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LOS CENTROS, LAS ENERGÍAS Y LOS RAYOS

LOS CENTROS, LAS ENERGÍAS Y LOS RAYOS

Esta regla puede ser estudiada en dos direcciones y así se obtendrán resultados de valor práctico. Se la puede estudiar desde el punto de vista del trabajo que realiza el alma, en relación con su instrumento, el ser humano, y también desde el ángulo del trabajo de organización y construcción de formas que el discípulo lleva a cabo en relación con su servicio a la Jerarquía.

Detrás de la forma externa de un ser humano, como sabemos, está el alma, responsable de su creación, sostenimiento y utilización. Detrás de toda actividad para el progreso de la evolución humana, como también de otros procesos evolutivos, se encuentra la Jerarquía. Ambos representan centros de energía; trabajan en forma creadora de acuerdo a la Ley; pasan de la actividad subjetiva a la manifestación objetiva, y responden (en la gran serie de vidas graduadas) a la vitalización y estímulo de los centros más elevados de energía. Algunos de los factores que el discípulo debe aprender a reconocer, a medida que transcurre su serie particular de vidas, se clasifican en dos grupos principales, cada uno somete su aspecto forma bajo siete tipos de energía o influencia.

En primer lugar, tenemos el grupo de fuerzas que concierne estrictamente al aspecto forma, trabajo de los Constructores externos y factores predominantes, hasta llegar a la etapa del Sendero de Probación. Estas son las fuerzas inherentes a la materia misma; se ocupan de la naturaleza corporal y podrían enumerarse de la manera siguiente:

1. Fuerzas físicas. Provienen de la vida de las células que constituyen el cuerpo. Esta vida celular responde a la vida celular del medio ambiente. No debe olvidarse que el esotérico ve siempre la correlación [i282] de los factores dentro de él mismo y los correspondientes factores en su medio circundante. Vivimos en un mundo de formas, las cuales están constituidas por vidas, y estas vidas tienen su propia influencia emanante y contribuyente. A su vez constan de tres grupos principales:

a. Esas emanaciones, que al surgir de las células mismas y depender de su calidad, producen efectos buenos o malos, y densifican o refinan, elevan o rebajan, debido a su influencia, la vibración física del cuerpo celular unido. Como bien sabemos, el efecto físico que produce el ser de naturaleza burda, bruta y animal, será distinto a los efectos refinados y embellecedores producidos por el contacto con un alma madura, actuando en un cuerpo culto, aseado, disciplinado y purificado.

b. Esas emanaciones, esencialmente físicas, responsables de esa afinidad química entre un cuerpo animal y otro, producen la atracción de los sexos. Es un aspecto del magnetismo animal y la respuesta de las células al llamado de otras células, actuando de acuerdo a la Ley de Atracción y Repulsión. Es compartida por el humano y los animales, y al ser instintiva, está libre de toda reacción mental.

c. Esas fuerzas o emanaciones, respuesta de las células a los ritmos armónicos, dependen, por lo tanto, de que la célula posea algo de aquello a lo cual responde. Dichas emanaciones son aún poco comprendidas, pero se evidenciarán acrecentadamente a medida que avance la raza. Este tipo de fuerza es ese algo misterioso que permite al cuerpo físico, por ejemplo, reconocer como armónico o congénito al medio ambiente físico circundante. Es esa reacción indefinible que hace que dos seres humanos (aparte [i283] de toda atracción sexual, porque las personas del mismo sexo lo sienten mutuamente) tengan un efecto físico armónico entre sí. Esto, en el plano externo, es la base esotérica de toda relación grupal, y la comprensión de estas emanaciones permite que se lleve a cabo el aislamiento y la segregación de razas de acuerdo al gran plan evolutivo.

