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I. Apropiación de los Cuerpos - Parte 1

Esta última definición nos lleva a considerar el tema de los rayos. La personalidad es la fusión de tres fuerzas mayores y su subordinación (después de haberse fusionado) a los impactos de la energía del alma. El impacto tiene lugar en tres etapas distintas, o “tres movimientos impulsivos”, como se los denomina en ocultismo, empleando la palabra impulsivo en su verdadero y común significado, y no en sentido emotivo y fanático. Estos movimientos impulsivos son:

a. El impacto producido por el alma, en la etapa de la evolución humana que llamamos individualización. En ese momento, la forma llega a ser consciente de ese toque del alma, por primera vez. La terminología esotérica lo denomina “Toque de Apropiación”. El alma, entonces, se apropia del vehículo.

A esta etapa le sigue un extenso período de adaptación y de gradual desarrollo y desenvolvimiento. Esto tiene lugar en el sendero de la experiencia, donde el alma se aferra a su instrumento, la naturaleza o forma inferior.

b. El impacto producido por el alma, debido a los problemas y apremios que surgen en las etapas posteriores de experiencia. Durante esta etapa, la apremiante necesidad y los problemas originados por las fuerzas opuestas, llevan al ser humano a someterse a una influencia superior. Entonces, desesperado, invoca al alma y a la fuente espiritual inherente a su naturaleza divina, no utilizada hasta entonces. A este impacto se lo denomina “Toque de Aceptación”, y significa que el alma accede a la demanda de ayuda y [i269] luz de la personalidad. De este modo, el alma acepta guiar a la personalidad.

Observen que aquí, me refiero a la actitud que adopta el alma hacia la personalidad y no a la de la personalidad hacia el alma, como comúnmente sucede. Este tratado se ocupa especialmente de las reacciones y actividades del alma, por medio de la energía de su rayo, y de su respuesta a la demanda de las fuerzas -enfocadas, combinadas e integradas- de la personalidad.

c. El impacto del alma durante las distintas y sucesivas iniciaciones, a las cuales se somete oportunamente el discípulo al pasar del cuarto al quinto reino de la naturaleza. A esta etapa se la denomina “Toque de Iluminación”, donde, al reunir las fuerzas de la personalidad purificada y las del alma “que se acerca”, se “engendra una luz que no se desvanece”.

En estos tres impactos:

1. El Toque de Apropiación en el plano físico,

2. El Toque de Aceptación en el plano astral,

3. El Toque de Iluminación en el plano mental, se resume, en forma clara y concisa, la actitud que adopta el alma hacia su instrumento que se prepara en forma acelerada.

El gran Toque de Apropiación reside racialmente en el pasado; el Toque de Aceptación tiene lugar en el campo de batalla de la naturaleza emocional, y el Toque de Iluminación se efectúa a través de la mente.

Las tres primeras iniciaciones son expresiones de estas tres etapas o impactos. Se puede decir también que las razas Lemuriana, Atlante y Aria, son también expresiones de las reacciones del ser humano a estos tres acercamientos del alma [i270].

En la tercera iniciación, el alma y la personalidad se fusionan, perfectamente, a fin de que la luz resplandezca y se establezcan los grandes acercamientos entre el alma y la forma.

En este ciclo particular y en la actual raza Aria, la Jerarquía, como expresión del Reino de las Almas, recapitula estos tres inevitables pasos, efectuando ciertos acercamientos a la raza humana. Por lo tanto, se puede dividir a la humanidad en tres grupos y relacionarla con los tres acercamientos mayores:

a. El Acercamiento de Apropiación expresará el efecto que producirá el estímulo actual sobre las masas no evolucionadas. Millares de hombres y mujeres están en proceso de despertar y, durante los próximos años, llegarán a tener conciencia del alma, la cual va intensificando, en cada individuo, la apropiación iniciada en la crisis lemuriana de individualización; esta antigua actividad se repite nuevamente, como un esfuerzo necesario de recapitulación. Todo esto se halla hoy, casi totalmente, en la esfera de la conciencia. La gran apropiación tuvo lugar hace millones de años. Un gran despertar tendrá lugar, hoy, en la conciencia sobre la significación de lo que, entonces, fue mayormente un gran acontecimiento físico, y las masas serán conscientes, en su conciencia cerebral, de esa primitiva apropiación. Esto se produce en virtud de un nuevo acercamiento del alma y su avance hacia su reflejo, la personalidad; lo cual produce, con el tiempo, el consiguiente reconocimiento por parte del ser humano.

b. El Acercamiento de Aceptación será similarmente reconocido por los hijos de los seres humanos inteligentes y altamente evolucionados, los cuales percibirán la relación existente entre sus personalidades y el alma, y entre las fuerzas de la naturaleza inferior y la energía del alma. De esta tarea particular, se ocupa principalmente el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, si se consideran sus actividades desde el [i271] punto de vista de la Jerarquía. El trabajo de este grupo consiste en facilitar la entrada de la energía del alma, la cual se expresa como amor y buena voluntad; esto, a su vez, traerá como resultado la paz individual, racial y planetaria, y se desarrollará el gran aspecto grupal del acercamiento que se está llevando a cabo en la actualidad.

c. El Acercamiento de Iluminación lleva al discípulo a través del Portal de la Iniciación; es el efecto de la misma energía que actúa sobre las personalidades de los discípulos mundiales y trasforma su espíritu de aspiración en la luz de la iniciación.

Los Misterios del mundo, de la carne y del demonio (empleando la terminología simbólica del cristianismo) deben ser trasmutados rápidamente en los Misterios del

Reino de Dios, en la energía del alma y en la revelación de la divinidad. El secreto oculto del loto invertido (el mundo) debe ser revelado por el loto abierto del reino de las almas. El secreto de la carne, que es la prisión del alma, es revelado por el perfume que exhala el loto del alma al abrirse. Oportunamente se verá que el misterio del demonio es la luz del semblante de Dios que revela lo indeseable, y debe ser modificado y rechazado, trasformando así la vida por la luz que afluye de la naturaleza de Dios.

