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ANALISIS DE LAS TRES FRASES - Parte 2

Vigila atento los portales del pensamiento. Guárdate del deseo. [i474] Elimina todo temor, todo odio, toda codicia. Mira afuera y arriba.

Porque tu vida está principalmente centralizada en el plano de la vida concreta, tus palabras y tu lenguaje indican tu pensamiento. Presta a estos cuidadosa atención.

Las palabras son de tres tipos. Las palabras vanas producirán su efecto cada una. Si son buenas y amables, nada necesita hacerse. De lo contrario, el pago del precio no demorará mucho.

Las palabras egoístas, emitidas con gran intención, construyen un muro de separación. Largo tiempo requiere la destrucción de ese muro para liberar el propósito egoísta acumulado. Reflexiona sobre tu móvil y trata de emplear esas palabras que fusionen tu pequeña vida con el gran propósito de la voluntad de Dios.

La palabra de odio, la expresión cruel que arruina a quienes sienten su conjuro, la habladuría ponzoñosa que va de boca en boca porque causa una emoción, matan los impulsos vacilantes del alma, cortan las raíces de la vida y traen la muerte.

Si son pronunciadas a la luz del día, traerán justa retribución; dichas y registradas como mentiras, refuerzan ese mundo ilusorio en que vive quien habla, y detienen su liberación.

Si se pronuncian con la intención de herir, dañar y matar, vuelven al que las ha emitido y lo hieren y matan.

El pensamiento vano, egoísta, cruel y de odio, expresado en palabras, produce una prisión, envenena todas las fuentes de vida, provoca enfermedad y causa desastres y demora. En consecuencia, sé amable, bondadoso y bueno, dentro de tus posibilidades. Guarda silencio y la luz entrará en ti.

No hables de ti mismo. No te compadezcas de tu suerte. Los pensamientos del ego y de tu destino inferior impiden que la voz [i475] interna de tu propia alma suene en tu oído. Habla del alma; trata de explayarte sobre el plan; olvídate de ti mismo construyendo para el mundo. Así se neutraliza la ley de la forma. Así la ley del amor puede entrar en ese mundo.

Estas simples reglas son las bases correctas para llevar adelante el trabajo mágico, y harán al cuerpo mental tan claro y poderoso que el móvil correcto controlará, y el verdadero trabajo de construcción será posible.

La mayor parte de la significación de esta regla debe quedar en teoría y será considerada un desafío hasta el momento en que el verdadero trabajo mágico de construir formas mentales llegue a ser universalmente posible. Como se ha visto, la fórmula permanecerá desconocida por todos durante largas épocas futuras, excepto por los miembros de la Jerarquía de Adeptos. Pueden ser descubiertas las palabras directrices, pero solo por aquellos que trabajan conscientemente bajo la guía de sus propias almas y, mediante el control mental y absorbidos en profunda meditación, podrán manipular la materia mental y convertirse en “creadores

conocedores”. Estos pueden pronunciar y pronuncian las palabras impulsoras que traen a la existencia esas nuevas formas y organismos, esas expresiones de ideas y esas organizaciones, que viven su ciclo de vidas y sirven su propósito, y así llegan oportunamente a su fin designado. Estos creadores son los conductores y organizadores, los instructores y los guías en todos los aspectos del vivir humano. Su sonido es emitido hacia todas las tierras y su nota es reconocida internacionalmente. Centenares de nombres son fácilmente recordados y surgen en forma imprevista a la mente. Viven en la memoria de las multitudes, pero solo vive el sonido de sus éxitos, sea bueno o malo.

Pero, en la frase a considerar, tenemos descrita una función universal, aun cuando solo se [i476] efectúe, en su mayor parte, en forma inconsciente. Estas palabras son:

III. Finalmente, pronunciar la frase mística que lo salvaguardará de su trabajo.

Por lo tanto, al finalizar el trabajo mágico de creación, se debe pronunciar una frase que efectúe la salvación y produce dos tipos de liberación -libera al agente creador de la forma que él ha creado y emancipa a esa forma del control de quien la produjo.

Es evidente que la relación del lenguaje con las ideas encarnadas está siendo algo comprendido. Estúdiese el método del lenguaje que es el principal factor empleado ahora para “lanzar una idea”. Obsérvese que todos los inventos (que no son ni más ni menos que conceptos encarnados) vienen a la existencia exotérica, en el plano físico, mediante el poder de la palabra hablada, y considérese también atentamente

el significado oculto subyacente, en todas las conferencias, reuniones, consultas y discusiones, concernientes al lanzamiento de alguna idea o serie de ideas, sobre el mar de la necesidad pública. ¿No será posible que bajo los métodos de actividad, empleados por las agencias de publicidad y el constante entrenamiento de los vendedores sobre el uso de la palabra hablada, como medio de acercamiento al público a fin de vender una idea, hallemos las primeras indicaciones distorsionadas de la emanación de esas frases místicas que traerán a la existencia, en todos los campos de la empresa creadora, lo que el alma ha creado?

