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1. El Reino Mineral

 

La influencia ......................... Del séptimo rayo de organización y del primer rayo de poder son los factores dominantes.
   
Los resultados ...................... Del proceso evolutivo son radiación y potencia, una potencia estática que subsiste en el resto del esquema natural.
   
El proceso ............................ La condensación.
   
El secreto ............................. La transmutación. En Tratado sobre Fuego Cósmico se la define de la manera siguiente: “La transmutación consiste en pasar de un estado de ser a otro, por medio del fuego”.
   
El propósito ......................... La demostración de la radiactividad de la vida.
Las divisiones ...................... Los metales en bruto, los metales comunes y las piedras preciosas.
   
El agente objetivo ................. El fuego. Constituye el factor iniciático en este reino.
   
El agente subjetivo ................ El sonido.
   
La cualidad ............................ La extrema densidad. La inercia. La Brillantez.


[i224] Los estudiantes deben recordar que al estudiar este reino, no tratamos con los elementos ni los átomos, pues constituyen la sustancia con la cual están construidas las formas minerales, sino con las formas minerales a medida que se manifiestan en el mundo concreto, y también en el mundo tangible y objetivo. La constitución interna y la formación geométrica de los minerales no forman parte de nuestro tema. Éste no es un tratado científico, como generalmente se entiende, sino un estudio de la cualidad y la conciencia en lo que afectan al aspecto forma. Gran parte, sino todo lo que la ciencia exotérica ha expuesto sobre el reino mineral, puede aceptarse como hechos relativos para aplicación general. Sin embargo pueden sentarse dos premisas básicas:

1. El aspecto consciencia del mundo mineral.
2. La transmutación de forma, en ese reino, por medio del fuego, que conduce a una radiación final.

El ejemplo más conocido del efecto que produce en el mineral la iniciación a través del fuego, puede verse en la gran transición y transformación realizada por la alotropía, desde el carbón al diamante perfecto. Otra etapa cualitativa puede observarse en la radiación o el desprendimiento de rayos como en el radio.

En el proceso evolutivo del reino mineral se deben tener presente tres etapas, y aunque (aparentemente no tienen relación entre sí) desde el punto de vista de la ciencia moderna son, sin embargo, subjetiva y esencialmente parte de un grandioso proceso interno. Estas etapas son las analogías en el reino mineral de las etapas de la conciencia animal, de la autoconciencia y de la radiante conciencia grupal del alma. Existe una cuarta etapa de potencia o expresión de poder organizado, que está aún más allá, y es la analogía de la vida de la Mónada, en este reino, tal como se expresa en la conciencia solar de los iniciados de alto grado.

[i225] Así como la ciencia ha descubierto los noventa y dos elementos, la lista de los posibles elementos es relativamente completa, por eso la ciencia con el tiempo habrá compaginado las clasificaciones progresivas que demostrarán las tres etapas del ciclo de vida de todos los minerales, desde la etapa del mineral estático, tal como el carbón, a través de la etapa del cristal, de las piedras semipreciosas y preciosas, hasta la de la sustancia radiactiva. Al determinar este desarrollo el ser humano no puede todavía darse cuenta de la relación existente, porque los ciclos abarcados son tan vastos, la acción del fuego en estos grandiosos períodos es tan variable y el reconocimiento de las etapas intermedias tan difícil, que todo lo que yo podría decir sólo daría lugar al sarcasmo y a la incredulidad. Pero pueden sentarse dos premisas fundamentales:

1. Que la mayoría de las sustancias minerales se dividen naturalmente en siete grupos principales, correspondientes a las siete subdivisiones de los rayos influyentes, los de organización y poder.
2. Que sólo en los ciclos mundiales en que el séptimo rayo está en manifestación y es sumamente poderoso, se producen ciertos cambios ocultos en estos siete grupos. Son las analogías, en la evolución mineral, de las siete iniciaciones del ser humano.