Será útil estudiar estos tres acercamientos del alma -individuales y jerárquicos-, reflexionar sobre ellos y someternos a un entrenamiento, para que podamos obtener los reconocimientos necesarios. Reflexionemos también sobre las siguientes triplicidades:

1. Consciencia de masa ...... Autoconciencia ...... Conciencia grupal

que, a su debido tiempo, conducen a la:

2. Apropiación ..................... Aceptación .............. Iluminación

a través de las etapas raciales de la: [i272]

3. Experiencia lemuriana ..... Experiencia atlante...Experiencia aria

y las etapas individuales de:

4. Experiencia ...................... Discipulado .............. Iniciación

Éstas llevan a su vez a las etapas de

5. Probacionista racial ......... Discipulado racial ..... Iniciación racial

y en lo individual:

6. El probacionista ............... El Discípulo .............. El Iniciado

que conducen con el tiempo a

7. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo .... La Jerarquía ..... El Reino de Dios

Un estudio comparativo de estas etapas y fases revelará la forma en que surge la revelación entre el ego y la personalidad, y es el rasgo característico entre ambas, y en lo que al aspirante concierne, es el enfoque o la concentración del aspecto vida. En la personalidad, el foco de la conciencia está en la Forma. En la individualidad, el foco se transfiere al Alma. Todo depende de donde se halla el centro de la atención. “Los acercamientos” que se originan entre el alma y la personalidad son los procesos de relación durante los períodos de transición. En lo que respecta a la raza, se denominan los grandes Acercamientos de la Jerarquía y representan el alma de la humanidad dentro de la forma racial. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo es el conjunto de hombres y mujeres que han respondido a uno de estos acercamientos mayores. Realizado esto, se convirtieron en un grupo vinculador o de enlace entre la Jerarquía y la raza, facilitando así la tarea de la Jerarquía planetaria.

Hoy es posible revelar estos Acercamientos mientras se están realizando. En el primer Gran Acercamiento, que tuvo lugar en la época de Lemuria, cuando se individualizó la raza de los seres humanos, únicamente los miembros de la Jerarquía tenían conciencia del propósito. Aquellos a quienes Ella se acercaba, registraron tenuemente un profundo anhelo de lograr cosas mejores. Así nació la aspiración, la aspiración consciente, si [i273] tal palabra puede emplearse, en

conexión con el vago anhelo del ser humano animal. Hoy el progreso alcanzado, como efecto de la evolución, es tal que muchas personas pueden registrar y registran conscientemente la influencia del alma y el acercamiento de la Jerarquía. Esta capacidad de registrar el Acercamiento, o Toque de Iluminación, se debe, en gran parte, al éxito del trabajo del Cristo cuando descendió a la Tierra hace dos mil años. Nos familiarizó con la idea de la divinidad -concepto entonces enteramente nuevo en lo que al ser humano concierne-. Él preparó el camino para un próximo acercamiento, en amplia escala del reino de las Almas, mediante la Jerarquía y su agente jerárquico, el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Quizás esto imparta alguna comprensión de un aspecto del trabajo del Cristo que, con frecuencia, se pasa por alto.

A medida que el séptimo rayo viene a la manifestación, se facilitará el acercamiento entre dos reinos superiores, el de los seres humanos y el de las almas, porque comienza a desarrollarse el trabajo mágico deseado de producir y establecer relaciones. La tarea del Rayo del Orden Mágico será desarrollar la sensibilidad hacia uno de esos Acercamientos mayores que, actualmente, se intenta realizar. Sólo a medida que transcurre la historia, y cuando conozcamos más adelante la asombrosa naturaleza de la época por la que la raza está pasando, la humanidad podrá apreciar la significación de la tarea de la Jerarquía actual y la magnitud del éxito alcanzado desde 1925, como resultado del impulso iniciado e instituido en 1875.

Es innecesario decir algo más sobre este punto, excepto indicarles que los primeros resultados del trabajo realizado durante el Festival de Wesak de 1936 y la respuesta de la humanidad, justificarían la esperanza puesta en el éxito. Permanezcamos confiados y preparados, sin temores ni incertidumbres, conservando lo que se ha obtenido por el esfuerzo realizado en el pasado (conjuntamente con todos los servidores [i274] del mundo), lo cual nos proporcionará un punto focal positivo para transmitir energía espiritual.

Antes de continuar con el estudio del Rayo de la Personalidad, sería conveniente agregar algo más a la información dada sobre los tres Acercamientos del alma, o los tres Toques, que son los agentes transformadores e iniciadores de la vida de la personalidad. Los estudiantes harán bien en recordar que siempre debe realizarse en la vida del yo inferior una actividad análoga, reflejo de las actividades del Yo superior. Así como el alma efectúa tres acercamientos a su instrumento o reflejo, el ser humano de forma similar, la personalidad integrada se acerca para establecer la unión con el alma por medio de tres toques similares o relacionados. Será de valor extendernos algo más sobre este tema.

La correspondiente actividad de la personalidad, en el Acercamiento de Apropiación, es el resultado de la reorientación y del reajuste, que tiene lugar en la vida de la personalidad cuando está en el Sendero de Probación. Entonces, el aspirante individual, después de mucha lucha y gran esfuerzo, “toca” de pronto y por un instante el nivel del alma y conoce, así, el significado de la expresión “contacto con el alma”. Tal contacto ya no es un deseo, una visión, una creencia teórica o una esperanza, sino una experiencia y un hecho. Los términos “el contacto con el alma” y “sentir la cualidad vibratoria del alma” son frases que se emplean con frecuencia. Sería de valor a los estudiantes aprender a apreciar que, “en la meditación profunda”, súbitamente reconocen y establecen cierta relación; la personalidad ha respondido -por primera vez- de tal modo, que la “apropiación” del instrumento, efectuada por el alma (llamada individualización), la repite la personalidad, apropiándose de la inspiración y la influencia del alma. Esta experiencia marca un momento significativo en la vida del alma y de la [i275] personalidad; el ser humano ya no será el mismo, pues ha participado de una actividad del alma. Este gran acontecimiento, visto desde este ángulo, debería proyectar una nueva luz e infundir un nuevo espíritu emprendedor cuando el aspirante practica la meditación. Así como el alma, mediante una actividad planeada, se individualizó en una forma humana, también el aspirante probacionista, como resultado de una actividad planeada, da los primeros pasos para individualizarse en una forma espiritual, teniendo lugar el cambio de conciencia de una naturaleza corpórea a un cuerpo “no hecho con las manos y eterno en los cielos”. El yo inferior repite la actividad del Yo superior. Un acontecimiento en el sendero ascendente explica el significado de lo que ha ocurrido en el sendero descendente.

Se dice que transcurre mucho tiempo entre la primera iniciación y la segunda (donde culmina la Crisis de Apropiación en el sendero ascendente). Hay aquí también una analogía de los primitivos acontecimientos, pues ha transcurrido mucho tiempo desde que tuvo lugar la individualización, técnicamente entendida, que fue el primer gran acercamiento del alma, ocurrido en los días de Lemuria o en crisis anteriores en el planeta muerto, la Luna. Así como la forma del ser humano animal tuvo que alcanzar cierto grado de desarrollo, también la forma humana tiene que alcanzar hoy el nivel de integración de la personalidad, antes de que pueda repetir conscientemente el Acercamiento de Apropiación.

