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EL NUEVO GRUPO DE SERVIDORES DEL MUNDO - Parte 1

A menudo hemos hablado del grupo de conocedores que se va integrando y comienza a actuar en la Tierra, aunque separados, eslabonados por un vínculo espiritual interno y no por la organización externa. La Jerarquía planetaria ha existido siempre y, desde tiempos inmemoriales y a través de las épocas, aquellos hijos de los humanos que se han capacitado para el trabajo y han respondido a los requisitos, encontraron su camino en las filas de los que están detrás de la evolución mundial, guiando los destinos de los pequeños.

Sus grados y obras se conocen solo en forma teórica, y los nombres de algunos de ellos han sido divulgados entre las masas -a qué precio y sacrificio personal, esas masas nunca lo sabrán-. De la Jerarquía de Adeptos no me ocuparé. Libros sobre el tema es fácil conseguir, debiendo ser leídos con las necesarias reservas, en lo que se refiere a interpretaciones simbólicas y al efecto limitador de las palabras.

Sin embargo, en la Tierra tiene lugar un acontecimiento que, a su modo, es tan trascendental e importante como la crisis de la época atlante, cuando se coordinaron los cuerpos físico, vital y astral, y formaron una unidad funcionante. En ese entonces se inició el “yoga de la devoción” o bhakti yoga, para entrenar a los aspirantes de esa época. Una réplica del plano físico (hasta donde era posible) fue organizada por quienes podían trabajar con dedicación, y aprender, mediante el ceremonial y las representaciones pictóricas, algún tipo de actividad que llevaría adelante el trabajo jerárquico en la Tierra, constituyendo así una escuela de [i399] entrenamiento para los que más tarde serían admitidos en las filas de la Jerarquía. El resto de este grupo atlante se halla ahora en los modernos movimientos masónicos, y el trabajo de la Jerarquía ha sido así perpetuado en signos y símbolos, preservando en la consciencia de la raza una representación pictórica de una trascendental condición planetaria, desarrollada en la familia humana en esta triple coordinación, pero fue principalmente objetiva. Forma y símbolo, herramienta y mobiliario, templo y tono, oficio y exteriorización, fueron los factores prominentes, velando la verdad y, por lo tanto, conservando la “forma externa y visible de una realidad interna y espiritual”. En esos días solo se permitía participar, en estos misterios y en el trabajo, a quienes sentían dentro de sí mismos el anhelo y el deseo de la visión mística, amaban profundamente y se dedicaban al ideal espiritual. No se exigía poseer mentes activas, y sus poderes espirituales eran prácticamente nulos. Les agradaba y necesitaban tener autoridad; aprendían mediante el ceremonial; tenían devoción por los Grandes Seres cuyos nombres y formas se mantenían detrás de los funcionarios de las logias exotéricas. No intervenía la mente. Esto debe ser recordado. Tampoco existían personalidades.

Hoy el mundo ha llegado a otro gran momento de crisis. No me refiero a las actuales condiciones mundiales, sino al estado de la consciencia humana. La mente ha alcanzado un poder de acción y las personalidades están coordinadas. Los tres aspectos del ser humano se están mezclando; ha sido posible otra formación o precipitación de la Jerarquía de Adeptos. En el plano físico se está integrando -silenciosa, constante y poderosamente, sin organización exotérica alguna, ceremonial o forma externa- un grupo de hombres y mujeres que, finalmente, reemplazará al esfuerzo jerárquico anterior. Sustituirá a todas las iglesias, a todos los grupos y a todas las organizaciones, y [i400] con el tiempo llegará a constituir esa oligarquía de almas selectas que gobernará y guiará al mundo.

Están siendo extraídos de todas las naciones, pero no son elegidos o reunidos por la vigilante Jerarquía, ni por algún Maestro, sino por el poder de responder a la oportunidad, a la oleada y a la nota espiritual. Surgen de todos los grupos, iglesias y partidos y, en consecuencia, serán verdaderamente representativos. No lo hacen por el impulso de su propia ambición y orgullo, sino mediante el altruismo mismo de su servicio. Encuentran su camino hacia la cumbre en todos los campos del saber humano, no por la vociferación de sus propias ideas, descubrimientos y teorías, sino por ser tan incluyentes en sus perspectivas y tan amplios en su interpretación de la verdad, que ven la mano de Dios en todos los acontecimientos. Ven su impronta en todas las formas y su nota resuena por todos los canales de comunicación entre la realidad subjetiva y la forma externa objetiva. Pertenecen a todas las razas, hablan todos los idiomas, abrazan todas las religiones, todas las ciencias y todas las filosofías. Sus características son: síntesis, inclusividad, intelectualidad y un excelente desarrollo mental. No profesan ningún credo, salvo el de la Hermandad, basado en la Vida una. No reconocen autoridad alguna, excepto la de sus propias almas, ni ningún Maestro, excepto al grupo que tratan de servir, y  la humanidad a la cual aman profundamente. No erigen barreras a su alrededor, sino que los rige una amplia tolerancia, una mentalidad sana y un sentido de proporción. Contemplan el mundo humano con ojos bien abiertos y reconocen a quienes pueden elevar y -como lo hacen los Grandes Seres- elevan, enseñan y ayudan. Reconocen también a sus superiores y a sus iguales, y se reconocen entre sí cuando se encuentran y trabajan juntos en la tarea de salvar a la humanidad. No importa si difiere su terminología, si varía la interpretación de los símbolos y escrituras o hablan mucho o poco. Ven a los miembros de su grupo en todos los campos -político, científico, religioso [i401] y económico-, les dan la señal de su reconocimiento, tendiéndoles la mano de hermano. Reconocen también a quienes se hallan más avanzados que ellos en la etapa de la evolución y los denominan Instructores, tratando de aprender de Ellos lo que desean impartir ansiosamente.

Este grupo es producto del pasado, y a ese pasado voy a referirme, como también a la situación actual, y pronosticaré parcialmente las tendencias generales que seguirá ese grupo y su futuro trabajo. Puedo asegurarles que este grupo está en formación y constituye un buen augurio para las décadas venideras. Sutil y silenciosamente, está haciendo sentir su presencia, pero su influencia hasta ahora ha sido principalmente subjetiva.

