Navegar por los Capítulos de este Libro

LA ASTROLOGÍA Y LAS ENERGÍAS

LA ASTROLOGÍA Y LAS ENETGÍAS

[i434] A estas dos energías habrá que agregar un tercer grupo, siendo la base de gran parte de nuestra investigación astrológica. Emanan de las doce constelaciones que componen nuestro zodíaco solar. Su efecto es ilimitado y los constantes cambios de estos tres grupos conducen a la infinita variedad que encontramos en la naturaleza. Puede observarse que son exactas las pretensiones de los astrólogos respecto a la realidad de las energías que actúan sobre el organismo humano, pero son infundadas respecto a la capacidad de interpretarlas verdaderamente; la persona más inteligente de nuestro planeta sabe muy poco, pues no olviden que los adeptos emplean principalmente la intuición. Estas energías dejan su señal en todas las formas y en cada reino de la naturaleza, actuando como fuerza retrógrada o estimulante. Llevan cierto tipo de energía a una forma determinada, para que exprese más plenamente su cualidad, o impida que otras lleguen a la plena manifestación.

No es oportuno describir aquí la naturaleza de la verdadera astrología. La astrología es una ciencia, y en verdad una ciencia del futuro. Es también verdad que la astrología, en su aspecto más elevado y en su verdadera interpretación, permitirá finalmente al ser humano enfocar su comprensión y actuar correctamente. Además es correcto que, en las futuras revelaciones de la astrología, se hallará el secreto de la verdadera coordinación entre alma y forma. Pero esa astrología aún no se ha descubierto. Mucho se pasa por alto, y se conoce muy poco para hacer de ella la ciencia exacta que la mayoría pretende. La aseveración será cumplida en fecha futura, pero aún no ha llegado el momento.

Sin embargo, pueden observarse ciertos factores que los astrólogos debieran recordar y ciertas condiciones que con frecuencia olvidan. Para mayor claridad, clasificaremos un número de afirmaciones que el [i435] investigador común en este campo debe estudiar cuidadosamente. No puedo escribir aquí un tratado sobre las energías con las que debería ocuparse la astrología, por muy necesario que fuera.

Los astrólogos consideran principalmente tres tipos de energía:

a. La de la constelación en que está ubicado el Sol en el momento del nacimiento.

b. La del signo ascendente al cual debería responder el ser humano.

c. La de la Luna, que rige su aspecto forma, particularmente la forma física.

La energía de la constelación o signo específico en que nace el ser humano es más profundamente significativa de lo sugerido hasta ahora. Encarna o indica su problema actual, establece el paso o ritmo de su vida, y está relacionada con la cualidad de su personalidad. Rige, si así puedo decirlo, el aspecto rajásico o de actividad de su vida, durante la encarnación.

El ascendente indica la dirección por donde puede fluir su energía, si ha de cumplir el propósito en alguna encarnación, siempre que se encare correctamente. Contiene el secreto del futuro, y en su simbolismo y comprensión puede encontrar la clave del problema de su vida y alguna indicación de lo que puede ser y lograr. Le ofrece el tipo de fuerza que le permitirá triunfar. Cuando logra esto debidamente, podrá producir el aspecto sátvico o armónico de su vida, pues si desempeña su parte y la utiliza, origina armonía con la voluntad del alma, en determinada encarnación.

En la influencia de la Luna está indicado el pasado del nativo. Sintetiza las limitaciones y desventajas bajo las cuales debe trabajar, y por lo tanto podría considerarse que encarna el aspecto tamásico de la materia, o lo que “retiene” y que -si se permite su indebida influencia- producirá inercia. En el cuerpo, con el que [i436] está equipado el ser humano, se halla oculto el secreto de la experiencia pasada, y toda forma lunar, a través de la cual tenemos que llegar a la debida expresión es, en sí, el producto o síntesis de todo el pasado. Veré si puedo exponer la verdad de la astrología tal como es en la actualidad, en forma tan sencilla que puedan comprenderla quienes ignoran esta intrincada ciencia.