Luego, tiene lugar en la vida del aspirante un período en el que pasa del Sendero de Probación al del Discipulado, resultado de la actividad que, en la vida de la personalidad individual, es el reflejo del Acercamiento de Aceptación, que se produce en el campo de batalla del plano astral. Allí el discípulo acepta conscientemente el inevitable proceso de transmutación que debe efectuarse, antes de que la personalidad pueda llegar a ser un instrumento apto para el alma. Permanece [i276] entre los pares de opuestos, aprendiendo el secreto de la dualidad y fijo en el punto medio, como Arjuna, busca el camino de salida, y finalmente acepta la tarea que tiene por delante. Ésta es la etapa de sumisión, a la cual todo discípulo se somete.

Mediante la aceptación, el aspecto astral de la personalidad se pone en línea, con el propósito divino del alma que mora internamente, lo cual no es una débil y negativa sumisión ni una penosa y afable aceptación de la así denominada Voluntad de Dios, sino la positiva y dinámica posición o actitud, en el campo de batalla de la vida. Esta actitud reconoce, correctamente, como hizo Arjuna, las exigencias de los dos ejércitos (el del Señor y el de la Personalidad) y, mientras acepta la realidad del caso, el discípulo permanece firme y lucha, lo mejor que puede, por obtener el privilegio de la comprensión y la actitud correcta. Así como el alma en días lejanos accedió y dio el “toque de aceptación” a la obligación asumida, cuando tuvo lugar el acercamiento de apropiación, y las demandas de la personalidad al alma se hicieron cada vez más definidas, ahora la personalidad invierte el proceso y reconoce las demandas del alma. Esto marca, como puede verse, una etapa bien definida, en la vida del aspirante, producida por el desdichado sentido de dualidad, causa del malestar y el sufrimiento en la vida de todo discípulo. A esta altura del Camino, es donde fracasan muchos discípulos bien intencionados. En vez de mantenerse firmes en su ser espiritual y adoptar una posición decidida en el camino medio entre los pares de opuestos, intensificando el toque de apropiación y tratando de realizar el acercamiento de aceptación, caen en la ilusión de la propia conmiseración, que impide realizar el proceso de apropiación. Entonces, se produce un terrible conflicto al tratar de cambiar el tema de su vida; los discípulos olvidan que este tema es la personificación del Verbo del alma en determinada encarnación y que ningún tema -que traiga a la existencia [i277] determinadas condiciones- proporcionará las circunstancias correctas y necesarias para el desarrollo pleno y total. Los discípulos llegan a absorberse tanto en el tema que olvidan al autor.

El dramático ensayo, por parte de la personalidad, de lograr el Acercamiento o Toque de Iluminación (realizado por el alma) tiene lugar en el Sendero de Iniciación. Fue representado por el Buda cuando recibió la iluminación y se convirtió en el Iluminado.

Existe un punto peculiarmente interesante, que quizás pueda esclarecerse. Dios o cualquier palabra que emplee para designar al Originador de todo cuanto existe, reproduce constantemente para Su pueblo estos dramáticos acercamientos. Al hacerlo y a medida que transcurre la historia, deben surgir y han surgido inevitablemente dos grandes tipos de Avatares. Existen ante todo, Aquellos que personifican, en Sí Mismos, los grandes acercamientos del alma. Existirán (les pido que observen el cambio operado en el tiempo del verbo) Quienes personificarán acercamientos humanos o actividades análogas a las que realiza la personalidad en los acercamientos del alma. Éstos son denominados, en términos esotéricos, “los Avatares de descendencia logoica en el Sendero radiante de..”. y “los Avatares de descendencia divina en el Camino de Reivindicación”. No puedo traducir con más claridad estos términos, ni encuentro palabras adecuadas que califiquen el sendero radiante.

En el Camino de los Acercamientos descendentes, el Buda, desde y en el plano mental, personificó, en Sí Mismo, la iluminación resplandeciente, resultado de un raro acontecimiento -el Toque Cósmico-. Desafió a los pueblos a hollar el Sendero de Luz, del cual el conocimiento y la sabiduría son dos de sus aspectos. Cuando ambos se relacionan, producen luz. Por lo tanto, en forma curiosa y esotérica, el Buda personificó, en Sí Mismo, la fuerza y [i278] la actividad del tercer rayo, tercer aspecto de la divinidad, el divino principio cósmico de la Inteligencia que, al fusionarse con el rayo de nuestro sistema solar (el rayo del Amor), el Buda expresó perfectamente la significación de la luz en la materia, el principio inteligencia, tal como se halla en la forma, y fue el Avatar que contuvo, en Sí Mismo, las simientes maduras del anterior sistema solar. No debe olvidarse que nuestro actual sistema solar, tal como se describe en el Tratado sobre Fuego Cósmico, es el segundo de una serie de tres.

Luego, vino el siguiente gran Avatar, el Cristo, el Cual abarcando, en Sí Mismo, toda la sabiduría y la luz -que obtuvo el Buda (y en sentido oculto y espiritual había obtenido la plena iluminación) en el Camino del Acercamiento descendente- personificó también la paz incluyente, proveniente del Toque de la Divina Aceptación. El Cristo encarnó la fuerza de sumisión y llevó el Acercamiento divino al plano astral, el plano del sentimiento.

De esta manera, estos dos grandes Hijos de Dios han establecido dos principales estaciones de energía y dos centrales de luz, y han facilitado grandemente el descenso de la vida divina a la manifestación. El Camino está ya abierto, para que el ascenso de los hijos de los seres humanos sea posible. Alrededor de las dos ideas del descenso divino y el correspondiente ascenso humano, debe erigirse la nueva religión.

Se han establecido centros de fuerza, debido al trabajo realizado por los diversos Salvadores Mundiales. A medida que transcurre el tiempo, la humanidad debe hacer contacto con dichos centros de fuerza, repitiendo individualmente (en pequeña escala) los acercamientos cósmicos o toques de divinidad, dramáticamente dirigidos por los Avatares cósmicos, el Buda y el Cristo. El Cristo, debido a que es el Primer Iniciador, se ha acercado más a la humanidad porque enfocó la energía divina en el plano astral, mediante Su divina aceptación [i279].

Estos dos centros de fuerza, desde cierto punto de vista, constituyen los Templos de la Iniciación, a través de los cuales todos los discípulos deben pasar. Este acontecimiento será el tema de la nueva religión venidera.

