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3. El Reino Animal - Parte 1

 

Las influencias ....................... Del tercer rayo de Inteligencia Activa o Adaptabilidad, son poderosas en este reino; a medida que transcurre el tiempo se expresan cada vez más, y producen en el reino animal esa reacción a la vida y al medio ambiente que podría describirse mejor como “centralización animal”. Luego, partiendo de allí y en forma cíclica, el sexto rayo de Devoción o Idealismo, puede hacer sentir su presencia como el ansia de llegar a la meta, produciendo una relación en el ser humano, que lo convierte en la meta deseada. Esto puede observarse en los animales domados, amaestrados y domesticados.
   
Los resultados ....................... Por un lado vemos que el tercer rayo produce el surgimiento del instinto, y a su vez crea y utiliza ese maravilloso mecanismo de respuesta denominado sistema nervioso, el cerebro y los cinco sentidos que están detrás y son responsables de ello. Debería observarse que por amplia que se considere la diferencia entre el ser humano y los animales, existe en realidad una relación más íntima que la existente entre el animal y el vegetal. En el caso del sexto rayo tenemos el desarrollo del poder de ser domesticado y amaestrado, que es, en último análisis, el poder de amar, servir y salir del rebaño y pasar al [i252] grupo. Reflexionen sobre las palabras de esta última y paradójica afirmación.
   
El proceso ............................. Se denomina concretización. En este reino tenemos por primera vez la real organización del cuerpo etérico en “los verdaderos nervios y centros sensorios”, según lo denominan los esotéricos. Las plantas también tienen nervios, pero no tienen la misma complejidad de relación y plexo, como en el ser humano y en el animal. Ambos reinos contienen la misma agrupación general de nervios, centros de fuerza y canales, y tienen una columna vertebral y un cerebro. Esta organización del mecanismo de respuesta sensible constituye en realidad la densificación del cuerpo etérico sutil.
   
El secreto .............................. Se denomina transfusión, palabra muy inadecuada para expresar la primitiva fusión, en el animal, de los factores psicológicos que conducen al proceso de la individualización. Es el proceso de dar vida, integración inteligente y desarrollo psicológico para enfrentar la urgencia.
   
El propósito .......................... Se denomina experimentación. Llegamos aquí a un gran misterio, peculiar a nuestro planeta. En muchos libros esotéricos se ha afirmado e insinuado que Dios y nuestro Logos planetario han cometido un error muy serio, y que este error comprende a nuestro planeta y todo lo que contiene de dolor, caos y padecimientos visibles. ¿Podría decirse que no fue un error sino simplemente un gran experimento, cuyo éxito o fracaso es imposible juzgar? Podría decirse también que el objetivo del experimento es el siguiente: La intención del [i253] Logos planetario de provocar una condición psicológica que puede ser mejor descripta como “lucidez divina”. El trabajo de la psiquis y la meta de la verdadera psicología es ver con claridad la vida tal cual es y todo lo que ello involucra. Esto no significa condiciones y medio ambiente, sino Vida. Este proceso comenzó en el reino animal y culminará en el humano. Ambos están descritos en El Antiguo Comentario como “los dos ojos de la Deidad, ciegos al principio, pero más tarde ven, aunque el ojo derecho ve con más claridad que el izquierdo”. La primera tenue indicación de esta tendencia hacia la lucidez se advierte en la facultad que tienen las plantas de buscar el sol, lo cual prácticamente no existe en el reino mineral.
   
Las divisiones ....................... Primero los animales más evolucionados y domésticos, como el perro, el caballo y el elefante. Segundo, los animales salvajes, como el león, el tigre y los denominados carnívoros y peligrosos. Tercero, el conjunto de animales menores que parecen no satisfacer necesidad alguna ni cumplir propósito especial, tales como las inofensivas pero innumerables vidas que pululan en nuestros bosques, junglas y campos del planeta, por ejemplo, los conejos y otros roedores que tenemos en Occidente. Lo antedicho es una amplia y general especificación sin importancia científica, pero abarca adecuadamente las divisiones kármicas y la conformación general que les corresponde a estas agrupaciones de vidas en dicho reino.
   
El agente objetivo .................. El fuego y el agua -ardiente deseo y mente incipiente-. Se simboliza en el poder que tiene el animal de comer y beber.
   
El agente subjetivo ................ El olfato y el rastro -descubrimiento instintivo de lo [i254] que necesita-, que va desde la búsqueda del alimento y el uso del poder de olfatear ese alimento, hasta la identificación del olor de su querido amo y amigo.
   
La cualidad ............................. Tamas o inercia -en este caso es la naturaleza tamásica de la mente y no la de la materia, como se comprende generalmente. “Chitta” o sustancia mental, puede ser análogamente tamásica.


