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LOS CUATERNARIOS QUE DEBEN SER RECONOCIDOS

[i541] Esta regla es para mí una de las más difíciles de explicar, por tres razones

Una: El número de personas que, en la actualidad, están encarnadas físicamente y pueden trabajar en forma creadora y benéfica con las instrucciones dadas en esta regla, es excesivamente reducido. Solo el mago blanco, si tiene experiencia en su trabajo, puede darle la verdadera interpretación. Es peligroso impartir la significación de estas reglas a quienes no poseen cualidades para trabajar correctamente. Por lo tanto, consideraremos las cualidades de quienes tienen derecho de recibir este conocimiento, a fin de que el estudiante pueda empezar a desarrollarlas en sí mismo.

Dos: El peligro que implica dar ahora al mundo las instrucciones, minuciosas y detalladas, consiste en que el mundo se ahogaría en las formas mentales creadas para expresar deseos puramente egoístas, y la materia mental sería impelida a la actividad según las fantasías y los caprichos de quienes no están desarrollados espiritualmente. Debe recordarse que todo pensamiento humano, sea un potente pensamiento colectivo o ideas dinámicas individuales, deben finalmente emerger objetivamente en el plano físico. Esta regla es ineludible e inalterable, y al considerar debidamente la Ley que gobierna la sustancia mental, se demostrará el peligro del pensamiento incorrecto y el poder del correcto. El poder del pensamiento humano, en la actualidad, puede describirse primordialmente como pensamiento colectivo, pues pocos pueden pensar en forma creadora. La opinión pública, las ideas masivas, las tendencias del [i542] deseo y el pensamiento humanos, no son hoy de un orden muy elevados, y puede verse en forma muy interesante la precipitación física de estos pensamientos vagos e incipientes, caracterizados por su gran similitud, están matizados por la intención egoísta y la demanda personal, y basados en simpatías y antipatías, prejuicios y anhelos. La enorme multitud de insectos que pueblan actualmente nuestro planeta, objeto de creciente preocupación para los humanos de ciencia, los agricultores y todos los que trabajan por el bienestar del animal humano, son resultado directo de la precipitación del pensamiento.

No puedo detenerme a ampliar este hecho, pero sí asegurarles que, a medida que los seres humanos aprendan a pensar con mayor altruismo y pureza, y a medida que la malicia, el odio y la rivalidad den paso a la hermandad, la bondad y la cooperación, la plaga de insectos, como comúnmente se dice, desaparecerá con toda seguridad.

Tres: Otra dificultad que experimento al dilucidar estas reglas, reside en que hoy es más fácil probar la existencia del reino de la mente que el reino del éter, aunque los científicos utilicen ampliamente esta palabra. Esta regla concierne a los cuatro grados de sustancia etérica que constituyen la envoltura etérica de todas las formas en la naturaleza, desde una montaña hasta una hormiga, y desde una planta hasta un átomo. Algunos científicos reconocen la realidad del cuerpo etérico y otros no, y desde el punto de vista de las masas no es reconocido. Lo que está más cerca de nosotros y en el primer plano inmediato, a menudo lo pasamos por alto; para quienes enseñamos y guiamos, ha sido muy interesante observar el énfasis puesto sobre los fenómenos psíquicos y astrales, y la poca atención prestada a las formas y fuerzas etéricas más evidentes y fácilmente discernibles. Con un pequeño cambio actual del enfoque visual, se descubrirá que el ojo humano es capaz de incluir un campo completamente nuevo de percepción y conocimiento. Ciegamente los seres humanos introvierten su [i543] conciencia, y llegan a percibir los objetos astrales y ese ilusorio mundo de formas siempre cambiantes, en que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser; sin embargo, no logran ver lo que está frente a ellos.

Tres dificultades:

  1. la carencia de cualidades,
  2. los peligros inherentes a la construcción inconsciente de formas y
  3. la ceguera etérica,

me imposibilitan tratar, con toda equidad, esta regla y dilucidar el trabajo en los niveles etéricos, de ahí su breve elucidación.