Durante la época Lemuriana, el género humano penetró en dichos Templos, en el gran Acercamiento Cósmico de Apropiación. En la época Atlante, penetraron algunos de los hijos de los seres humanos más avanzados, y muchos más penetrarán en un futuro inmediato, mientras que un determinado número será elevado a la inmortalidad; pero, para una gran mayoría, desde el punto de vista de la raza, la futura iniciación consistirá en penetrar en vez de ser elevada. No me refiero aquí a las denominadas cinco iniciaciones mayores, sino a ciertos acontecimientos grupales que son, predominantemente, de carácter cósmico. Las iniciaciones mayores, meta del esfuerzo humano, son de naturaleza individual y constituyen, por así decirlo, un período preparatorio de expansiones de conciencia. Hubo, si puedo expresarlo así, siete pasos o acercamientos en la vida de Dios, en los reinos subhumanos anteriores al Acercamiento de Apropiación, cuando la humanidad se individualizó. Existen, como bien sabemos, cinco iniciaciones para los discípulos mundiales, las cuales son pasos hacia el Acercamiento de Aceptación, que será posible dar, en nuestro planeta, antes de mucho tiempo. Después de haber dado los siete y los cinco pasos, deben darse tres más, antes de ser posible, en un futuro muy distante, obtener el Acercamiento cósmico de Iluminación. De esta manera, la humanidad penetra en el Atrio externo del amor de Dios, pasa al Lugar Sagrado y se eleva al Lugar Secreto del Altísimo.

Más adelante aparecerá el Avatar que encarnará, en Sí Mismo, toda la iluminación del Buda y todo el disciplinado amor del Cristo. También personificará la energía que produjo el Acercamiento de Apropiación, y cuando Él aparezca tendrá lugar la [i280] gran apropiación, por parte de la humanidad, de su reconocida divinidad y se establecerá sobre la tierra una central de luz y poder que permitirá exteriorizar los Misterios de la Iniciación. Este acercamiento es la causa de las perturbaciones actuales, pues el Avatar ya está en camino.

Mucho de lo que antecede significará muy poco para quienes no están todavía en el sendero del discipulado aceptado. Aquí nos ocupamos de algunos de los principales misterios, pero un misterio sólo se mantiene como tal, cuando prevalecen la ignorancia y la incredulidad. No existe misterio donde hay conocimiento y fe. El advenimiento del Avatar, quien fusionará, en Sí Mismo, los tres principios de la divinidad, es un acontecimiento futuro inevitable y, cuando aparezca, “la luz que siempre ha existido será vista, el amor que nunca cesa se comprenderá y vendrá a la existencia el fulgor profundamente oculto”. Entonces, tendremos un nuevo mundo, un mundo que expresará la luz, el amor y el conocimiento de Dios.

Estos tres Templos de los Misterios (de los cuales existen ya dos, y el tercero aparecerá posteriormente) se relacionan con cada uno de los tres aspectos divinos, fluyendo, a través de ellos, la energía de los tres rayos mayores. En los correspondientes acercamientos de la humanidad al sendero ascendente, la energía de los cuatro rayos menores de Atributo otorga el poder para el acercamiento necesario. Mediante el trabajo activo y la orientación de los “custodios que presiden” estos templos, vendrá a la existencia el quinto reino de la naturaleza. En el Templo del plano mental, preside el Buda, y allí se consumará Su tarea inconclusa. En el Templo del plano de la emoción sensoria y de la aspiración amorosa, preside el Cristo, por ser el Templo de los procesos iniciáticos más difíciles. La razón de esta dificultad y la importancia de este Templo se deben a que nuestro sistema solar es un sistema [i281] de Amor, de respuesta sensorial al amor de Dios, y donde se desarrolla esa respuesta por medio de la facultad innata del sentimiento o sensibilidad. Esto demanda la colaboración de un Hijo de Dios, que personificará dos principios divinos. Posteriormente, vendrá un Avatar, quien no alcanzará la plena iluminación del Buda, ni la plena expresión del amor divino del Cristo, pero poseerá una gran medida de sabiduría y amor, además del “poder de materializar”, que le permitirá establecer, en el plano físico, una central divina de fuerza. Su tarea será, en muchos sentidos, más difícil que la de los dos Avatares precedentes, porque lleva, en Sí Mismo, no sólo las energías de los dos principios divinos, ya “debidamente arraigados” en nuestro planeta por Sus dos grandes Hermanos, sino que poseerá también, en Sí Mismo, mucho del tercer principio divino, hasta ahora no utilizado en nuestro planeta. Manifestará la Voluntad de Dios, y sobre esta voluntad nada sabemos todavía. Su tarea será tan difícil, que se está entrenando al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo para ayudarlo. Así, Él introducirá en la tierra un aspecto del principio del primer rayo.

Todo lo que el estudiante puede captar, es que el Plan será el impulso dinámico de esta tercera energía vital, que compenetrará el atrio externo del Templo y constituirá un Templo de Iniciación en el plano físico, exteriorizando, en cierto aspecto, las actividades de la Jerarquía. Entonces, tendrá lugar la primera iniciación en la tierra y dejará de ser un secreto velado. Ésta es la iniciación del atrio externo, donde tendrá lugar el acercamiento del alma, en el Camino Descendente a la manifestación, y la consiguiente apropiación, por la personalidad, de la energía divina otorgada en el Camino Ascendente.

En el Lugar Sagrado, es donde se realiza la segunda iniciación, la cual se conferirá algún día en el plano astral, [i282] cuando se haya disipado en parte la ilusión que allí prevalece. El Cristo preside esta segunda Iniciación y, como ya se dijo, es para nosotros la más difícil y la más transformadora de las iniciaciones. La aceptación del alma a las exigencias de la personalidad, para lograr la vida espiritual y la sumisión de la personalidad al alma, llegan allí a su consumación.

Finalmente, llegará la iniciación de la Transfiguración, en la que irrumpirá la luz y se conferirá el Toque de Iluminación, y el alma y la personalidad se revelarán como una. Este proceso requiere también la ayuda del Buda y la inspiración del Cristo, y está “custodiado ocultamente” por el Avatar del plano físico.

Lo que antecede encierra una insinuación, respecto a lo que tendrá lugar cuando haya, en las personalidades humanas, un constante despertar y una acción activa. La venida acelerada del Avatar, que establecerá la central de luz y poder en el plano físico, depende del rápido desenvolvimiento y de la aparición de personalidades integradas que amen, piensen y sirvan. Se ha dado aquí un nuevo indicio, sobre uno de los aspectos más esotéricos del trabajo del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, y también sobre la razón por la cual se ha escrito este Tratado sobre los Siete Rayos. La comprensión de los rayos y de las fuerzas impulsoras, en y a través de la personalidad, y con las cuales ésta tiene que

trabajar, fue esencial para que este tercer Avatar, proveniente de fuentes cósmicas, pueda realizar su trabajo.

