Navegar por los Capítulos de este Libro

Pregunta 2. ¿Cuáles son el Origen, la Meta, el Propósito y el Plan del Alma? - Parte 1


Los siete rayos son la suma total de la divina Conciencia, la Mente Universal; podrían ser considerados como las siete Entidades inteligentes a través de las cuales el plan se desarrolla. Personifican el divino propósito; expresan las cualidades requeridas para la materialización de ese propósito; crean las formas, y son las formas mediante las cuales la idea divina puede ser llevada a su consumación. Simbólicamente pueden considerarse como que constituyen el cerebro del divino Ser Humano Celestial. Corresponden a los ventrículos del cerebro, a los siete centros del cerebro, a los siete centros de fuerza y a las siete glándulas principales que determinan la calidad del cuerpo físico. Son los conscientes ejecutores del [i60] propósito divino y los siete Alientos que animan todas las formas que han sido creadas por Ellos para llevar a cabo el plan.

Tal vez sería más fácil comprender la relación de los siete rayos con la Deidad, si recordamos que el ser humano mismo (por ser hecho a imagen de Dios) es un ser séptuple, capaz de expresar siete estados de conciencia y los siete principios o cualidades fundamentales que le permiten percibir los siete planos en los cuales actúa en forma consciente o inconsciente. Es un septenario en todo momento, pero su objetivo es percibir conscientemente todos los estados del ser, expresar conscientemente todas las cualidades y actuar libremente en todos los planos.

Los Seres que pertenecen al séptimo rayo, a diferencia del ser humano, son totalmente conscientes y perciben en su totalidad el propósito y el Plan. Están siempre en “profunda meditación”, y llegaron al punto en que, a través de Su avanzada etapa de desarrollo, son “impulsados hacia la realización”. Son totalmente conscientes de sí mismos y del grupo; constituyen la suma total de la mente universal, y se hallan “despiertos y activos”. Su meta y propósito es de tal naturaleza que sería inútil especular sobre ambos, porque el punto más elevado de realización para el ser humano es el punto más bajo para Ellos. Estos siete Rayos, Alientos y Seres Humanos Celestiales tienen como tarea luchar con la materia a fin de subyugarla al propósito divino, y la meta -hasta donde podemos percibirla- es someter las formas materiales a la acción del aspecto vida, produciendo así esas cualidades que llevarán la voluntad de Dios a su culminación. Por lo tanto, constituyen la suma total de todas las almas dentro del sistema solar, y Su actividad produce todas las formas; de acuerdo a la naturaleza de la forma así será el grado de conciencia. A través de los siete rayos fluye la vida o aspecto espíritu, pasando cíclicamente a través de todos los reinos de la naturaleza, produciendo así estados de conciencia en todos los campos de percepción. [i61]

Para llevar a cabo los propósitos de este tratado, los estudiantes tendrán que aceptar la hipótesis de que todo ser humano es arrastrado a la manifestación por el impulso de algún rayo, está coloreado por esa particular cualidad de rayo que determina el aspecto forma, e indica el camino que debe seguir y le permite (cuando llegue a la tercera iniciación) presentir y luego colaborar con el propósito de su rayo. Después de la tercera iniciación comienza a presentir el propósito sintético para el cual trabajan los siete rayos. Como este tratado ha sido escrito para los aspirantes y discípulos, y no para los iniciados de tercer grado, es innecesario hacer conjeturas sobre este destino final. El alma humana es una síntesis de la energía material cualificada por la conciencia inteligente, además de la energía espiritual que está, a su vez, cualificada por uno de los siete tipos de rayo. Así emerge el ser humano, un hijo de Dios encarnado en la forma, con una mano, como dice El Antiguo Comentario, aferrada firmemente a la roca de la materia y la otra sumergida en un mar de amor. Una antigua escritura lo expresa de esta forma:

“Cuando la mano derecha del individuo material toma la flor de la vida y la arranca para él, la mano izquierda permanece vacía.
Cuando la mano derecha del individuo material toma el loto dorado del alma, la izquierda desciende buscando la flor de la vida, aunque no lo hace para fines egoístas.
Cuando la mano derecha sostiene firmemente el loto dorado y la mano izquierda toma la flor de la vida, el individuo descubre que es la planta de siete hojas que florece en la tierra y también ante el Trono de Dios.”

El propósito de la Deidad, como lo conoce el Creador, es desconocido totalmente para todos, excepto para los iniciados más elevados. Pero el propósito de cada Vida de rayo puede ser sentido y definido, sujeto por supuesto a las limitaciones de la mente humana y a lo inadecuado de las palabras. La actividad planeada de cada rayo cualifica toda forma que se halla dentro de su cuerpo de manifestación.