Parte de la creciente comprensión del trabajo mágico lo constituye el entrenamiento de la opinión pública, la utilización de juegos de palabras y lemas llamativos, la tendencia a incorporar los conceptos propagandistas en frases vulgares y apropiadas. Todos estos medios son empleados ciegamente y sin una verdadera comprensión; constituyen parte de las actividades emergentes de una humanidad que se encuentra al borde del verdadero trabajo creador, [i477] cuyos principios aún no son comprendidos ni aplicados científicamente. Pero indican el camino, y bajo la simplificación que señala el retorno a la síntesis, tendremos el cese del lenguaje hablado y la utilización de formas más sencillas. De acuerdo al impulso evolutivo, hemos tenido el Sonido creador, la Palabra, el Lenguaje. Este último, a su vez, se ha diferenciado en palabras, frases, sentencias, párrafos y libros, hasta encontrarnos ahora en la era en que esta diferenciación está en su apogeo; tenemos conferencias a todas las horas del día y de la noche, la tribuna pública para llegar al pueblo, la radio para llegar a todas las clases y razas de la humanidad, en un esfuerzo por moldear la opinión pública y llevar ciertas ideas y conceptos a la consciencia del pueblo. Existen además millones de libros publicados y todos desempeñan su parte en el mismo gran trabajo, y vemos estos dos métodos de comunicación, prostituidos con fines egoístas y propósitos ambiciosos, por parte de quienes hablan y escriben. Sin embargo, unos pocos creadores verdaderos procuran hacer oír su voz y tratan de pronunciar esas palabras místicas que permitirán a la humanidad ver la visión. Así, serán dispersadas oportunamente las nubes de formas mentales que en la actualidad ocultan la diáfana luz de Dios.

El tema es demasiado amplio para ser elaborado en este tratado. Solo procuro hacer sugerencias que darán al lector inteligente alguna idea del enorme progreso hecho en el trabajo mágico. De este modo, se capacitará para seguir adelante con optimismo, sabiendo que, hasta ahora, todo ha sido para bien, porque el ser humano ha progresado en el conocimiento. Del actual conglomerado de palabras y discursos, alocuciones y libros, seguramente emergerán algunos claros conceptos que hallarán eco en los corazones humanos. También ellos serán conducidos hacia la nueva era, donde “el lenguaje morirá y los libros serán inútiles”, porque las líneas de comunicación subjetiva [i478] estarán abiertas. Las personas reconocerán que el ruido actúa como un obstáculo para el intercambio telepático. La palabra escrita tampoco será necesaria, pues se utilizarán símbolos de luz y color para complementar, mediante el ojo, lo que ha registrado el oído subjetivo. Pero aún no hemos llegado a eso, aunque la radio y la televisión son los primeros pasos en tal dirección.

Expresando la verdad tan sencillamente como es posible, podría decirse que, mediante la complejidad de la oratoria y la composición de libros, las ideas pueden ahora tomar forma y cumplir así su ciclo de actividad. Pero este método es tan poco satisfactorio en el campo del conocimiento, como las velas de sebo en el campo de la iluminación. La luz eléctrica las ha reemplazado y algún día la verdadera comunicación telepática y la visión reemplazarán a las palabras y a los escritos.