Hemos tratado, así, de exponer algo sobre los problemas de la personalidad, desde el ángulo de cosas más importantes. Como lo dicta la ley oculta, hemos comenzado con la relación que existe entre la forma y el alma, con el descenso de la vida y el ascenso de los hijos de Dios, y actuando bajo la [i283] misma ley, hemos llevado el pensamiento hasta la realidad de la Jerarquía y su relación con el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. La información dada hasta ahora sobre la iniciación, ha consistido principalmente en las relaciones existentes entre el ser humano individual, el alma y la Jerarquía. Aquí se describen ciertas implicaciones grupales. El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo se relaciona con la Jerarquía como el cuerpo con el alma; a su vez, como grupo de almas, se relacionan similarmente con la familia humana. Por lo tanto, tenemos:

1. Alma .............................................................. Cuerpo

2. El Quinto Reino.............................................  El Cuarto Reino

3. La Jerarquía ...............................................    El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo

4. El Nuevo Grupo de Servidores del mundo... . La Humanidad

5. Un Alma ........................................................  Una Personalidad

Un ente desciende hacia un ente que asciende, con el cual está relacionado (hablando en términos de acercamiento en dos direcciones). Esto se debe al impulso divino y a la aspiración humana, y ambos actúan en forma similar a:

  1. La Ley del Karma.
  2. La Ley de la Necesidad.
  3. La Ley de los Ciclos.
  4. La Ley de Atracción.

Volvamos ahora al nivel de la comprensión práctica. Aunque a veces nos apartamos del tema, para tratar estos asuntos importantes, no son especialmente para la actual generación de lectores, sino para los que vienen ahora a la existencia, quienes tendrán una mayor comprensión de la que podría tener el aspirante que hoy se interesa en el estudio de estas páginas.

Como se ha dicho, tres tipos de energías se encuentran y fusionan en la personalidad y se expresan por medio de la forma tangible externa, la cual está coloreada, [i284] animada y condicionada por un cuarto tipo de energía -la de la materia básica-. Esta materia es el producto del primer sistema solar, y la energía de que está compuesta, no pertenece, por lo tanto, en forma absoluta, a nuestro sistema solar, excepto por un acto de apropiación realizado por nuestro Logos planetario, en los albores de la actividad creadora de Dios. Tratando de impresionar, impeler y animar a este grupo de cuatro energías, se halla la energía animadora e inmanente del alma. Este quinto tipo de energía es, en sí mismo, de naturaleza dual, siendo el arquetipo trascendente de la mente y de la emoción, o de la voluntad y el amor. Estas seis energías, a su vez, están animadas o impelidas por la vida de Dios Mismo, constituyendo así las siete energías que están ahora en manifestación. Esto lógicamente es bien sabido, porque la teoría constituye la estructura del conjunto oculto de verdades, y en esta afirmación, se formula la estructura esencial sobre la cual descansa el esoterismo. La he expuesto puramente en términos de energía, y no de principios o grupos, a fin de poner la Sabiduría Eterna a la par de la verdad moderna y de las conclusiones científicas. Por lo tanto, tenemos:

La Personalidad:

1. La energía de la mente. La fuerza de manas. El reflejo de la voluntad y del propósito divino. El móvil. El impulso de hacer planes, bajo la Ley de Síntesis.

2. La energía de la sensibilidad. La capacidad de responder. El sentimiento emocional, la energía astral. El reflejo del amor. La fuerza del deseo. El impulso a la aspiración. El anhelo evolutivo divino. La tendencia a atraer y a ser magnético, bajo la Ley de Atracción.

3. La energía de la vida. La capacidad de integrar y coordinar. La fuerza del cuerpo vital o etérico. El reflejo de la actividad inteligente o movimiento divino. [i285] El impulso a actuar y a ser energético, bajo la Ley de Economía.

4. La energía de la materia densa. La actividad exteriorizada. Las reacciones automáticas de la envoltura externa. El punto más denso de la unidad. El aspecto más bajo de la síntesis.

El Alma:

5. La energía de budi. La fuerza del divino amor razonador. La intuición, que es parte de la flor de la energía atractiva y se enfoca en los “pétalos de amor del loto egoico”. Su reflejo se halla en la conciencia astral, emocional y sensorial de la personalidad.

6. La energía de atma. La fuerza de la voluntad divina. La personificación del propósito divino. Éste se enfoca en los “pétalos de sacrificio del loto egoico”. Su reflejo se halla en la naturaleza mental de la personalidad.

El Espíritu:

7. La energía de la vida misma.

Estas energías constituyen el ser humano, un ente de energía. Hacen de él esencialmente un ser humano activo, inteligente, amoroso, viviente, energías que se desarrollan consecutivamente en tiempo y espacio y, como resultado del gran experimento evolutivo, lo llevarán al pleno florecimiento de su naturaleza y a la plena expresión de los siete tipos de energías que lo condicionan.

Surge una pregunta: ¿Cuándo podrá darse cuenta el ser humano, en su consciencia personal y separada (tal como lo capta su cerebro que va despertando), de la veracidad de la existencia de este septenario de energías? Responderé de la manera siguiente:

1. El ser humano no evolucionado y los seres humanos de grado inferior se dan cuenta [i286] de las necesidades de la naturaleza física automática y de los impulsos del cuerpo vital o etérico.

2. Los seres humanos que están en proceso de despertar, se están coordinando y se dan cuenta de estos anhelos e impulsos primitivos, además de las reacciones sensoriales y emotivas del cuerpo astral o emocional.

3. La humanidad inteligente estará, a su debido tiempo, condicionada por los anhelos e impulsos y la sensibilidad de los tres tipos más inferiores de energía, además de la energía de la mente. Cuando se haya logrado realmente esto, el ser humano será, definidamente, un aspirante en el Sendero de Probación.

4. Los aspirantes están ahora llegando a ser conscientes de la energía del alma y de la actividad fusionada de las energías del alma (budi-atma), lo que trae el desenvolvimiento de la hilera externa de pétalos, los pétalos del conocimiento, formados por tres tipos de fuerza:

a. La energía manásica. La energía de los niveles abstractos del plano mental, que es inherente al alma.

b. La energía mental. La energía de los niveles concretos del plano mental, que constituye definidamente una contribución del ser humano mismo.

c. La energía de la mente, que reside en la materia misma, es inherente a la mente y heredada de un sistema solar anterior.

Estos tres aspectos de la energía mental se fusionan y son la síntesis de la fuerza inteligente de la deidad. Personifican todo lo que un ser humano puede abarcar en tiempo y espacio de la mente de Dios, y estos tres aspectos son:

a. La energía de la vida inteligente, procedente de Dios, el Padre [i287].

b. La energía del alma o conciencia inteligente, procedente de Dios, el Hijo.

c. La energía de la materia inteligente, procedente de Dios, el Espíritu Santo.