El mes de nacimiento indica el día de la oportunidad. La puerta está abierta. La determinación en que un alma encarna, le indica el mes en que desencarnó en un ciclo de vida anterior. Si murió, por ejemplo, en el mes regido por el signo Leo, volverá a encarnar bajo el mismo signo, tomando el hilo de la experiencia donde la dejó, e iniciándose con el mismo tipo de energía y peculiar equipo con que salió de la vida terrena, más la observación consciente y la reflexión adquiridas. Esto le indica al alma la cualidad de la energía y la naturaleza de las fuerzas que debe manipular durante la vida.

El signo ascendente expresa otro tipo de energía que debería acrecentar su fuerza durante la encarnación, porque indica la naturaleza de la fuerza del alma que el hijo de Dios encarnado está tratando de manipular mediante una determinada personalidad que posee ciertas características.

La influencia que ejerce la Luna es principalmente física. La prisión del alma está así indicada. De esta manera, se saben los obstáculos que habrán de encontrarse y el tipo de cuerpo o cuerpos a través de los cuales la fuerza del signo del nativo y la cualidad de la energía que lo llevarán a la meta, son así definidos. Tendrá que expresar, en el plano físico mediante los señores lunares, lo que estos le dieron como resultado de pasadas experiencias a través de los siglos.

Debido a la precesión de los equinoccios, se produce una situación donde se hace sentir un cuarto tipo de fuerza. El sol, en la gran esfera de los cielos está, en realidad, a muchos grados [i437] de distancia de donde se afirma encontrarse, con respecto al zodíaco mayor. Esto, lógicamente, es desde el punto de vista del tiempo. Como la trayectoria del sol a través de una constelación abarca un período aproximado de dos mil doscientos años, el traslado es muy leve en el curso de los siglos -tan leve que se notaría poca diferencia al confeccionar el horóscopo planetario-. Hacer el horóscopo de un sistema solar sería de vital importancia, pero está tan distante de la capacidad del astrólogo más sabio de nuestro planeta, que no vale la pena tratarlo.

No obstante, al confeccionar el horóscopo de un ser humano nacido en determinado mes, debería recordarse (lo que raras veces ocurre) que ahora el mes y el signo no coinciden en absoluto. Durante el mes de agosto, por ejemplo, el sol no está realmente en Leo. Entonces, la correcta interpretación de un mapa natal se convierte mayormente en psicométrica y depende de la forma mental de la constelación construida durante los siglos por los astrólogos. La energía sigue al pensamiento. Durante miles de años se han considerado que son así ciertos tipos de energía y sus consiguientes efectos calificativos en la sustancia y en la forma. Por lo tanto, son así, excepto en el caso de personas altamente evolucionadas y del verdadero aspirante que se ha orientado a sí mismo, y de este modo, liberándose de la rueda de la existencia y comenzando a regir sus estrellas, ya no está bajo el gobierno y dominio de ellas.

La astrología se ocupa hoy en especial de la personalidad de aquel a quien se confecciona el horóscopo, y de los acontecimientos de la vida de la personalidad. Cuando, a través de la meditación y el servicio, más la disciplina de los cuerpos lunares, el ser humano pasa consciente y definitivamente a ser controlado por el rayo de su alma, queda entonces en forma definida bajo la influencia de uno de los siete sistemas solares, a medida que enfoca sus energías a través de una de las constelaciones. [i438] Por consiguiente, es influido por uno de los siete planetas sagrados. Eventualmente habrá doce planetas sagrados que corresponden a las doce constelaciones, pero aún no ha llegado el momento. Nuestro sistema solar, como bien saben, es uno de los siete sistemas. Cuando el ser humano haya alcanzado este grado de evolución, los meses de nacimiento, la astrología mundana y las influencias que actúan sobre el aspecto forma, tendrán cada vez menos importancia. Este círculo de sistemas solares afecta en sumo grado al alma, y ella se convierte en un punto focal de energías espirituales. Este es el problema del alma en su propio plano -la personalidad es totalmente inconsciente de estos tipos de energía, y de la respuesta a ellos.