Hemos llegado ahora a una declaración técnica que debe ser aceptada para bien del argumento, pues es imposible comprobarlo. [i62] Los Señores de los rayos crean todos un cuerpo de expresión, y de este modo han venido a la existencia los siete planetas. Damos a continuación sus expresiones principales:

El Sol (que oculta a Vulcano)
Júpiter
Saturno
Mercurio
Venus
Marte
La Luna

Las energías de estas siete Vidas, sin embargo, no están confinadas a su expresión planetaria, sino que se extienden alrededor de los confines del sistema solar, así como los impulsos de la vida de un ser humano -sus fuerzas vitales, el impulso de sus deseos y sus energías mentales- recorren su cuerpo activando los diversos órganos, permitiéndole llevar a cabo su intención, vivir su vida y cumplir el objetivo para el cual creó su cuerpo de manifestación.

Cada uno de los siete reinos de la naturaleza reacciona a la energía de alguna Vida particular de rayo. Cada uno de los siete planos reacciona en forma similar. Cada septenario de la naturaleza vibra con uno de los septenarios iniciales, porque los siete rayos establecen ese proceso que asigna los límites de influencia para todas las formas. Son aquello que determina todas las cosas, y al emplear estas palabras quiero indicar la necesidad de que prevalezca la Ley. La Ley es la voluntad de las siete Deidades, que se plasman en la sustancia a fin de producir una intención específica, mediante el método del proceso evolutivo.

A. LOS TRES RAYOS DE ASPECTO

Ahora me referiré al propósito del rayo descrito en una antigua enseñanza, redactada en hojas tan viejas que la escritura se va desvaneciendo lentamente. La traduciré en lenguaje moderno, aunque se perderá gran parte del significado. [i63]

EL PRIMER PROPÓSITO DE LA DEIDAD

1er. Rayo. Voluntad o Poder.

Detrás del sol central sagrado, se halla oculta dentro de sus rayos una forma. Dentro de esa forma fulgura un punto de poder que aún no vibra, pero brilla cual luz eléctrica.
Ígneos son sus rayos. Consume todas las formas, pero no afecta la vida de Dios encarnado.
Desde el Uno que contiene a los siete, surge una palabra. Esa palabra reverbera a lo largo de la línea de esencia ígnea, y al resonar dentro del círculo de las vidas humanas, se convierte en una afirmación, un mandato expresado o una palabra de poder. Así queda plasmado en el molde viviente, el pensamiento de... (el nombre oculto e inexpresable del rayo).
Que el dinámico poder y la eléctrica luz revelen el pasado, destruyan la forma y abran la puerta dorada. Esta puerta revela el camino que conduce hacia el centro donde mora Aquel cuyo nombre no puede ser oído dentro de los confines de nuestra esfera solar.
Su manto azul oculta su eterno propósito, pero cuando el sol sale y se pone, su rojo orbe es visto.
Su palabra es poder. Su luz es eléctrica. El relámpago es su símbolo. Su voluntad se halla oculta en la cámara de su pensamiento. Nada es revelado.
Se siente su poder. Los hijos de los seres humanos, que reaccionan a su poder, elevan a los límites más remotos de la luz, un interrogante:
¿Por qué este poder ciego? ¿Por qué la muerte? ¿Por qué esta desintegración de las formas?
¿Por qué negar el poder de poseer? ¿Por qué la muerte, oh Poderoso Hijo de Dios?
Imperceptiblemente llega la respuesta: poseo las llaves de la vida y de la muerte. Ato y desato. Soy el Destructor.

Este Señor de rayo no está aún en plena expresión, excepto a medida que causa destrucción y pone fin a los ciclos. Las Mónadas de poder son numéricamente inferiores a las otras. Los egos que pertenecen al rayo de poder no son muchos, y se caracterizan por la voluntad dinámica, y su poder dentro de la familia humana se desarrolla como fuerza destructiva, pero en último análisis es una destrucción que traerá la liberación. A medida que estudiamos los egos y las personalidades de primer rayo, observamos [i64] que la muerte y la destrucción siempre están presentes en su trabajo, de allí, la aparente crueldad e impersonalidad de sus reacciones. Los que pertenecen al primer rayo no tienen en cuenta la forma; su energía produce la muerte de la forma, pero introduce grandes períodos cíclicos de pralaya; el primer rayo controla el drama de la muerte en todos los reinos -destruye las formas, lo cual origina la liberación del poder y permite la “entrada a la Luz a través del portal de la Muerte”. La intención del Señor de primer rayo es permanecer detrás de Sus seis Hermanos, a fin de destruir las formas que Ellos han construido después de haber realizado Su propósito. Esto lo realiza haciendo pasar Su Poder a través de Sus cuerpos, y Su esfuerzo unido conduce a la abstracción y a retornar al centro del cual provino el impulso inicial. El propósito del primer rayo consiste, por lo tanto, en producir la muerte; una idea del mismo puede vislumbrarse al analizar algunos de los nombres aplicados al Señor de este rayo.