Los dos problemas de interés inmediato para el género humano en relación con el reino animal son:

- El problema de la relación y de la responsabilidad humanas.
- El problema de la individualización animal.

A. Las relaciones humanas con los animales

Respecto a esto, puedo dar solamente algunas indicaciones a modo de información, sobre los rayos que actúan en ambos reinos. Los dos problemas, especialmente el segundo, son muy intrincados, y requerirían volúmenes para ser debidamente elucidados. Una correcta exégesis no es aún posible y tampoco podría comprenderla el ser humano.

El primer punto que debe destacarse respecto a la responsabilidad humana con los animales es que el mundo animal personifica dos aspectos divinos y dos principios divinos, y dos rayos principales tienen que ver con su expresión o manifestación. Los dos aspectos se encuentran también en el ser humano, y en estas dos líneas, que el ser humano comparte al unísono con el animal, reside su responsabilidad y tarea; al ampliar estos aspectos de la energía divina él comprenderá cuál es su tarea y la llevará a su culminación. La misma actividad e innata inteligencia divinas se encuentran en el aspecto forma de los dos reinos. Son inherentes a la materia misma. Pero este tercer rayo de inteligencia divina actúa con más potencia e influye más poderosamente al reino animal que al ser humano. Información que no se había dado hasta hoy.

[i255] Lógicamente están también presentes el aspecto constructor de la forma, del segundo rayo, y el instinto de rebaño, base de la relación sexual entre los cuerpos animales. Desempeña una función similar entre los seres humanos, y a lo largo de estas dos líneas de energías se hallarán los puntos de contacto y la oportunidad de asumir la responsabilidad. En último análisis debe observarse que los animales tienen más para dar a los seres humanos que los seres humanos a los animales, en lo que respecta a estas determinadas funciones y poderes. En la familia humana actúa otro aspecto divino, la voluntad, el propósito dirigido, el objetivo planificado, el inteligente designio o plan. Estas cualidades son inherentes al ser humano y constituyen un aspecto de la mente divina, inactivo como regla general en el animal. Sin embargo, a medida que este reino va entrando bajo la creciente influencia humana y que la constante tendencia a la domesticidad hace sentir su presencia, veremos surgir objetivamente el propósito en cierta medida; uno de los medios para lograr este fin reside en dirigir el afecto y la atención del animal hacia su amo. En esta ilustración se expresa la responsabilidad que tiene el ser humano con el mundo animal. Los animales domésticos deben ser entrenados para que participen en la acción de la voluntad aplicada. Parece ser que todavía el ser humano interpreta esto como la voluntad del animal de querer a su amo, pero es algo más profundo y fundamental que satisfacer el amor del ser humano por ser amado. El verdadero e inteligente entrenamiento de los animales salvajes y la adaptación a las condiciones de la vida ordenada, constituyen parte del proceso divino de integrar el Plan y de expresar la intención divina en forma ordenada y armoniosa. Mediante el poder del pensamiento el ser humano eliminará oportunamente la separación que existe entre él y el reino animal, y debe hacerse con el pensamiento dirigido y controlado, que a su vez controlará y dirigirá la conciencia animal. Esto no se efectuará [i256] por amor, temor o dolor. Existe la intención de que el procedimiento y el estímulo sean pura y estrictamente mentales.

Desde épocas remotas la relación entre los animales y el ser humano ha sido totalmente física. Los animales acechaban al ser humano en la época en que el homo animal no era muy diferente de ellos. Por lo general se olvida que hubo una etapa de desarrollo humano en que el homo animal y las formas existentes de vida animal, vivían en relación más estrecha que en la actualidad. Lo único que los separaba entonces era el hecho de la individualización. Sin embargo, esta individualización era tan poco comprendida que la diferencia existente entre el animal sin mentalidad (según se dice) y la humanidad infantil, apenas se distinguía. Gran parte de lo acontecido en esos remotos eones se ha perdido en el silencio del pasado. El mundo animal era entonces mucho más poderoso que el humano; los seres humanos eran totalmente impotentes para defenderse del ataque de los animales, y los estragos que produjeron en los primitivos homo animales a mediados de la época lemuriana fueron terribles y espantosos. Pequeños grupos nómadas de seres humanos eran aniquilados totalmente época tras época, por la poderosa vida animal del período, pero el instinto, que se diferenciaba muy poco del de sus enemigos, enseñó al homo animal a tomar ciertas precauciones. A medida que transcurrieron millones de años empezaron a afirmarse la inteligencia y la astucia humanas, y la humanidad llegó a ser más poderosa que los animales y a su vez devastó al reino animal. Hasta hace doscientos años las vidas humanas inmoladas por el mundo animal, en las junglas del continente occidental, en África, en las tierras primitivas de Australia y en las islas de los mares tropicales, fueron incalculables. De allí la crueldad del ser humano hacia el animal, que frecuentemente se olvida, debido al prevaleciente sentimentalismo. Es el karma que inevitablemente está saldando el reino animal. Esta cuestión debe ser considerada con mayor amplitud que hasta ahora, y sus verdaderos valores [i257] históricos deben ser mejor comprendidos antes de que el ser humano pueda decidir inteligentemente cuál es el problema de su responsabilidad y cómo debería enfrentarlo y resolverlo.