Comenzaré por el pasado. Alrededor del año 1400, la Jerarquía de Maestros enfrentaba una situación muy difícil. En lo concerniente al trabajo de segundo rayo (que tenía que ver con la enseñanza de la verdad espiritual), sobrevino lo que podría llamarse una total exteriorización de esa verdad. La actividad del primer rayo también había efectuado una intensa diferenciación y cristalización entre las naciones y los gobiernos del mundo. Ambas condiciones de ortodoxia concreta y diferencias políticas, persistieron durante muchas generaciones y aún persisten. Existe hoy un estado análogo de cosas, tanto en el mundo de la religión como en el de la política. Esto es verdad, ya se trate de India o América, de China o Alemania, o se estudie la historia del budismo con sus numerosas sectas, el protestantismo con sus miles de grupos militantes o las numerosas escuelas de filosofía en Oriente y Occidente. La situación es universal y la conciencia pública está grandemente dividida, pero este estado de cosas marca la culminación [i402] de un período de separatividad y el fin, antes de muchos siglos, de esta profunda división del pensamiento.

Después de observar y vigilar esta tendencia durante otro centenar de años, los Hermanos Mayores de la raza, alrededor del año 1500 d. C., convocaron a un cónclave a todos los sectores. Su objetivo fue determinar cómo se podría acelerar el impulso de integración, que constituye esencialmente la nota clave de nuestro orden universal, y qué pasos tendrían que darse para producir esa síntesis y unificación que, en el mundo del pensamiento, hiciera posible la manifestación del propósito de la Vida divina que trajo todo a la existencia. Cuando el mundo neutral se unifique, el mundo externo entrará en un orden sintético. Aquí debe recordarse que los Maestros piensan en términos más amplios y trabajan en ciclos más extensos del esfuerzo evolutivo. Los Círculos reducidos y temporales, y el flujo y reflujo insignificante de los procesos cósmicos no ocupan, en el primer caso, su atención.

En dicho cónclave debían hacer tres cosas:

  1. Ver el plan divino en una escala lo más amplia posible, y renovar sus mentes con esa visión.
  2. Observar qué influencias o energías estaban disponibles para ser utilizadas en el gran esfuerzo en que Ellos estaban empeñados.
  3. Entrenar a los hombres y mujeres, entonces probacionistas, chelas e iniciados, para poder tener, a su debido tiempo, un grupo eficiente de ayudantes en quienes confiar en los siglos venideros.

Respecto a estos aspirantes, ellos tenían dos problemas:

  1. Evitar el fracaso en mantener la continuidad de consciencia por parte de los discípulos aún más avanzados, fracaso en que hasta los iniciados incurren hoy. [i403]
  2. Los Maestros descubrieron que las mentes y los cerebros de los chelas eran extremadamente insensibles a los contactos superiores, y esto aún perdura. Entonces los chelas poseían, como ahora, aspiración, deseo de servir a la humanidad, devoción y ocasionalmente un equipo mental regular, pero carecían peculiarmente de esa sensibilidad telepática, de la respuesta instintiva a la vibración jerárquica y liberación del psiquismo inferior, requisitos necesarios para el trabajo intenso e inteligente. Lamentablemente esto todavía es así. La sensibilidad telepática aumenta cada vez más, como resultado de las condiciones mundiales y de la corriente evolutiva, y esto (para quienes trabajan en el plano interno) es un signo muy alentador, aunque el amor por los fenómenos psíquicos y la ignorancia en diferenciar los diversos grados de vibraciones de los trabajadores jerárquicos, todavía obstaculiza grandemente el trabajo.

Se preguntarán, y con todo derecho, ¿cuál es este plan? Cuando hablo del plan no me refiero al plan general como es el de la evolución o el de la humanidad, al que aplicamos la frase, desenvolvimiento del alma, casi sin significado. Se dan por sentados ambos aspectos del esquema de nuestro planeta y únicamente son modos, procesos y medios para un fin específico. El plan, según lo perciben en la actualidad y para el cual trabajan firmemente los Maestros, puede definirse de la manera siguiente: es la producción de una síntesis subjetiva en la humanidad y de un intercambio telepático que finalmente aniquilará el tiempo. Hará asequible a los seres humanos todas las realizaciones y conocimientos del pasado, le revelará el verdadero significado de su mente y cerebro, lo convertirá en el amo de ese equipo, por lo tanto lo hará omnipresente y, con el tiempo, le abrirá la puerta a la omnisciencia. Este próximo desarrollo del plan producirá en el ser humano una [i404] comprensión -inteligente y cooperativa- del propósito divino, para el cual, Aquel en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, ha considerado inteligente llevarlo a la exteriorización. No crean que puedo explicar el plan tal cual es. No es posible para ningún individuo de grado inferior al de iniciado de tercer grado, vislumbrarlo y mucho menos comprenderlo. El desarrollo del mecanismo, por el cual un discípulo puede estar en relación con quienes son responsables de llevar a cabo los planes, y la capacidad de conocer (y no solo percibir tenuemente) ese diminuto aspecto del todo, que constituye el paso inmediato y con el cual es posible colaborar, puede ser logrado por todos los discípulos y deben mantenerlo como meta ante los aspirantes. Con excepción de los discípulos probacionistas, que aún no son lo suficientemente firmes en su esfuerzo, todos pueden esforzarse por alcanzar esa continuidad de consciencia y despertar esa luz interna que, cuando es percibida y empleada inteligentemente, sirve para revelar otros aspectos del plan, especialmente aquel al que puede responder y servir útilmente el conocedor iluminado.

Lograr esto ha sido el objetivo de todo el entrenamiento impartido durante los últimos 400 años, por lo cual podrán imaginarse la gran paciencia desplegada por los Conocedores de la raza. Trabajan lenta y premeditadamente hacia su objetivo, sin aparente premura, pero -y aquí reside el interés inmediato de lo que tengo que comunicar- poseen un límite de tiempo, basado en la Ley de Ciclos. Concierne a la actuación de ciertos períodos de oportunidad que lógicamente tienen su límite. Durante dichos períodos actúan provisionalmente fuerzas, influencias y energías, y los Maestros procuran aprovecharlas.