El Señor de la Muerte
El Que Abre la Puerta
El Que Libera de la Forma
El Gran Extractor
El Elemento Ígneo que trae destrucción
El Cristalizador de la Forma
El Poder que toca y se retrae
El Señor de la Tierra Ardiente
La Voluntad que irrumpe en el Huerto
El que roba las Almas
El Dedo de Dios
El Aliento que quema
El Relámpago que aniquila
El Altísimo

Las cualidades y características de este Señor, que trae consigo la liberación, pueden ser inferidas de los seis aforismos que, según una antigua leyenda, le fueron dados por Sus seis Hermanos cuando Le rogaban que detuviera Su mano y Les diera tiempo para desarrollar Sus propósitos: [i65]

1. Mata el deseo cuando el deseo ha cumplido su trabajo. Tú eres el que señala la realización.
            Cualidad . . . . Clara visión.

2. Busca el camino apacible, Oh Señor de Poder. Espera a tu hermano en el sendero de Amor. Él construye las formas que pueden resistir tu poder.
            Cualidad . . . . Poder dinámico.

3. Detén tu mano hasta que haya llegado el momento. Entonces, otorga el don de la muerte, oh tú que abres la Puerta.
            Cualidad . . . . Sentido del tiempo.

4. No permanezcas solo, únete a los muchos. Tú eres el Uno, el Aislado. Ven hacia los tuyos.
            Cualidad . . . . Soledad.

5. Conduce a los tuyos, pero aprende a conocerlos. No odies el apego, pero ve su plan y su propósito.
            Cualidad . . . . Desapego.

6. La vida palpita a través de ti, el ritmo se impone. La vida es todo. Ama la vida en todas sus formas.
            Cualidad . . . . Unidad de Propósito.

Las seis cualidades enumeradas expresan la fuerza de este rayo al hacer sentir su presencia en el cuarto reino de la naturaleza. Los efectos en los demás reinos difieren, pero limitaremos nuestra atención al punto de vista de la humanidad. El propósito del primer rayo y su principal trabajo consiste en hacer que terminen y mueran todas las formas de todos los reinos de la naturaleza y en todos los planos. La energía de este Señor de rayo provoca la muerte de una hormiga o un sistema solar, de una organización, una religión o un gobierno, de un tipo de raza o un planeta. Su voluntad o propósito actúa a través de la ley de periodicidad.

EL SEGUNDO PROPÓSITO DE LA DEIDAD

2do. Rayo. Amor-Sabiduría.

El Verbo emana desde el corazón de Dios, y emerge desde un punto central de amor. Ese Verbo es el amor mismo. El divino deseo colorea toda esa vida de amor. Dentro de la Jerarquía humana, tal afirmación adquiere poder y sonido.
En el principio era el Verbo. El Verbo ha morado y mora en Dios. En él era la luz. En Él era la vida. Dentro de Su luz caminamos.

[i66] Su símbolo es el trueno, el Verbo que se expresa cíclicamente durante las edades.

Algunos de los nombres aplicados a este Señor de rayo, que imparten su propósito son:

El Que despliega la Gloria
El Señor de Amor Eterno
El Imán Cósmico
El Dador de Sabiduría
La Radiación de la Forma
El Maestro Constructor
El Otorgador de Nombres
El Gran Geómetra
El Que Oculta la Vida
El Misterio Cósmico
El Portador de Luz
El Hijo de Dios Encarnado
El Cristo Cósmico

La leyenda dice que los seis Hermanos resumen sus cualidades en los siguientes aforismos:

1. Emite el Verbo y expresa el radiante amor de Dios. Haz que todos los seres humanos oigan.
            Cualidad . . . . Amor divino.

2. Que brille la gloria del Señor. Que haya radiante luz lo mismo que radiante amor.
            Cualidad . . . . Radiación.

3. Atrae hacia ti el objeto de tu búsqueda. Arrebátalo de la noche del tiempo y trae a la luz del día a aquel que tú amas.
            Cualidad . . . . Atracción.

4. Cuando la luz y el amor se demuestren deja que el poder interno produzca la perfecta flor. Que se emita la palabra que cura la forma. La secreta palabra que deberá ser entonces revelada.
            Cualidad . . . . El poder de salvar.

5. Salvación, luz y amor, con el poder magnético de Dios, producen la palabra sabiduría. Emite esa palabra, y conduce a los hijos de los seres humanos desde el sendero del conocimiento al sendero de la comprensión.
            Cualidad . . . . Sabiduría.

6. Dentro del radio del amor de Dios, dentro del círculo del sistema solar giran todas las formas, todas las almas, todas las vidas. Que cada hijo de Dios entre en su sabiduría. Revela a cada uno la unicidad de las muchas vidas. [i67]
            Cualidad . . . . Expansión e inclusividad.

