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Pregunta 3. ¿Puede ser comprobada la realidad de la existencia del Alma?


La existencia del alma ha sido satisfactoriamente refutada desde el punto de vista de la ciencia académica. Durante épocas se ha continuado la búsqueda, [i90] con el objetivo, científicamente hablando, de demostrar la ubicación del alma en el cuerpo humano. Éste ha sido el énfasis y el factor importante para la mente científica, tan distinta de la del hermano de tendencia mística.

Toda investigación, en especial la efectuada últimamente en conexión con las escuelas materialistas modernas y con la mayor comprensión del mecanismo del cuerpo humano, tiende a probar que el alma es una superstición, un mecanismo de defensa, y que el pensamiento consciente y todas las manifestaciones superiores de la mente humana (y por lo tanto las expresiones inferiores de la personalidad: el yo y la integración consciente) pueden muy bien ser justificadas y estipuladas por el actual equipo cerebral del ser humano, el sistema nervioso y endocrino, entendiéndose que todos son a su vez el resultado de un proceso largo evolutivo y selectivo. La maravilla de la máquina misma estriba en que es divina en su perfección y alcance. El ser humano ha evolucionado desde un germen primitivo, desarrollado bajo la presión de las leyes de la naturaleza, de las condiciones ambientales, además de la constante adaptación a las necesidades y a una cuidadosa selección, hasta poseer hoy un mecanismo que responde al mundo natural, a las sensaciones y a los pensamientos. Con frecuencia creen que lo denominado alma es el resultado de este proceso selectivo y que constituye la suma total del poder de responder y discernir de las células y órganos del cuerpo, además del principio vida. Se dice que todo es inherente al germen paternal y que las condiciones del medio ambiente, además de la herencia y la educación, son suficientes para explicar los fenómenos de la conciencia humana. El ser humano es una máquina, y es parte de una máquina mayor que denominamos naturaleza, y tanto el individuo como la naturaleza son manejados por leyes inmutables. No hay libre albedrío, excepto dentro de ciertos límites claramente definidos, definidos por el equipo y las circunstancias. [i91] No puede haber inmortalidad, porque cuando la máquina se descompone y desintegra, sólo quedan las células dispersas y los átomos que originalmente la componían. Cuando el principio de coherencia o de integración deja de funcionar, lo que produjo -el cuerpo coherente, funcionante- deja también de funcionar. Conciencia y elección, percepción y afecto, pensamiento y temperamento, vida y amor, carácter y facultades, todo desaparece, y sólo quedan los átomos que componían el cuerpo, los cuales a su vez se disipan y desaparecen y, finalmente, todo es reabsorbido en el depósito general de fuerzas y átomos.

¿Qué queda hoy de los incontables millones de seres humanos que han vivido y amado, sufrido y gozado en nuestro planeta, para garantizar que han existido en el pasado, por no mencionar su existencia ininterrumpida en el presente? Unos huesos, algunos edificios y luego vestigios de su influencia histórica y más tarde, con el tiempo, observamos la belleza que han dejado en el campo de la literatura, arquitectura, pintura y en esas formas en que han personificado su pensamiento y aspiración, sus visiones e ideales. En la actualidad existe en el planeta una humanidad que ha alcanzado todas las etapas de desarrollo, con mecanismos de diversas clases, adecuados e inadecuados. Hallamos que todos ellos sin excepción se derrumban bajo la experiencia y están limitados por las enfermedades u ocultan su genio; un equipo perfecto es totalmente desconocido, y cada ser humano alberga los gérmenes de la dolencia. Ninguna persona posee un mecanismo perfecto, sino que inevitablemente falla en algo, pues está condicionada por su sistema glandular, escaso o excesivamente desarrollado, que oculta en algún punto enfermedades hereditarias y debilidades raciales, y en cualquier momento puede fallar parte del mecanismo para satisfacer las necesidades físicas, emocionales y mentales del día y hora. ¿Qué nos dice esto? ¿Habla de la vida celular unida, del grupo [i92] ambiental en que se encuentra una forma particular, de la vida impersonal y abstracta de la naturaleza que la compenetra, de un ambiguo espíritu grupal que se expresa a través del cuarto reino de la naturaleza, de un yo provisorio y no permanente, o de una entidad inmortal que mora en el cuerpo?

