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EL DESPERTAR DE LOS CENTROS

Surgen aquí los siguientes interrogantes: ¿cómo puede producirse tal coordinación y despertar? y ¿qué pasos tendrán que darse para provocar esta vitalización y la oportuna actividad sintética de los tres centros? Ante estas preguntas, el verdadero instructor se halla frente a una dificultad. No es fácil aclarar las actividades esotéricas y otras paralelas, resultado de la formación del carácter. A menudo el aspirante ansía que se le diga algo nuevo, y cuando se le explica una antigua verdad -tan vieja y familiar que no produce reacción- le parece que el instructor ha fracasado y se deja llevar por un sentido de futilidad y depresión. Sin embargo, esto debe ser enfrentado y las preguntas contestadas. Por lo tanto, expresaré los requisitos necesarios de la manera más sencilla posible, enumerándolos en su orden correlativo y de acuerdo a su importancia, desde el punto de vista del aspirante común. Primeramente los clasificaremos y luego trataremos brevemente cada uno:

  1. La formación del carácter, primero y esencial requisito.
  2. El móvil correcto. [i201] 
  3. El servicio.
  4. La meditación.
  5. El estudio técnico de la ciencia de los centros.
  6. Los ejercicios de respiración.
  7. El aprendizaje de la técnica de la Voluntad.
  8. El desarrollo del poder para emplear el tiempo.
  9. El despertar del fuego kundalini.

Este noveno y último punto no será estudiado en esta etapa de nuestro entrenamiento. La razón es evidente. La mayoría de los aspirantes está en la etapa tercera y cuarta, y acaba de comenzar a trabajar en la quinta y sexta. Trataremos brevemente cada uno de esos pasos necesarios, y recalco la necesidad de comprender, en cierta medida, la responsabilidad que implica el conocimiento. ¿Captan el hecho de que, si practicaran toda la información dada en el entrenamiento y la convirtieran en una realidad experimentada, y si vivieran diaria y constantemente estas enseñanzas, ya estarían ante el Portal de la Iniciación? ¿Se dan cuenta de que la verdad debe ser forjada en la estructura del diario vivir, antes de poder impartirse sin peligro una nueva verdad?

1. La formación del carácter. Estos nueve puntos deben ser estudiados desde su aspecto fuerza, y no desde su importancia ética o espiritual. El iniciado penetra en el “mundo de la fuerza” y ello es posible por el entrenamiento que recibe como aspirante. Cada uno entra en la vida con cierto equipo -producto de vidas pasadas de esfuerzo y experiencia- que tiene ciertas deficiencias y muy pocas veces está equilibrado. Una persona es muy mental, otro demasiado psíquico. Un tercero es principalmente físico y aún otro demasiado místico. Uno es sensitivo, irritable e impresionable, otro lo contrario. Una persona está centrada en [i202] su naturaleza animal o es estrictamente material, en su punto de vista de la vida, mientras que otra es visionaria y no comete pecados carnales. Las diversidades son innumerables, pero en cada vida hay una tendencia predominante hacia la que se dirigen todas las energías de su naturaleza. Quizás es impulsada fuertemente por sus fuerzas físicas y vive en consecuencia una vida animal, o es movida por la energía astral y vive una vida fuertemente emotiva y psíquica. Quizás -como la mayoría- está afectada por tres tipos de energía, física, emocional y ocasionalmente por la afluencia de energía del alma. El punto a recordar es que los cuerpos, en los cuales actuamos como almas, constituyen principalmente cuerpos de energía. Están compuestos por unidades de energía, átomos en un constante estado de flujo y movimiento, y encuentran su lugar en un ambiente similar. El alma actúa como núcleo positivo en estos cuerpos de energía y, en la mayoría de los casos, está relativamente estática. Ejerce aún poca presión sobre sus vehículos, pero se identifica con ellos, negando así momentáneamente su propia vida intrínseca.

No obstante, llega el día en que el alma despierta a la necesidad de dominar la situación y afirmar su propia autoridad. Entonces la persona (esporádicamente al principio) hace un inventario de la situación. Primeramente debe descubrir qué tipo de energía predomina, y cuál es la fuerza motivadora de su experiencia diaria. 

Habiéndolo descubierto empieza a reorganizar, reorientar y reconstruir sus cuerpos. Toda esta enseñanza puede resumirse en dos palabras: Vicio y Virtud.

El vicio es la energía de las envolturas, individual o sintetizada en la personalidad, porque controla las actividades de la vida y subordina el alma a las envolturas, a los impulsos y a las tendencias del yo inferior.