El tercer rayo, que tiene un ciclo muy extenso y está en manifestación desde 1425 d.C., tiene un efecto directo sobre la quinta raza raíz o Aria, y en conexión con esto hay una serie de frases curiosas que expresan su propósito.

EL TERCER PROPÓSITO DE LA DEIDAD

3er. Rayo. Inteligencia Activa o Adaptabilidad.

Que el Guardián del Sur continúe con la construcción. Que aplique la fuerza que creará la brillante piedra viviente que encaja con toda exactitud en los planos del templo.
Que prepare la piedra angular y la coloque sabiamente en el norte, bajo el ojo de Dios Mismo, y la someta al equilibrio del triángulo.
Que el Investigador del pasado descubra el pensamiento de Dios, oculto profundamente en la mente de los Kumaras de Amor, y lleve a los Agnishvattas, que esperan en el lugar de la oscuridad, al lugar de la luz.
Que el Guardián de las chispas exhale el aliento divino sobre los puntos de fuego y avente la llama de lo que está oculto, lo que no se ve, e ilumine así todas las esferas donde Dios actúa.

Quisiera llamar la atención sobre el hecho de que lo único que aquí puedo hacer es poner en palabras ciertos antiguos símbolos y acentuar el proceso (adoptado por los antiguos instructores iniciados) de emitir una palabra o sonido, que produzca una forma simbólica, que a su vez pueda ser traducida en palabras, las cuales también deben ser a su vez captadas intuitivamente y adaptadas a la necesidad individual, para ser asimiladas y llevadas a la práctica en la vida. De otra manera estas antiguas e interesantes ideas y estos nombres interpretativos y aforismos que trasmiten el “poder de las cualidades”, serían más que inútiles y servirían sólo para aumentar la responsabilidad. La capacidad de ver los significados objetivos y [68] luego aplicarlos a la vida, es una expresión del verdadero sentido esotérico. Si se estudian con atención estas frases y clasificaciones, se hallará que indican el rayo individual de cada uno y sus tendencias y propósitos en la vida; si la atracción que ejercen las distintas afirmaciones hechas sobre un rayo particular, evocan una comprensión intuitiva de parte del estudiante, de modo que se reconozca a sí mismo, la energía de su rayo y los aspectos de su latente y profundamente ansiada naturaleza espiritual, lo que aquí imparto sobre el Propósito, el Nombre y la Cualidad, será beneficioso y útil.

Algunos de los nombres del Señor del tercer rayo indican cómo emplea Su fuerza y cuál es Su verdadera naturaleza, éstos son:

El Custodio de los Archivos
El Señor de la Memoria
El Unificador da los Cuatro Inferiores
El Intérprete de lo Que he visto
El Señor del Equilibrio
El Divino Separador
La Esencial Vida Discriminadora
El Que produce la Alianza
El Triángulo de Tres lados
El Iluminador del Loto
El Constructor de los Cimientos
El Precursor de la Luz
El Que vela y sin embargo revela
El Dispensador del Tiempo
El Señor del Espacio
La Mente Universal
El Triple Pabilo
El Gran Arquitecto del Universo
Y muchos otros términos que señalan la relación que existe con la luz, el tiempo, el espacio, el Logos manifestado, la materia y “el poder que evoca la forma”.

Si todos estos nombres se estudian en conexión con el desarrollo moderno, o la cultura y ciencia modernas, se evidenciará cuán poderosa e influyente es en nuestros días y época [i69] esta Vida especial de rayo, y cómo se aplican Sus energías (habiendo producido los mundos objetivos tangibles, para manifestar la moderna civilización, con su énfasis sobre el materialismo, su búsqueda respecto a la naturaleza del tiempo y el espacio, y ese desarrollo mental cuya expresión es gloria y destino de nuestra particular raza.

Las cualidades que caracterizan a este Señor de rayo están enumeradas en las siguientes frases. Se debe tener en cuenta que la séptima característica o sintética, de cada uno de los rayos está contenida en el nombre del rayo y no se menciona específicamente en las otras seis cualidades. Sus seis Hermanos, Hijos del Padre Uno, entonaron estos mandatos en el día de Su renovada actividad (denominado el día de la creación).

1. Que se produzca la forma dual y oculte la vida. Que aparezca la forma y pruebe que es divina. Todo es de Dios.
            Cualidad . . . . El Poder de manifestar.

2. Que dé forma a la envoltura de acuerdo a lo que la habita. Que aparezca el huevo del mundo. Que pasen las edades, entonces que aparezca el alma. Que emerja la vida dentro del tiempo designado.
            Cualidad . . . . El Poder de evolucionar.