Al tratar el tema de las cualidades y respondiendo a la pregunta: ¿cuál es el equipo que necesita el mago blanco? Diría que todos los estudiantes comprenden que deben cumplirse ciertos requisitos, si se quiere confiar a un ser humano algún conocimiento de la técnica del Gran Trabajo. Sin embargo, supongo que las cualidades del carácter no son las que se refieren a la pregunta. Todos los aspirantes saben, y durante épocas se ha enseñado, que una mente limpia y un corazón puro, el amor a la verdad y una vida de servicio y altruismo, son los principales requisitos, y cuando no existen estas condiciones, nada tiene valor y ninguno de los grandes secretos puede ser impartido. Podrán decir aquí que también se nos ha enseñado que existen quienes trabajan en los cuatro éteres y que, indudablemente, ejecutan actos mágicos; sin embargo, no poseen esa pureza esencial y esa bondad amorosa a que se ha hecho referencia. Sin lugar a dudas, esto es verdad; pertenecen al grupo de los que trabajan con materia, llamados Magos Negros; están intelectualmente muy desarrollados y pueden activar la sustancia o materia mental, de tal modo que adquieren objetividad en el plano físico para llevar a cabo sus recónditos intentos. Respecto a este grupo, hay mucha incomprensión y una profunda ignorancia. Quizá sea mejor así, [i544] porque su destino está ligado a la raza futura, la sexta, y el fin y cese de sus actividades se producirá en esa época distante, llamada técnicamente Sexta Ronda. La fractura o división final entre las fuerzas llamadas negras y blancas, para este ciclo mundial, tendrá lugar durante el período de la sexta raza raíz en la presente ronda. Hacia el final de la sexta raza raíz, antes de la emergencia de la séptima, tendremos el verdadero Armagedón, sobre el cual tanto se ha enseñado. Un pequeño ciclo de separatividad y trastorno no constituye el verdadero Armagedón. La guerra relatada en el Mahabharata y la última guerra actual tuvieron las raíces de sus dificultades y las simientes de los desastres que produjeron, una, en el mundo astral inferior, y la otra, en el superior. Egoísmo y deseos de orden inferior fueron los impulsos detrás de ambas. La próxima gran división tendrá sus raíces en el mundo mental y será consumada en la sexta subraza. La sexta raza raíz contendrá la simiente de enormes desastres, en la coordinada triplicidad de la mente, en el astralismo y en la naturaleza física, que causarán un momento culminante en la dualidad planetaria.

No es necesario ir más allá, porque la humanidad de la sexta ronda será de una naturaleza muy distinta de la nuestra, y quienes se caracterizan como fuerzas negras y blancas, serán tan diferentes de lo que ahora entendemos por esas palabras, que no es necesario ocuparse de ese problema tan lejano.

Debe recordarse que el verdadero mago negro (no me refiero aquí a la persona con tendencia a la magia negra) es una entidad sin alma. Es un ser en el cual el ego o alma, [i545] según comprendemos el término actualmente, no existe. A menudo esto es pasado por alto y raras veces se capta o se dice que no tiene cuerpo físico. Su mundo es siempre el mundo de la ilusión. Trabajan desde el plano mental inferior, con la materia de deseo y el cuerpo de deseos de aquellos que, en el plano físico, son arrastrados por la ilusión, están esclavizados por un egoísmo extremo y una autocentralización. Lo que el ignorante denomina mago negro en el plano físico, es solo un hombre o mujer sensible que está en armonía o es sensible al verdadero mago negro en el plano astral. Tal relación solo es posible después de muchas vidas de egoísmo, bajos deseos, aspiraciones intelectuales pervertidas y amor al psiquismo inferior, pero únicamente cuando el ser humano ha estado voluntariamente esclavizado por ellos. Tales hombres y mujeres son pocos, porque el puro y genuino egoísmo es realmente muy raro. Donde existe, es excesivamente poderoso, como son todas las tendencias que se concentran en un solo punto.

La clave para los requisitos más esotéricos es dada en esta Regla XIII: “El mago debe reconocer a los cuatro”. Se supone que ha construido un excelente carácter. Se ha educado a sí mismo para el servicio. Su aspiración es verdadera y constante, vive con pureza y altruismo. Ha aprendido algo del significado de la meditación. Ahora debe comenzar a entrenarse en lo que se llama “reconocimiento oculto”.