Estas tres podrían describirse como la calidad de las fuerzas celulares que actúan totalmente en el plano físico, produciendo un tipo especial de cuerpo físico, la atracción magnética, entre dos cuerpos físicos, y los tipos raciales. Estos tres factores guían al Manu de la raza en la construcción de una nueva raza e impresiona con sus ideas a los Constructores externos. También guían a un Maestro de Sabiduría cuando construye voluntariamente su cuerpo físico, para efectuar su trabajo en cualquier momento o lugar. Estas emanaciones, en la misma medida, deberían ser parcialmente comprendidas por quienes tratan de formar organizaciones y grupos para un servicio activo en el mundo. El discípulo tendría que formularse la pregunta: ¿cuál debería ser la cualidad vibratoria de las células de ese cuerpo y de los individuos que lo componen? y ¿cuál la cualidad de su forma atractiva y del efecto magnético que tendrá en el mundo? ¿Qué posee el grupo que, mediante sus unidades colectivas, se pone en relación con otros grupos para armonizarse en sus relaciones con ellos? Estos son interrogantes que merecen cuidadosa atención y debieran ser considerados por quienes forman grupos.

2. Fuerzas vitales. A menudo son consideradas por los materialistas como intangibles, y por lo tanto absolutamente inmateriales. Pero el esotérico considera el medio etérico como una forma o aspecto de materia y relativamente tangible como la forma objetiva externa. Para él, el éter del espacio, cuyo término necesariamente incluye la forma etérica de todos los cuerpos, el [i284] cuerpo astral o emocional sensorial y el mental, formados por materia mental, son todos materiales y también la sustancia del aspecto forma de la vida. Para una correcta comprensión, debería observarse que la vida celular, a la que nos hemos referido anteriormente, está coordinada, influida y vitalizada por la corriente sanguínea, ese sistema complicado que compenetra todas las partes del cuerpo, responsable de su bienestar, lo cual demuestra, de una manera aún no bien comprendida, el hecho de que la “sangre es la vida”. La sangre es un aspecto de la energía, como lo es la savia en el reino vegetal.

El sistema nervioso simpático, maravilloso mecanismo de sensación, está íntimamente relacionado con el cuerpo emocional o astral. El contacto se produce por intermedio del plexo solar, así como la vitalidad, que rige la cualidad de la corriente sanguínea, efectúa su contacto mediante el corazón. En el corazón reside

el centro de la existencia del plano físico. El sistema cerebro espinal funciona en estrecha relación con la sustancia mental, “chitta”, razón por la cual debemos considerarlo como sigue:

1. La vida celular........ corriente sanguínea................ centro cardíaco............ glándula timo

2. La vida sensorial.... sistema nervioso simpático..... centro plexo solar......... páncreas

3. La vida mental....... sistema cerebro espinal.......... centro ajna.................... cuerpo pituitario

4. La vida vital........... ................................................ siete centros.................. bazo

Esto, según vemos, rige las manifestaciones del cuaternario, pero hay otros aspectos de la humanidad que se manifiestan mediante la forma objetiva, completan al ser humano y constituyen los siete de su múltiple existencia objetiva.

5. Autoconciencia....... cerebro superior............. centro coronario.................................................. glándula pineal

6. Autoexpresión........ cerebro inferior................ centro laríngeo................................................... tiroides

7. Autoperpetuación... órganos sexuales........... centro sacro........................................................ órganos de reproducción

8. Autoafirmación....... el ser humano entero..... centro en la base de la columna vertebral.......... renales

[i285] Observarán que se han enumerado ocho factores, y es aquí donde se equivoca la mayoría de las escuelas. La denominación “vida vital” es comprensible, pero debe recordarse que se relaciona totalmente con la vitalización física del ser humano, mediante el aspecto inferior de los centros. Esta vida vital del universo de materia penetra en el organismo humano a través del bazo.

Los centros tienen tres funciones principales:

Primero, vitalizar el cuerpo físico.

Segundo, desarrollar la autoconciencia en el ser humano.

Tercero, transmitir la energía espiritual e impulsar al ser humano a un estado de existencia espiritual.

El ser humano comparte el aspecto vitalidad con los animales y con todas las formas creadas, y la realización más importante de ese aspecto es su aptitud para moverse libremente en un mundo tridimensional. El aspecto autoconciencia es prerrogativa de la familia humana. Cuando el ser humano haya evolucionado,

cuando todas las partes de su sistema nervioso, su sistema endocrino y sus centros, estén coordinados y funcionen con ritmo armónico, entonces el aspecto superior, el espiritual, hará sentir su presencia. La energía espiritual y no simplemente la consciencia o energía sensible, fluye a través del ser humano, el instrumento de la Vida divina y custodio de las fuerzas, que deben ser retenidas y utilizadas en beneficio de los otros reinos inferiores de la naturaleza.