En los días atlantes la relación puramente física era atemperada por la relación astral o emocional, y llegó el momento en que algunos de los animales fueron arrastrados dentro de la órbita de la vida humana, amansados y cuidados, y aparecieron los primeros animales domésticos. Comenzó así una nueva era en que ciertos animales evocaban el afecto de ciertos seres humanos, y una nueva influencia comenzaba a actuar en el tercer reino de la naturaleza. Esto se inició durante un ciclo en que el segundo y el sexto rayos actuaban simultáneamente y coincidían sus ciclos mayores y menores. Esto es un raro acontecimiento y cuando ocurre, los guardianes de la raza se valen de la oportunidad para obtener mayores resultados, o iniciar nuevas actividades mediante las cuales puede desarrollarse más rápidamente el Plan divino. Para neutralizar el temor de la humanidad (respecto al mundo animal) se les ofreció a los custodios de la raza la oportunidad de hacer un constante acercamiento entre los seres humanos y los animales, porque era un ciclo donde el amor y la devoción afluían en y a través de todas las formas, neutralizando así gran parte del temor. Desde entonces ha aumentado constantemente el número de animales domésticos. Y la relación entre los dos reinos es hoy dual -física y emocional-.

A esto se ha agregado, en los últimos doscientos años, una tercera relación, la de la mente. El poder mental de la humanidad será, en último análisis, el factor controlador y, por su intermedio, los tres reinos subhumanos quedarán bajo el control del ser humano. Esto ha acontecido muy rápidamente en los reinos mineral y vegetal, y aunque no se ha logrado aún en el reino animal, el proceso sigue avanzando con toda rapidez. [i258] No se progresará mucho durante el ciclo en que prevalecerá el entrante séptimo rayo, aunque a medida que se impongan la ley, el orden y el ritmo sobre el planeta, y el caos sea reemplazado por la organización, disminuirán acrecentadamente esas zonas del planeta en que predominan los animales y desaparecerán ciertas especies si no se las protege.

B. Individualización

Resulta evidente que el efecto de la interrelación existente entre el animal y el ser humano, obliga al animal a dar el próximo paso denominado individualización. Este acontecimiento es la culminación del proceso de transfusión, e indica la aparición de los tres aspectos divinos de la unidad de la vida en la forma. Así nace un hijo de Dios, un Señor de Voluntad dirigida y dedicada, y así el tercer principio divino de energía intencional se fusiona con los otros dos, originando una total organización dentro de la forma animal. Los esotéricos siempre han dicho que la individualización es un gran experimento planetario que, cuando fue instituido, reemplazó al método primitivo empleado en la Luna, que era impulsar la exteriorización y el progreso, denominado aspiración en lo que al ser humano concierne. Esto realmente significa que cuando la vida evolucionante en la forma alcanzó cierto grado de sensibilidad y percepción y el impulso interno fue bastante fuerte, la vida se esforzó por establecer contacto con otra corriente de expresión divina, otro rayo mayor de manifestación. La unión de distintas actividades fue la causa de que emergiera un nuevo ser a la manifestación. Tal la verdad fundamental que reside detrás de las ideas expuestas actualmente y clasificadas bajo el término general de “evolución emergente”. Esto aún rige en muchos sectores de la naturaleza y solía regir la aparición de los seres humanos en el planeta. El impulso y el desarrollo se producen dentro del [i259] organismo mismo, y son el resultado del crecimiento, la exteriorización y la expansión.

Pero el método generalmente empleado en la actualidad constituye un gran experimento de segundo rayo, lo cual involucra una actividad que proviene de lo externo, de arriba, de lo superior y de lo divino, si el empleo de estas palabras relativamente sin significado, pueden servir para describir el proceso. El impulso o empuje en este caso no se origina en las dos expresiones inferiores ni en las anteriores fusiones de energías divinas. El aspecto superior de la divinidad toma la iniciativa y, mediante un estímulo aplicado externamente, produce una respuesta en la vida dentro de la forma. De allí que el proceso sea en realidad una iniciación.