Mirando hacia el futuro, cuando los Servidores de la raza se reunieron en el cónclave mencionado, se refirieron a la futura entrada de la Era de Acuario, con sus energías características y sus asombrosas oportunidades. Esto [i405] fue observado, e intentaron preparar al ser humano para ese período de más o menos 2.500 años de duración, que, debidamente utilizado, promovería la unificación consciente e inteligente del género humano, produciendo así la manifestación de lo que prefiero llamar “la hermandad científica”, lo opuesto de la acepción sentimental del término, tan prevaleciente hoy.

En ese entonces les pareció necesario hacer dos cosas antes de poder utilizar provechosamente las potencias venideras de la era acuariana. Primero, la humanidad debía elevar su conciencia al plano mental; tenía que expandirse para incluir no solo el mundo de la emoción y del sentimiento, sino también el del intelecto. Era necesario activar las mentes de los seres humanos en forma amplia y general, y además debía ser elevado todo el nivel de la inteligencia humana. Segundo, era preciso hacer algo para derribar las barreras de la separatividad, el aislamiento y el prejuicio, que mantenían separados a los seres humanos y que Ellos preveían acrecentarse. Ciclo tras ciclo, se irían encerrando más en sí mismos -satisfacción, exclusión y orgullo racial-. El resultado de todo esto conduciría inevitablemente a una amplia separatividad y a la construcción de barreras mundiales entre una nación y otra, entre una raza y otra.

Esta determinación de los miembros de la Jerarquía de entrenar las mentes humanas con mayor rapidez, y la construcción de una unidad más sintética, los llevó a una decisión que involucraba la formación de unidades grupales y trajo la aparición de esos grupos de trabajadores y pensadores que, mediante sus actividades, han regido y moldeado tan ampliamente nuestro mundo durante los últimos tres o cuatro siglos. Por lo tanto, desde la fecha de este cónclave tenemos la inauguración del trabajo grupal específico y definido, claramente delineado, representando cada grupo [i406] algunos aspectos peculiares de la verdad y del conocimiento de la realidad.

Estos grupos se clasifican generalmente en cuatro sectores principales: cultural, político, religioso y científico. En tiempos más modernos han aparecido, en forma definida, otros tres grupos: filosófico, psicológico y financiero. Lógicamente, los filósofos han estado siempre con nosotros, pero la mayoría eran unidades aisladas que fundaron escuelas caracterizadas por el partidismo y la separatividad. En la actualidad, no hay personajes sobresalientes como en el pasado, sino grupos que representan ciertas ideas. Es de profunda importancia que el trabajo de estos siete grupos de pensadores sea reconocido como parte del programa jerárquico destinado a producir cierta situación, a originar determinadas condiciones preliminares y a desempeñar una parte definida en el trabajo de la evolución mundial, en lo que a la humanidad concierne.

Bajo la influencia de los diferentes rayos que entran y salen de la actividad cíclicamente, aparecieron entonces reducidos grupos de seres humanos, desempeñaron su parte en forma grupal, y desaparecieron, a menudo inconscientes de su inherente síntesis y de sus colaboradores. Como podrá verse, si miramos inteligente y retrospectivamente la historia, veremos el trabajo que efectuaron para la raza, y su contribución al progreso del género humano se destaca con toda claridad. No dispongo de tiempo para tratar esta serie de grupos, cada uno custodio de una contribución especial, ni puedo esbozarles el trabajo que efectuaron, o los impulsos subjetivos bajo los cuales trabajaron. Solo puedo indicar la tendencia de su esfuerzo y permitir que algún esclarecido estudiante de la historia trace el hilo dorado de su trabajo espiritual, a medida que se eleva el nivel mental de la raza y se pone al individuo en relación con el mundo en que vivió, abriéndole los ojos no solo sobre la naturaleza de la materia y de la forma, sino sobre las profundidades recónditas de su propio ser. Debido a sus actividades, tenemos [i407] ahora una humanidad que está estrechamente relacionada, no unificada, pero caracterizada por tres cosas:

  1. Una asombrosa interrelación e intercomunicación, cuyos servidores son la radio, la prensa, el transporte moderno, el teléfono y el telégrafo.
  2. Una empresa filantrópica universal, y el aumento del sentido de responsabilidad hacia nuestro hermano, totalmente desconocido en el año 1500. Movimientos tales como la Cruz Roja, fundaciones educativas, hospitales y los medios de ayuda económica en todos los países, son sus manifestaciones exotéricas.
  3. Una división de toda la familia humana, consciente o inconsciente, en dos grupos básicos: primero, quienes defienden el antiguo orden de cosas, y son reaccionarios y separativos. Representan el nacionalismo separatista, las fronteras, la servidumbre y la obediencia servil; ejemplifican el sectarismo religioso y la dependencia de la autoridad. Están en contra de toda innovación y progreso moderno. Segundo, quienes tienen la visión de un mundo unificado, donde amar a Dios significa amar al prójimo, y los motivos subyacentes en todas las actividades, religiosas, políticas y educativas, se caracterizan por una consciencia mundial y el bienestar del todo y no de la parte.

