Navegar por los Capítulos de este Libro

LOS TIPOS DE FUERZA ASTRAL

[i235] Sería aconsejable que el estudiante leyera con cuidado el comentario sobre esta regla, dado en Tratado sobre Fuego Cósmico. Se observará que es extremadamente abstracto y que contiene mucha información oculta y velada. Sin embargo, debería ser estudiado. Las palabras “plano astral” también deberían estudiarse para poder obtener una idea general respecto a su naturaleza y función, como campo de batalla de los sentidos y el lugar desde el cual se lleva a cabo la magia. El deseo inteligente y constructivo del mago blanco, actuando bajo la instrucción de su propia alma y, por lo tanto, ocupado con el trabajo grupal, es el poder motivador detrás de todos los fenómenos mágicos. Este trabajo mágico comienza en la propia vida del mago, se extiende al mundo del plano astral y desde allí (cuando ya es potente) puede comenzar a manifestarse en el plano físico y oportunamente en los planos superiores.

Por lo tanto, nos ocuparemos extensamente de esta regla porque abarca el trabajo y la actividad inmediata del aspirante inteligente. Es la más importante desde el punto de vista del estudiante común. No puede comprenderse si no se ha hecho contacto con el alma, ni tampoco puede manifestarse en el plano físico la fuerza mágica del alma, hasta que el significado de sus frases esotéricas no haya sido, hasta cierto punto, trabajado en la experiencia interna del mago.

La mayoría de los verdaderos aspirantes están ahora en el punto medio y pueden ahogarse (y paralizar su progreso en esta vida), permanecer y conservar el terreno ganado, o bien convertirse en verdaderos magos prácticos, eficientes en magia blanca, [i236] basada en el amor, animada por la sabiduría y aplicada inteligentemente a las formas.

Por consiguiente, a fin de facilitar su estudio, dividiremos esta regla en tres partes, y nos ocuparemos de cada una paso a paso, para poder captar su aplicación a la vida común del discípulo en probación, y alcanzar así una comprensión inteligente de sus amplias implicaciones. Estas divisiones son:

  1. La respuesta de los elementales astrales y el consiguiente flujo y reflujo de las aguas.
  2. Los peligros del punto medio, su naturaleza y la oportunidad que ofrece.
  3. El lugar donde se hace el trabajo de magia.

Estudiaremos a continuación el primer punto resumido para nosotros en las palabras siguientes:

“Los Agnisuryas responden al sonido.

El flujo y el reflujo de las aguas”.

La situación podría formularse en las concisas afirmaciones siguientes. Las reglas ya estudiadas exponen la verdad respecto al mago.

El alma se ha comunicado con su instrumento en los tres mundos.

El ser humano, en el plano físico, reconoce el contacto, y la luz de la cabeza brilla, unas veces reconocida por el aspirante y otras no.

El alma emite su nota. Se crea una forma mental en consonancia con la meditación unida del alma y del ser humano, su instrumento.

Esta forma mental, encarnando la voluntad del ego o alma, y cooperando con la personalidad, toma para sí una forma triple, constituida de materia de los tres planos y vitalizada por la actividad y las emanaciones de los centros cardíaco, laríngeo y [i237] ajna del mago blanco -el alma en conjunción con su instrumento.

Las envolturas de la personalidad, cada una con su propia vida individual, sienten que pierden su poder y la batalla se renueva violentamente entre las fuerzas de la materia y las del alma.

Esta batalla debe ser librada en el plano astral, y decidirá tres cosas:

a. Si es el alma, en determinada vida (porque alguna vida contiene la etapa crítica), el factor dominante, y si la personalidad desde ese momento es la servidora del alma.

b. Si el plano astral ya no es el plano de la ilusión, puede convertirse en el campo de servicio.

c. Si el ser humano puede llegar a colaborar activamente con la Jerarquía, es capaz de crear y manejar materia mental y desarrollar así los propósitos de la Mente Universal, que son inspirados por el amor infinito e ilimitado y es expresión de la Vida Una.

Este es el punto crucial de toda la situación, y cuando el ser humano ha dominado las fuerzas que se le oponen, está preparado para la segunda iniciación, que indica la liberación del alma de la prisión del cuerpo astral. Desde ese momento, el alma utilizará el cuerpo astral y moldeará el deseo, de acuerdo al propósito divino.