La enumeración anterior podría disponerse en el orden siguiente. Esta clasificación representa al ser humano tal como está destinado a ser, y no como es ahora, mientras lleva a cabo su progreso evolutivo.

1. Autoafirmación (pleno desarrollo)....... el cuaternario coordinado...... centro en la base de la columna vertebral........... renales

2. Autoexpresión (trabajo creador)......... cerebro inferior....................... centro laríngeo..................................................... tiroides

3. Vida autoconciente (personalidad)..... cerebro superior..................... centro coronario................................................... glándula pineal [i286]

4. Auto-Perpetuación..............................órganos sexuales.................... centro sacro......................................................... glándulas sexuales

5. Vida mental........................................ sistema cerebro espinal.......... centro ajna........................................................... pituitaria

6. Vida sensorial.................................... sistema nervioso simpático..... plexo solar............................................................ páncreas

7. Vida celular........................................ corriente sanguínea................ centro cardíaco..................................................... corazón

El octavo punto corresponde a la vida vital, que actúa a través de los siete centros y de todo un sistema de chakras menores y de los nadis (que sirven de base a los nervios y son el origen de su existencia, como lo son los centros para las glándulas), constituye el medio de muchas fuerzas y energías -algunas esencialmente físicas, otras relacionadas con el Ánima Mundi, el Alma del Mundo, y aún otras desconocidas, que comenzarán a hacer sentir su presencia, posteriormente, en el programa evolutivo. Entonces expresarán la divinidad, la energía del Padre o el aspecto superior.

Debería observarse que la clasificación anterior representa un desenvolvimiento de segundo rayo, y que al referirse a la autorrealización, corresponde al yo del ser espiritual. El aspecto inferior de la vida vital de Dios es la perpetuación de la especie, resultado de la vivencia de la Vida encarnada. El siguiente aspecto expresa simplemente la etapa en que domina la consciencia del “yo” y ha alcanzado su consumación al integrarse la personalidad. Entonces sobreviene la expresión del yo interno, oculto por la personalidad mediante una actividad creadora de carácter intangible. Tenemos, finalmente, la afirmación o plena manifestación de la naturaleza divina. Esto solo puede ocurrir cuando se ha despertado el centro inferior de la columna vertebral, cuando la energía de la naturaleza material es elevada al cielo por un acto de voluntad, y cuando la naturaleza material, sensible o psíquica, y el aspecto existencia, se han unificado y comprendido. Reflexionen sobre estas palabras porque significan la consumación en lo que a la humanidad concierne.

[i287] El aforismo oculto: “querer, saber, osar y callar”, tiene un significado especial aún no revelado y solo me es posible dar una simple indicación. Las personas que poseen conocimiento interno lo comprenderán de inmediato.

  • Querer. Esta palabra se relaciona con la última realización, cuando por un acto de la voluntad del alma, combinada con la de la personalidad inferior, se produce la unificación y la comprensión. Implica el centro en la base de la columna vertebral.
  • Saber. Esta palabra concierne al centro ajna, el centro entre las cejas. Hay una insinuación en la frase “que la Madre conozca al Padre”. Se relaciona con la boda en los Cielos.
  • Osar. Esta palabra da la clave de la subordinación de la personalidad, y tiene una íntima relación con el plexo solar, el gran centro de distribución del deseo y de las fuerzas astrales y el principal centro del trabajo de transmutación.
  • Callar. Esta palabra concierne a la transmutación de la energía inferior creadora, en la vida superior creadora. El centro sacro debe permanecer en silencio.

Se podrá observar que para el discípulo son de suma importancia los centros siguientes:

  1. El centro ajna, a través del cual se expresa la personalidad purificada.
  2. El centro en la base de la columna vertebral, mediante el cual se obtiene un completo y absoluto control y la coordinación, a través del despertar del fuego purificador.
  3. El centro sacro, donde la fuerza fundamental de nuestro sistema solar específico, la fuerza de atracción de una forma a otra, es transmutada, y la fuerza atractiva del alma ocupa el lugar de la actividad material, creadora y reproductora. [i288]
  4. El centro plexo solar, situado en el medio del cuerpo, por ser el órgano del cuerpo astral y del psiquismo inferior, reúne todas las fuerzas inferiores y -impulsado por el alma- las dirige nuevamente hacia sus custodios superiores.