Llevando los mismos conceptos al campo del verdadero trabajo esotérico, tenemos al trabajador en materia mental que construye sus formas mentales y “confina las vidas” que expresan y responden a su idea dentro de un “círculo infranqueable”. Este último persistirá mientras su atención mental y su energía animadora sean dirigidas hacia él. Pronunciará las palabras que permitirá a la forma mental hacer su trabajo, cumplir la misión para la cual fue construida y llevar a cabo el propósito para el que fue creada. Todo lo que se ha dado hasta ahora, referente a las palabras utilizadas en el trabajo creador, es la séptuple palabra sagrada AUM. Cuando esta es utilizada correctamente por el alma en el plano mental, vitaliza y da curso a todas las formas mentales, produciendo una actividad exitosa. Es interesante observar que en los días atlantes la palabra usada era TAU, pronunciada en forma explosiva y con tanta fuerza, que las formas mentales así energizadas y expelidas actuaban inevitablemente como un “boomerang” y volvían al que las había enviado. Esta palabra TAU es también, en forma simbólica, el [i479] símbolo de la reencarnación. Desear la forma produce el uso de la forma y causa constantes renacimientos cíclicos. La continua utilización de la palabra TAU provocó la catástrofe final por medio del agua, barrió la antigua civilización atlante; los pocos que empleaban la palabra AUM, en esos días, no eran bastante poderosos como para contrarrestar la fuerza del deseo. Los cuerpos mentales de la raza no podían responder a ese nuevo sonido creador. La humanidad estaba todavía impulsada totalmente por los deseos y anhelos en tal grado, que el deseo unido de poseer y gozar la forma, empujó esotéricamente a los seres humanos “dentro de las aguas”. El deseo por la forma aún obliga a la humanidad al constante proceso de renacimiento, hasta que la influencia de TAU haya terminado y el sonido de AUM pueda dominar. Sin embargo, la influencia de la primera se va debilitando, y el AUM acrecentando en poder hasta ser el factor dominante. A este último sonido le seguirá la palabra del alma que, a su vez, reemplazará totalmente a la palabra AUM.

El rumor de las numerosas aguas (modo simbólico de expresar la influencia de TAU) cesará, y llegará el momento -como asegura la Biblia Cristiana- en que “no habrá más mar”. Entonces ocupará su lugar el sonido AUM, del que se habla simbólicamente como el “rugido del fuego”, y es el sonido del plano mental. La palabra del alma no se puede expresar, excepto en el lugar secreto de la iniciación. Tiene su propia vibración y nota especial, pero esta no puede ser transmitida hasta que el AUM sea utilizado correctamente. Así como la palabra TAU, al llevar la nota del deseo y la urgencia de poseer y de ser, fue mal utilizada y condujo su civilización al desastre, así la palabra AUM puede también ser mal empleada y conducir su civilización hacia el fuego. Esta es la verdad que realmente subyace tras la mal comprendida enseñanza cristiana, acerca del fuego del infierno y del lago de fuego. Expresan simbólicamente el fin de la era, [i480] cuando las civilizaciones del plano mental lleguen a un fin catastrófico en lo que respecta al aspecto forma, así como las civilizaciones anteriores llegaron a una culminación acuosa.

Quiero hacer aquí una insinuación, que con frecuencia se pasa por alto. En el plano mental no existe el factor tiempo, por eso la ecuación tiempo no entra en la idea de un fin, por medio del fuego. No hay una hora fija para un desastre o catástrofe. Todo el efecto tendrá lugar en el reino de la mente y, ¿no podría decirse que actualmente el fuego de la ansiedad y la preocupación y del presentimiento y el temor, abrasa nuestros pensamientos y absorbe nuestra atención mental? Su trabajo es purificar y limpiar, así que el AUM haga su trabajo y que todos los que puedan lo empleen con frecuencia y con correcto pensamiento, a fin de que la purificación mundial proceda con rapidez. Mucho de lo que obstruye el camino para el surgimiento de nuevas ideas y nuevas formas arquetípicas debe ser quemado y consumido. Estas dominarán oportunamente en la nueva era y harán posible que la palabra del alma sea emitida y escuchada exotéricamente.

Comprendo que lo que he impartido aquí es difícil de captar, pero los párrafos anteriores contienen una advertencia para los incautos y mucha instrucción para el sincero buscador de luz.

Trataré brevemente dos aspectos de la frase que estamos considerando. Hay muchos aspectos de los cuales podría ocuparme, pero serán suficiente dos, para hacer una sugerencia práctica e indicar ideas que los aspirantes de todas partes harían bien en captar. Debe ser considerado el pensamiento de liberar, del efecto, a las ideas encarnadas en las formas, y desearía también abarcar desde dos puntos

de vista la idea de la “liberación”. El aspirante debe liberarse de las formas mentales construidas diariamente durante su vida mental, y un alma encarnada debe también ser salvada de la adhesión de las formas que durante épocas han [i481] crecido y se han fortalecido y de las cuales él debe ser liberado mediante el proceso que llamamos muerte. Por lo tanto, dividiremos nuestro tema de la manera siguiente:

I. Liberación del poder ejercido por las formas mentales que nosotros mismos hemos creado.

II. Liberación del poder del triple cuerpo que ha construido el alma, mediante la mágica liberación llamada muerte.

Sobre esta última deseo ocuparme principalmente, pero debo decir ciertas cosas concernientes al poder de las formas mentales y a su peligro y modo en que pueden ser evitados.