La virtud es la introducción de nuevas energías y de un nuevo ritmo vibratorio, a fin de convertir al alma en el factor controlante positivo y que las fuerzas del alma reemplacen a las de [i203] los cuerpos. Este es el proceso que concierne a la formación del carácter. Permítanme dar un ejemplo. Cuando una persona es víctima de un estado nervioso e irritable, le decimos que necesita calmarse, tranquilizarse y cultivar el desapego, para obtener control sobre sí mismo. Le enseñamos que, en vez de mal humor, debe tener calma y cultivar la amabilidad. Esto parece una trivialidad y nada interesante. Sin embargo, significa que, en vez de la naturaleza emocional autocentrada e inquieta y la actividad del centro plexo solar (que lleva en sí las poderosas fuerzas del plano astral), debiera imponerse el ritmo firme, desapegado y armonizador del alma, el yo superior. Este trabajo de imponer la vibración superior sobre la inferior, constituye la formación del carácter, el primer requisito previo en el sendero de probación. Al leer esto el estudiante serio puede empezar a sumar sus haberes de energía, clasificar las fuerzas que controlan su vida y llegar así a una comprensión racional y verdadera de las fuerzas que requieren ser subordinadas y reforzadas. A la luz del verdadero conocimiento, que siga entonces adelante en el sendero de su destino.

2. El móvil correcto. Se dice que el Maestro de Sabiduría es la “rara eflorescencia de una generación de investigadores”. La pregunta que se formula aquí el buscador y que solo él tiene derecho a responder es: ¿cuál es el móvil que rige mi aspiración y esfuerzo? ¿Por qué trato de construir sobre una base verdadera? ¿Por qué invoco a mi alma con tanta diligencia?

El desarrollo del móvil correcto es un esfuerzo progresivo; continuamente cambiamos el enfoque de nuestro incentivo, a medida que nos descubrimos a nosotros mismos, entonces la Luz brilla más firmemente en nuestro camino y constantemente surge un móvil nuevo y superior. Permítanme dar otro ejemplo: un aspirante en las primeras etapas es, por lo general, un devoto. Para estar a la altura de las normas establecidas por un amigo o por un instructor amado, lucha, se esfuerza y gana [i204] posición. Más tarde, este objeto de su devoción y ardiente esfuerzo, es reemplazado por la devoción hacia uno de los Grandes Seres, los Hermanos Mayores de la raza. Vuelca todos sus poderes y las fuerzas de su naturaleza en su servicio. Este incentivo, a su vez, es segura y firmemente sustituido por un amor vital hacia la humanidad, y el amor hacia un individuo (por más perfecto que sea) se pierde en el amor hacia todos los seres humanos. A medida que el alma controla cada vez más su instrumento y su naturaleza se manifiesta incesantemente, esto también es reemplazado por amor al ideal, al Plan y a los propósitos que subyacen en el universo mismo. El ser humano llega a conocerse a sí mismo como un canal por el cual pueden trabajar los agentes espirituales, y se da cuenta de que es parte integrante de la Vida Una. Entonces ve a la humanidad como algo relativo y fragmentario, y se sumerge en la gran Voluntad.

3. El servicio. Un estudio del móvil correcto conduce naturalmente al servicio correcto, y a menudo va a la par de la conciencia motivadora en su forma objetiva. Del servicio hacia un individuo, a la familia, la nación, como expresión de amor, surge el servicio a un miembro de la Jerarquía, al grupo de un Maestro y a la humanidad. Oportunamente se desarrolla la consciencia y servicio al Plan y la consagración al propósito subyacente de la gran Existencia, la Cual ha traído todo a la existencia para cumplimiento de algún objetivo específico.

4. La meditación. Sobre este tema no nos explayaremos porque ha constituido la base de muchas de las enseñanzas de mis otros libros y la mayoría de ustedes practica constantemente la meditación, que he enumerado como la cuarta en la lista, por implicar peligro y no ser útil para el ser humano que se inicia en ella sin la base de un buen carácter y de una vida pura. Entonces la meditación se convierte únicamente en un medio para atraer energías que solo sirven de estímulo a los aspectos indeseables de su vida, así [i205]  como la fertilización de un jardín lleno de malezas aumenta grandemente su reproducción matando las flores débiles y pequeñas. La meditación es peligrosa donde existen móviles erróneos, tales como el deseo de progreso personal y poderes espirituales, porque bajo estas condiciones solo produce fortalecimiento de las sombras en el valle de la ilusión, y desarrolla en toda su plenitud la serpiente del orgullo que acecha en el valle del deseo egoísta. La meditación es peligrosa cuando no existe el deseo de servir. El servicio es otra palabra con que se designa la utilización de la fuerza del alma en bien del grupo. Donde falta este impulso la energía puede fluir en los cuerpos, pero -al no utilizarse ni hallar salida- tiende a sobrestimular los centros y producir condiciones desastrosas al neófito. Asimilación y eliminación son leyes de la vida del alma al igual que de la vida física, y cuando no se tiene en cuenta esta sencilla ley, se sufrirán serias consecuencias, tan inevitables como las del cuerpo físico.