La unificación a que aspiran las personas que miran hacia el futuro no implica despreocuparse de ninguna de las partes, pero sí cuidar y nutrir a cada una de ellas, a fin de poder contribuir al bienestar de todo el organismo. Implica, por ejemplo, un buen gobierno y un adecuado desarrollo de toda unidad nacional para que pueda desempeñar adecuadamente sus deberes internacionales, y así formar parte de una hermandad mundial de naciones. [i408]  Este concepto no abarca siquiera la formación de un estado mundial, pero sí el desarrollo de una conciencia pública universal que se dé cuenta de la unidad del todo, produciendo la determinación de cada uno para todos y todos para cada uno, según se ha dicho. Solo así podrá lograrse una síntesis internacional caracterizada por el desinterés político y nacional. Este estado mental universal tampoco implicará la inevitable creación de una religión mundial o universal. Requiere sencillamente el reconocimiento parcial, en tiempo y espacio, de todas las formulaciones de la verdad y de la fe, adecuadas momentáneamente a los temperamentos y las condiciones de la época y de la raza. Quienes propician cierto acercamiento especial a la verdad, llegarán no obstante a comprender que otros acercamientos, terminologías y métodos de expresión, como también modos de definir a la deidad, pueden ser igualmente correctos y constituir en sí aspectos de una verdad mayor y más vasta de la que el equipo actual del ser humano puede captar y expresar. Los Grandes Seres mismos apenas vislumbran la realidad y aunque son más conscientes que sus chelas, de los propósitos más profundos subyacentes, sin embargo, ni Ellos mismos pueden vislumbrar la meta final. También están obligados a usar en sus enseñanzas términos tan inadecuados como Realidad Absoluta y Realización final.

Por eso, durante los últimos tres siglos, han aparecido un grupo tras otro que desempeñaron su parte, y hoy cosechamos el beneficio de sus esfuerzos. Por ejemplo, en el grupo cultural, encontramos el surgimiento de los poetas de la era Isabelina, los músicos de Alemania y de la era Victoriana. Además hay grupos de artistas pintores, fundadores de las famosas escuelas que son la gloria de Europa. Dos grupos famosos, uno cultural y otro político, también desempeñaron su parte, trayendo uno el Renacimiento, y el otro la Revolución Francesa. Los efectos de su trabajo todavía [i409] se sienten, porque el movimiento humanista moderno con su énfasis puesto en el pasado, que se completa en el presente, y su búsqueda de las raíces del equipo del ser humano, en las tendencias anteriores se remontan a la época del Renacimiento. La revolución y la determinación de luchar por los divinos derechos del ser humano encuentran su principal influencia e ímpetu originarios en la Revolución Francesa. La sublevación, la formación de partidos políticos, la lucha de clases, tan prevalecientes hoy, y la separación de cada país en grupos políticos antagónicos, si bien siempre ha sido esporádico, se ha hecho universal durante los últimos doscientos años, resultado de la actividad grupal iniciada por los Maestros. Debido a esto, los seres humanos han progresado y aprendido a pensar, y aunque pueden pensar erróneamente y emprender experimentos desastrosos, el bien final es inevitable e ineludible. Incomodidades temporales, depresiones pasajeras, guerra y derramamiento de sangre, penurias y vicios, pueden llevar al irreflexivo a las profundidades del pesimismo. Pero quienes conocen y sienten la mano guiadora interna de la Jerarquía, son conscientes del sano corazón de la humanidad y del caos actual y, quizás, a causa de esto, surjan aquellos que están capacitados para resolver la situación y son apropiados para la tarea de unificación y síntesis. Este período se ha llamado ocultamente la “era de restauración de lo que fue destruido por la caída”. Ha llegado el momento en que las partes separadas puedan unirse y la totalidad elevarse nuevamente a su primitiva perfección.

Los grupos religiosos también han sido muchos -tantos que no sería posible enumerarlos-. Tenemos los grupos de místicos católicos que son la gloria de Occidente; existen los protestantes, luteranos, calvinistas y metodistas, los Padres Peregrinos -esos individuos serios y adustos-, los hugonotes y los mártires moravos y millares de sectas modernas de cada grupo. Todos sirvieron a su propósito y llevaron al ser humano al [i410] punto de sublevación, apartándolo del sometimiento a la autoridad. Por la fuerza de su ejemplo excepcional han impelido al ser humano a pensar por sí mismo. Defendieron la libertad y el derecho personal de saber.

Estos últimos grupos han actuado, en su mayor parte, por influencia de los rayos sexto y segundo. El grupo cultural apareció bajo el cuarto rayo, mientras que el primer rayo estimuló las actividades políticas que produjeron tantos cambios en las naciones. Bajo el impulso de los rayos quinto y tercero, han surgido grupos de investigadores científicos que trabajan con las fuerzas y energías que constituyen la Vida divina, se ocupan de la apariencia externa de Dios, buscando de afuera adentro, demostrando al ser humano su unidad esencial con toda la creación y su relación intrínseca y vital con todas las formas de vida. Los nombres de los individuos de cualquier grupo son legión y relativamente sin importancia. Lo que tiene valor es el grupo y su trabajo interrelacionado. Resulta interesante observar que, en el grupo científico, la unidad subyacente es especialmente notable, porque sus miembros están singularmente libres de sectarismos y rivalidades. No puede decirse lo mismo de los grupos religioso y político.

En comparación con las naciones y los millones de seres de la Tierra, los grupos moldeadores de los diferentes sectores son muy pocos. Sus miembros, su contribución al engrandecimiento de la expresión humana y su lugar en el plan, pueden ser descritos muy fácilmente. Es necesario subrayar el hecho de que todos han sido motivados desde el aspecto subjetivo interno de la vida, aparecieron bajo un impulso divino y tienen un trabajo específico que realizar; en las etapas primarias fueron formados por discípulos e iniciados de menor grado; todos han sido guiados paulatinamente en forma subjetiva por sus propias almas, y a su vez han colaborado conscientemente con la Jerarquía de Conocedores. Esto [i411] fue así aunque el individuo mismo haya sido completamente inconsciente del lugar que le correspondió en el grupo y de la misión divina de ese grupo. Recuerden también que no ha habido ni un solo fracaso, aunque muchas veces el individuo ignore el éxito. La característica de estos trabajadores es construir para la posteridad. Lamentablemente, quienes los han seguido fracasaron, y los que respondieron a este trabajo no han sido fieles al ideal, pero el grupo inicial ha triunfado uniformemente. Esto, por cierto, excluye el pesimismo y demuestra la enorme potencia de la actividad subjetiva.

Los tres grupos a los cuales me referí anteriormente requieren un comentario. Su trabajo es curiosamente distinto del de los otros grupos y sus componentes son extraídos de todos los grupos de rayo, aunque los integrantes del tercer grupo (el de los financieros) pertenecen principalmente al séptimo rayo, el de la organización ceremonial. Por orden de aparición, estos son los grupos de filósofos, psicólogos y personas de negocios.