Estos son algunos de los interrogantes que surgen en la actualidad. En último análisis, puede decirse que la creencia en la existencia del alma en gran parte es cuestión del temperamento, anhelo y deseo de esas épocas en que el individuo luchaba, sufría y aliviaba la tensión del vivir, creando un cuerpo mental alrededor de un ser feliz e inmortal, que oportuna y finalmente lo libraría de todas las vicisitudes de la existencia física. El alma puede ser considerada como una hermosa visión o una alucinación, porque lo único que prueba su existencia es el testimonio sin base sólida alguna, dado por muchos místicos que en el transcurso de las épocas han hecho contacto con Ella y obtuvieron experiencias que podrían tildarse de ilusorias, o ser el resultado de lesiones cerebrales o reacciones escapistas. Eso es lo que dicen los materialistas y los partidarios de los hechos científicos comprobados. Creencia, testimonio verbal, esperanza, acontecimientos psíquicos raros e inexplicables, conjunto de opiniones inexpertas y hallazgos de visionarios (probablemente casos psicopáticos) no son suficientes para probar la existencia del alma. Sólo demuestran el poder del ser humano para visualizar, construir imágenes y cuadros y perderse él y su espantoso presente en un mundo de ensueño y de un posible y ardientemente deseado futuro, en el cual terminarían las frustraciones, lograría la plena expresión y entraría en posesión de una imaginaria herencia, construida por él mismo con las esperanzas insatisfechas y los inexpresados anhelos de su profundamente oculta vida mental. La creencia en Dios, en el cielo y en un futuro inmortal ha derivado de un antiguo temor e ignorante terror de la humanidad infantil. Veían en todos los fenómenos de la naturaleza (incomprensibles y aterradores) la [i93] actividad de un ser humano gigantesco, construido como si fuera la proyección de su propia conciencia, el cual podía ser apaciguado o exasperado por el comportamiento de un ser humano. El resultado del efecto obtenido respecto a esa deidad, definía el destino del individuo, bueno o malo, según como reaccionaba ese Dios a sus acciones. Aquí tenemos el origen de los complejos del cielo o del infierno de las actuales creencias religiosas. De esto derivó automáticamente la idea de una entidad llamada alma, que podía gozar del cielo o sufrir en el infierno, según la voluntad de Dios y como resultado de sus acciones, mientras tenía forma humana. A medida que las formas del ser humano acrecentaban su sensibilidad y se refinaban bajo la influencia de la Ley de Selección y de Adaptación; a medida que la vida grupal era más íntima y mejoraba la integración grupal, y que la herencia histórica, tradicional y artística se enriquecía y dejaba su impronta, así crecían las ideas de Dios y similarmente las ideas sobre el alma se acrecentaban y enriquecían y profundizaban los conceptos del ser humano y el mundo acerca de la realidad, de modo que hoy enfrentamos un problema de pensamientos heredados que atestiguan un mundo de conceptos, ideas e intuiciones que tratan de lo inmaterial y lo intangible, dando testimonio milenario a una creencia sobre el alma y su inmortalidad, para lo cual no existe una justificación verdadera. Al mismo tiempo la ciencia nos ha demostrado que lo único que podemos realmente conocer con certeza es el mundo tangible de los diversos y diferentes fenómenos, con sus formas, mecanismos, tubos de ensayo, laboratorios y los cuerpos de los seres humanos “constituidos en forma maravillosa y dignos de admiración”. Éstos, en forma misteriosa, producen pensamientos, sueños e imaginaciones, y a su vez hallan expresión en los proyectos formulados en el pasado, presente y futuro, o en el campo de la literatura, el arte y la ciencia, o en la simple vida cotidiana del ser humano común que vive, ama, trabaja, se divierte, engendra hijos, se alimenta, gana dinero y duerme.

[i94] ¿Y después qué? ¿Desaparece el individuo en la nada, o sigue viviendo en algún lugar una parte de él, hasta ahora invisible? ¿Sobrevive este aspecto durante algún tiempo y a su vez desaparece, o hay un principio inmortal, una entidad sutil intangible que tiene existencia, ya en el cuerpo o fuera de él, y que es el Ser inmutable e inmortal, que la creencia en Él ha sostenido a incontables millones de seres en el transcurso de las épocas? ¿Es el alma una ficción de la imaginación o ha sido satisfactoriamente refutada su existencia por la ciencia? ¿Es la conciencia una función del cerebro y de su aliado sistema nervioso, o aceptaremos la idea de un morador consciente en la forma? ¿El poder de darnos cuenta y reaccionar al medio ambiente tiene su origen en la naturaleza del cuerpo, o existe un ente que observa y acciona? ¿Es esta entidad distinta y separable del cuerpo, o es el resultado del tipo de cuerpo o de vida, por lo cual persiste después que desaparece el cuerpo, o desaparece con éste y se pierde? ¿Existe sólo materia o energía en constante movimiento provocando la aparición de seres humanos que reaccionan a su vez y expresan la energía que afluye ciega e inconscientemente a través de ellos, sin tener existencia individual? ¿O son todas teorías parcialmente verídicas, y llegaremos a comprender realmente la naturaleza y el ser del ser humano sólo en la síntesis de todos ellos y en la aceptación de las premisas generales? ¿Es posible que los investigadores orientados en forma mecánica y científica hayan llegado a la correcta conclusión sobre el mecanismo y la naturaleza de la forma, y que los pensadores espiritualmente orientados que afirman la existencia de un ente inmortal también tengan razón? ¿O quizá falte aún algo que elimine la brecha entre las dos posiciones? ¿Será probable que descubramos algo que vincule el mundo intangible del verdadero ser con el mundo tangible (así denominados) de la vida de la forma?