Esta regla es un ejemplo muy interesante de las numerosas relaciones y equivalencias que pueden transmitirse en pocas palabras. Hemos dicho que debe “reconocer a los cuatro”. En Tratado sobre Fuego Cósmico, nos dice:

“Esto literalmente significa que el mago debe saber discriminar entre los diferentes éteres y observar el matiz especial de los distintos niveles, asegurando así una construcción equilibrada de la “sombra”. Lo “reconoce”, en sentido oculto, es decir, conoce su nota  [i546] y su clave, y es consciente del tipo especial de energía que personifica. No se ha puesto suficiente énfasis en el hecho de que los tres niveles superiores del plano etérico están en comunicación vibratoria con los tres planos superiores del plano físico cósmico, y estos (con su cuarto nivel esferoidal) han sido denominados en los libros ocultistas “las Tétradas invertidas”. Este conocimiento pone al mago en posesión de tres tipos de fuerza planetaria y su combinación o cuarto tipo, liberando para sí esa energía vital que impulsará dicha idea a la objetividad. A medida que los diferentes tipos de fuerza se reúnen y coaligan, una forma tenue y sombría se reviste con la envoltura vibrante astral y mental, y la idea del Ángel solar logra una concreción definida”.

El significado más evidente es, por lo tanto, el reconocimiento de los cuatro éteres, pero depende a su vez de otros significados, basados en el reconocimiento de otros cuaternarios. Resumiré brevemente algunas de las cualidades necesarias para el mago blanco y los reconocimientos que gradualmente emergerán de su consciencia.

Primero, debe reconocer a “los cuatro que constituyen el Uno”. En otras palabras, el primer cuaternario que debe conocer, y conocerlo bien, es lo que él es esencialmente:

  1. Cuerpo físico, naturaleza emocional sensorial, mente y alma.
  2. Alma, mente, cerebro y el mundo externo de fuerzas.
  3. Espíritu, alma y cuerpo, dentro del gran Todo.

Esto supone una realización verdaderamente espiritual y la capacidad, en consecuencia, de actuar como alma. Hasta que no se hayan alcanzado, se puede ser un aspirante que practica magia blanca, pero no aún un mago blanco.

Segundo, debe reconocer a “la ciudad que tiene cuatro lados”. También debe comprender el significado de “el ser humano, el cubo”, de tres maneras: [i547]

  1. de sí mismo como ser humano,
  2. de sus semejantes en relación a sí mismo y al Todo,
  3. del cuarto reino de la naturaleza, el reino humano, o viendo todo el reino como una entidad, una vida organizada funcionando en el plano físico, habitada por el alma, animada por el espíritu.

Esto significa, por consiguiente, que como ser humano responde a su especie y es consciente del propósito del reino al que pertenece. Esto puede ser expresado mejor en las maravillosas palabras tomadas de un antiguo escrito de los archivos de los Maestros. Se dice que datan de los primeros tiempos atlantes. El material con que está hecho es tan viejo y frágil, que lo único que los mismos Maestros pueden tocar y ver es una precipitación del mismo, estando el original guardado en Shamballa. Dice así, con algunas omisiones que no es conveniente insertar:

“En las cuatro esquinas del cuadrado, los cuatro angélicos... son vistos. Son de color anaranjado, pero velados en luz rosada. Dentro de cada forma, rodeada de llama azul, se ve la llama amarilla...

“Ellos expresan cuatro palabras, una para cada raza humana, pero no el sonido sagrado que trae la séptima. Dos palabras se han desvanecido, cuatro son hoy pronunciadas. Una se pronuncia en reinos tan elevados que el ser humano no puede penetrar como individuo. Así las siete palabras del ser humano resuenan alrededor del cuadrado, pasando de boca en boca.

“Cada día del ser humano las palabras toman forma y parecen diferentes. En... las palabras serán las siguientes:

“Desde el norte es cantada una palabra que significa... sé puro.

“Desde el sur, la palabra surge. Yo dedico y...

“Desde el este, trayendo una luz divina, la palabra viene vibrando alrededor del cuadrado: Amad a todos.

“Desde el oeste, la respuesta es devuelta: Yo sirvo”.

Este es un débil esfuerzo para expresar, en lenguaje moderno, las antiguas frases atlantes, más antiguas que el sánscrito o el senzar, y [i548] conocidas solo por unos pocos miembros de la actual Jerarquía. Pero, en los pensamientos de pureza, dedicación, amor y servicio, están resumidos la naturaleza y el destino del ser humano, y debe recordarse que no representan las llamadas cualidades espirituales, sino fuerzas potentes ocultas, dinámicas en su incentivo y creadoras en su resultado. Esto debe ser considerado cuidadosamente por todos los aspirantes. Tenemos, por lo tanto, con estas cuatro realizaciones espirituales agregadas a la primera, cinco cualidades del mago blanco.