El grupo más moderno de filósofos está moldeando poderosamente el pensamiento, mientras que las antiguas escuelas de filósofos asiáticos están comenzando a ejercer su influencia sobre las ideas occidentales. Por el análisis, la correlación y la síntesis, se desarrolla el poder del pensamiento del ser humano, y la mente abstracta puede unificarse con la concreta. Por lo tanto, mediante su trabajo, la interesante sensibilidad del individuo con sus tres características sobresalientes: instinto, intelecto e intuición, es llevada a una condición de inteligente coordinación. El instinto relaciona al ser humano con el mundo de los animales, el intelecto lo une con sus semejantes, mientras que la intuición le revela la vida de la divinidad. Los tres son tema de investigación filosófica, porque la índole del tema de los filósofos es la realidad y el medio para adquirir conocimiento.

Los dos grupos más modernos son el de los psicólogos, [i412] que trabajan bajo el mandato délfico “Ser humano, conócete a ti mismo”, y el de los financieros, custodios de los medios con los cuales el ser humano puede vivir en el plano físico. Ambos grupos, necesariamente y a pesar de aparentes divergencias y diferencias, son más sintéticos en sus aspectos básicos que cualquiera de los otros. Un grupo se ocupa del género humano, de los distintos tipos de humanidad, del mecanismo empleado, de los impulsos y de las características del ser humano y del propósito -aparente y oculto- de su ser. El otro dirige y ordena los medios en virtud de los cuales existe, controlando todo lo que puede convertirse en energía y constituyendo una dictadura sobre todos los medios de relación, comercio e intercambio. Controla la multiplicidad de objetos -formas que el ser humano moderno considera esenciales para su modo de vivir-. El dinero, como ya se ha

dicho, solo es energía o vitalidad cristalizada, lo que el estudiante oriental denomina energía pránica. Es una concreción de fuerza etérica. En consecuencia, es energía vital exteriorizada, y este tipo de energía está dirigido por el grupo financiero. Es el último grupo, desde el punto de vista cronológico, y su trabajo (debe recordarse) está definidamente planeado por la Jerarquía, produciendo efectos de gran alcance en la Tierra.

Ahora que han trascurrido siglos, desde el cónclave del siglo dieciséis, estos grupos externos desempeñaron su parte y realizaron un servicio muy notable. Los resultados logrados han llegado a una etapa que los hace internacionalmente efectivos, y su influencia no está limitada a una nación o raza. La Jerarquía enfrenta hoy otra situación, que requiere un cuidadoso manejo. Debe reunir y unificar los diversos hilos influyentes de energía y las distintas tendencias del poder del pensamiento, producido por el trabajo de los grupos desde el año 1500. Además debe contrarrestar algunos de los efectos que tienden a fomentar mayores diferenciaciones. [i413] Esto inevitablemente sucede cuando la fuerza hace contacto con el mundo material. Los impulsos iniciales contienen en sí potencias que tanto sirven para el bien como para el mal. Mientras la forma es de importancia secundaria y relativamente insignificante, la llamamos buena. Entonces controla la idea y no su expresión. A medida que pasa el tiempo y la energía del pensamiento produce un impacto en la materia, y las mentes inferiores se apoderan del tipo específico de energía o son vitalizadas por ella, entonces el mal empieza a hacer sentir su presencia. Esto se demuestra finalmente como egoísmo, separatividad, orgullo y esas características que han producido tanto daño en el mundo.

Hace más o menos diecisiete años, los Maestros se reunieron y tomaron una decisión muy importante. Así como en el cónclave anterior se había decidido reunir a las masas incipientes de seres humanos, y a grupos de trabajadores de distintas especialidades, para encomendarles la tarea de elevar a la humanidad y expandir la consciencia humana, ahora se creyó oportuno extraer de los numerosos grupos, uno que reuniera (como ocurre con la Jerarquía) a personas de todas las razas, de todos los tipos y tendencias, grupo que tiene una misión específica y del cual podrán exponerse algunos detalles:

En primer lugar, es una tentativa para exteriorizar la Jerarquía en el plano físico, o una pequeña replica funcional de este cuerpo esencialmente subjetivo. Todos sus integrantes poseen cuerpos físicos, pero deben trabajar en forma completamente subjetiva, utilizando así el mecanismo sensible interno y la intuición. Lo componen hombres y mujeres de todas las naciones y edades, pero cada uno debe estar orientado espiritualmente, ser servidor consciente, estar mentalmente polarizado y alerta, y todos deben ser incluyentes.

Una de las condiciones esenciales impuestas al personal del grupo es, que debe estar dispuesto a trabajar en niveles subjetivos sin que se los reconozca tras la escena, como hacen los Grandes Seres. Sus [i414] miembros deben liberarse de toda ambición, orgullo de raza y de realización. Además deben ser sensiblemente conscientes de sus semejantes y de sus pensamientos y del medio ambiente condicionante.

Este grupo no tiene organización exotérica de especie alguna, sede, publicidad ni nombre. Es un conjunto de trabajadores obedientes y servidores del VERBO -obedientes a sus propias almas y a la necesidad del grupo-. Por lo tanto, los verdaderos servidores de todas partes pertenecen a este grupo, ya presten servicio en el campo cultural, político, científico, religioso, filosófico, psicológico o financiero. Constituyen parte, lo sepan o no, del grupo interno de trabajadores para la humanidad, y de místicos del mundo. Serán reconocidos por los miembros de su grupo al ponerse en contacto con ellos de forma casual en el intercambio mundial.

Este grupo da una amplia significación a la palabra “espiritual”, pues cree que significa un esfuerzo incluyente hacia el mejoramiento, la elevación y la comprensión humanos; le da significado de tolerancia, comunión sintética internacional, inclusividad religiosa y todas las corrientes de pensamiento que conciernen al desarrollo esotérico del ser humano.