Comprendo que esta enseñanza es tan profunda como abstracta, pero necesaria para algunos, y ellos aumentarán a medida que pasa el tiempo.

La complejidad del tema se acrecienta también por el hecho de que la enseñanza de cada rayo contiene un acercamiento y un método diferente para cada una de esas almas que responden a su impulso característico.

Aquí doy las siete claves para cada método de rayo. Se pueden estudiar en relación con las anteriores clasificaciones y en conexión con las cuatro palabras consideradas. Debe recordarse que “querer” es prerrogativa del espíritu, “saber” es función del alma, “osar” es el deber de la personalidad y “callar” es el dharma final o destino del aspecto materia, la naturaleza animal en su interacción con el alma.

Primer Rayo: -“Que se reúnan las Fuerzas. Que asciendan al Lugar Elevado, y desde esa cima, que el alma contemple un mundo destruido. Entonces que surjan las palabras: ¡«Yo persisto»!”

Segundo Rayo: -“Que sea atraída toda la vida al Centro, y penetre así en el Corazón del Amor divino. Entonces, desde ese punto de Vida sensible, que el alma reconozca la consciencia de Dios. Que surjan las palabras, resonando a través del silencio: ¡«Nada existe sino Yo»!”

Tercer Rayo: -“Que las Huestes del Señor, sensibles a la palabra, cesen sus actividades. Que el conocimiento termine en sabiduría. Que el punto vibrante llegue a ser el punto pasivo y que todas las líneas se conviertan en Una. Que el alma reconozca el Uno en los Muchos, y que surjan las palabras con [i289] perfecta comprensión: «Yo soy el Trabajador y el Trabajo, el Uno que Es»”.

Cuarto Rayo: -“Que la gloria externa desaparezca y la belleza de la Luz interna revele al Uno. Que la disonancia se convierta en armonía, y desde el centro de la Luz oculta, que hable el alma: que resuene la palabra, «La Belleza y la gloria no Me velan. Permanezco revelado. Yo soy»”.

Quinto Rayo: -“Que las tres formas de energía eléctrica asciendan al Lugar de Poder. Que se mezclen las fuerzas de la cabeza, del corazón y de todos los aspectos inferiores. Que entonces el alma contemple un mundo interno de luz divina. Que surja la palabra triunfante: «Yo dominé la energía porque Soy la Energía Misma. El que domina y el dominado son Uno»”.

Sexto Rayo: -“Que cese todo deseo. Que la aspiración termine. La búsqueda ha terminado. Que el alma comprenda que ha alcanzado su objetivo, y desde ese portal que da a la Vida eterna y a la Paz cósmica, que resuene la Palabra: «¡Yo soy el buscador y el buscado! ¡Yo descanso!»”

Séptimo Rayo: -“Que los constructores cesen su trabajo. El Templo está terminado. Que el alma tome posesión de su herencia y, desde el Santo Lugar, ordene cesar todo trabajo. Que entonces en el silencio, entone la Palabra: «El trabajo creador ha finalizado. Yo Soy el Creador. Nada queda sino Yo»”.

Las fuerzas vitales que atraviesan simplemente la envoltura externa del éter del espacio, en constante movimiento, son de muchos tipos. Uno de los conceptos, detrás de las teorías astrológicas, es que el cuerpo etérico de determinada forma constituye parte del cuerpo etérico del sistema solar y, por consiguiente, es el medio para la transmisión de las energías solares, las fuerzas planetarias y los impulsos extrasolares o cósmicos, llamados esotéricamente “alientos”. Estas fuerzas y energías de los rayos cósmicos circulan constantemente, siguen senderos definidos, que a través del éter [i290] del espacio existen en todas partes, y atraviesan por lo tanto constantemente los cuerpos etéricos de toda forma exotérica. Esta es una verdad fundamental y debe tenerse muy presente, porque son muchas y variadas sus implicaciones, pero todas conducen nuevamente a la idea de unidad, y a la unicidad de toda la manifestación, que se conocerá y comprenderá únicamente en el aspecto subjetivo.