Es de valor que el estudiante sepa dónde se encuentra y cuál es su problema específico. El individuo común está aprendiendo a controlar el cuerpo físico y a organizar su vida en el plano físico. El estudiante en el sendero de probación está aprendiendo una lección similar respecto a su cuerpo astral, su enfoque, deseos y trabajo. El estudiante en el sendero del discipulado aceptado debe demostrar este control, empezando por disciplinar la naturaleza mental y actuar conscientemente en el cuerpo mental. [i238] El trabajo del iniciado y el del adepto se desarrollan mediante tales realizaciones y no es necesario tratarlas aquí.

La batalla se prolonga sobre una serie de vidas, pero en cierta vida alcanza un punto crítico: se hace la última tentativa y Arjuna triunfa en la lucha, pero únicamente dejando a Krishna asumir las riendas del control, aprendiendo a dominar la mente y revelando la forma de Dios. Distinguiendo entre el alma y la forma y la visión de la gloria perfecta que puede irradiar de las formas “habitadas por Dios”, aprende a elegir el camino de la luz y a ver su propia forma y todas las formas como custodios de la luz. Así emprende el trabajo de convertir el cuerpo astral en un simple reflector de esa luz y, por medio del apaciguamiento del deseo, mediante la subyugación de los “Agnisuryas”, que constituyen su cuerpo astral y son la sustancia viviente del plano astral, aprende a actuar como adepto en ese plano, a atravesar su ilusión y a ver la vida verdadera.

Hablando simbólicamente, la sustancia del plano astral está animada por tres tipos de fuerza divina, que al unirse producen la gran Ilusión, y son:

Primero, la fuerza del deseo egoísta. Esta energía involutiva desempeña un papel importante en la evolución, porque el egoísmo es la cuna de las almas infantiles. De ahí que el aspirante no se somete al mismo.

Segundo, la fuerza del temor. Es producto de la ignorancia, y en sus etapas iniciales no es el producto del pensar erróneo. Es fundamentalmente instintiva y predomina en el reino animal, que no es mental, así como también en el reino humano. Pero en el reino humano, su poder es aumentado en forma intensa mediante los poderes de la mente, y por la memoria de dolores y agravios pasados y a través del presentimiento de aquello que anticipamos, el poder del temor se agrava enormemente debido a la forma mental construida con nuestros temores y [i239] fobias individuales. Esta forma mental acrecienta su poder, y llega a dominarnos, a medida que le prestamos atención, pues “la energía sigue al pensamiento”. Las personas de segundo rayo están especialmente sujetas a esto y para la mayoría de ellas constituye el “morador en el umbral”, así como la ambición y el amor al poder, respaldado por el deseo frenético y sin escrúpulo, constituyen el “Morador” para las personas de primer rayo. La forma mental cristalizada de la realización intelectual con fines egoístas y la aplicación del conocimiento con objetivos personales, permanecen delante del portal del sendero en la persona de tercer rayo, y a no ser que sean desbaratadas y destruidas, la dominará y convertirá en mago negro.

A menudo se ha dicho que el temor es una ilusión. Sin embargo, esta afirmación no sirve de ayuda, solo es una generalización admisible y muy difícil de aplicar individualmente. Los temores a que están sujetos los aspirantes (obsérvese cómo está expresado) rara vez son de naturaleza egoísta, excepto cuando el sufrimiento los ha obligado a retroceder ante una situación desafortunada. Sus temores giran alrededor de un aparente amor por los seres queridos. No obstante, todo discípulo debería formularse a sí mismo esta pregunta muy práctica: ¿cuántas horas de angustia han sido empleadas en hechos y acontecimientos tangibles y cuántas en presentimientos ilusorios, en dudas e interrogantes, basados en algo que nunca sucedió? Quisiera señalar a mis hermanos que es necesario hacer dos cosas: meditar sobre la verdad en la vida diaria, usando como pensamiento simiente el concepto de la verdad practicada y vivida; les sugiero que aprendan de memoria y utilicen la siguiente fórmula o plegaria, todas las veces que se vean arrastrados por ilusorios temores e innecesarios presentimientos:

“Que la realidad rija todos mis pensamientos y la verdad predomine en mi vida.”

Repitan esto para sí, constantemente, todas las veces [i240] necesarias, obligando a la mente a poner atención sobre el significado de estas palabras.

Sugiero también practicar el sentido común y cultivar esa actitud mental que se niega a aumentar los temores ilusorios.