En la actualidad los animales domésticos llegan en todos los casos a la individualización, por ejemplo: el caballo, el perro, el elefante y el gato. Estas cuatro especies están actualmente en proceso de “transfusión”, como se lo denomina ocultamente, y tales unidades de vida son preparadas una por una y llevadas al portal de ese peculiar proceso iniciático que llamamos, a falta de mejor término, individualización. Allí esperan hasta que se pronuncie la palabra que les permita transponer el umbral para ser admitidos en el

“... triple camino que conduce al sendero dual; y lo recorren hasta que llegan finalmente ante la puerta dorada. Esta última puerta los introduce en ese único y solo sendero que desaparece dentro de la Luz”.                                                                   El Antiguo Comentario

Los factores que determinan la individualización son diversos y algunos de ellos pueden ser enumerados como:

1. La respuesta instintiva del animal a la atmósfera mental del ser o seres humanos que lo rodean.

2. El amor y el interés de las personas con las cuales [i260] el animal tiene lazos de afecto y presta servicio.

3. Los impulsos de rayo que están activos en cualquier momento. Éstos entre otros, son:

a. El del rayo del animal mismo. El elefante pertenece al primer rayo; el perro es expresión del segundo; el gato es la manifestación del tercero, y el caballo del sexto rayo. Los animales que pertenecen a otros rayos no están aún preparados para la individualización. [1]
b. El rayo de la persona o persona determinadas, con las que el animal está asociado.
c. El rayo o los rayos de un determinado ciclo periódico.

Podría darles la técnica que emplean los custodios de la raza y de los reinos, cuando tratan de llevar a cabo la individualización, pero ¿qué propósito tendría y de que serviría tal información? Cada rayo afecta en la crisis de la individualización a los entes que le pertenecen, en forma muy distinta de la de los demás rayos; cada rayo encuentra su punto principal de contacto a través de uno de los centros que se hallan en el cuerpo etérico de los animales y de los seres humanos. Debe recordarse que en el animal cuatro centros están activos y tres inactivos, pero está latente su efecto y empleo. El proceso consiste en que cada rayo actúa o derrama su energía a través de cualquiera de los centros del cuerpo etérico de esa Entidad que anima a todo un reino de la naturaleza y, luego, por medio de ese centro particular, energiza la unidad, en proceso de individualización, para que inicie la actividad necesaria. Más adelante cuando los efectos del rayo, hablando psicológicamente, sean mejor comprendidos, y los centros, con sus siete vibraciones de rayo, hayan sido estudiados más profundamente, se hallará que por medio de un centro determinado y siguiendo un rayo de vibración particular, se puede hacer contacto y conocer otras formas de vida y centros de conciencia. Esto [i261] atañe a todas las formas en todos los reinos, desde el subhumano al súper-humano. Uno de los primeros modos en que el ser humano aprende esta verdad es descubriendo esa vibración –que emana de determinado Maestro- y produce una reacción en él y le exige una respuesta. Esto le permitirá saber a qué rayo pertenece su alma y a qué rayo pertenece el grupo que lo atraerá. Esto es importante para el aspirante, y debe analizarlo más cuidadosamente que hasta ahora, porque mediante ese procedimiento el aspirante determina la naturaleza y la cualidad del tipo de su alma y del centro a través del cual (hablando en sentido oculto) entra en el Sendero. Descubre también el grupo de formas y vidas con las cuales está vinculado, a las que debe prestar servicio y a su vez ser servido por ellas.

La relación que existe entre los rayos y los centros en el aspirante común puede clasificarse así:

1. El centro coronario ............................... Rayo de Voluntad o Poder ........................ Primer Rayo.
2. El centro ajna ......................................... Rayo de Conocimiento. Concreto ............ Quinto Rayo.
3. El centro laríngeo .................................. Rayo de Inteligencia Activa ....................... Tercer Rayo.
4. El centro cardíaco .................................. Rayo de Amor-Sabiduría ........................... Segundo Rayo.
5. El plexo solar ......................................... Rayo de Devoción ...................................... Sexto Rayo.
6. El centro sacro ....................................... Rayo de Magia Ceremonial ....................... Séptimo Rayo.
7. La base de la columna vertebral .......... Rayo de Armonía ....................................... Cuarto Rayo.


Estos rayos y sus correspondientes centros requieren un estudio muy minucioso, pues son comprehensivos y reveladores. Obsérvese, por ejemplo, en qué forma el séptimo rayo rige en la actualidad y se expresa a través del centro sacro que controla la vida sexual y la construcción de las formas de expresión. Por lo tanto, entra ahora en actividad y afluye a través de este centro particular a fin de organizar y producir la aparición de esas nuevas formas mediante las cuales todas las vidas en el nuevo ciclo (astrológica, periódica y científicamente comprendido) puedan expresarse. Ha sido necesario que la vida sexual sea controlada por este tipo de energía [i262] a fin de llevar a cabo los cambios necesarios, de allí que uno de los grandes resultados de la influencia del entrante séptimo rayo haya sido acrecentar el interés mental sobre el sexo. También el estudio de las influencias de rayo en el actual período histórico, y su relación con los otros rayos, revelará la exactitud y lo sugestivo de la anterior clasificación de los rayos.