3. Que la mente controle. Que el claro fulgor del sol de la vida revele la mente de Dios, y que ponga en su camino a Aquel que brilla. Luego que lo conduzca al punto central donde todo se pierde dentro de la luz sempiterna.
            Cualidad . . . . Iluminación mental.

4. Dios y Su forma son uno. Oh soberano Señor de la forma revela este hecho. Dios y Su forma son uno. Niega el concepto dual. Da color a la forma. La vida es una; la armonía es completa. Comprueba que los dos son uno.
            Cualidad . . . . El Poder de producir síntesis en el plano físico.

5. Que se confeccionen las vestiduras del Señor y se presente el manto de muchos colores. Luego que se separe el manto de Eso que se oculta entre sus numerosos pliegues. Que se aparten las envolturas que velan. Que Dios sea visto. Que descienda Cristo de la cruz.
            Cualidad . . . . Investigación científica.

6. Que converjan los dos senderos. Que equilibre los pares de opuestos [i70] y que aparezca el sendero entre ambos. Dios, el sendero y el ser humano son uno.
            Cualidad . . . . El Poder de manifestar.

Así los tres rayos principales resumen en sí mismos el proceso de la creación y de la energización mediante el impulso de la divina voluntad; el trabajo de los cuatro rayos menores (como se los denomina, aunque no existen menores ni mayores) consiste en elaborar o diferenciar las cualidades de la vida y producir la infinita multiplicidad de formas que permitirá a la vida asumir sus muchos puntos focales y expresar, mediante el proceso evolutivo de manifestación, sus diversas características.

B. LOS CUATRO RAYOS DE ATRIBUTO

EL CUARTO PROPÓSITO DE LA DEIDAD

4to. Rayo. Armonía, Belleza, Arte.

Color y, sin embargo, no se ve color alguno. El Sonido y el Uno inaudible se encuentran en un punto infinito de paz. El Tiempo y el Uno imperecedero niegan los pensamientos de los seres humanos. Pero el tiempo no existe.
Allí se encuentra la forma, sin embargo, el sentido psíquico revela lo que la forma es incapaz de ocultar -la síntesis interna, el omniabarcante prisma, ese punto de unidad que, al ser debidamente alcanzado, revela otro punto, donde los tres son uno y no existen solamente los dos.
Forma y alma se fusionan. La visión interna vigila la fusión, conoce la divina relación y ve a los dos como uno. Pero desde ese punto de realización elevada fulgura una visión superior ante el abierto ojo interno. Los tres son uno. No sólo los dos. Sigue tu camino en el Sendero, oh peregrino.

Al leer estas palabras el estudiante debe tener en cuenta que la antecámara ha quedado atrás y el ser humano se encuentra (cuando ha permitido que el cuarto rayo haga su trabajo y él pueda actuar por lo tanto en el cuarto plano o búdico) dentro del templo del Señor. Ha descubierto cierta medida de luz, pero en esa luz ve ya la luz, y visualiza una revelación y brillantez mayores. Esto se convierte ahora en el objeto de su búsqueda. [i71] Ha dominado la manera de utilizar la dualidad y ha aprendido a unificar el alma y el cuerpo en un sólo instrumento para el espíritu. Ahora continúa su camino para lograr la gran síntesis.

El Señor del cuarto rayo tiene muchos nombres que merecen una cuidadosa consideración y estudio. En menos de cien años este Señor de poder armonizador tendrá más influencia y contrarrestará algunas de las alteraciones de Saturno, producidas en el primer decanato de Acuario. Mientras tanto, en el estudio de Sus nombres hallaremos resumidos Sus esfuerzos y erigirá un conjunto de pensamientos constructivos que facilitarán Su trabajo cuando esté nuevamente en manifestación activa. Sin embargo, en lo que concierne a la familia humana, ejerce siempre cierto poder, porque hay una alianza numérica entre el cuarto rayo y la cuarta Jerarquía Creadora o mónadas humanas, y el cuarto reino de la naturaleza. Por consiguiente, su poder está siempre activo:

El Percibidor en el Camino
El Vínculo entre los Tres y el Tres
El Divino Intermediario
La Mano de Dios
El Uno Oculto
La Simiente, que es la Flor
La Montaña donde muere la Forma
La Luz dentro de la Luz
El Corrector de la Forma
El Que señala la bifurcación del Camino
El Maestro
El Morador del Lugar Sagrado
El Inferior de los Tres, el Superior de los Cuatro
La Trompeta del Señor

Los aforismos relacionados con el cuarto rayo no son fáciles de comprender. Se necesita ejercitar la intuición y se imparten a través de seis cortos y extremadamente breves mandatos, pronunciados en forma curiosa, al finalizar el período creador [i72] y en la época en que la cuarta Jerarquía Creadora vino a la encarnación:

1. Pronuncia en voz baja la Palabra. Habla en voz baja.
            Cualidad . . . . Poder de penetrar en las profundidades de la materia.