En esta época se ha acrecentado la radiactividad. Puede observársela actualmente en el descubrimiento de la sustancia radiactiva a medida que el rayo entrante aumenta su potencia década tras década. Cierta cantidad de radiación es básica y fundamental en cualquier ciclo mundial. Pero cuando el séptimo rayo haya entrado totalmente se producirá una intensificación de esa radiación, y nuevas sustancias entrarán en actividad. Esta intensificación hará que el reino mineral sea más radiactivo que antes, hasta que esta acrecentada radiación se convierta a su vez en básica y fundamental. A medida que el séptimo rayo vaya saliendo cíclicamente [i226] de la manifestación, cierta medida de inercia se apoderará de este reino, aunque lo que tiene propiedad radiactiva continuará desarrollando su actividad. De esta manera la radiación del mundo mineral aumenta constantemente a medida que los ciclos pasan, produciéndose lógicamente un efecto paralelo en los tres reinos superiores. La gente no tiene hoy idea alguna del efecto que (debido al rayo entrante) esta radiación tendrá, no sólo en el reino mineral circundante sino en el reino vegetal (que tiene sus raíces en el reino mineral) y en menor grado en los seres humanos y animales. El poder de los rayos cósmicos entrantes ha hecho que se reconozca más fácilmente la radiactividad, de la cual se ocupa la ciencia moderna. Tres discípulos del séptimo rayo interpretaron el significado de estos rayos para el ser humano. Me refiero a los esposos Curie y a Millikan. Debido a que pertenecían al séptimo rayo poseían el necesario equipo psíquico y la sensibilidad que les permitió reconocer intuitivamente su propia vibración de rayo en el reino mineral.

El séptimo rayo es el del ritual organizado, cualidad fundamental y necesaria para la construcción de formas. Los procesos del reino mineral son estrictamente geométricos. El primer rayo es el de voluntad o poder dinámico, y cuando -hablando simbólicamente- las formas perfeccionadas, los vehículos organizados y el poder dinámico están relacionados y unificados, entonces habrá plena expresión de la mente de Dios en la forma, en el punto de mayor concretización y densidad, con una radiactividad que será dinámicamente eficaz.

Hablando nuevamente en forma simbólica (y qué otra cosa puede hacerse cuando existe un mecanismo tan inadecuado como la mente y el cerebro del aspirante común), el reino mineral marca el punto de excepcional condensación, la cual se produce por la acción del fuego y la presión que ejerce la “idea divina”. Esotéricamente hablando, tenemos en el mundo mineral el Plan [i227] divino oculto en la geometría de un cristal, y la radiante belleza de Dios aprisionada en el color de una piedra preciosa. Descubrimos que los conceptos divinos se desarrollan en lo minúsculo y más bajo de la manifestación. También la meta del concepto universal se observa cuando la joya irradia su belleza y el radio emite sus rayos tanto destructivos como constructivos. Si se pudiera comprender realmente la historia de un cristal se entraría en la gloria de Dios. Si se pudiera penetrar en la atractiva y repulsiva conciencia de un trozo de hierro o plomo, se revelaría la historia completa de la evolución. Si se pudieran estudiar los procesos ocultos que se llevan a cabo bajo la influencia del fuego, se penetraría en el secreto de la iniciación. Cuando llegue el día en que la historia del mineral pueda ser captada por el vidente iluminado, él verá entonces el largo camino que ha recorrido el diamante y, por analogía, el largo camino que han recorrido todos los hijos de Dios, regidos por las mismas leyes y desarrollando la misma conciencia.

Cuando el séptimo rayo se manifiesta en el séptimo plano, como sucede hoy, es especialmente potente y, por lo tanto, su efecto sobre el reino mineral se hace sentir en forma dinámica. Si en verdad hay una sola sustancia y un solo espíritu, que “la materia es espíritu en el punto más bajo de su actividad cíclica y el espíritu es materia en su punto más elevado”, entonces el rayo de orden ceremonial o ritual, es sólo una expresión de su polo opuesto -el primer rayo de voluntad o poder- expresando la misma potencia bajo otro aspecto, lo cual significa que:

1. El poder o la voluntad de Dios se manifiesta a través de los procesos sistemáticamente organizados de séptimo rayo. La facultad geométrica de la mente universal halla su más perfecta expresión material en el plano físico, el séptimo plano, actuando a través del séptimo rayo. Así el reino mineral vino a la existencia como máxima expresión de esa mente. Mantiene en solución [i228] todas las fuerzas y los productos químicos y minerales que necesitan las formas de los otros reinos materiales.

2. El reino mineral es por lo tanto la expresión más concreta de la unidad dual de poder y de orden. Constituye los cimientos de la estructura física ordenada, o el universo de nuestro planeta.

3. Es necesario que la adaptabilidad ritualista y rítmica del séptimo rayo y la voluntad dinámica del rayo de poder vayan conjuntas para el pleno desarrollo del Plan, tal como se encuentra en la mente de Dios.