Cuando la humanidad esté segura de su divinidad e inmortalidad y haya adquirido conocimiento sobre la naturaleza [i95] del alma y el reino en el cual funciona el alma, su actitud hacia la vida y los asuntos cotidianos sufrirán tal transformación que veremos surgir en verdad un nuevo cielo y una nueva tierra. Una vez que esta entidad central, dentro de cada forma humana, sea reconocida y se conozca por lo que esencialmente es, y su divina persistencia sea establecida, entonces, lógicamente, veremos el comienzo del reinado de la Ley divina en la tierra -ley impuesta sin fricciones ni rebeldías. Esta reacción benéfica se producirá debido a que los pensadores de la raza serán fusionados en una percepción general del alma y en la consiguiente conciencia grupal, que les permitirá ver el propósito que subyace detrás de la actuación de la ley.

Explicaré esto en forma más simple. En El Nuevo Testamento se dice que debemos procurar que la mente en Cristo se manifieste también en nosotros. Trabajamos para perfeccionar el reino del Cristo en la tierra y aspiramos a desarrollar la conciencia crística y establecer el reino o la Ley crística, el amor. En la Era de Acuario esto fructificará y veremos el establecimiento de la hermandad en la tierra. La regla crística consiste en dominar las fundamentales leyes espirituales. La mente crística es una frase que trasmite el concepto del reinado del divino amor inteligente que estimula el reinado del alma dentro de todas las formas y trae el reinado del espíritu. No es fácil expresar la naturaleza de la revelación que está en camino. Involucra el reconocimiento por parte de las personas, de que la “sustancia mental”, como la denominan los hindúes, con la cual están relacionadas sus propias mentes y de la cual son parte integrante sus cuerpos mentales, es también parte de la mente del Cristo, el Cristo Cósmico, de Quien el Cristo histórico es el representante designado en nuestro planeta. Cuando los seres humanos hayan desarrollado por la meditación y el servicio grupal, la percepción de sus propias mentes controladas e iluminadas, [i96] hallarán que han entrado en la conciencia del verdadero ser y en un estado de conocimiento por el cual comprobarán, fuera de toda duda y controversia, la realidad de la existencia del alma.

El Misterio de las Edades está al borde de ser revelado, y a través de la revelación del alma, el misterio que está oculto será revelado. Las escrituras del mundo, como ya sabemos, siempre han profetizado que al fin de la era se revelará lo que es secreto, y emergerá a la luz del día lo que hasta entonces estuvo oculto y velado. Nuestro presente ciclo es el fin de la era; los próximos doscientos años verán la abolición de la muerte, tal como ahora comprendemos esa gran transición, y el establecimiento de la realidad de existencia del alma. El alma será conocida como un ente y como impulso motivador y centro espiritual que está detrás de las formas manifestadas. Dentro de pocas décadas serán corroboradas ciertas grandes creencias. El trabajo del Cristo y su principal misión hace dos mil años, fue demostrar las posibilidades y poderes divinos latentes en todo ser humano. La proclamación que hizo, de que todos somos hijos de Dios y tenemos un Padre Universal, será considerada, en el futuro, no como un enunciado hermoso, místico y simbólico, sino que será juzgado como un pronunciamiento científico. Nuestra hermandad universal y nuestra esencial inmortalidad serán demostradas y comprendidas como hechos reales de la naturaleza. El Cristo dijo que no vino a traer la paz sino una espada y, esotéricamente, Él ha sido el “Divisor Cósmico”. ¿Por qué? Porque al establecer la unidad también estableció una diferencia entre cuerpo y alma. Cuerpo y alma, sin embargo, sólo son dos partes de un todo, y esto no debe olvidarse. Al establecer la realidad de la existencia del alma y su expresión, el cuerpo, emerge la totalidad en toda su plenitud.