Los signos correspondientes a las cuatro categorías, de tierra, agua, fuego y aire, conciernen principalmente al individuo que vive debajo del diafragma y utiliza los cuatro centros inferiores: el centro en la base de la columna vertebral, el centro sacro, el centro plexo solar y el bazo. El grupo interno de siete energías mayores produce su efecto en la persona que vive arriba del diafragma y actúa mediante los siete centros representativos de la cabeza. Cuatro energías se enfocan por medio de los centros laríngeo, cardíaco, ajna y coronario. Tres se mantienen latentes en la región de los centros de la cabeza (el loto de mil pétalos) y solo entran en actividad funcional después de la tercera iniciación. Por lo tanto, es evidente que resulta complicada, desde el punto de vista del horóscopo (como asimismo del problema individual), esta reunión de energías de dos tipos de constelaciones en el caso del ser humano que no es ni puramente humano ni esencialmente espiritual. El horóscopo comúnmente conocido es inexacto. Aún no es posible delinear un horóscopo. El único horóscopo básicamente infalible es el del ser humano de grado totalmente inferior, que vive por completo debajo del diafragma y se rige únicamente por su naturaleza animal.

Los astrólogos deben recordar también que existen varios [i439] planetas que aún no han sido descubiertos, los cuales producen atracción, cambios y corrientes de energía que se enfocan en nuestra tierra y tienden a complicar aún más el problema. Plutón es uno de ellos, ha surgido ahora a la manifestación (o mejor dicho al reconocimiento) y a él le serán asignadas todas las condiciones inexplicables. Plutón, durante mucho tiempo en el futuro, será la víctima propiciatoria de la astrología errónea. Quizás atribuyan a la influencia de Plutón que el mapa natal no haya dado resultado ni sea verídico; sin embargo sabemos muy poco sobre Plutón. Así serán los pretextos. Sin embargo, Plutón siempre ha girado alrededor de nuestro sol y ha producido sus efectos. No obstante, rige la muerte o cesación de viejas ideas o emociones, y su influencia, por lo tanto, es principalmente cerebral, y en esto tenemos la clave de su tardío descubrimiento. La humanidad está en vísperas de ser mental. Sus efectos se sienten primero en el cuerpo mental. Los nombres de los planetas no son resultado de una selección arbitraria, sino que los planetas se denominan por sí mismos.

Oportunamente los astrólogos tendrán que hacer tres horóscopos o tres mapas natales: uno exclusivamente físico, que trata del cuerpo natural; otro principalmente emocional, que trata de la cualidad de la personalidad y de su sensibilidad o percepción; el tercero sería el gráfico de los impulsos y condiciones mentales. Se encontrará que estos tres mapas natales adoptarán ciertas líneas geométricas y las líneas de energía formarán diseños. Estos tres mapas superpuestos darán el diagrama de la personalidad y de la vida del individuo. Al hacerlo, se tendrán mapas simbólicos y formas lineales maravillosas, y surgirá de ahí la “geometría del individuo”, pues se hallará que cada línea actúa en relación con otra línea, y serán evidentes las tendencias de las energías de la vida. Hasta en este sector del saber, finalmente “brillará la estrella”. Esto constituirá una nueva rama de la psicología, y a su debido tiempo se encontrará su verdadero exponente para [i440] nuestra era. Indico las líneas de la futura astrología solo con el fin de proteger a la actual.

Es necesario que los astrólogos tengan presente, hoy, este período de transición de Piscis a Acuario. Raras veces se hace, pero es evidente que la enorme dificultad que incide sobre estas transiciones afecta el gráfico individual y frecuentemente neutraliza el destino o karma individual. Las personas están sumergidas en destinos planetarios y raciales, y sus insignificantes asuntos son casi totalmente neutralizados y a veces anulados por completo. No es posible hacer un horóscopo del planeta, y los que se proponen hacerlo se engañan a sí mismos y engañan a otros. El horóscopo del cuarto reino de la naturaleza, la humanidad, será finalmente confeccionado por los iniciados, y en estos tiempos no hay astrólogos iniciados trabajando en el plano físico. Hago aquí una indicación.

El Sol se hallaba en Sagitario cuando las primeras tendencias humanas pugnaban por abrirse camino. La etapa de homo animal se completó y cuando Sagitario dominaba, desde el punto de vista de nuestro planeta (empleo las palabras con mucho cuidado), tuvo lugar el gran acontecimiento de la individualización. Pero el cerebro del ser humano de entonces no pudo registrar lo que había acontecido. Son palabras de El Viejo Comentario:

“Los hijos de Dios fueron lanzados como flechas del arco. Las formas recibieron el impulso, y he aquí ¡un Dios nació! La diminuta criatura no se enteró del gran acontecimiento”.