Ésta es la razón de por qué, en el actual período de transición, el Señor del séptimo rayo está tomando a su cargo el control de los asuntos y la ejecución ordenada del Plan, a fin de restaurar con el tiempo, la estabilidad del planeta y facilitar a las entrantes influencias acuarianas un estable y extenso campo de trabajo. Esto lo detallaremos cuando empecemos el estudio de los signos zodiacales y su relación con los rayos.

Ahora consideraremos los dos puntos siguientes: la condensación y su secreto, la transmutación. Desde el punto de vista de la materia externa, el reino mineral constituye la expresión más densa de la vida de Dios en la sustancia y su característica más sobresaliente, aunque a veces incomprendida, es el poder aprisionado o inexpresado. Hablando en símbolos, un volcán en erupción es una pequeña expresión de este poder. Desde el punto de vista de la sustancia esotérica los cuatro éteres son muchos más densos y sustanciales. La ciencia moderna también lo ha expuesto al referirse al hipotético éter. Este quinto reino (contando en forma oculta y descendente desde el reino egoico) es el reflejo de estos cuatro éteres y el punto de su más densa concretización.

Así como sustentan, o forman la base del mundo manifestado, y se los considera como la verdadera forma, también el reino mineral es el reino fundamental de los tres mundos de acuerdo a Ley de Analogía. [i229] En un sentido muy especial “sustancia etérica precipitada” es la condensación o exteriorización de los planos etéricos. Esta solidificación o precipitación -que da como resultado la producción de la materia densa objetiva o sólida es el resultado tangible de la interacción de las energías y cualidades de los rayos primero y séptimo. Su voluntad unida y su ritmo ordenado han producido el suelo terrestre y el contenido ígneo del planeta, considerando la capa terrestre como la corteza.

En el girar de la gran rueda, ciclo tras ciclo, estos dos rayos entran en función activa, y durante los ciclos de actividad objetiva los otros rayos predominan y participan en el gran trabajo. El resultado de esta interacción de potencias psíquicas se manifestará en la eventual transmutación de la sustancia de la tierra, y se disolverá nuevamente en lo que constituye la finalidad de la condensación objetiva. Aquí fracasa nuevamente el lenguaje para aplicar los términos adecuados, que aún no existen. Hago esta aclaración a fin de indicar la dificultad del tema. La sustancia etérica intangible ha sido condensada en el mundo denso tangible y objetivo. Éste -en el plan evolutivo- tiene que ser nuevamente trasmutado a su condición original, además de lo que ha adquirido del ritmo ordenado y de las tendencias y cualidades forjadas en la conciencia de sus átomos y elementos, mediante la experiencia de la exteriorización, disolución que puede ser observada como radiación y sustancia radiactiva. En ellas observamos el proceso de transmutación. Los agentes disolventes son el fuego, el calor intenso y la presión, los cuales han logrado ya dividir al reino mineral en tres partes: los denominados metales en bruto, los metales patronos, tales como la plata, el oro y el platino, las piedras semipreciosas y los cristales. Las piedras preciosas son una síntesis de los tres -síntesis básica de la evolución-. A este respecto pueden observarse algunas analogías entre el [i230] reino mineral y los ciclos evolutivos humanos. 

1. Metales en bruto .......................... Plano físico. Conciencia densa. Primera Iniciación
2. Metales patronos .......................... Plano astral. Conciencia del yo. Segunda iniciación
3. Piedras semipreciosas .................. Plano mental. Conciencia radiante. Tercera iniciación
4. Piedras preciosas ......................... Conciencia y realización egoica. Cuarta iniciación


Las analogías del fuego, el calor y la presión en la evolución del ser humano, son autoevidentes y puede observarse que su trabajo va paralelo al del reino mineral. El reino mineral está regido astrológicamente por el signo Tauro, y hay una relación simbólica entre el “ojo” en la cabeza del Toro, el tercer ojo, la luz en la cabeza, y el diamante. La conciencia del Buda ha sido llamada el “ojo de diamante”.

Hasta ahora me he expresado en forma técnica y gran parte de lo impartido parece no tener relación con el desarrollo psicológico del ser humano. Pero para comprender los rayos y la gran afluencia que ejercen en toda vida, es necesario que el ser humano comprenda que sólo es una pequeña fracción de este todo. El ser humano tiene sus raíces en los tres reinos, pues ellos han contribuido a formar su equipo; es el macrocosmos del microcosmos inferior, el eslabón que une a los tres reinos inferiores con los tres superiores. Debe tenerse siempre presente que el signo del desarrollo espiritual del ser humano, reside en la habilidad de incluir en su conciencia no sólo los llamados valores espirituales y el poder de reaccionar a los contactos del alma, sino en incluir también los valores materiales y reaccionar en forma divina a los poderes que se hallan, para él, ocultos [i231] y custodiados por otras formas de vida divina que existen en los tres reinos subhumanos.