5. Los discípulos del mundo se ocupan de integrar la personalidad con el Alma, o con la síntesis de los primeros cinco aspectos de la energía, a medida que los pétalos de amor del loto son reconocidos conscientemente, y la intuición empieza a actuar tenuemente. Estos pétalos de amor, que únicamente son formas simbólicas para expresar la energía, tienen una actividad dual -hacen ascender las energías planetarias y descender las energías de la Tríada Espiritual, la expresión de la Mónada-.

6. Los iniciados van adquiriendo conciencia del sexto tipo de energía, la de Atma, el aspecto voluntad del Espíritu. Esto permite que puedan trabajar con el Plan y, por medio de los pétalos del sacrificio, iniciar el servicio al Plan, el cual es siempre el objetivo de los iniciados que son miembros de la Jerarquía, que comprenden, expresan y trabajan con el Plan.

7. Después de la tercera iniciación, el discípulo empieza a trabajar con el Espíritu y a comprender su significación; su conciencia se transfiere gradualmente del Alma a la Mónada, así como la conciencia de la personalidad se transfiere de la conciencia inferior a la del alma.

Éste es el segundo panel, si puede expresarse así, del cuadro aquí descrito de la vida divina, a medida que se expresa por medio de la conciencia de la humanidad. Trato de emplear términos de los cuales pueda surgir comprensión. El primer panel contenía algunas implicaciones universales. Esto fue elaborado en el Tratado sobre Fuego Cósmico. Este segundo panel del [i288] Tratado sobre los Siete Rayos, proporciona una visión general del desarrollo sintético del ser humano. El tercer panel penetra en el reino del trabajo sintético y fue incorporado en el Tratado sobre Magia Blanca.

Sería muy útil tener presente lo expuesto anteriormente:

  1. El cuerpo mental está regido por los rayos 1, 4 y 5.
  2. El cuerpo astral por los rayos 2 y 6.
  3. El cuerpo físico por los rayos 3 y 7.

Esto se olvida con frecuencia, y las personas tendrán que reajustar sus ideas sobre esta materia. Mediante la comprensión de los tipos predominantes de fuerza, a medida que condicionen los diferentes vehículos, surgirá la verdadera naturaleza del problema de la psicología y aparecerá la clave correcta para la solución. La clasificación y la afirmación anteriores son las más importantes que se han hecho, en este tratado, en conexión con la psicología.

Gradualmente, se observará que se pueden emplear ciertas meditaciones, pertenecientes a determinado rayo, para atraer la influencia del alma, las cuales se dilucidarán posteriormente. Se darán algunas fórmulas sencillas, aunque poderosas, de meditación, que puede utilizar el ser humano cuando es una personalidad integrada, a fin de alinear y controlar uno u otro de sus vehículos.

Se observará también que los rayos que rigen a la mente, incluyen a un rayo que vincula la naturaleza mental con el rayo del sistema solar, el rayo cósmico del amor. Este rayo vinculador es el cuarto Rayo de Armonía, que significa también Armonía a través del Conflicto, rayo muy importante, porque nos da la clave del problema del dolor y del sufrimiento. Debemos poner la atención sobre este rayo y la naturaleza mental que se relaciona con él. La comprensión de esta relación nos indicará el camino de salida, o el empleo de ese tipo de fuerza que llevará a la humanidad a esa salida. Todo [i289] ser humano que ha llegado a integrar su personalidad, tiene que invocar, con el tiempo, este cuarto tipo de energía cuando se halle en el Sendero, a fin de condicionar, en forma correcta, su mente, y mediante ésta, su personalidad.

Por lo tanto, al considerar a la personalidad y los Rayos que la condicionan, estudiaremos:

1. La apropiación de los cuerpos:

a. Su construcción psicológica, o construcción coherente.

b. Su desarrollo y alineamiento final.

c. Su interrelación en la vida de la personalidad.

2. La coordinación de la personalidad:

a. Las técnicas de integración, que son siete.

b. La técnica de fusión, que conduce al surgimiento del rayo de la personalidad.

c. La técnica de la dualidad, comprendida en sentido divino, o la relación del rayo de la personalidad y el rayo del alma.

3. Algunos problemas psicológicos, surgidos por el grado de evolución alcanzado por la personalidad.

a. La técnica de apropiación. Integración física y etérica.

b. La técnica de aceptación. Curación astral o psíquica.

c. La técnica de iluminación. Educación mental.

En este estudio, tenemos mucho material para reflexionar. Los temas que hemos tocado, son profundos y difíciles de entender y captar. Sin embargo, una lectura cuidadosa, la reflexión tranquila y la aplicación práctica de la verdad presentida y de la idea intuida, traerán gradualmente el esclarecimiento y conducirán [i290] a la aceptación de las técnicas del Alma y a la apropiación de la enseñanza.

A. Formación y construcción de los cuerpos

En la literatura teosófica, se habla mucho de los diversos elementales o señores lunares, que componen, constituyen y controlan la naturaleza inferior, triplicidad que forma la personalidad. Fueron creados por el ser humano y constituyen la base del problema que él, como alma, debe enfrentar hasta lograr la liberación final. El elemental mental, el elemental astral y también el físico, tienen una definida vida propia, matizada por los rayos a los cuales pertenecen y también tienen su ser los distintos cuerpos o elementales, hasta que el ser humano haya alcanzado un nivel de evolución relativamente elevado.

En El Antiguo Comentario se mencionan los elementales que componen el cuerpo mental con los siguientes términos:

“El Señor de la Voluntad vino al ser. Su tenue reflejo siguió Sus pasos. El pequeño señor de la fuerza manásica apareció en la tierra.

“El Señor que buscaba la armonía tomó forma. El pequeño señor que amaba luchar por lo que deseaba, siguió velozmente Sus pasos.

“El Señor que en nuestro mundo conocía la mente y el pensamiento, vino a la encarnación. Antes no era, luego fue. El pequeño señor de la sustancia mental tomó también forma. Entonces, comenzó el viaje accidentado del hombre”.

