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3. La Gran Rueda y el Desenvolvimiento Espiritual. - Parte 2

En vista de lo antedicho y partiendo del hecho básico de la Gran Ilusión, se deberá recordar que [i69] la exactitud de la predicción e interpretación astrológicas estarán basadas en tres factores:

1. La potencia de las formas mentales que han sido construidas en conexión con los doce signos. Estas formas mentales fueron construidas o ancladas originalmente en el plano mental por la Jerarquía en días Atlantes, y desde entonces han ido acrecentando constantemente su poder. Sirven de puntos focales para ciertas fuerzas y capacitan al individuo para estar, por ejemplo, en contacto con grandes depósitos de energía, que lo condicionan en forma definida.

2. La intuición del astrólogo. La confección del horóscopo sirve para que el astrólogo se ponga en armonía con el individuo, pero es de poca utilidad para ambos si la intuición y la sensibilidad del astrólogo no están presentes activamente.

3. La capacidad del astrólogo para responder a los cambios que se producen continuamente en cualquier período específico, tales como la desviación y el gradual traslado o cambio ocasionado por la precesión de los equinoccios, o el lento desvío del polo del planeta. A esto debe agregarse que, a medida que el ser humano evoluciona, se perfecciona también constantemente el mecanismo de respuesta, o los vehículos de la consciencia. Por lo tanto, sus reacciones a las influencias planetarias y a la energía de las distintas constelaciones cambian de manera igualmente constante, y esto debe tenerse en cuenta. En consecuencia, es esencial que el astrólogo moderno empiece a estudiar el punto de evolución del sujeto, previamente a la confección del horóscopo, asegurándose el lugar aproximado que ocupa en el sendero de evolución. Para eso es necesario que haga un estudio de los rayos, investigando la cualidad, las características y los objetivos de la vida. [i70]

Los astrólogos podrán, oportunamente, confeccionar el horóscopo del alma, que es sensible a otras combinaciones de fuerzas, distintas de las que controlan la vida de la personalidad. El discípulo y el iniciado responden distintamente a las influencias entrantes, y sus respuestas difieren de las del ser humano no evolucionado o de la persona centrada en sí misma. Esto tendrá que ser reconocido. Quienes viven “debajo del diafragma” y reaccionan a las energías entrantes por medio de los centros inferiores, tendrán un tipo de horóscopo diferente del discípulo y del iniciado, y esto requerirá una interpretación distinta. Anteriormente me he referido a ello y les recordaré algunos de los puntos mencionados:

1. Los discípulos que están en el Sendero del Discipulado están influidos fuertemente por Mercurio y Saturno: Uno trae iluminación, el otro ofrece oportunidades.

2. En las distintas iniciaciones, la influencia de los planetas afecta al candidato en forma totalmente distinta de la anterior. Cíclicamente las energías provenientes de las constelaciones afluyen a través de los centros planetarios.

a. En la primera iniciación, el discípulo debe luchar contra las fuerzas cristalizadoras y destructoras de Vulcano y Plutón. La influencia de Vulcano llega a lo más recóndito de su naturaleza, mientras que Plutón trae a la superficie y destruye los obstáculos generados en esas regiones inferiores.

b. En la segunda iniciación, el candidato está sujeto a la influencia de tres planetas –Neptuno, Venus y Júpiter . Los tres centros –plexo solar, cardíaco y laríngeo– están activamente implicados.

c. En la tercera iniciación, la Luna (velando un planeta oculto) y Marte crean un pavoroso conflicto [i71], pero finalmente el ser humano se libera del control de la personalidad.

d. En la cuarta iniciación, nuevamente Mercurio y Saturno provocan grandes cambios y hacen una revelación única, pero su efecto es muy diferente del de la experiencia anterior.

e. En la quinta y última iniciación, Urano y Júpiter aparecen y producen una “organización benéfica” de todas las energías que se hallan en el equipo del iniciado. Cuando esta organización se ha completado le es posible al iniciado “evadirse de la rueda, entonces verdaderamente puede vivir”.

Durante todo ese tiempo, la energía del Sol (ocultando un planeta sagrado hasta ahora desconocido) llega firme y persistentemente al ser humano por medio del Ángel solar. [i72]