2. Defiende el deseo. Da al buscador lo que necesita.
            Cualidad . . . . Los aspectos duales del deseo.

3. Haz descender el hilo. Abre el camino. Vincula al ser humano con Dios. Levántate.
            Cualidad . . . . El poder de revelar el sendero.

4. Todas las flores te pertenecen. Afirma las raíces en el lodo, las flores en el sol. Comprueba que el sol, el lodo, las raíces y las flores son uno.
           Cualidad . . . . El poder de expresar la divinidad. Crecimiento.

5. Gira, retorna y vuelve a girar. Circula cíclicamente alrededor del círculo de los cielos. Comprueba que todo es uno.
           Cualidad . . . . La armonía de las esferas.

6. Cobra el sonido. Emite el color. Produce las notas y observa que pasan a los semitonos, que a su vez producen los sonidos. Así todos son vistos como uno.
           Cualidad . . . . La síntesis de la verdadera belleza.

Esta instrucción sobre los rayos tiene una significación más profunda de lo que se puede captar. Un cuidadoso y sistemático estudio y la abstención sensata para llegar a rápidas conclusiones, será la forma más inteligente de encarar esta instrucción. Me es imposible tratar en la primera etapa sus aplicaciones psicológicas y definidamente humanas. Trato de dar un delineamiento general, impartir ideas, introducir ciertos conceptos básicos en la conciencia del lector, e intento revestir este tema, tan abstruso y difícil, en forma tal que pueda iniciar un nuevo ritmo de pensamientos y captar y asimilar una nueva comprensión. Todo esto representa en la actualidad un proceso cósmico prototípico que oportunamente conducirá a comprender la parte que puede desempeñar un individuo en el maravilloso todo cósmico. [i73] Comenzaremos con lo universal y terminaremos con lo particular, que es siempre el verdadero método ocultista.

Sin embargo, todo lo que afirmo sobre la Vida de un rayo puedo igualmente afirmarlo respecto a una vida humana, pero debe tenerse en cuenta que el tipo puro de rayo todavía no existe, porque aún no existen la forma, el mecanismo o la expresión perfectas de la cualidad de rayo, ni esa apariencia absolutamente pura, en la familia humana, excepto en casos tan raros como el Buda o el Cristo y (en otro campo de expresión) un Alejandro o un Julio César. Leonardo Da Vinci fue una expresión análoga. Los rayos conciernen a la energía y a la conciencia y determinan la expresión, pero cuando la materia utilizada y el vehículo al que se le ha dado forma no han evolucionado en forma perfecta, existe entonces la limitación y queda excluida automáticamente gran parte de la energía. El efecto de la fuerza de rayo, al actuar a través de formas imperfectas, lógicamente será deformado, restringido y mal aplicado. Permítaseme ilustrarlo.

He dicho que la energía de primer rayo actúa como destructora de las formas; debe recordarse que el destructor puro es totalmente desconocido, lo cual afortunadamente para la raza es así. Es una bendición que el ego de primer rayo esté todavía tan limitado y obstaculizado por la forma y la cualidad de ésta, que la incapacita para usar adecuada o inteligentemente su fuerza destructiva. Como bien saben, las personalidades de primer rayo son por lo general destructoras, pero la energía generada no es suficiente para causar mucho daño. Repito, el amor puro no puede ser expresado hoy, porque la naturaleza forma impide que afluya. La consideración de ambos ejemplos ayudará al lector a apreciar la situación. Pero se aproxima el momento en que se expresará más plenamente el propósito, el tipo y la cualidad de rayo y surgirá, en consecuencia, una apariencia más real.

Esto se debe a la inminente aparición o manifestación de ciertas grandes Vidas, las cuales personificarán la energía de los rayos segundo, tercero, quinto y séptimo. Constituirán puntos [i74] focales para la afluencia de estos cuatro tipos de energía divina y producirán un enorme estimulo en las unidades de vida que corresponden y responden a ellas. Se puede esperar que estos cuatro Seres aparezcan como seres humanos en el mundo moderno, antes de finalizar este siglo, y Su esfuerzo unido inaugurará definitivamente la Nueva Era e introducirá un período que pasará a la historia como época gloriosa para la quinta raza raíz. Cada uno de estos cuatro Maestros, pues en verdad lo son, constituirán subjetivamente un punto focal para la triple afluencia de energía desde el centro en el Cuerpo de Dios, simbólicamente mencionado como “el corazón del Sol”. Cada rayo es a su vez una triple entidad en manifestación, como lo es la Deidad Solar Misma. Su característica sobresaliente será el amor, y mediante esa atractiva fuerza magnética vendrán a la existencia nuevas formas, lo cual permitirá que aparezcan tipos de rayo más puros y, por lo tanto, de apariencia más expresiva. Una gran parte de la energía destructora que existe hoy en el mundo se debe a la presencia, en el plano astral, de un discípulo de primer rayo del Logos planetario. Su trabajo es despejar el camino para la manifestación de estos cuatro Discípulos mayores, primordialmente Constructores; iniciarán Su trabajo cuando hayan concluido su tarea los demoledores de la forma.