¿Cómo se hará esta revelación? Entramos aquí en el reino de la predicción y la previsión, que hoy muchos [i97] rechazan, basándose en que lo más importante es aquello que ayuda a la vida espiritual del alma; creen que prometer una revelación y ayuda futura, y alentar en el aspirante vanas y felices conjeturas y expectativas, contienen las simientes del peligro, de la inercia estática y de inútiles imaginaciones. Pero “donde no hay visión, los pueblos perecen”. Tantas cosas han sucedido durante los últimos doscientos años y tantas cosas han sido ya reveladas, que nos proporcionan una base sólida para una visión del futuro. Si el progreso de los siglos XIX y XX, ocurrido únicamente en los sectores de la ciencia y la psicología, hubiera sido vaticinado a los pensadores del mundo en el siglo XVI, ¡qué extraño o imposible les hubiera parecido! Quizás más extraordinario y raro que cualquier profecía que yo pueda hacer, porque hemos visto ya ocurrir muchas cosas y se acumulan evidencias rápidamente sobre la existencia del mundo del verdadero ser. De manera que ya no nos asombra cualquier cosa que pueda suceder.

La realidad de la existencia del alma será reconocida por la raza de muchas maneras, y la revelación vendrá desde tan distintas direcciones que todos los tipos de mente serán satisfechos. Describiré solo algunos.

Los psíquicos del mundo aumentan numéricamente, y la acrecentada sensibilidad de la raza a la impresión es causa de regocijo y peligro. En todo el mundo los aspirantes registran contactos hasta ahora desconocidos, ven un mundo fenoménico comúnmente oculto para ellos, y llegan por lo general a percibir una expansión de conciencia. Registran un mundo fenoménico -con frecuencia astral, a veces mental y ocasionalmente egoico- que los inicia en una nueva dimensión de conciencia y un estado diferente de ser. Esta expansión de conciencia sirve tanto para alentarlos en su esfuerzo como para dificultar el camino del aspirante. Esta creciente sensibilidad es universal; de allí el [i98] rápido crecimiento del espiritismo y de las ciencias psíquicas, y también el acrecentamiento de la tensión nerviosa en los seres humanos, las condiciones neuróticas y el gran aumento de los problemas del siquiatra y, en consecuencia, la proliferación de nuevas enfermedades mentales y nerviosas. Esta sensibilidad es la respuesta del mecanismo del ser humano a los acontecimientos que se aproximan, y la raza en su totalidad está siendo condicionada en tal forma que estará preparada para “ver y oír” aquello que hasta ahora no había sido revelado.

El desarrollo del sentido del color y de la capacidad de responder musicalmente a cuartos de tono o a sutiles variaciones, indican una diafanidad del velo que separa el mundo de fenómenos externos y tangibles del mundo del ser subjetivo y de la materia más sutil. El desarrollo de la visión etérica y el sin número de personas clarividentes y clariaudientes revela la existencia del plano astral y la contraparte etérica del mundo físico. También aumenta el número de los que perciben este reino subjetivo; ven a personas que han muerto o que durante el sueño han abandonado la envoltura física; ven colores y matices fuera de lo común y haces de luz organizados que no pertenecen a este mundo físico; oyen sonidos y voces que emanan de los que no emplean el instrumento vocal físico y de formas de existencia que no son corpóreas.

El primer paso para sustanciar la realidad de la existencia del alma es establecer la supervivencia, aunque esto no probará necesariamente la inmortalidad. Sin embargo, puede considerarse como un paso dado en la correcta dirección. Se está comprobando constantemente que algo sobrevive al proceso de la muerte y persiste después de la desintegración del cuerpo físico. Si esto no es verdad, entonces somos víctimas de una alucinación colectiva, y engañan y mienten y están enfermos y pervertidos los cerebros y las mentes de miles [i99] de personas. Tal gigantesca locura colectiva es más difícil de creer que la alternativa de una expansión de conciencia. Sin embargo, el desarrollo que sigue la línea psíquica no probará la existencia del alma. Sólo sirve para destruir la posición materialista.

El primer reconocimiento comprobado de la existencia del alma llegará de entre los pensadores de la raza; acontecimiento que será resultado del estudio y el análisis que harán los sicólogos del mundo sobre la naturaleza del genio y la significación del trabajo creador.

Algunos hombres y mujeres descuellan sobre sus semejantes y producen cosas superiores en su propio campo; su trabajo contiene en sí el principio de la divinidad y de la inmortalidad. La tarea de los artistas creadores, la percepción intuitiva de los grandes investigadores científicos, la imaginación inspirada de los poetas del mundo y la visión de los idealistas iluminados, deben ser justificadas y explicadas, porque las leyes bajo las cuales tales hombres y mujeres trabajan, todavía tienen que ser descubiertas. Los sicólogos han puesto excesivo énfasis en el concienzudo estudio de las mentes anormales y subnormales, retorcidas y deformadas de los equipos defectuosos, y no se ha dado la debida atención a las divinamente anormales, ni a estos tipos de conciencia que trascienden el común estado humano de percepción inteligente. Los últimos mencionados estados supernormales se expresan por medio de los grandes artistas, músicos, dramaturgos, escritores y muchos otros tipos de trabajadores creadores que han sido la gloria del reino humano en el transcurso de las épocas y que brillarán con mayor gloria durante el siglo venidero.