Tercero, el mago blanco debe reconocer la cruz que se alza en los Cielos, donde el Cristo cósmico es crucificado, y en la que el mago blanco, siendo una célula en el cuerpo del Cristo cósmico, es también crucificado. Técnica y astrológicamente hablando, en esta época actual él debe comprender el significado interno de Tauro, Leo, Escorpio y Acuario, porque son poderosos en nuestro ciclo mundial. También debe ser capaz, si puedo decirlo al mismo tiempo simbólica y correctamente, de expresar la realización que es la meta de su esfuerzo en cada uno de estos cuatro signos y bajo cada uno de estos cuatro poderes. En Tauro tiene que ser capaz de decir: “Busco la iluminación y yo mismo soy la luz”. En Leo dirá: “Reconozco ser el Uno. Rijo por medio de la Ley”. La palabra que expresará en Escorpio será: “La ilusión no puede atraparme. Soy el ave que vuela con entera libertad”. En Acuario las palabras serán: “Soy el servidor y el dispensador del agua viviente”.

Las cualidades ocultas que he mencionado superficialmente, deben ser estudiadas con cuidado por el estudiante, y a medida que las analiza y vive de acuerdo a estas reglas, emergerán diversas cualidades que lo caracterizarán. Debe recordarse que todo lo dicho aquí tiene un significado distinto en cada plano [i549] y en las siete etapas de consciencia, a medida que se expresan en los siete campos del conocimiento.

Finalmente, en lo que respecta al aspirante lector de estas instrucciones, debe haber trascendido las cuatro nobles verdades, haber aprendido el significado de los cuatro evangelios, haber comprendido el significado y el propósito de los cuatro elementos -tierra, agua, fuego, aire- y, esotéricamente hablando, haber pasado como un Salvador a través de los cuatro reinos. Esta última frase será comprendida verdaderamente en la cuarta iniciación. Cuando lo haya hecho, podrá decir: “El deseo no me esclaviza, permanezco libre. Deseo todo y nada. Vivo y muero, soy inmolado y me levanto de nuevo; vengo y voy por propia voluntad. Bajo mis pies está la tierra y el agua lava mi forma. El fuego destruye lo que impide mi camino, soy amo del aire. A través de todo el mundo de las formas han pasado mis pies. Todo existe ahora para mí, y yo, el servidor del todo, persisto”.

Estudien estas palabras y observen cómo el concepto de los requisitos ideales que constituyen las facultades del mago blanco ha progresado constantemente.

Podría hablar más detalladamente sobre muchos otros cuaternarios, pero los pocos citados son suficientes para demostrar algunos de los reconocimientos hacia los cuales tiende el aspirante. Únicamente voy a referirme al cuaternario de color violeta, o los cuatro tipos de energía que constituyen el cuerpo vital o etérico de todas las formas del mundo natural. Nuevamente tenemos aquí tres superiores y uno inferior, que indican siempre los tres aspectos o principios de la divinidad, y la forma mediante la cual los tres deben manifestarse. Espíritu, alma y cuerpo expresan la misma idea desde otro ángulo, más lo que es producido por su interacción. Debe recordarse siempre que, desde el punto de vista de la Realidad, lo que llamamos cuerpo físico denso, tangible y objetivo, es tan solo una ilusión. Se nos ha dicho, una y otra vez en las antiguas escrituras, que no es un principio. ¿Por qué no lo es? Por ser solo una [i550] apariencia producida por la fusión de los tres superiores y el cuarto, y esta apariencia es una ficción e imaginación de la mente humana. No hablo en parábolas; solo expreso hechos de la naturaleza, que serán considerados progresiva y plenamente por los filósofos de ambos hemisferios. Tanto en el sistema solar, el macrocosmos del microcosmos, como en el microcosmos, hay siempre tres planos superiores que incorporan los principios, producen el propósito dinámico y constituyen los cuatro niveles del cuerpo etérico, tanto de Dios como del Humano, considerándolos desde el punto de vista físico o de la energía. Estos cuatro se reflejan en la división de los cuatro niveles etéricos del plano físico, en lo que se refiere al cuerpo físico de todas las formas. Estos cuatro niveles etéricos o grados de sustancia vital, constituyen lo que se le llama “forma verdadera” de todos los objetos o fenómenos materiales, y responden a los cuatro tipos superiores de energía espiritual que generalmente llamamos divina.