Esto ocurrió hace veintiún millones de años. Pasaron muchos ciclos y cuando, en fecha posterior, el sol estuvo en Leo (aproximadamente dieciocho millones de años atrás), se produjeron los primeros casos de coordinación entre el cerebro y la mente, y el ser humano fue definidamente autoconsciente y registró su individualidad. Los guarismos para la primera [i441] fecha (aunque la exactitud no es posible en un sistema de mutación como el nuestro) son 21.688.345 años atrás. Estos números no tienen ningún valor en la actualidad, porque no pueden ser comprobados como correctos o incorrectos. Las investigaciones posteriores demostrarán su utilidad cuando se comprenda mejor la naturaleza del tiempo. Sagitario rige la evolución humana, porque simboliza el progreso hacia una meta

consciente. Leo gobierna la consciencia del reino humano, puesto que la energía que fluye por ella le permite al ser humano decir “Yo soy”.

Podría ser de valor si tratara de hacer una traducción posiblemente inexacta de la palabra clave de cada signo. Caen dentro de dos categorías en lo que a la humanidad concierne. Existe la palabra clave para el aspecto forma, y la palabra clave para el aspecto alma. En el primer caso, la palabra es expresada; en el segundo, es pronunciada conscientemente por el alma. Traducidas en términos modernos pierden mucho, pero es de valor el pensamiento subyacente que dirige el trabajo de las energías emanantes. Para nuestro período mundial son:

Respecto al aspirante que progresa de Aries a Piscis y por lo tanto se ha reorientado a sí mismo, tenemos:

Aries .............. Surjo, y desde el plano de la mente, rijo.

Tauro ............. Veo, y cuando el Ojo está abierto todo es luz.

Géminis ......... Reconozco mi otro yo, y en el menguar ese yo, crezco y resplandezco.

Cáncer ........... Construyo una casa iluminada y en ella moro.

Leo ................ Yo soy Eso, y Eso soy yo.

Virgo .............. Soy la Madre y el Niño. Yo, Dios, soy materia.

Libra .............. Elijo el Camino que conduce entre las dos grandes líneas de fuerza. [i442]

Escorpio ........ Guerrero soy y de la batalla salgo triunfante.

Sagitario ........ Veo la meta, alcanzo esa meta y luego veo otra.

Capricornio.... Perdido estoy en la luz suprema, y sin embargo, a esa luz doy la espalda.

Acuario ......... Soy agua de vida, vertida para los hombres sedientos.

Piscis ............ Abandono la casa del Padre y al regresar, salvo.

Desde el punto de vista de la forma, la vida procede en forma inversa, y el trabajo de la naturaleza se percibe bajo las siguientes palabras:

Piscis ............. Y el Verbo dijo: Entra en la materia.

Acuario .......... Y el Verbo dijo: Que el deseo rija.

Capricornio..... Y el Verbo dijo: Que la ambición rija y que la puerta permanezca ancha.

Sagitario ........ Y el Verbo dijo: Que se busque el alimento.

Escorpio........ Y el Verbo dijo: Que Maya florezca y rija el engaño.

Libra .............. Y el Verbo dijo: Que se haga la elección.

Virgo .............. Y el Verbo dijo: Que reine la materia.

Leo ................ Y el Verbo dijo: Que otras formas existan, Yo rijo.

Cáncer .......... Y el Verbo dijo: Que el aislamiento sea la regla y, sin embargo, que exista la multitud.

Géminis......... Y el Verbo dijo: Que la inestabilidad haga su trabajo.

Tauro ............. Y el Verbo dijo: Que el esfuerzo persevere. [i443]

Aries .............. Y el Verbo dijo: Que la forma sea buscada nuevamente.

Se observará que todas estas ideas conciernen al trabajo de la energía, en una u otra forma, que el último grupo tiene que ver con el trabajo del individuo egoísta que no se ha regenerado, pleno de deseos por satisfacer. El conjunto de palabras mántricas empleadas por el aspirante, mediante el poder de su propia alma, son positivas.

Es innecesario extendernos más sobre los diversos tipos de fuerza, y pasaremos a considerar la Regla Once.