La relación entre el ser humano y los animales, como ya hemos visto, es física, emocional y cada vez más mental. Cada raza humana trabaja a su vez bajo las influencias de los rayos que producen definidos efectos sobre los tres reinos subhumanos. A través de la humanidad, cuando se inició el gran experimento de la individualización, fueron enfocadas las energías o influencias de los rayos provenientes de los reinos súper-humanos, empezando así la gran actuación de la humanidad, que consistió en transmitir cíclicamente las fuerzas de los rayos. Aunque la estrella de seis puntas es actualmente el símbolo del trabajo creador (considerándolo como un todo), el triángulo con la punta hacia abajo, apoyado sobre un triángulo con la punta hacia arriba, algún día representará un cuadro más veraz de la función creadora y preservadora del cuarto reino.

C. Los cinco puntos de contacto

Existen cinco puntos de contacto mediante los cuales el mundo material puede ser ocultamente elevado hasta llegar a la vida y al poder, así como existen cinco centros en nuestro planeta a través de los cuales afluyen la vida y la energía al mundo natural. Me refiero a ciertos centros activos que conciernen a la vida física y material del planeta. Existen también, como lo expresé en el artículo sobre el desarrollo que se obtendrá durante los próximos tres años, cinco centros a través de los cuales afluye una nueva y energizante fuerza espiritual, las analogías planetarias de los cinco sentidos subjetivos y objetivos del ser humano. Además descubrimos que los rayos afluyen a través de toda la humanidad desde las cinco razas [i263] humanas (nuestra raza actual, la aria, es la tercera, aún tienen que aparecer otras dos). Este aspecto particular de la energía de rayo estimulará el aspecto conciencia y elevará y despertará la conciencia oculta en todas las formas materiales, tanto en el ser humano como en los tres reinos subhumanos. Los cinco puntos y sus cinco influencias, que elevan, excluyendo las dos razas primitivas e intangibles que no son estrictamente humanas, comenzando con la primera de las cinco razas totalmente humanas, son:

1. La Raza Lemuria ............... Quinto Rayo ............. El advenimiento de los Hijos del Fuego.
     
2. La Raza Atlante .................. Sexto Rayo ................ La devoción de los Señores del Amor.
     
3. La Raza Aria ...................... Tercer Rayo .............. La actividad de los Seres Humanos Mentales.
     
4. La Raza Futura .................. Cuarto Rayo .............. La visión de los Entes de Luz.
     
5. La Última Raza .................. Primer Rayo .............. La voluntad de los Señores del Sacrificio.


Las dos primeras razas estaban regidas por el segundo y el séptimo rayos respetivamente; personifican la actividad de los constructores de las formas y la energía constructiva del organizador mágico. El lector debe tener en cuenta, a medida que estudia estos ciclos mayores de rayos, que ellos abarcan inconcebibles períodos de tiempo y producen dos efectos que deben ser considerados.

Primero, las energías de cinco rayos actúan sobre el reino humano y en el transcurso de las épocas elevan al ser humano de la muerte a la vida; lo sacan de la oscura prisión de la materia y lo llevan a la luz del día. Son las cinco fuerzas dadoras de vida que elevan la conciencia humana al cielo y hacen que la forma permanezca subyacente. No conozco otra palabra para expresar ese concepto, excepto la palabra subyacente, y el verdadero significado se observa cuando se la divide en sus dos partes componentes.

Segundo, estas energías de rayo, que actúan hoy a través [i264] del reino humano, también elevan a los reinos subhumanos de la naturaleza (después de mucho esfuerzo) hacia la vida y la comprensión consciente. Mediante estos cinco puntos de contacto espiritual en cada uno de los tres reinos, la vida es llevada a la naturaleza misma. Para esto “la entera creación ha gemido y sufrido hasta ahora”. Aquí reside el secreto de la resurrección en sentido planetario -resurrección efectuada individualmente por cada hijo de Dios que alcanza la meta. Éste es el gran secreto masónico, y el misterio central del tercero o sublime grado de la Masonería. A veces se refiere ocultamente a “la relación de la muerte con las cinco energías dadoras de vida que actúan en el tercer día de la revelación”, o hablando todavía en forma simbólica:

“En la cámara de la muerte, la azulada luz del día que alborea ilumina al grupo de trabajadores que trata de resucitar a los muertos. Sus esfuerzos son vanos hasta que no se fusionan las cinco grandes fuerzas del Señor de la Magia. Cuando trabajan como uno solo, se realiza el trabajo en total unión, fusionan la fuerza dadora de vida, resucitan a los muertos y la tarea de construcción puede continuar. El templo puede ser glorificado y la Palabra pronunciarse dentro de la cámara de fuerza dadora de vida, no de muerte. De la muerte se pasa a la vida, de la lucha en la oscuridad se pasa a construir en la luz. Tal es el Plan. Así entramos en la vida, que es una muerte; así avanzamos a través del portal cuyos dos pilares permanecen eternamente como signo de fortaleza y verdad divinas; así entramos rápidamente a la tumba y morimos, y así somos resucitados nuevamente al pronunciarse la Palabra divina, sobre un signo quíntuple y -irrumpiendo- Vivimos.”