Quisiera hacerles una sugerencia, pues es necesario que comiencen a comprender ciertos métodos de la Jerarquía. El trabajo de lo que en Occidente se denomina “principio crístico”, consiste en construir formas para la expresión de la cualidad y la vida. Ése es el trabajo característico del segundo aspecto de la divinidad. El trabajo del Anticristo consiste en destruir las formas y ésta es esencialmente la tarea de la primera expresión de la divinidad. Pero la tarea del destructor no es el trabajo de magia negra, y cuando la humanidad ignorante considera que al Anticristo trabaja desde el lado de la oscuridad está muy equivocada. Su trabajo es tan benéfico como el del aspecto constructor; sólo [i75] la aversión del ser humano a la muerte de la forma hace que se considere que el trabajo del destructor sea magia negra y esté en contra de la divina voluntad y del proyecto divino. El trabajo de los representantes de ese misterioso poder que llamamos mal cósmico y el de los representantes que le responden, merece el calificativo de magia negra, pero no es aplicable al trabajo del Anticristo. Podría agregarse que el trabajo de las fuerzas negras irrumpe de abajo, mientras que el trabajo de los destructores es impulsado de arriba. Los símbolos de estos dos caminos son la espada y la cruz.

Después de estas observaciones preliminares, que tienen por objeto indicar la magnitud del tema, analizaré ahora los tres rayos que quedan aún por ser considerados.

EL QUINTO PROPÓSITO DE LA DEIDAD

5to. Rayo. Conocimiento Concreto o Ciencia.

Los truenos retumban alrededor de la cima de la montaña; oscuras nubes ocultan la forma. La niebla, que asciende desde la esfera acuosa sirve para deformar el maravilloso..., que se halla en el lugar secreto. La forma se encuentra allí. Emite su nota.
Un haz de luz ilumina la forma; lo oculto aparece. El conocimiento de Dios y el conocimiento de cómo Él Mismo se oculta, halla su culminación en los pensamientos de los seres humanos. Las energías y las fuerzas reciben sus nombres secretos, revelan su propósito interno, y todo es visto como ritmo, como un retorno a sí mismo. El gran papiro puede ya ser leído. El propósito de Dios y Sus planes ya han sido fijados, y el ser humano puede leer la forma. El Plan toma forma. El plan es forma. Su propósito es la revelación de la mente de Dios. El pasado revela la forma, pero el presente indica la afluencia de energía.
Lo que está en camino viene como una nube que vela al sol. Pero oculto detrás de esta inmanente nube está el amor, y en la tierra hay amor y en el cielo hay amor, y éste -el amor que renueva todas las cosas- debe ser revelado. Éste es el propósito que se halla detrás de todos los actos de este gran Señor del Conocimiento.

Antes de citar los nombres de esta gran Vida, [i76] quisiera indicar que el quinto rayo es de potencia excepcional y peculiar, en lo que al reino humano respecta. La razón reside en que el plano de la mente es la esfera de Su mayor actividad y en ese quinto plano se hallan los tres aspectos de la mente:

1. La mente abstracta o superior, la personificación de la tríada superior.
2. La mente concreta o inferior, el aspecto superior del yo inferior.
3. El Ego o Ángel Solar, el Hijo puro de la Mente, que expresa inteligencia abstracta y concreta, es el punto de unificación.

Esta Vida tiene también mucho poder en la actualidad en relación con la quinta raza raíz y con la trasferencia de la conciencia de la humanidad al quinto reino o espiritual. Los estudiantes aprenderían mucho si compararan el poder constructor de la mente superior con el poder destructor de la mente inferior.

Así como la personalidad no tiene otra función en el divino plan que la de ser un canal para él y el medio de expresión del alma, así también la mente inferior está destinada a ser un canal para la libre afluencia de energía de la mente superior.

El quinto rayo es un Ser que posee una luz espiritual de gran intensidad y en Su manifestación, en el quinto plano, que peculiarmente le corresponde, simboliza los tres aspectos en forma aún no lograda por ningún otro rayo. Debido a la cualidad de su mente superior, este rayo es un canal puro para la divina voluntad. A través de los grupos septenarios de Vidas solares que aparecen en los niveles mentales, puso en actividad los siete reflejos que corresponden a los siete centros de la Deidad; en lo que concierne a nuestro planeta esto es algo que ninguno de los otros seis rayos ha hecho. Esta afirmación tiene poco significado para ustedes, pero el enorme sacrificio y esfuerzo involucrados sólo ha sido igualado por el Buda en su vida; razón por la cual, [i77] en esta quinta raza, el amor y la mente deben recíproca y oportunamente revelarse mutuamente.