Cuando se acepte la hipótesis del alma, cuando se admita la naturaleza de la energía espiritual que fluye a través de ella, y cuando se estudie el mecanismo de los centros de fuerza, [i100] progresaremos rápidamente hacia el conocimiento. Cuando por la práctica de la meditación se hagan experimentos para producir en forma creadora esas bellezas con las cuales hemos hecho contacto, algunas de las ideas reveladas y algunos de los diseños que hemos visto, entonces aprenderemos a cultivar el genio y sabremos entrenar personas para que trabajen en forma creadora. Se descubrirán múltiples cosas respecto a los centros del ser humano, donde el principio divino tiene su morada, desde los cuales el Cristo interno puede actuar. Se deberá estudiar lo supra-consciente, no únicamente lo autoconsciente o lo subconsciente. Mediante este estudio, efectuado con mente abierta, la moderna psicología podrá llegar con el tiempo a un reconocimiento del alma.

El alcance de la investigación es tan amplio que únicamente puedo indicar algunos de sus posibles campos:

1. La investigación de la naturaleza del genio, a fin de cultivarlo en forma definida y especializada.

2. El entrenamiento en el trabajo creador y el estudio de la diferencia que existe entre este tipo de entrenamiento y el entrenamiento del trabajo vocacional. El trabajo creador comprueba la realidad de la existencia del alma; el entrenamiento vocacional demuestra el tipo de personalidad.

3. La investigación científica de los poderes del individuo poniendo especial atención en la telepatía. Se descubrirá que el trabajo telepático se efectúa de mente a mente o de alma a mente, y no implica forzosamente comunicaciones y contactos de cerebro a cerebro. Éste es uno de los campos de investigación más promisorios, aunque todavía presenta muchas dificultades. La realidad de la existencia del alma no será comprobada por medio de la telepatía hasta después del año 1945. Para entonces habrá tenido lugar un acontecimiento en el mundo y se habrá dado una nueva enseñanza que pondrá todo el tema de los fenómenos telepáticos en una nueva luz.

4. El entrenamiento científico de la clarividencia y el desarrollo inteligente de los poderes clarividentes por los intelectuales [i101] del mundo, deja todavía mucho que desear, pero vendrá como resultado del control mental y de la iluminación. Las personas aprenderán a someter el mecanismo del cuerpo a cierta corriente descendente de energía y estímulo espirituales, que pondrá en actividad los poderes de la naturaleza psíquica, y los antiguos métodos de sesiones espiritas para desarrollar la mediumnidad y despertar los centros, serán considerados peligrosos e innecesarios.

En el campo de la psicología moderna podemos esperar un conocimiento gradual de la realidad del yo. El problema de los psicólogos consiste en comprender la relación o la identificación de ese yo con el alma.

Sin embargo, la ayuda más grande vendrá de la ciencia. La existencia del alma será oportunamente comprobada mediante el estudio de la luz y la radiación y por una futura evolución de las partículas de luz. Mediante este inminente desarrollo podremos ver más y penetrar más profundamente de lo que hoy vemos. Uno de los hechos conocidos en el reino de la ciencia natural ha sido el cambio cíclico en la fauna y la flora de nuestro planeta. Animales que abundaban y eran familiares hace miles de año se han extinguido, y con sus huesos tratamos ahora de reconstruir sus formas. Las flores y los árboles que antes cubrían la superficie de nuestro planeta han desaparecido totalmente, y sólo quedan sus restos fosilizados, que indican una vegetación muy diferente de la que tenemos hoy. El ser humano mismo ha cambiado tanto que es difícil reconocer al homo sapiens de las razas primitivas de un pasado remoto. Esta mutación y desaparición de los tipos más primitivos se debe, entre muchos otros, a un factor principal. La cualidad de la luz que promueve y nutre el crecimiento, la vitalidad y la fertilidad de los reinos de la naturaleza han cambiado varias veces durante las pocas y a medida que lo han hecho ha producido las correspondientes mutaciones en el mundo fenoménico. Desde el punto de vista esotérico todas [i102] las formas de vida de nuestro planeta son afectadas por tres tipos de sustancia de la luz, y en los momentos actuales un cuarto tipo hace sentir gradualmente su presencia. Estos tipos de luz son:

1. La luz del sol.
2. La luz del planeta mismo, no la luz reflejada del sol, sino la propia radiación inherente.
3. La luz que se filtra (si puedo utilizar esta palabra) desde el plano astral; la constante y gradual penetración de “luz astral” y su fusión con los otros dos tipos de radiación.
4. La luz que comienza a fusionarse con los otros tres tipos y proviene de ese estado de materia que llamamos plano mental -luz que a su vez se refleja desde el reino del alma.