Por lo tanto, se trata de un grupo sin terminología ni biblia específica alguna; no posee credo ni formulación dogmática de la verdad. El impulso motivador de cada uno y de todos, es el amor a Dios cuando se manifiesta en amor al prójimo. Conoce el verdadero significado de la hermandad, sin distinción de razas. Sus miembros llevan una vida de servicio voluntario, prestado con desinterés y sin reservas.

El personal del grupo es conocido solo por los Hermanos Mayores de la raza, y no se guarda registro de los nombres. Solo deben existir tres requisitos principales:

  1. Es esencial cierto grado de unificación entre el alma y su mecanismo, y debe estar alineada y activa la triplicidad interna [i415] alma-mente-cerebro, que en la mayoría está generalmente aletargada.
  2. El cerebro debe ser telepáticamente sensible a voluntad, en dos direcciones. Debe ser consciente del mundo de las almas y también del mundo de los seres humanos.
  3. Debe haber capacidad para pensar en forma abstracta o sintética, lo cual permitirá al individuo salvar las barreras raciales y religiosas. Cuando se posee tal capacidad, hay también una firme creencia en la continuidad y correlación de la vida después de la muerte.

En resumen, se debe observar que los grupos del pasado han representado ciertos aspectos de la verdad y han demostrado ciertas características de rayo. El nuevo grupo expresará todos los aspectos e integrará a miembros de todos los rayos. La mayoría de los trabajadores de los numerosos grupos llevaron adelante ciertos detalles del plan, agregando su parte de energía al impulso progresivo de la humanidad; pero exceptuando algunos místicos destacados como Meister Eckhart, la mayoría lo ha efectuado sin comprender verdaderamente lo que estaba realizando, y sin captar la relación de cuerpo-alma, que conduce al trabajo realmente inteligente. Han sido esencialmente grupos de personalidades, con ese toque de genio que indica cierto contacto con el alma. El grupo ahora en formación está compuesto por aquellos que son conscientes de la realidad del alma y han establecido un verdadero y perdurable intercambio egoico; consideran la mente, las emociones y la naturaleza corpórea, simplemente como un mecanismo por el cual pueden establecerse los contactos humanos; deben realizar su trabajo, tal como lo conciben, por medio de este mecanismo, actuando bajo la dirección del alma. Por lo tanto, son almas vivientes que trabajan a través de personalidades, pero no a través de personalidades activadas por ocasionales impulsos egoicos. Los miembros de los distintos grupos fueron todos [i416] más o menos unilaterales, y sus talentos estuvieron encauzados en alguna línea específica. Demostraron la capacidad de escribir como un Shakespeare, pintar como un da Vinci, producir obras maestras como un Beethoven, o lograr cambios mundiales como Napoleón. Pero el nuevo tipo de trabajador grupal es un individuo completo, con capacidad para hacer casi todo lo que se propone, con el impulso fundamental de trabajar preferentemente en niveles mentales más que en el plano físico. Por consiguiente, es de utilidad para la Jerarquía, porque puede ser utilizado de distintas maneras, y su flexibilidad, su experiencia y su contacto estable pueden subordinarse a los requisitos del grupo.

El verdadero exponente de este nuevo tipo grupal no aparecerá, por supuesto, antes de muchas décadas. Será un verdadero acuariano con un toque universal e intensa sensibilidad; tendrá un mecanismo mental bien organizado, un equipo astral que responda principalmente a las vibraciones espirituales superiores, un cuerpo de energía poderoso y controlado, y un cuerpo físico sano, aunque no robusto, como comúnmente se dice. ¿Cuál es, entonces, la situación actual del grupo de místicos que se está integrando? Permítanme ser un poco más explícito.

En cualquier país europeo, en los Estados Unidos de América y en partes de Asia y Sudáfrica, se encuentran algunos discípulos, aún no reconocidos por el mundo, que piensan en la verdad. Les llamo la atención sobre esta frase. Los trabajadores más importantes de este nuevo grupo y los que se encuentran más cerca de los Grandes Seres, son aquellos cuya vida mental cotidiana está orientada por el nuevo ideal. En verdad, su vida mental puede desarrollarse en actividades exotéricas definidas, pero son ante todo, los que viven en el “lugar elevado y secreto” y trabajan desde allí. Ejercen tranquilamente influencia silenciosa, sin acentuar sus personalidades, sus propios puntos de vista e ideas [i417] ni sus métodos de llevar adelante el trabajo. Poseen plena comprensión de sus propias limitaciones, sin ser obstaculizados por ellas, pues reflexionan hasta llevar a la manifestación objetiva ese aspecto de la visión que tienen por misión vivificar y darle forma. Son necesariamente cultos e instruidos porque, en estos momentos difíciles de transición, tienen que cultivar una comprensión universal de las condiciones imperantes y poseer una idea general de lo que trascurre en los diferentes países. En realidad no poseen nacionalidad, en el sentido de considerar a su propio país y su afiliación política como de importancia trascendental. Están preparados para organizar lenta y firmemente esa opinión pública que al final apartará al ser humano del sectarismo religioso, de la exclusividad nacional y de los prejuicios raciales.

Son extraídos de todas partes, y atraen hacia sí a quienes están libres de las antiguas limitaciones, de teorías políticas, religiosas o culturales. Los miembros de ese grupo uno organizan a esas almas avanzadas en grupos destinados a iniciar la nueva era de paz y buena voluntad. Dichas almas, influidas por los integrantes de dichos grupos, son unos pocos miles entre los millones de seres humanos; actualmente solo unos ciento cincuenta y seis, de los cuatrocientos discípulos aceptados que trabajan en el mundo, poseen actividad mental para formar parte de este grupo que lentamente se va formando. Constituyen el núcleo de lo que algún día será una fuerza dominante. Su influencia, durante los próximos veinticinco años, será bastante potente como para atraer la atención política, siempre que quienes hayan percibido la visión de un poderoso grupo subjetivo de Almas reflexivas, pronuncien las palabras necesarias y delineen esos conceptos que acelerarán el trabajo de integración, lo cual pondrá a las unidades de este grupo en contacto entre sí. Hagan todo lo posible para que esto se realice y [i418] sea el mensaje y la nota clave del trabajo que todos deben hacer dondequiera que se encuentren.