Algunos de los nombres dados al Señor de este rayo son:

El Revelador de la Verdad
El Gran Vinculador
El Divino Intermediario
El Cristalizador de las Formas
El Triple Pensador
La Nube sobre la Cumbre de la Montaña
El Precipitador de la Cruz
La Espada Divisora
El Aventador de la Broza
El Quinto Gran Juez
La Rosa de Dios
El Celestial
El Portal de la Mente de Dios
La Energía Iniciadora
El Regidor del Tercer Cielo
El Guardián del Portal
El Dispensador del Conocimiento
El Ángel con la Espada Flamígera
El Custodio del Secreto
El Amado del Logos
El Hermano que viene de Sirio
El Maestro de los Hierofantes

Este quinto rayo tiene muchos nombres debido a Su íntima conexión con el ser humano (desde que éste fue originalmente creado), pues no ha sido fácil elegir los que serían de mayor utilidad para permitir al estudiante formarse una idea de las características y la misión del quinto rayo; pero el estudio de los seis aforismos y las cualidades que indican, demostrarán cuán potente e importante es este Señor de rayo. Estos seis aforismos fueron entonados por Sus seis Hermanos en esa trascendente crisis cuando vino a la existencia la familia humana y los Ángeles solares se sacrificaron a sí mismos. Esotéricamente hablando, “descendieron al infierno y hallaron su lugar en la prisión”. Ese día [i78] nacieron las almas. Un nuevo reino de expresión vino a la existencia, y los tres planos superiores y los tres inferiores fueron llevados a un brillante intercambio.

1. Dios y sus Ángeles ahora se levantan y ven. Que las cimas de las montañas emerjan de la densa y acuosa niebla. Que el sol toque sus cumbres y permanezcan en la luz. Que resplandezcan.
           Cualidad . . . . La entrada y la salida de la forma.

2. Dios y sus Ángeles ahora se levantan y oyen que un profundo murmullo se eleva y el clamor del ser humano que busca penetra en sus oídos. Que el ser humano escuche. Que el ser humano llame. Que hable en voz alta.
           Cualidad . . . . El poder de hacer oír la Voz del Silencio.

3. Dios y sus Ángeles ahora se levantan y palpan. Traigan el Cetro de Poder. Extiéndanlo externamente hacia los hijos de los seres humanos; tóquenlos con el fuego y luego acérquenlos. Háganlo.
           Cualidad . . . . Actividad iniciadora.

4. Dios y Sus Ángeles ahora se levantan y saborean. Que vengan todas las experiencias. Que aparezcan todos los caminos. Que disciernan, elijan, desmenucen y analicen. Todos los caminos son uno.
           Cualidad . . . . La revelación del camino.

5. Dios y Sus Ángeles ahora se levantan y perciben el olor que asciende de la tierra ardiente de la humanidad. Que el fuego haga su trabajo. Atraigan al ser humano dentro de la hoguera, y dentro del centro rojo-rosado se despoje de la naturaleza que lo demora. Que el fuego arda.
           Cualidad . . . . Purificación por el fuego.

6. Dios y Sus Ángeles ahora se levantan y fusionan los muchos en el Uno. Que continúe el trabajo de fusión. Lo que ha traído las cosas a la existencia que produzca la causa de su cesación. Que surja ahora un solo templo. Que aparezca la gloria culminante. Que así sea.
           Cualidad . . . . Manifestación de la gran luz blanca. (El Shekinah. A.A.B.)

El lector que se aboque al estudio de estas cualidades hallará enseñanzas de utilidad práctica. Cuando a él le parece que pertenece a algún rayo particular le indicará algunas de las características que debe buscar y también [i79] lo que debe hacer, expresar y superar. Dichas cualidades deben estudiarse desde dos ángulos: su aspecto divino y el opuesto, la forma. Este quinto rayo, por ejemplo, demuestra ser el revelador del camino, y debemos recordar que revela el camino que desciende a la muerte o a la encarnación (la prisión del alma similar a la muerte) o el camino que asciende de la oscuridad a la luz pura del día de Dios. Menciono esto porque ansío grandemente que todos los que lean este tratado apliquen sus enseñanzas en la vida diaria. No tengo interés en tratar temas sobrenaturales y poco comunes que sirvan para el deleite de un apetito mental malsano. El hecho de atiborrar la mente con detalles sobre lo oculto no tiene propósito útil y sólo sirve para forzar las células cerebrales y nutrir el orgullo.