La intensificación de la luz es continua y comenzó más o menos en la época en que se descubrió el uso de la electricidad, resultado directo de esta intensificación. La electrificación del planeta, mediante el difundido uso de la electricidad, es una de las cosas que está inaugurando la nueva era y ayudará a que se produzca la revelación de la presencia del alma. Dentro de poco tiempo dicha intensificación llegará a ser tan grande que ayudará materialmente a rasgar el velo que separa el plano astral del plano físico; la trama etérica que divide a ambos, pronto se disipará y permitirá que afluya en forma más rápida el tercer aspecto de la luz. La luz del plano astral (la radiación estelar) y la luz del planeta se mezclarán totalmente y el efecto sobre la humanidad y los otros tres reinos de la naturaleza nunca podrá ser los suficientemente acentuado. Por una parte afectará profundamente al ojo humano, y hará que la actual esporádica visión etérica sea un acervo universal. Pondrá dentro del radio de nuestro [i103] alcance la gama de los colores infrarrojo y ultravioleta y veremos lo que está oculto actualmente. Todo esto tenderá a destruir la plataforma de los materialistas y a preparar el camino; primero, para admitir el alma como una hipótesis sólida y, segundo, para demostrar su existencia. Sólo necesitamos más luz, en sentido esotérico, a fin de ver el alma, luz que estará en breve disponible para comprender el sentido de las palabras: “Y en Tu luz veremos la luz”.

Esta intensificación de la luz continuará hasta el año 2025 de nuestra era, en que tendremos un ciclo de relativa estabilidad y constante iluminación, aunque sin mayor intensificación. En el segundo decanato de Acuario estos tres aspectos se intensificarán nuevamente por el acrecentamiento de la luz del cuarto aspecto, luz que proviene del reino del alma, y nos llegará por intermedio de la sustancia mental universal o “chitta”, la cual inundará el mundo. Para esa época, sin embargo, el alma será reconocida como una realidad y, debido a este reconocimiento, toda nuestra Civilización cambiará tan radicalmente que ni siquiera podemos maginar hoy la forma que adoptará. En los próximos diez años veremos una fusión muy acrecentada de las tres primeras formas de la luz, y a quienes son conscientes de estas premisas y acontecimientos les será interesante observar lo que está sucediendo. El comienzo de la opinión en el campo religioso y espiritista, en el de la profecía bíblica y, análogamente, en el estudio de los símbolos de la Pirámide, conduce a los estudiantes a creer que en un futuro inmediato habrá un gran acontecimiento y un hecho espiritual imprevisto. Esto debe anticiparse debidamente y también realizarse una cuidadosa preparación para ello. No me refiero a la aparición de algún ser, sino a un proceso natural que tendrá efectos de largo alcance.

Tenemos otros campos de actividad que desempeñarán su parte para demostrar la realidad del alma.

Hay un aspecto en la conciencia humana que desde [i104] hace tiempo ha desconcertado al psicólogo materialista, y es el curioso poder de previsión, la capacidad de prever y pronosticar con exactitud acontecimientos que tendrán lugar en un futuro inmediato o distante. Advertencias hechas por algún monitor interno han salvado repetidas veces al individuo de la muerte y del desastre, y personas que acaban de morir se aparecen a sus amigos o parientes antes de recibir la noticia de su muerte. Esto no entra en el campo del conocimiento telepático respecto a la muerte, sino involucra la aparición de la persona. También se posee el poder de participar en algún acontecimiento en lugares lejanos y recordar con exactitud lo ocurrido, el lugar, las personas y los detalles. Estos poderes y muchas previsiones y reconocimientos similares han dejado perplejos a los investigadores, lo cual obliga a buscar una explicación correcta. Si se hace una inteligente investigación, y se acumulan testimonios comprobados y luego se corrobora la previsión, se verá que existe algún factor en el ser humano que no está sujeto a las limitaciones de tiempo y espacio, pero trasciende la conciencia humana normal. Las investigaciones intentadas hasta ahora y las explicaciones dadas, son inadecuadas y no explican satisfactoriamente los hechos. Sin embargo, cuando se investiguen desde el punto de vista del alma, con su facultad de omnisciencia, libre de las definiciones del pasado, presente y futuro (pues se pierden en la conciencia del Eterno Ahora), entonces se comenzará a comprender con un poco más de claridad el proceso. Cuando se reconozca el verdadero Morador en el cuerpo, se descubran las leyes de previsión y prevalezca en la mayoría el poder de prever, se hallarán grandes pruebas de la existencia del alma, y era imposible explicar los fenómenos comunes que ocurren, sin admitir antes la existencia del alma.

