y no derriban. No se deje engañar con argumentos plausibles de que la destrucción es necesaria. Sin duda lo fue, pero el ciclo de destrucción prácticamente ha terminado ¡si pudieran comprenderlo!, y los constructores deben ahora ponerse a trabajar.

Por sobre todo los incito a que lleven una vida más profunda, y les imploro que, para bien de sus semejantes, refuercen el contacto con la propia alma; con lo cual habrán desempeñado su parte para posibilitar la revelación, habrán ayudado a traer la luz y estarán por lo tanto en condiciones de beneficiarse por esa nueva luz e información y podrán indicar mejor el camino y despejar el sendero al desconcertado buscador. Quienes no están preparados para los acontecimientos serán cegados por la emergente luz, confundidos por la maravilla que se revelará e impelidos por el aliento viviente de Dios; les corresponde a ustedes capacitarlos para ese acontecimiento. (14 – 158/60).

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[36]

DESAPEGO

(1) El trabajador en magia blanca debe mantenerse en lo posible libre de identificarse con aquello que ha creado o, intenta crear. El secreto para todos los aspirantes es cultivar la actitud del observador y del vigía silencioso. La mayor parte del trabajo mágico queda anulado, porque el trabajador yconstructor de la materia no guardó silencio. Por hablar anticipada y excesivamente, destruye lo que ha tratado de crear, y el hijo de su pensamiento nace sin vida. Todos los trabajadores del campo mundial deben reconocer la necesidad del desapego silencioso, y el trabajo de los estudiantes que leen estas instrucciones consiste en cultivar una actitud de desapego. El desapego mental capacita al pensador para morar siempre en un lugar elevado y secreto, y desde ese centro de paz llevar a cabo con calma y poder, el trabajo que se ha propuesto. Trabaja en el mundo de los hombres, ama, consuela y sirve; no presta atención a la simpatía y antipatía personales, ni a prejuicios ni apegos; se mantiene fuerte como una roca y como una mano tendida en la oscuridad, para todos aquellos con quienes entra en contacto. El cultivo de una actitud personal de desapego, con una actitud de apego espiritual, cortará las raíces de la vida del hombre, pero devolverá mil veces todo aquello que ha cortado.

Mucho se ha escrito sobre el apego y la necesidad de practicar el desapego. Ruego a todos los estudiantes, en la urgencia de la situación actual, que en vez de leer piensen sobre ello y comiencen a practicarlo y a demostrarlo. (4 – 403/4).

(2) Sólo con espíritu de verdadero desapego realiza el discípulo su mejor trabajo; se da cuenta que en virtud de tal desapego se convierte (por el resto de su vida) simplemente en un trabajador --en el gran ejército de trabajadores jerárquicos-- sin más inclinación, objetivo o deseo personales. Para él no existe nada más que trabajo continuo y constante asociación con otras personas. Puede ser una persona que se aísla por naturaleza y ansía profundamente la soledad, esto no importa. Es el precio que debe pagar por la oportunidad de satisfacer la necesidad del momento. (5 – 65).

(3) La fatiga física no tiene necesariamente por qué menoscabar la utilidad del discípulo. En muchas personas su estado físico perjudica su trabajo, porque enfocan su atención en la indeseable condición física; los discípulos, sin embargo, poseen en muchos casos la curiosa capacidad de continuar su trabajo a pesar de lo que les ocurra físicamente. El cerebro físico llega a reflejar tanto su vida mental que, esencialmente, no lo afectan las condiciones externas. El discípulo aprende a vivir con sus deficiencias físicas, bajo condi­ciones adversas, y su trabajo se mantiene en su habitual elevado nivel.

El problema emocional quizás sea el más difícil. Pero el discípulo sólo puede eliminar su propia autoconmiseración y liberarse de las tormentas emocionales internas que experimente. (5 – 66).

(4) Llevándolo a asumir la posición de que nada que produzca reacción, dolor o angustia al cuerpo emocional, tiene importancia. Estas reacciones son simplemente reconocidas, vividas y toleradas, pero no se permite que cons­tituyan una limitación. Todos los discípulos deberían reflexionar sobre lo que acabo de decir. (5 – 67).

(5) 'Señor de mi vida, ¿cómo puedo cumplir el deber de este día y sin embargo lograr el desapego? ¿Satisfaré toda necesidad y, sin embargo, me liberaré de las ligaduras y las obligaciones Dios dijo, “El sol se acerca y vivifica la tierra. Nada puede extraer de la tierra. Vive tú así. ¡Da y nada pidas!' (5 – 364/5).

(6) Mantenga siempre la actitud del Observador en la cabeza. De esta manera el desapego del alma aumentará, mientras se acrecentará y multiplicará el apego del alma a las almas. (5 – 570).

(7) El desapego es el sendero de menor resistencia para una naturaleza de primer rayo. (6 – 450).

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