064-067

[64] Espacio,
[65] Espiritismo,
[66] Espíritu,
[67] Fenómeno Astral

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ESPACIO

La energía es ya considerada como todo lo que ES; la manifestación es manifestación de un mar de energías, con algunas de las cuales se construyen las formas, otras constituyen el medio en que viven, se mueven y tienen su ser dichas formas, y aun otras animan tanto a las formas como a su medio ambiente sustancial. Debe recordarse también que las formas existen dentro de las formas.

Cuando nos hallamos en una habitación, somos una forma dentro de otra forma; esa habitación es una forma dentro de otra que es la casa, y ésta a su vez es similar a otras casas, colocadas unas sobre otras o al lado de otras, y juntas constituyen una forma mayor. Sin embargo, estas diversas formas están compuestas de sustancia tangible que ‑ al ser coordinadas y reunidas por algún canon o idea reconocida en la mente de algún pensador ‑ crea una forma material. Esta sustancia intangible está compuesta de energías vivien­tes que vibran en estrecha relación; no obstante, tiene su propia cualidad y vida cualificada.

Sería útil señalar que todo el universo es etérico y vital por naturaleza, y de una extensión que excede las cifras astronómicas, y está fuera de la comprensión de la mente más aguda de la época, si esta afirmación tiene sentido. Esta extensión no es calculable ni siquiera en términos de años luz; dicha zona etérico cósmica es campo de incontables energías y base de todas las computaciones astrológicas; es el escenario de todos los cielos históricos ‑ cósmicos, del sistema y planetarios ‑ y está relacionada con las constela­ciones, los mundos de los soles, las estrellas más distantes y los numerosos universos conocidos, como también con nuestro propio sistema solar, los innumerables planetas y con este planeta sobre el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, así como también con la forma más ínfima de vida, conocida por la ciencia y comprendida por ese término sin sentido: "átomo". Todo existe en el Espacio, el cual es etérico por naturaleza, y según dice la ciencia esotérica, el Espacio es una Entidad. La gloria del hombre reside en el hecho de que es consciente del Espacio y puede imaginar dicho espacio como el campo de la actividad viviente divina, plena de formas inteligentes y activas, cada una ubicada en el cuerpo etérico de esta Entidad desconocida, y todas relacionadas mutuamente por medio del poder, que no sólo mantiene su existencia sino que conserva su posición en relación con las demás; cada una de estas formas diferenciadas posee, no obstante, su propia vida diferen­ciada, su propia y excepcional cualidad o colorido integral y su propia específica y peculiar forma de conciencia.

El cuerpo etérico ‑vasto y desconocido, en cuanto a su extensión‑ es de naturaleza ilimitada, y de capacidad estática, hablando comparativamente; conserva una forma fija de la que nada sabemos, la forma etérica de la Entidad desconocida. A esta forma la ciencia esotérica le da el nombre de ESPACIO; es la zona fija donde toda forma, desde un universo hasta un átomo, encuentra su ubicación.

Hablamos a veces de un universo en expansión, queriendo significar, en realidad, que es una conciencia que se expande (11 – 141/2).

Ver también: (6 – 345/6)

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ESPIRITISMO

El espiritismo, fue la religión de los antiguos atlantes.

El desarrollo correcto del espiritismo, siguiendo una línea sicológica y suprimiendo su énfasis sobre lo fenoménico (destacada característica y énfa­sis actual), revelará la verdadera naturaleza de la muerte y del más allá.

La tarea del séptimo rayo, como bien se sabe, consiste en relacionar la vida y la forma, pero cuando el énfasis es puesto sobre el aspecto forma, el procedimiento es erróneo, comienza el trabajo del mago negro y sus objetivos entran indebidamente en actividad. Esto es lo que ha ocurrido con el movi­miento espiritista; los investigadores se ocupan del aspecto forma de la vida, y sus adherentes, en satisfacer sus deseos emocionales (relacionados también con el aspecto forma), de manera que la verdadera importancia del movi­miento peligra perderse.