Si se siguen estas líneas se acumularán pruebas de su existencia. En la acumulación de testimonios y evidencias reside un fructífero campo de [i105] actividad. En el entrenamiento de un tipo más elevado de persona, a fin de que emplee la fuerza y los poderes del alma, y en el control entrenado de su mecanismo, se observará que lo así producido es de un orden muy elevado y presentado en forma tan científica que se lo considerará justificable y de tanta importancia como cualquier punto de vista presentado hoy por los eminentes científicos en los distintos campos de la investigación. El estudio del alma será, dentro de poco, una investigación tan legítima y respetable como la de cualquier problema científico, así como lo es la investigación de la naturaleza del átomo. La investigación del alma y de las leyes que la rigen, ocupará dentro de poco tiempo la atención de las mejores mentalidades. La nueva psicología logrará oportunamente comprobar la realidad de su existencia; paralelamente la respuesta intuitiva e instintiva del género humano a promover el crecimiento del alma, que emana del aspecto invisible de la vida, comprobará, constante y triunfalmente, la existencia de un ente espiritual en el ser humano -ente omnisapiente inmortal, divino y creador.

El proceso sería lento si no fuera por el trabajo que efectúa ahora un grupo de discípulos e iniciados en colaboración con el Maestro P., que tiene su sede en América y trabaja intensamente con sus discípulos a fin de estimular las distintas escuelas psicológicas que existen hoy en el mundo. Es inútil que los estudiantes traten de averiguar su identidad. Actúa a través de movimientos y escuelas de pensamiento; no trabaja con individuos, lo hace práctica y totalmente en el plano mental con el poder del pensamiento; es casi desconocido, excepto por sus colaboradores que se encuentran en diversos países del mundo y los discípulos de su rayo, el cuarto. Gran parte de lo que sale a luz actualmente en el mundo de la psicología se debe al trabajo que él realiza para estimular la mente de los que dirigen todos los movimientos, efectuándolo desde el plano mental sin tener contacto con ellos como individuos del plano físico.

[i106] El apremio actual es muy grande y los Maestros están sumamente activos y profundamente ocupados en la tarea de salvar al mundo. No tienen tiempo para trabajar en forma individual, lo hacen con Su grupo de discípulos aceptados, activos en el trabajo mundial, de lo contrario no pertenecerían al grupo de Maestros. Los discípulos pueden trabajar intermitentemente con esos pequeños grupos de probacionistas a los cuales se les ha dado una oportunidad y de vez en cuando reciben algunas indicaciones. Tienen a su cargo algunos probacionistas en entrenamiento, muy pocos, a fin de que ocupen el lugar de los discípulos que pasan a la iniciación, pero aparte de estos dos grupos no harán trabajo alguno personal durante este siglo, dejando a muchos aspirantes al cuidado de iniciados y discípulos menores. Su trabajo y el de Sus discípulos se ha restringido mucho en la actualidad, y se ha ordenado a los discípulos activos del mundo que se defiendan por sí mismos, que apliquen su propio juicio y no obstaculicen a los Maestros en estos momentos de gran tensión y peligro, reclamando Su atención innecesariamente. Los acontecimientos mundiales son hoy tan importantes, las oportunidades que tiene la humanidad son tan grandes y los Maestros se hallan tan ocupados con los asuntos mundiales y con las personalidades que en distintas naciones predominan y descuellan en posiciones elevadas, que se ha suspendido momentáneamente la instrucción que se daba a personas de escasa importancia en los pequeños grupos y sociedades ocultistas. El factor tiempo es relativamente tan corto para lograr y llevar a cabo ciertos aspectos del Plan confiado a los Grandes Seres, que hoy todos los verdaderos discípulos realizan su trabajo y se esfuerzan por resolver sus problemas sin pedir ayuda al Maestro, dejándolo libre para cosas más importantes. Cuanto más cerca está un discípulo de su Maestro, mejor lo comprende, mayores esfuerzos realiza para cumplir con su deber, aprender sus lecciones, servir a la humanidad y aliviar en parte su tarea.

Existen actualmente en el mundo muchos discípulos de diversos grados; [i107] cada uno en su lugar es capaz de ayudar y guiar a algún aspirante. Hay en el planeta innumerables libros y enseñanzas que inspiran ayuda a los que buscan verdaderamente el conocimiento espiritual. Durante los últimos cincuenta años se ha dado al mundo copiosa enseñanza y profuso entrenamiento esotérico, disponible hoy para quienes lo buscan ansiosamente. Los aspirantes tienen, por lo tanto, abundante enseñanza con la cual trabajar y suficiente teoría para aplicar en la práctica, lo cual permite a los Maestros dedicarse a trabajos de mayor importancia.