Estas antiguas frases confirman la declaración hecha anteriormente, de que el cuerpo mental de todo ser humano está compuesto de sustancia regida por los rayos primero, cuarto y quinto. A veces hay excepciones a esta regla en el Sendero del Discipulado, resultado de la acción directa e inteligente del Alma antes de encarnar, la cual construye un cuerpo de sustancia mental, o atrae ese tipo particular [i291] de energía mental que le permitirá poseer (mientras está encarnado) el tipo de vehículo que hará posible la experiencia elegida. La libertad de elección sólo se presenta, en el caso de un discípulo que está en proceso de despertar. La razón de esto se hallará si se comprende que la energía de estos tres rayos, cuando está enfocada en la personalidad, proporciona el impulso correcto y exacto para regir la vida inferior, tanto en el caso del ser humano no evolucionado, como en el del que está en las primeras etapas del discipulado y del aspirante. Sería conveniente extendernos algo más sobre esto, empleando ciertas clasificaciones.

el cuerpo mental

Este cuerpo (en lo que se refiere al ente no evolucionado y al muy avanzado) proporciona las siguientes posibilidades:

Primer Rayo:

en el ser humano no evolucionado

  1. La voluntad de vivir o de manifestarse en el plano físico.
  2. El impulso que se expresa como instinto de autoconservación.
  3. La capacidad de resistir, no importa cuáles sean las dificultades.
  4. El aislamiento individual. El ser humano es siempre “Aquél que está solo"

en el ser humano evolucionado

  1. La voluntad de liberarse y manifestarse conscientemente en el plano del alma.
  2. La capacidad de reaccionar al plan y responder a la Voluntad reconocida de Dios.
  3. El principio de la inmortalidad.
  4. La perseverancia o la persistencia en el Camino.

Cuarto Rayo:

en el ser humano no evolucionado

  1. La agresividad y el impulso necesario para alcanzar la meta presentida que caracteriza al ser humano en evolución. Esta meta será, en las primeras etapas, de naturaleza material.
  2. El espíritu luchador o antagónico, que finalmente otorga [i292] fortaleza y equilibrio, y con el tiempo trae la integración con el aspecto de primer rayo de la deidad.
  3. La fuerza coherente que hace del ser humano un centro magnético, ya como la fuerza principal de cualquier unidad grupal, tal como un progenitor o un gobernante, o un Maestro en relación con su grupo.
  4. El poder de crear. En las clases inferiores, este poder se vincula con el impulso o instinto de reproducirse, que conduce, en consecuencia, a la relación sexual, a la construcción de formas mentales o formas creadoras de determinado tipo, aunque sólo sea la choza de un salvaje.

en el ser humano evolucionado

  1. El espíritu de Arjuna. El impulso hacia la victoria, manteniendo una posición entre los pares de opuestos, y la percepción final del camino medio.
  2. El impulso a sintetizar (también de primer rayo) mezclado con la tendencia del segundo rayo a amar y a incluir.
  3. La cualidad atrayente del alma que se expresa a sí misma, en la relación entre los yoes superior e inferior. Esto culmina en el “matrimonio en los cielos”.
  4. El poder de crear formas, o el impulso artístico.

En conexión con esto, se observará cuán exacto fue el enunciado anterior de que el artista pertenece a todos los rayos y que no sólo en el denominado Rayo de Armonía o Belleza, se halla el ente creador. El cuerpo mental de cada ser humano pertenece, en determinado momento, al cuarto rayo y generalmente cuando el ser humano se acerca al Sendero de Probación. Esto significa que el vehículo mental está regido por un elemental de naturaleza o cualidad de cuarto rayo y que, por lo tanto, la actividad creadora artística es la línea de menor resistencia. Tenemos, entonces, un individuo de tendencia artística o un genio en alguna línea de trabajo creador. Cuando el alma y la personalidad se hallan, al mismo tiempo, en el cuarto rayo, tenemos a un Leonardo da Vinci o un Shakespeare [i293].

Quinto Rayo:

en el ser humano no evolucionado

  1. El poder para desarrollar ideas.
  2. El espíritu para iniciar empresas materialistas, el impulso divino tal como se evidencia en las primeras etapas.
  3. La tendencia a investigar, a interrogar y a indagar. Este instinto de investigación del progreso es, en último análisis, el ansia de evolucionar.
  4. La tendencia a cristalizarse, a endurecerse, a adoptar una “idea fija”. En lo que a esto concierne, se descubrirá que el ser humano que sucumbe a una “idea fija”, tiene no sólo un cuerpo mental de quinto rayo, sino también una personalidad o cuerpo emocional de sexto rayo.

en el ser humano evolucionado

  1. El verdadero pensador o tipo mental despierto y alerta.
  2. Aquel que conoce el Plan, el propósito y la voluntad de Dios.
  3. Aquel cuya inteligencia se está trasmutando en sabiduría.
  4. El científico, el educador, el escritor.

Lo que antecede lo he dado en conexión con los rayos del cuerpo mental, a fin de que capten no sólo la complejidad del problema, sino la inevitabilidad del éxito, mediante la acción de las innumerables energías que actúan en y a través de una sola mente humana. No es necesario que nos extendamos sobre las energías que crean y conforman el cuerpo emocional o el cuerpo físico. Los rayos segundo y sexto coloran el cuerpo astral de todo ser humano, mientras que el cuerpo físico es controlado por los rayos tercero y séptimo.

Debe recordarse que el cuerpo etérico tiene una constitución singular; es predominantemente el instrumento de la vida, más bien que el instrumento de la cualidad. Es el factor que produce y sostiene el instrumento de la apariencia, el cuerpo físico. Recordarán que, en el Tomo I de este Tratado, se diferenció al ser humano en [i294] tres aspectos divinos: Vida, Cualidad, Apariencia. Por medio de los siete centros del cuerpo etérico, las energías de los siete rayos aparecen y producen sus efectos, pero, en el corazón mismo de cada centro, chakra o loto, existe un vórtice de fuerza compuesto de energía puramente manásica o mental, y, por lo tanto, es estrictamente energía de los tres primeros rayos. Dicha energía permanece en estado pasivo hasta alcanzar una etapa avanzada en el discipulado. Sólo entra en su ritmo y actividad divinos, cuando las tres hileras de pétalos del loto egoico (la analogía superior) comienzan a abrirse y el centro del loto egoico empieza a vibrar. Aunque el cuerpo etérico del ser humano expresa las cualidades de los siete rayos, en distintos grados de fuerza, el cuerpo etérico de un Maestro es la expresión de la energía monádica y entra en plena actividad después de la tercera iniciación.