Ante la actual situación mundial apremiante cabría preguntarse: ¿Qué necesidad hay de estudiar los rayos y los reinos de la naturaleza? ¿De qué sirve especular sobre ciertos asuntos en los que el estudiante medio no puede captar la verdad? Estas preguntas son inteligentes y merecen también una respuesta similar. Responderé haciendo otra pregunta: ¿Por qué el pseudo-servidor cree que su equipo mental podría servir de algo en la actual crisis mundial?

Una de las primeras cosas que cualquier instructor de la raza tiene que hacer es acrecentar el equipo mental del pseudo-servidor. Muchas veces el trabajo es obstaculizado por la devoción del aspirante emocional. La fructificación del Plan frecuentemente se demora por los esfuerzos inoportunos y la falta de criterio del sincero seguidor del Gran Señor. El trabajo es sobre todo obstruido por las reacciones de la personalidad de quienes dirigen los grupos que se dedican al esoterismo. Las reacciones de la personalidad se deben, en la mayoría de los casos, a algún tipo de emoción. La ambición personal, el deseo a veces irreconocible de llegar a ser la autoridad máxima en determinado grupo, el temor a los intrusos y a las terminologías (que expresan idénticas verdades) y la envidia de otros dirigentes, además de una sincera aunque confusa e ilusoria interpretación de la verdad, constituyen un gran obstáculo para la causa de la Jerarquía, cosas observables en todas partes. El origen de dichas dificultades reside en el cuerpo de deseo -emocional sensorio- y el indebido apego a las formas y cosas externas. Estos factores impiden la clara visión que conduce a una actividad inteligente y colaboradora. Si se puede acrecentar el equipo mental y captar la verdad, entonces podrá realizarse el verdadero trabajo y los grupos (que forman el grupo uno) llegarán a ser [i232] verdaderamente útiles. Para tal cualidad será benéfico proporcionar el material mediante el cual el cuerpo mental del estudiante se desarrolle y pueda encontrar el sustento y los medios para desenvolverse. Pocas personas pueden desarrollar dentro de sí mismos los pensamientos e ideas que las conducirán a comprender la verdad; quienes somos responsables de enseñar a la raza debemos proporcionarle forzosamente lo que requiere. Al hacerlo, trabajamos también para la generación venidera de investigadores, sabiendo muy bien que las enseñanzas avanzadas de hoy y las nuevas ideas que influencian a los precursores de la humanidad, serán la inspiración del público pensador en las generaciones siguientes y, a su debido tiempo, en los seguidores de la teología. Las creencias y los conocimientos de los esotéricos de hoy (de los verdaderos esotéricos espirituales, no de los grupos pseudo-esotéricos), se han asimilado a las fórmulas de las creencias de sus sucesores, y con el tiempo se identificarán con los credos y las organizaciones religiosas.

Comprender en forma mental las enseñanzas y el estudio de los rayos, en relación con la naturaleza en evolución, es mental y espiritualmente importante, pero no tiene ningún valor práctico en la vida diaria, excepto en lo que pueda servir para trasladar la polarización del aspirante del plano emocional al mental, trayéndole alineamiento y estabilidad.

Ahora se considerarán los rayos y el reino vegetal. Resulta difícil captar el significado de la conciencia y la actividad del reino mineral, porque está muy lejos del nuestro. También es difícil comprender, o ver conscientemente, por ejemplo, que las uñas, los dientes y la estructura ósea tengan conciencia y percepción inteligente, del mismo tipo, aunque en distinto grado, que el ojo o un nervio sensorio. Pero es así. A medida que nos ocupamos de las formas de vida que se asemejan al tejido viviente de nuestros cuerpos animales, [i233] podemos apreciar su semejanza y las idénticas posibilidades se acrecientan paso a paso. Sólo presentando analogías se capta la verdad esotérica, pues proporcionan cierta iluminación a quienes comprenden que existen formas más elevadas de vida y de conciencia en el cosmos, a las cuales les resulta difícil introducir su conciencia en las formas animales de la humanidad, así como nos es difícil proyectarnos en la conciencia de un arado de hierro, pero esto también es así. Ahora clasificaremos algunas ideas e informaciones disponibles.