Uno de los hechos más interesantes que está sucediendo y uno de los factores que oportunamente servirá para demostrar la realidad de la existencia del alma, reside en el cúmulo de comunicaciones, escritos inspirados y dictados telepáticos que inundan el mundo en la actualidad. Como bien saben, el movimiento espiritista está produciendo gran cantidad de literatura inspirada o pseudo-inspirada, una de orden muy elevado, que indudablemente es el trabajo de discípulos muy evolucionados, y otra de calidad muy mediocre. Las diversas sociedades teosóficas y otros grupos han sido receptores de comunicaciones similares. Cuando las comunicaciones son verdaderas, tienen frecuentemente un profundo valor espiritual y contienen mucha enseñanza y ayuda para el aspirante. Los estudiantes actuales deberían recordar que lo más importante es la enseñanza y no su supuesta fuente de origen; tales escritos y comunicaciones deben ser juzgados únicamente por su valor intrínseco. Dichas comunicaciones emanan, en la mayoría de los casos, del plano del alma; el receptor o comunicador (el intermediario o amanuense) ha sido inspirado por su propia alma o lo ha extraído del nivel mental y del conocimiento impartido por el rayo al cual pertenece su grupo y su alma; al sintonizarse con el depósito de pensamientos, su mente y cerebro los traducen en palabras y frases.

En un menor número de casos, la persona que recibe un dictado o escrito, está en relación telepática con algún aspirante [i108] más avanzado que él, y su mente está siendo impresionada por un discípulo de su grupo, el cual impresiona su mente porque se encuentra más cerca del Maestro y le trasmite alguno de los conocimientos que ha asimilado, porque es capaz de vivir dentro del aura del Maestro. El Maestro no interviene en el proceso, es cuestión de discípulo y aspirante. Por lo general en estos casos, el receptor de la comunicación se ilusiona y cree que el Maestro Mismo le está dictando, pero en realidad ha sintonizado –por intermedio de un discípulo más avanzado que él- la atmósfera mental del Maestro.

Ninguno de los Maestros de la sexta iniciación (tales como los Maestros M. y K.H.) trabaja actualmente con Sus discípulos por medio del dictado. Se hallan demasiado absorbidos con los problemas mundiales y el trabajo de vigilar los destinos de prominentes personalidades mundiales en las distintas naciones, para que puedan dictar enseñanza a cualquier discípulo particular, en algún pequeño campo de actividad y sobre temas suficientemente conocidos como para que el discípulo pueda seguir adelante, solo y sin ayuda. Únicamente dos Maestros trabajan telepáticamente y por medio del dictado, con varios discípulos aceptados y se empeñan en inspirar a estos discípulos activos en el trabajo mundial, para que sean de mayor utilidad al Plan. Actúan así a fin de impartir a unos pocos pensadores prominentes, en el campo de la ciencia y del bien social, el conocimiento necesario que les permita efectuar la correcta actividad a fin de ayudar a la raza a obtener una mayor liberación. No conozco a otros en esta generación que estén haciendo lo mismo, porque han delegado mucho de este trabajo a Sus iniciados y discípulos. La mayor parte de los comunicadores (que trabajan por intermedio de aspirantes en el plano físico) son discípulos aceptados muy activos que (viven en el aura del Maestro y Su grupo) continuamente tratan de acercarse a todo tipo de personas y de grupos que existen [i109] en el mundo. A eso se debe el sin fin de comunicaciones, escritos inspirados, mensajes y enseñanzas personales.

Si agregamos a lo anterior la gran afluencia de comunicaciones que emanan de las propias almas de los transmisores y del reino del subconsciente, se explicará la cantidad de material que se está difundiendo ahora. Sentimos profundo agradecimiento por la acrecentada respuesta y sensibilidad del ser humano.

La primera reacción y efecto de tal precipitación de comunicaciones aumenta frecuentemente el orgullo y la ambición espirituales, y al descender la enseñanza de la mente al cerebro y del cerebro a las palabras y frases, frecuente y lamentablemente es, en forma penosa, inexacta; también es verdad que con frecuencia se equivocan respecto a la fuente de donde originaron las instrucciones, porque es muy grande la falta de humildad y verdadero sentido de proporción en el ser humano. Pero de esta afluencia, que proviene de la vida subjetiva, surgen nuevos conocimientos, acrecentada devoción al Plan e indicaciones que oportunamente traerán seguridad. El ser humano sabrá muy pronto que el alma no es una ficción de la imaginación, ni la simple forma simbólica de expresar una esperanza profundamente arraigada, ni el método utilizado por él para construir un mecanismo de defensa; tampoco una forma ilusoria de evadirse de un presente angustioso. Sabrán que el alma es un Ser, un Ser responsable de todo lo que aparece en el plano fenoménico.