Por lo tanto, es evidente, que cuando los sicólogos consideren los diversos tipos de energía que entran en la constitución del ser humano, y sean capaces de diferenciar (por el estudio y la investigación, además de la comprensión de los rayos) cuáles son las energías que condicionan a un paciente, entonces, se habrán dado grandes pasos en el manejo de las personas. La naturaleza del equipo humano y sus relaciones internas, como también sus efectos externos, serán mejor comprendidos. Hablando técnicamente, la posición psicológica extrema (como lo expresa la

Escuela Objetivista, esencialmente sana en lo que se refiere al mecanismo material denso del ser humano) tomará el lugar que, por derecho, le corresponde. Los psicólogos materialistas se han ocupado de la energía de la sustancia y de la vida instintiva del organismo. Éstas constituyen la suma total de las energías disponibles, organizadas en la forma de un cuerpo físico automático, coloreado, como lo están sus átomos, por las tendencias y cualidades desarrolladas en un sistema solar anterior. En nuestro sistema solar, se está llegando a la comprensión y al [i295] desarrollo del aspecto conciencia de la divinidad, sus cualidades y características, así como la inteligencia instintiva o actividad automática fue la contribución de la manifestación primitiva de Dios en la que predominaba el tercer aspecto.

Puede exponerse el problema y aclararse su magnitud, por medio de la siguiente clasificación, la cual enumerará los rayos que se supone o imagina que rigen o controlan, a un hipotético ser humano en una encarnación dada:

1. El Rayo de la Mónada (el aspecto vida)................ Segundo Rayo de Amor-Sabiduría

2. El Rayo del Alma (el aspecto conciencia).............. Primer Rayo de Voluntad o Poder

3. El Rayo de la Personalidad (el aspecto materia)... Segundo Rayo de Amor-Sabiduría

a. El rayo del cuerpo mental .....................................  Quinto Rayo de Ciencia Concreta

b. El rayo del cuerpo astral ........................................ Sexto Rayo de Devoción

c. El rayo del cuerpo físico ........................................ Segundo Rayo de Amor-Sabiduría

Aquí deberían considerarse ciertas ideas, que expondremos como enunciados y no las detallaremos para que el estudiante piense y reflexione sobre ellas:

1. Sólo los iniciados están en condiciones de presentir, determinar o descubrir la naturaleza de su rayo monádico o el de sus discípulos. El rayo monádico es el elemento vida del ser humano, del cual deben ocuparse los iniciados cuando lo preparan para la iniciación. Constituye la “cantidad desconocida” en la naturaleza del ser humano. Sin embargo, no se complica grandemente su problema, en los tres mundos del esfuerzo humano común, porque permanece relativamente pasivo hasta después de la tercera iniciación, aunque básicamente condiciona el cuerpo etérico.

2. Los tres Rayos (llamados en La Doctrina Secreta “los [i296] tres vehículos periódicos”) son, por lo tanto, los rayos de la mónada, del ego y de la personalidad, y esencialmente constituyen tres corrientes de energía que forman la gran corriente de la vida. Éstas relacionan al ser humano con los tres aspectos o expresiones de la divinidad en manifestación:

a. El rayo monádico es la energía que, cuando se la emplea conscientemente, relaciona al iniciado con el Padre o aspecto Espíritu, y le otorga “la liberación en el sistema solar”.

b. El rayo egoico, cuando se emplea conscientemente, relaciona al discípulo con el segundo aspecto de la divinidad y le otorga “la liberación en la esfera planetaria».

c. El rayo de la personalidad, cuando se domina y emplea conscientemente, relaciona al ser humano con el aspecto sustancia o materia de la divinidad, y le otorga “la liberación en los tres mundos” y en los tres reinos subhumanos de la naturaleza.

3. Analizando el esquema hipotético anterior, los estudiantes deberían observar en que forma los rayos de la personalidad los relacionan, dentro de la esfera o periferia de su propia manifestación, con los rayos mayores de la mónada, del ego o de la personalidad. Esto es una analogía (dentro de la manifestación microcósmica) de la situación macrocósmica tratada en un párrafo anterior. En el caso mencionado (algo muy común) vemos que:

a. El quinto rayo del cuerpo mental relaciona al ser humano con su rayo egoico, lo cual facilita el contacto con el alma. Si lo hubiese relacionado con el rayo monádico, se hubiera producido una situación muy distinta. No debe olvidarse la línea 1, 3, 5, 7.

b. El sexto rayo del cuerpo astral relaciona al ser humano con su rayo [i297] monádico y constituirá, finalmente, su acercamiento astral-búdico a la vida, y será aplicado cuando reciba la cuarta iniciación. Este rayo lo relaciona también con su personalidad e intensifica su problema natural. También hay que tener muy en cuenta la línea 2, 4, 6.

c. La cualidad de segundo rayo del cuerpo físico lo relaciona con la personalidad y, finalmente, con la mónada. Por lo tanto, constituye para él un serio problema y una gran oportunidad y una energía vinculadora. Hace que la vida de la personalidad sea excesivamente dominante y atractiva y, al mismo tiempo, facilita el futuro contacto (mientras esté en el cuerpo físico) con la mónada. Sin embargo, su problema, el de ser consciente del alma, no será solucionado tan fácilmente.

Observarán también que la mónada (segundo rayo), el cuerpo astral (sexto rayo) y el cuerpo físico (segundo rayo) están en la misma línea de actividad o energía divina, y crean un problema psicológico muy interesante. El alma (primer rayo) y el cuerpo mental (quinto rayo) están en otra línea, y esta combinación ofrece una gran oportunidad, a la vez que mucha dificultad.

4. En la expresión inferior del ser humano, cuyo esquema psicológico estamos considerando, el psicólogo se halla ante una persona intensamente sensible, incluyente y voluntariosa. Debido a que la personalidad de segundo rayo y el cuerpo físico se relacionan por similitud de rayo, existirá también una tendencia muy pronunciada a recalcar la inclusividad material y la adquisición tangible y, por lo tanto, el individuo será excesivamente egoísta y autocentrado. [i298] No será particularmente inteligente, puesto que sólo su cuerpo mental de quinto rayo lo relaciona, en forma definitiva y directa, con el aspecto mente de la Deidad, mientras que la fuerza egoica de primer rayo le permite emplear todos los medios para forjar planes por sí mismo y utilizar el aspecto voluntad para adquirir y atraer los bienes materiales que desea y cree que necesita. Su equipo predominante de segundo rayo pondrá finalmente en actividad los valores superiores.

Cuando este mismo individuo haya logrado su expresión más elevada y el ciclo evolutivo haya realizado su obra, tendremos un discípulo sensible, intuitivo e incluyente, cuya sabiduría habrá florecido y cuyos vehículos serán preeminentemente un canal para el amor divino.

Se podrían trazar y estudiar muchos esquemas parecidos, y muchos casos hipotéticos parecidos servirían de base a la investigación ocultista para diseñar y estudiar la Ley de Correspondencia. Sería de valor que los estudiantes se analizaran de esta manera y, con la información dada en este Tratado, podrían trazar sus propios diagramas y estudiar los rayos, que creen que les corresponden, y el efecto que producen en sus vidas, y de acuerdo a ello, trazar un gráfico muy inter