El temor es, con frecuencia, el mayor obstáculo para el paso vital que debe darse en esta vida, pero quizás sea demorado para otra, si no se aprovecha la debida oportunidad y se estimula fuertemente la naturaleza volitiva.

El aspirante de primer rayo que no logra vencer a su Morador puede llegar a ser un “destructor de almas”, como se lo denomina, y ser condenado (hasta aprender la lección) a trabajar con las fuerzas de la materia y con las formas que mantienen a todas las almas aprisionadas. Este es el significado oculto de las mal interpretadas palabras, muerte y destrucción. El Demonio es su gran prototipo.

El aspirante de segundo rayo que construye su Morador y le permite ejercer control en forma continua y acrecentada, se convierte en “engañador de almas”. Es el verdadero Anticristo, y mediante falsas enseñanzas, supuestos milagros y el hipnotismo y sugestión de las masas, tiende un velo sobre el mundo y obliga a los seres humanos a caminar en la gran ilusión. Es interesante observar que el trabajo del Demonio, el aprisionador de almas, empieza a perder su poder, porque la raza está al borde de comprender que la verdadera muerte es la inmersión , y que la materia es solo parte del todo divino. La forma mental de este “Morador en el Umbral” que la humanidad ha construido durante millones de años, está en vísperas de ser destruida. Pero el trabajo del Anticristo está llegando ahora a su culminación, y la ilusión de las riquezas, posesiones y falsas enseñanzas, dominará acrecentadamente, pero el período de engaño será más breve que el de destrucción, porque todos estos factores actúan bajo sus propios ciclos y tienen su propio flujo y reflujo.

La persona de tercer rayo que no destruye su [i241] “Morador” se convierte en lo que se denomina “manipulador de almas”, utilizando la mente para destruir lo real y tiende un velo entre lo humano y la realidad. Debe recordarse que ninguno de estos nombres y actividades se refieren al alma en su propio plano, sino únicamente a las almas humanas encarnadas en el plano físico. Es necesario subrayar esto, porque en su propio plano las almas de los seres humanos se mantienen libres de ilusiones y no pueden ser destruidas, engañadas ni manipuladas. Solo “las almas aprisionadas” están sujetas a las actividades de las fuerzas del mal, y esto durante cierto período. El primer grupo, cuyo número es relativamente pequeño, actúa a través de los gobiernos, de la política y de la interacción entre las naciones. El grupo de segundo rayo que alucina y engaña, actúa mediante los agentes religiosos, la psicología de las masas y el empleo incorrecto y la aplicación de la devoción y las artes. Son los más numerosos. El tercer grupo actúa principalmente a través de las relaciones comerciales, en el mundo de los negocios y mediante el empleo del dinero, la concreción de prana o energía universal y el símbolo externo del flujo y reflujo universal. Estos pensamientos son sugestivos pero no vitales, porque se refieren a tendencias cósmicas.

Tercero, la fuerza de la atracción sexual, la cual proviene del plano físico, y es el retroceso de un tipo de energía involutiva en el sendero de retorno. Hablando cósmicamente, se manifiesta como la fuerza atractiva entre espíritu y materia; hablando espiritualmente, se demuestra como la actividad del alma cuando trata de llevar al yo inferior a una plena realización. Hablando físicamente, es el impulso de unirse el macho y la hembra para los propósitos de la procreación. Cuando el ser humano era puramente animal, esto no implicaba pecado. Pero a este impulso se le agregó el deseo emocional y entonces se infiltró el pecado; el propósito por el cual se manifestó el impulso fue pervertido en la satisfacción del deseo. Ahora que la raza es más mental y la fuerza de la mente se hace sentir [i242] en el cuerpo humano, existe una situación aún más seria que solo podrá resolverse sin peligro cuando el alma asuma el control de su triple instrumento.

Como lo demuestra esta regla, la humanidad está ahora en el punto medio. El individuo es arrastrado por el deseo egoísta y la ambición, porque todos tenemos cualidades de primer rayo. Es torturado por el temor -el propio temor, el temor por la familia, los temores nacionales y raciales- porque todos oscilamos al ritmo de segundo rayo. Es dominado por el sexo y el dinero, otra manifestación de la energía de la materia, de ahí el triple problema, y está bien equipado para resolverlo mediante su triple vehículo y las triples potencias de su alma divina. Terminaremos esta instrucción con la frase: está bien equipado para resolverlo. Podemos vencer la inercia mental y empezar a actuar como almas, dominando nuestro medio ambiente. El alma es omnisciente y omnipotente.