Luego, respecto a la humanidad, El Antiguo Comentario dice:

“Los Señores del quinto gran rayo de la mente nos han señalado y nos han puesto en el camino. Los Señores del sexto gran rayo nos han obligado a sufrir por la causa y, sin embargo, a amarla y a aprender mediante nuestra profunda devoción. Los Señores del tercer gran rayo nos conducen por medio de la mente a la pira funeraria, a la etapa en que morimos, pero resucitamos nuevamente. En la tercera cámara y en el tercer día oscuro el Maestro desaparece. Muere; se pierde de vista. Pero Los cinco grandes [i265] Señores unen sus fuerzas. En sublime compañerismo trabajan para resucitar a los muertos. Sólo así puede pronunciarse esa Palabra que devuelve la vida a los muertos. Tal es el trabajo que realiza el ser humano para Dios, y Dios para el ser humano.”

D. Manifestación cíclica

De manera que el trabajo prosigue. Los rayos afluyen durante:

1. Un ciclo solar, como el actual, donde el segundo rayo de Amor-Sabiduría es el rayo principal y los demás son sólo subsidiarios.

2. Un ciclo planetario, como los que hemos considerado en conexión con las razas, los cinco ya enumerados y sus cinco rayos controladores.

3. Los ciclos relacionados con los doce signos del zodíaco. Son principalmente dos:
    a. Los conectados con una ronda zodiacal completa, de más o menos 25.000 años.
    b. Los conectados con cada uno de los doce signos, y entran y salen de la manifestación más o menos cada 2.100 años.

4. Los ciclos en que ciertos rayos preponderan durante un período de evolución racial, como los cinco períodos mayores raciales a los cuales nos hemos referido.

5. Los ciclos menores que se hallan dentro y fuera de manifestación, a los cuales nos hemos referido anteriormente en este tratado.

6. Los ciclos de actividad de los rayos, determinados por orden numérico.

El primer rayo, por ejemplo, rige todos los ciclos que comprenden un millón de años, cien mil años, mil años, cien años y un año. El séptimo rayo controla similarmente ciclos de siete mil años, y siete millones de años etc. El intercambio y la interacción de estos ciclos de rayos es tan intrincado y grande, que si me explayara más sólo serviría [i266] para confundirlos. Sin embargo, recuerden que los siete rayos están siempre activos y actúan en forma simultánea, pero cíclicamente, y bajo el plan dirigido por las mentes personificadas por los rayos, algunas de estas influencias y fuerzas predominan más en un determinado momento que en otro, y ciertas actividades y sus resultados se expresan más por la influencia de un rayo que de otro. Dichas influencias afluyen a través de todas las formas en todos los reinos, produciendo efectos específicos, definidos y diferentes formas de vida, determinado tipo de comprensión y expresiones de conciencia de las correspondientes formas que, para ese período, son el producto del plan acordado y ejecutado por las fuerzas constructoras que trabajan en completa armonía, aunque momentáneamente están bajo el predominio de una de ellas. Entran en actividad constructiva; pasan por ese determinado ciclo especial; luego salen o mueren para esa actividad, y son “elevadas al cielo”, hasta que retorne nuevamente su ciclo. Este proceso se efectúa y vuelve a efectuarse contantemente, repitiendo el drama del nacimiento, de la muerte y de la resurrección.

En esta actividad de rayo se hallará el verdadero significado de la Ley de Renacimiento, la cual está detrás del proceso de la encarnación y reencarnación. No puedo extenderme más sobre ello, excepto indicar que las ideas de los seres humanos y las enseñanzas sobre la reencarnación son aún infantiles e inexactas. Son necesarios muchos reajustes y reordenamientos de las ideas antes de poder obtener la verdadera comprensión de esta ley cíclica fundamental.