¿Cuál debería ser, entonces, el trabajo que se debe realizar en el presente inmediato? Delinearé el programa hasta donde sea posible.

Primero, fortalecer y establecer firmemente el vínculo entre ustedes y todos aquellos a quienes reconocen como posibles discípulos activos en el nuevo grupo. Para efectuarlo, deben ponerse al corriente del trabajo de los dirigentes de grupos de los distintos países del mundo, Suiza, Estados Unidos, Holanda, Alemania y Gran Bretaña. De acuerdo a la reacción que produce esta visión del nuevo tipo de trabajo de la nueva era, podrán tomar entonces una decisión momentánea. Observen cómo trabajan. Noten si ponen énfasis sobre las personalidades. Si la ambición personal parece regir sus actividades, si han determinado trabajar en el grupo de místicos por ser novedoso, o porque les da cierto prestigio y excita su imaginación, o les proporciona oportunidades para reunir gente a su alrededor, entonces despreocúpense de ellos, pero -guardando silencio- dejen que el tiempo y la ley corrijan su actitud.

Segundo, sean receptivos a quienes los buscan y parecen vibrar en la misma nota. Me refiero aquí al grupo al cual todos pertenecen subjetivamente. Estos vendrán si trabajan con decisión y emiten claramente la nota de unidad como para no tener dudas respecto a sus móviles y a su actividad desinteresada. Tal vez conozcan a algunos de los ciento cincuenta y seis que forman el núcleo actual y trabajen al unísono con ustedes, aunque quizás no lo hagan en el mismo campo específico de acción.

Debe tenerse presente el cuadro de una vasta red de grupos que trabajan en muchas direcciones, pero conteniendo en su centro o detrás de ellos - actuando silenciosa y persistentemente e influyendo mediante el contacto con el alma- a uno o más miembros del nuevo grupo que está surgiendo [i419] lentamente. Estos puntos focales, con los cuales la Jerarquía trata ahora de trabajar, se mantienen unidos telepáticamente, y deben trabajar exotéricamente con la más plena comprensión, evitando cualquier interferencia y dejando a cada trabajador en libertad para enseñar a su propio grupo como él cree conveniente. Los términos empleados, los métodos aplicados, las personas con quienes se ha hecho contacto, las verdades enseñadas, la disciplina de la vida, conciernen solamente al discípulo activo.

Sin embargo, los miembros de este grupo de trabajadores de la nueva era poseerán ciertas características generales. No impondrán por la fuerza dogma de ninguna especie, ni harán hincapié en alguna doctrina o autoridad. No les interesará tener autoridad personal, tampoco se apoyarán en una autoridad tradicional, sea religiosa, científica, cultural u otra forma de verdad impuesta. Los métodos de acercamiento a la realidad serán reconocidos y cada uno tendrá libertad de elegir el propio. Estos trabajadores no impondrán disciplina alguna sobre quienes traten de colaborar con ellos. Las ideas de determinada persona o conductor, respecto a la forma de vivir y trabajar, meditar y comer, de las unidades de su esfera especial de actividad, no son de valor. Los integrantes de este nuevo grupo trabajan esotéricamente con almas y no se ocupan de los detalles de la vida personal de los aspirantes a quienes procuran inspirar.

Esta regla es fundamental, y eliminará de este grupo de servidores mundiales a muchos honestos aspirantes que ahora se están formando. La tendencia a imponer el propio punto de vista indica falta de comprensión y excluye a muchos.

Por otra parte, se debe buscar aspirantes jóvenes y prometedores e inculcarles cuidadosamente las tendencias de los nuevos ideales. Se debe enseñarles a buscar lo divino y el bien en todo -tanto en las personas como en las circunstancias-. Hay que tratar de desarrollar amplitud de visión para señalar a los aspirantes ese [i420] vasto horizonte que les permitirá vivir a través del actual período de transición que estamos viviendo, de manera que, al llegar a la madurez, sean pilares de fortaleza en el nuevo mundo. No se debe sujetarlos a las antiguas disciplinas ni instruirlos para que den importancia a la dieta, al celibato, a las épocas, a las estaciones, distrayendo así su atención del arte más nuevo y sagrado del ser y la maravilla de vivir como alma.

No olviden que cuando un individuo vive como alma, y toda su personalidad está subordinada a esa alma, sobreviene -normal y automáticamente- el propósito altruista, la pureza de vida, la obediencia a la ley y es un verdadero ejemplo de vida espiritual. La alimentación, por ejemplo, siendo frecuentemente un asunto de condiciones climáticas y de preferencia, sin embargo, es deseable el alimento que mantiene el cuerpo físico en condiciones para servir a la raza. Por otra parte, un divino hijo de Dios puede actuar libre y eficazmente siendo casado o soltero; no prostituirá los poderes del cuerpo con satisfacciones groseras, ni quebrará tampoco las costumbres establecidas, ni alterará las normas que el mundo ha fijado como las mejores y más elevadas. Se ha confundido la cuestión y se han recalcado con demasiada frecuencia los actos físicos y no la vida del actuante. Cuando se ponga la atención en el alma, la vida del plano físico se manejará correctamente. Se reconocerá que el asumir una actitud de crítica o un estado de propia satisfacción, obstaculiza más el progreso espiritual del ser humano que el acto trivial de comer carne.

Al aspirante joven habrá que inculcarle dos reglas de vida:

Se le debe enseñar a centralizarse en una actividad constructiva y a abstenerse de derribar el viejo orden de vida; se le encaminará a construir para el futuro y pensar sobre las nuevas líneas.

Se le debe prevenir que no desperdicie el tiempo atacando lo indeseable, en cambio, debe [i421] enfocar todas sus energías para crear el nuevo templo del Señor, a través del cual podrá manifestarse la gloria. De esta manera, la atención pública se centrará gradualmente en lo nuevo y en la belleza, y las viejas creaciones establecidas caducarán y desaparecerán por falta de atención.