La segunda idea fundamental es que la respuesta del vehículo etérico de todas las formas y su capacidad de apropiación, utilización y transmisión, depende de la condición de los centros, los chacras, según se los denomina en Oriente. Estos incluyen no solo los muy conocidos siete centros mayores, sino numerosos vórtices menores de fuerza, aún innominados y desconocidos en Occidente. Dependen además de la cualidad del vehículo etérico, de su vitalidad y también de la red entrelazada donde los centros tienen su lugar, llamada “red” o “cuenco dorado”. Cuando está libre de impedimentos y sedimentos y sus canales no están obstruidos, entonces los rayos, las energías y las fuerzas, pueden fácilmente circular libremente por todo el cuerpo. Entonces les es posible utilizar esos centros que responden a sus vibraciones y transferirlos a otras formas, a otros reinos o al mismo reino de la naturaleza. Aquí reside el secreto de toda curación científica y esotérica. Los sanadores experimentan con el cuerpo etérico, pero han adquirido escasos conocimientos. Poco o nada saben de los centros de su propio cuerpo, por donde las corrientes magnéticas o de otro tipo, deben fluir; ignoran la condición de los centros etéricos de las personas a quienes tratan de curar y la naturaleza de las fuerzas que desean emplear. Todo lo que pueden hacer es disciplinar sus vidas y controlar sus apetitos, para construir un cuerpo purificado y proveer canales libres para dar paso a las fuerzas a través de ellos y de ahí a otros.

El tercer concepto a observar es que, hasta ahora, las formas [i291] responden principalmente a las fuerzas que les llegan desde otras formas del planeta y también a las de los siete tipos básicos de energía que emana de los siete planetas, y además desde el rayo solar dador de vida. Las formas de los cuatro reinos responden a estas numerosas fuerzas, a estas siete energías y al rayo mencionado. También la familia humana responde a otras energías y rayos solares -sin embargo, todos están matizados por la fuerza generada dentro del “círculo infranqueable” solar.

El trabajo del esoterista y del aspirante es llegar a comprender estas fuerzas y aprender así su naturaleza y empleo, potencia y grado de vibración. Además debe aprender a reconocer su origen y a distinguir entre fuerzas, energías y rayos. El principiante puede hacer una clara diferenciación entre fuerzas y energías, reconociendo el hecho de que las personalidades nos afectan por medio de la fuerza que emana de su aspecto forma, pero estas mismas personalidades purificadas y alineadas, pueden ser transmisoras de las energías del alma.

Hablando en forma general, el trabajo del reino humano consiste en transmitir energía a los reinos inferiores de la Naturaleza, mientras que el de la Jerarquía, en su relación con el reino humano, es transmitir energías del reino espiritual, de otros centros planetarios y del sistema solar. Cuando se amortiguan estas energías para ser transmitidas se diferencian en fuerzas.

Los estudiantes no deben confundirse con la complejidad del tema, sino aprender ciertas amplias generalizaciones y recordar que, a medida que extraen de la omnisciencia del alma, ocupará paulatinamente su lugar el conocimiento más detallado.

Los otros tipos de energía que conciernen a los dos primeros grupos principales, con los cuales tiene que ver el aspirante, se relacionan totalmente con el aspecto forma. El tercer grupo y los siguientes, son: [i292]

3. Energía astral.

4. Energía de la mente concreta inferior, materia mental o “chitta”.

5. Energía de la personalidad.

6. Energía planetaria.

7. Energía solar o Aliento de Vida.

Estos se pueden subdividir de la manera siguiente:

3. Energía astral. Que emana de:

a. El cuerpo astral o sensible, del mismo ser humano .

b. La familia humana como un todo.

c. El plano astral, en amplio sentido.

d. El “corazón del Sol”.

4. Energía mental. Que emana de:

a. La materia mental individual o “chitta”.

b. La mentalidad de:

1. Toda la familia humana.

2. La raza particular a la que pertenece el ser humano.

c. El entero plano mental.

d. La mente universal.

5. Energía de la personalidad. Que emana de:

a. La forma coordinada del ser humano.

b. Los seres humanos avanzados, los personajes que se destacan.

c. Los grupos, a saber:

1. La Jerarquía del planeta. Subjetivo.

2. El grupo integrante de Místicos. Objetivo.

6. Energía planetaria. Que emana de:

a. Los siete planetas. Esta es la base de la práctica astrológica.

b. La Tierra.

c. La Luna.

7. Energía solar. Que emana de:

a. El Sol físico.

b. El Sol, actuando como transmisor de los rayos cósmicos.