Por consiguiente, la aparición cíclica, rige tanto a los rayos como a los reinos de la naturaleza y a las formas de dichos reinos. Determina la actividad de Dios Mismo. Las razas encarnan, desaparecen y reencarnan, y lo mismo hace la vida en las formas. La reencarnación o actividad cíclica, reside detrás de todas las actividades y apariencias fenoménicas. Es un aspecto de la vida palpitante [i267] de la Deidad, la exhalación y la inhalación del proceso de la existencia y de la manifestación divina. Es lo que reside detrás de la ciencia de la afinidad química, de la relación entre los pares de opuestos y del matrimonio, ya sea entre el hombre y la mujer o entre el alma y su expresión, la personalidad. Constituye la causa de la relación sexual en el mundo, que actúa bajo la gran Ley de Atracción y Repulsión. Quizá a medida que se considere el trabajo que realiza un reino con otro y la relación entre los grupos de vidas positivas y negativas (tal como la del cuarto reino con el tercero) sería adecuado ocuparnos brevemente del tema referente al sexo, que deberá ser profunda e inteligentemente tratado y sabiamente comprendido por la influencia que ejerce el entrante séptimo rayo.

Tengo muy poco que agregar a esta enseñanza sobre el reino animal y los rayos, porque, como ya dije, de nada serviría. La tarea del ser humano es resucitar a los muertos, expresar la hermandad en el plano físico y transmitir la divina energía a un expectante mundo de formas. A medida que los rayos desempeñan su parte con la humanidad y llevan al ser humano a la manifestación, tal como él es en esencia y en realidad, continuará constante e “evitablemente su trabajo con el reino animal y con los otros reinos. Pero casi sin saber por qué, ni cómo, la humanidad desempeñará su parte en el trabajo de construcción. El trabajo creador proseguirá y el Plan se materializará. El trabajo del ser humano para el reino animal consiste en estimular el instinto hasta que sea posible la individualización. Su trabajo para el reino vegetal reside en fomentar la facultad de producir perfume y adaptar la vida vegetal a la infinidad de usos del ser humano y los animales. La tarea del ser humano en el reino mineral radica en trabajar con la alquimia y la magia. Este proceso de transmutación y la consiguiente revelación no puedo dilucidarlo aquí. [i268]

E. El problema del sexo

He indicado ya que el séptimo rayo entrante actúa a través del centro sacro planetario y luego a través del centro sacro de cada uno de los seres humanos. Por esta razón podemos anticipar el desarrollo de esa función humana que denominamos sexual. Oportunamente, en la actitud del ser humano, veremos los cambios consiguientes respecto a este problema tan difícil. Al referirme a este tema y al delinear lo que es posible decir en la actualidad, trataré de exponerlo en forma más sencilla y expresar mis pensamientos de modo que surja algo constructivo y emita una nota que será oída con claridad en medio del fragor actual de sonidos discordantes, puntos de vista antagónicos y diversidad de ideas.

Evidentemente resulta difícil encarar el tema pero, ¿por qué es tan difícil? En último análisis, encontramos que la dificultad reside en los prejuicios que existen en la mente de los seres humanos y en la convicción interna de que su punto de vista particular es lógicamente el correcto, porque viven y actúan de acuerdo al mismo, lo cual les basta; esto se basa en el hecho de que el sexo es uno de los impulsos primitivos fundamentales, uno de los instintos sustanciales y, por lo tanto, el factor dominante de la parte animal de la naturaleza de ser humano, y también en la excesiva intimidad del tema, intimidad transmutada en un secreto indecente durante los períodos en que la raza sufría un excesivo puritanismo y prostituyó una función natural y la convirtió en un misterio lascivo. Esta intimidad relacionada con el tema del sexo fue la causa de que se lo considerara como algo que no debía mencionarse y un tópico que las personas decentes no debían tratar, en vez de ser un proceso tan instintivo y natural como beber y comer. Sin embargo esta función no ha sido llevada al ritmo de la [i269] vida diaria ni considerada como algo que debe seguirse y satisfacer cuando surge la necesidad y la demanda razonable. Aquí reside la gran diferencia y ofrece una clave al problema.

Por otra parte la dificultad quizás radique en los muy diversos conceptos que los seres humanos tienen sobre el tema, que abarcan desde la promiscuidad irregular, a la monogamia, dando por resultado la cruel imposición y restricción en las mujeres y el libertinaje desenfrenado en los hombres. Al margen de estas dificultades y como resultado de tales actitudes erróneas, respecto a lo legal y lo ilegal, al libertinaje y a las restricciones, se han producido focos de infección (si así puedo denominarlos) en nuestra civilización. De allí el relajamiento moral fundado en la incertidumbre, los “distritos de tolerancia”, lamentable contemporización de las tendencias viciosas y deseos insatisfechos; los divorcios, que han devastado la vida de la familia y con el tiempo socavarán la vida nacional (de la cual cada familia debería ser una parte substancial), y el constante aumento de las enfermedades como resultado de la prevaleciente promiscuidad y las numerosas relaciones ilícitas. También existe un factor psicológico muy importante. Este hecho es la actitud militante expresada por muchos grupos que tratan de imponer a sus semejantes sus propias ideas y peculiar solución al problema.