También se le debe enseñar que el partidismo no es señal alguna de desarrollo espiritual. Por lo tanto, no se usarán los prefijos anti ni pro, porque fomentan automáticamente odio, antagonismo y resistencia al cambio, y ponen a la defensiva a quien los emplea. Todas las clases de seres humanos constituyen un grupo de hermanos. Católicos, judíos, gentiles, occidentales y orientales, son todos hijos de Dios.

El futuro de este grupo mundial del cual ya hemos hablado, depende de dos cosas:

Primero, es necesario que los discípulos aislados, que trabajan en todos los países del mundo, sean conscientes unos de otros y entren en relación telepática. Esto podrá parecer una visión maravillosa, pero impracticable. Les aseguro que no es así. El trabajo para establecer esta relación puede ser lento, pero es consecuencia inevitable de la creciente sensibilidad de todas las almas que trabajan en el campo mundial. Su primer índice es el reconocimiento instintivo cuando se encuentran los componentes de dicho grupo y hacen un contacto mutuo por medio del intercambio mundial. Reciben un inmediato destello de luz, un intercambio eléctrico instantáneo, una súbita sensación de similitud de visión y de objetivo, o una oportunidad vital de colaborar recíprocamente y ayudar en el trabajo en el que todos están interesados.

Cuando los discípulos activos de todas partes se encuentren, reconocerán inmediatamente que su trabajo es idéntico y se aconsejarán recíprocamente sobre la forma en que serán posibles la colaboración y [i422] el esfuerzo suplementario. Dentro de treinta años aproximadamente, la interrelación entre las unidades de este grupo (por dispersos que estén en todo el mundo) será tan estrecha, que se reunirán diariamente a una hora determinada y en un lugar secreto. Esto solo será posible cuando la triplicidad alma-mente-cerebro esté alineada en el individuo y cuando cada aspecto de ella simultáneamente establezca contacto con los miembros del grupo. En la actualidad todas las almas del grupo de místicos trabajan al unísono; un número de ellas ha logrado efectuar una íntima y firme relación entre el alma y la mente, pero por ahora el aspecto inferior de este triángulo alineado y vinculador, el cerebro físico, permanece completamente insensible a las oleadas de fuerza provenientes de los aspectos superiores de los discípulos ocupados en cimentar las bases de la civilización de la nueva era.

En gran parte, es cuestión de perfeccionar el mecanismo del cerebro para poder registrar debidamente y transmitir correctamente las impresiones del alma y los propósitos y reconocimientos grupales. Esto implica:

Poner en actividad consciente el centro entre las cejas, denominado ajna por el estudiante oriental.

Subordinar la actividad de este centro al coronario, de modo que los dos vibren al unísono. Esto trae tres cosas:

a. El alineamiento consciente y directo entre alma-mente-cerebro.

b. La aparición de un campo magnético que incluye ambos centros de la cabeza, afectando definidamente la glándula pineal y el cuerpo pituitario.

c. El reconocimiento de este campo de doble actividad en dos sentidos: como una luz en la cabeza, un radiante sol interno, o como un centro dinámico de energía, [i423] mediante el cual se hace sentir el aspecto voluntad o propósito del alma.

El desarrollo de esa capacidad que permitirá al ser humano:

a. Emplear la mente en la dirección deseada, llevándola externamente al mundo de los fenómenos o internamente al mundo del ser espiritual.

b. Producir, conscientemente y a voluntad, una respuesta equivalente en el cerebro físico, que registre con exactitud cualquier información procedente de los mundos físico, emocional o astral.

c. Discernir inteligentemente entre todas estas esferas de actividad sensorial.

Todo esto con el tiempo será incluido en un nuevo acercamiento psicológico, que surgirá de lo viejo y será una combinación de la ciencia mecanicista, de la posición introspectiva y más estrictamente oriental, más las conclusiones de dos nuevas escuelas que aparecerán pronto, aunque demasiado insignificantes para merecer un nombre. Están en la etapa embrionaria. Una de ellas tratará de los aspectos de la energía del individuo y su respuesta a la energía del universo en la que está sumergido; la otra considerará al ser humano como una unidad eléctrica. Ambas serán completamente parciales, pero las contribuciones de las diversas escuelas algún día se unificarán en una presentación sintética.

El segundo requisito que establecerá relación entre los discípulos activos de este grupo es la capacidad de recordar, constante y correlativamente, tanto la vida interna como la externa. Lo denominamos continuidad de consciencia, y con esto significamos poder ser plenamente conscientes de los acontecimientos, en todas las esferas y sectores del ser, durante las veinticuatro horas del día. Hasta ahora está muy lejos de ser así. [i424] No existe verdadera consciencia de la existencia durante las horas de sueño. La vida de los sueños, como se la define, está tan llena de ilusión como cualquiera de las experiencias psíquicas inferiores. El lento aumento de interés por los sueños, desde el punto de vista de la psicología y la investigación de sus probables fuentes, son las primeras débiles tentativas hacia el establecimiento de esta consciencia sobre una base verdaderamente científica. Aún no existe un registro consciente de la actividad mental durante esos momentos, cuando el cuerpo emocional, por ejemplo, es el centro del escenario. ¿De qué se ocupa la mente durante un largo período de perturbación emocional? Sabemos que tiene leyes y vida propia. Por otra parte, ¿cuáles son las actividades del alma cuando la personalidad está ocupada exclusivamente con sus propios asuntos? ¿Pueden imaginar una época en que el desarrollo de la consciencia alcance la etapa donde exista una reacción sensorial, en todos los sectores de la naturaleza humana, y todo sea registrado por el cerebro? Los seres humanos ya son conscientes de la actividad del plano físico y simultáneamente de la vivencia emocional. Esto, para la mayoría, es una condición común y corriente. Donde es posible registrar dos actividades a la vez, ¿por qué no tres o cuatro al mismo tiempo? Tal es el futuro que tiene por delante la raza, y los discípulos activos serán los primeros en expresar y demostrar esta expansión de consciencia.

Por lo tanto, la interacción telepática y la sensibilidad ampliada deben ser desarrolladas y están estrechamente interrelacionadas entre si.

He puntualizado el desarrollo del futuro inmediato del discípulo individual. ¿Qué tiene por delante el grupo en el futuro inmediato?