5. Estudio de los centros. Acabamos de comenzar este estudio, aunque está aún en su infancia en Occidente y es muy poco aplicado en Oriente. Nuestro enfoque será algo nuevo, porque aunque nos acostumbremos a los nombres, a la ubicación y relación de los centros, no haremos ningún trabajo de meditación sobre ellos. Oportunamente llegaremos a una apreciación de su vibración, de su tono y colores y de sus significaciones astrológicas. No trabajaremos con los centros de la columna vertebral ni tendremos como objetivo su utilización consciente como lo hace el clarividente o el clariaudiente. Todo el trabajo realizado por los estudiantes debe hacerse completamente en la cabeza y desde ella. Allí se encuentra el asiento de la voluntad, aspecto espíritu, actuando a través del alma. Tenemos también la expresión sintética de la personalidad; la comprensión de la relación de los dos centros de la cabeza y su mutua interacción, traerá gradualmente el dominio de la personalidad por el alma. Esto conducirá a la consiguiente y subsiguiente [i206] actividad dirigida de los otros cinco centros. El trabajo de estos cinco centros será con el tiempo tan automático como el actual funcionamiento del corazón y los pulmones en el cuerpo físico.

La Inteligencia -el Yo que preside- “situada en el trono entre las cejas” y guiada por la Luz en la cabeza, despertará lo que concierne al alma, y estará tan alerta como lo está la conciencia del yo en el individuo común autocentrado. Por medio del ritmo de su vida divina y su consciente colaboración con el Plan, actuando mediante el uso de la Voluntad, el discípulo, en encarnación, deberá actuar como agente de su alma en los tres mundos.

6. Los ejercicios de respiración. Poco a poco y a medida que se progresa se impartirá la instrucción necesaria. Permítanme señalar, sin embargo, que no se pueden practicar sin peligro los ejercicios de respiración, cuando no se impone un ritmo en la vida cotidiana. Ambas actividades deben ir juntas.

Los efectos de los ejercicios de respiración son diversos:

a. El efecto oxigenante. La corriente sanguínea se purifica y la presión se alivia. Existe un simbolismo que subyace en esto: así como la sangre se oxigena, también la vida del ser humano en los tres mundos es compenetrada por la energía espiritual.

b. La imposición de un ritmo peculiar, producido por la duración particular o los intervalos de la respiración: inhalación, retención y exhalación, que varían de acuerdo al ritmo.

c. El efecto sutil producido por el prana (elemento subjetivo que subyace en el aire inhalado y exhalado) que afecta poderosamente al cuerpo pránico, el vital o etérico. Los estudiantes deben recordar que los efectos sutiles son más potentes que los físicos. Producen resultados [i207] en dos direcciones, en el cuerpo físico y en el etérico. Todo el cuerpo vital asume un ritmo particular de acuerdo a los ejercicios de respiración. Si esto se mantiene durante un largo tiempo tendrá un efecto destructor o cohesivo sobre el cuerpo físico, desvitalizando o vitalizando el cuerpo etérico según corresponda.

d. El efecto sobre los centros, que es muy eficaz, y sigue la tendencia del pensamiento del aspirante. Por ejemplo, si se piensa en el plexo solar, ese centro inevitablemente será vitalizado, y su naturaleza emocional fortalecida. De ahí la necesidad de los estudiantes de mantener la meditación firmemente en la cabeza para despertar el centro coronario.

Nadie debe dudar del efecto de los ejercicios de respiración sobre el cuerpo vital. Con la misma seguridad que el comer y el beber construyen o destruyen el cuerpo físico y ayudan o entorpecen su correcto funcionamiento, así los ejercicios de respiración producen efectos potentes, si son correctamente practicados durante un período de tiempo más o menos prolongado.

¿Qué podría decir sobre los tres últimos requisitos? Muy poco, ya que el tiempo aún no está maduro para su correcta comprensión. El aspirante debe proseguir paso a paso y su teoría no debe adelantarse a su experiencia. Quizás pueda dar una clave para cada uno de ellos, formulando una regla sencilla para el vivir diario, que será captada por aquellos a quienes está destinada y no perjudicará a los que aún no han evolucionado. La práctica de esta regla traerá lenta y subjetivamente las condiciones necesarias para la manifestación de tal requisito.

Aprendan a aplicar la voluntad mediante el desarrollo del firme propósito y la organización de la vida diaria, para que ese propósito pueda ser cumplido.

Aprendan a ver algo más sobre el factor tiempo, además de organizarlo [i208] y utilizarlo. Aprendan a hacer varias cosas simultáneamente y a utilizar los tres cuerpos en forma sincronizada. Permítanme dar un ejemplo: al practicar el ejercicio diario de respiración, cuenten con exactitud y escuchen con atención el sonido que “suena en el silencio” del intervalo. Al mismo tiempo piensen de sí mismos como si fueran el alma, la que impone el ritmo y la voz que habla. Esto es algo que cada uno puede adquirir por la práctica.

Descubran la serpiente de la ilusión con la ayuda de la serpiente de la sabiduría, y entonces la serpiente dormida ascenderá hacia el lugar de reunión.