El espiritismo, en su aspecto inferior y material, es una expresión muy baja del séptimo rayo, siendo, para las masas, definidamente la línea de menor resistencia y, por consiguiente, de poca importancia espiritual para su desa­rrollo evolutivo. Las masas poseen hoy conciencia atlante y lentamente van adquiriendo el punto de vista ario. Esto debe cambiar, y la actividad mental acrecentarse rápidamente, de lo contrario el verdadero espiritismo no podrá expresarse y ‑ por el actual movimiento espiritista ‑ pueden en cambio desatarse en el mundo fuerzas y entidades de carácter muy indeseables. La negatividad de la mayoría de los que se interesan por el espiritismo y la completa negatividad del conjunto de médium, abre de par en par la puerta a peligros muy definidos. Afortunadamente existe, dentro de los círculos espiritistas, un movimiento para evitar este evidente peligro y trasladar y elevar el actual énfasis, puesto sobre los fenómenos, al mundo de verdaderos valores y correcta comprensión. El tema es demasiado vasto para que me ocupe aquí, excepto para ilustrar los puntos que estoy tratando de exponer. Haré una insinuación. Si las sociedades y organizaciones relacionadas con el movimiento espiritista y los grupos de investigación síquica, buscaran y encontraran a los sensitivos natos (no un médium de trance) y a quienes son por naturaleza clariaudientes y clarividentes, y estudiaran sus revelaciones, palabras, reacciones y modos de actuar, descubrirían mucho acerca de los innatos poderes normales del hombre ‑ poderes que han estado pasivos durante el período en que el objetivo era el desarrollo de la mente ‑ com­partido por la humanidad con dos grandes grupos de vidas ‑ los Miembros de la Jerarquía y el reino animal. Reflexionen sobre esto. Por lo tanto, si estas sociedades se concentraran sobre la parte síquica inteligente y mental y dejaran de lado las condiciones de trance, muy pronto obtendrían la revelación. El trance es indeseable, porque separa el médium de su alma y lo relega definitivamente al reino de lo negativo, de lo incontrolado y de las fuerzas materialistas. No obstante, las fuerzas del materialismo harán lo posible por evitar este desarrollo, pues en cuanto exista una positiva e inteligente com­prensión del mundo del más allá, no existirá temor a la muerte y desaparecerá el aspecto principal de su poder y aferramiento sobre la humanidad, (9 – 35/6).

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ESPÍRITU

(1) La verdadera naturaleza del Espíritu sólo puede ser revelada en forma inteligente a los iniciados de grado superior, aquellos que (debido a la tarea efectuada en la tercera Iniciación) han sido puestos en consciente contacto con su "Padre en el Cielo", la Mónada. Los estudiantes esotéricos, discípulos e iniciados esotéricos de grado inferior están desarrollando el contacto con el alma, o segundo aspecto, y sólo cuando este contacto se halla firmemente establecido puede considerarse el concepto superior. (3 – 961).

(2) La meta del hombre consiste en alcanzar la conciencia de la naturaleza del Alma, medio por el cual siempre actúa el aspecto Espíritu. Esto es lo máximo que puede hacer. Habiendo aprendido a actuar como Alma, desa­pegado de los tres mundos, el hombre entonces llega a ser parte activa integrante y consciente del Alma que compenetra y prevalece en todo lo que existe en la manifestación. Sólo entonces la pura luz del Espíritu en sí se le hace visible debido a que valora con exactitud la Joya oculta en el corazón de su propio ser; sólo entonces llega a ser consciente de la grandiosa Joya oculta en el corazón de la manifestación solar. Aun así, en esa etapa avanzada, todo lo que puede percibir, hacer contacto y visualizar, es la luz que emana de la Joya y la radiación que vela la gloria interna.

Por lo tanto es innecesario entonces que estudiemos y consideremos aquello que el iniciado de alto grado apenas puede presentir vagamente; inútil es para nosotros buscar términos para expresar aquello que se halla oculto detrás de las ideas y los pensamientos, cuando los pensamientos mismos no son comprendidos perfectamente ni es perfecto el mecanismo de comprensión. El hombre mismo ‑ una idea grande y específica ‑ no conoce la naturaleza de aquello que intenta expresar.

Todo lo que podemos hacer es captar el hecho de que existe AQUELLO que aún no puede ser definido y comprender que prevalece una vida central que compenetra y anima al Alma y trata de utilizar la forma por la cual ella se expresa. Lo mismo puede decirse de todas las formas y de todas las almas, subhumanas, humanas, planetarias y solares. (3 – 963/4).

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FENÓMENO ASTRAL

En el entrenamiento a darse en las próximas décadas, el desarrollo de la visión y el oído astral, serán completamente eliminados, o si existen, tendrán que ser oportunamente superados. El verdadero discípulo se ha esforzado por centralizarse en el plano mental con el objeto de elevar aún más su conciencia a la amplia e incluyente percepción del alma.

Su objetivo consiste en incluir lo superior, y en esta etapa no es necesario recobrar esa facultad astral que, como bien se sabe, poseían las razas poco evolucionadas de la tierra y la mayoría de los animales superiores. Posteriormen­te, cuando sea adepto, podrá actuar en el plano astral, si así lo desea, pero debe recordar que el Maestro trabaja con el aspecto alma de la humanidad (y de todas las formas) y no con sus cuerpos astrales. Esto ha sido frecuentemente olvidado por los instructores, tanto de Oriente como de Occidente.

... Permítanme, por lo tanto, expresar que el objetivo principal consiste en llegar a ser consciente del alma, cultivar la conciencia del alma y aprender a vivir y a trabajar como almas. (4 – 127/8).

Ver también: "Poderes Psíquicos".

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