Esta relación entre la trinidad prototípica, su plano de fusión y el reflejo etérico, se encuentra en todas las formas, según el tipo de energía que predomine. En cada uno de los cuatro reinos de la naturaleza, se hallan los cuatro tipos, pero el cuarto etérico se encuentra en mayor grado en el reino mineral que en el humano, mientras que el más elevado de los cuatro éteres se encuentra, en mayor proporción, en el humano que en los otros reinos. Esto que les digo puede confundir al neófito, porque las palabras energía, propósito dinámico, vitalidad y sustancia etérica significan poco para el principiante, pero sirven para indicar algunos de los conocimientos que debe captar el trabajador en magia blanca. Esto podría ser ilustrado, por ejemplo, diciendo que al trabajar en el reino mineral, el cuarto reino de la naturaleza desde el punto de vista de Dios, y el primero desde el punto de vista de tiempo y espacio, se trabajará con el cuarto éter cósmico (energía búdica), utilizando [i551] éter del cuarto grado en su propio cuerpo como agente transmisor, y así sucesivamente en conexión con los otros tres reinos de la naturaleza. Uno de los secretos aún no revelados, afortunadamente, y que no lo será durante algún tiempo, se refiere a la cuestión de si el violeta claro es el color del superior o el inferior de los cuatro.

La consideración de estos diferentes cuaternarios, que es necesario que el mago blanco comprenda, y las cualidades que debe poseer antes de efectuar el trabajo mágico, conduce a la siguiente pregunta: ¿existe alguna fórmula o proposición básica que debe regir la actividad mágica?

Por supuesto, esta pregunta es demasiado general y vaga, pero hasta que la inclusividad de la mente humana no sea mayor que la actual, inevitablemente se formularán tales preguntas. Sin embargo, puedo darles una respuesta breve que contiene la clave de todo el proceso. Cuando sea correctamente comprendida, gobernará el método de trabajo y la vida mental del trabajador en magia blanca. Mi respuesta es la siguiente: las Potencias producen precipitación. Estas palabras encierran todo el asunto. Resumen la historia del Creador y la historia de la vida y el medio ambiente que condiciona a cada ser humano. Dan cuenta de todo lo que es y subyace detrás de la ley de renacimiento. Estas potencias son impulsadas a la actividad por el poder del pensamiento, y por lo tanto al entrenarlas para que sean creadoras y al enseñarles a gobernar y controlar sus propios destinos, los Maestros de la raza comienzan con el aspecto mental de los aspirantes. Acentúan lo que gobernará las potencias; se ocupan de lo que produce la forma objetiva, que es calificada, energizada por ellas y que cumple el propósito del Pensador.

El pensador es, entonces, el factor esencial; por lo tanto, llegará a ser evidente, a medida que estudian estas palabras, lo que está sucediendo hoy en el mundo. La [i552] tendencia de nuestra civilización moderna, a pesar de todos sus errores, es producir pensadores. Educación, libros, viajes, en sus muchas y variadas formas, enunciaciones de la ciencia y la filosofía, y ese anhelo interno que llamamos impulso religioso, pero que en realidad constituye un impulso hacia la verdad y su verificación mental -todos estos factores tienen un solo objetivo, producir pensadores-. Un verdadero pensador es un creador incipiente que (inconsciente al principio, pero consciente después) manejará el poder a fin de “precipitar” u obligar a emerger las formas objetivas. Estas formas estarán de acuerdo al propósito y al plan divino y, en consecuencia, harán progresar la causa de la evolución, o bien

serán animadas por la intención personal, caracterizadas por propósitos egoístas separatistas, y por lo tanto, constituyen parte del trabajo de las fuerzas retroactivas y de los elementos materialistas, perteneciendo por naturaleza a la magia negra.

Nuevamente aparecen los cuatro:

  1. El pensador.
  2. El poder.
  3. La cualidad del poder.
  4. La precipitación.