Detrás de los resultados de los conceptos erróneos, largo tiempo sostenidos durante épocas sobre la función sexual, residen dos males principales, o más bien dos efectos producidos por la acción mental y física del ser humano, que son de gran significación. Ante todo tenemos el desarrollo en su conciencia, de los complejos, psicosis, desarreglos e inhibiciones psicológicas que han socavado tan seriamente la salud y la tranquilidad de centenares y miles de personas. También está amenazada la vida misma de la humanidad, personificada en la familia [i270] y la vida familiar. Por un lado tenemos la promiscuidad y la excesiva relación sexual, que da por resultado (como siempre lo ha hecho) una excesiva población y superproducción de seres humanos; por otro lado una forzada esterilidad que -aunque sea el menor de los males- con el tiempo es peligroso. La esterilidad aumenta con rapidez y lleva finalmente a condiciones físicas indeseables. Sin embargo, en esta época, es el menor de los dos males. Dos puntos pueden incidentalmente observarse aquí. Del primero de estos males y como resultado de la superproducción, hemos provocado una situación económica tan drástica y seria que amenaza la paz y la estabilidad misma del mundo; debido al segundo, tendremos la desaparición gradual de la humanidad, si la obligatoriedad de la esterilidad llegara a ser una práctica universal. Esto conduciría al consiguiente dominio del reino animal, a un enorme aumento de la vida animal y a un período de retroceso, no de progreso.

Al tratar este tema tendré que generalizar y lógicamente serán muchas las excepciones a las reglas formuladas y a las clasificaciones sugeridas. Estoy tratando el tema en su totalidad, y mi tópico, por lo tanto, se refiere a la amenaza de la actual actitud, a la necesidad de una mayor comprensión y a la importancia de reordenar las ideas de los seres humanos respecto a este asunto vital. La actitud que adopta el salvaje ignorante hacia la vida sexual, y la del iniciado, mentalmente polarizado y espiritualmente orientado en este tema, serán tan distintas, que superficialmente no habrá punto alguno de similitud; sin embargo, ambas actitudes fundamentalmente son muy similares y se acercan más a la realidad que la del ser humano común de hoy. Uno está controlado por el ritmo de su naturaleza animal y desconoce, como el animal salvaje, el mal y la vil promiscuidad del [i271] ser humano civilizado; el otro vive una vida controlada, regido por el poder de la mente y animado por el deseo de hacer bien a la humanidad. Entre los dos extremos existen los diversos puntos de vista, el sin fin de ideas distintas, las innumerables costumbres, la diversidad de las relaciones (legítimas e ilegítimas), las incontables reacciones animales y psicológicas, las diversas ceremonias nupciales y la gran variedad de perversiones del proceso natural que caracteriza al individuo moderno en todas partes del mundo. Éstas a su vez varían en las diversas civilizaciones y bajo la influencia de las distintas condiciones climáticas.

Por lo tanto se evidencia -¿no es así?- que no es parte de mi servicio dar a los lectores de este libro un detallado análisis de las costumbres matrimoniales de las épocas pasadas y presentes. Mi trabajo no consiste en detallar los errores, las malas consecuencias, los diversos tipos de perversión y las sádicas crueldades que han surgido por el abuso que el ser humano ha hecho del proceso natural y de su cónyuge, ni dilucidar su estúpida y errónea interpretación de la Ley de Atracción y Repulsión. No tendría valor alguno que expusiera en la breve dilucidación de este tema tan vasto, cualquiera de las teorías que los seres humanos han formulado en la búsqueda de soluciones que son legión. Todas contienen una medida de la verdad. La mayoría expresa la profunda ignorancia del ser humano y puede estudiarlas en cualquier momento el estudiante que dispone de tiempo para leer, inteligencia para ver con claridad y sin prejuicios, y dinero para comprar la literatura necesaria.

No puedo ni deseo tratar el aspecto médico y fisiológico del vicio, sea el de la promiscuidad o del matrimonio infeliz. En la actualidad el mejor servicio que puedo prestarles es indicarles las leyes que deben regir la vida de las personas, especialmente en lo que concierne al sexo, y [i272] señalar hasta ¡donde puedo y me atrevo!, por qué y cómo se han producido las peculiares y singulares condiciones de hoy. Quizás pueda dar ciertas sugerencias que, debidamente consideradas, ayudarán a despejar de la mente esos puntos de vista falsos e ilusorios que impiden que el ser humano vea realmente, lo cual puede ayudarlo a descubrir el hilo dorado de luz que a su debido tiempo lo conducirá a su solución.

Una cosa diré por penosa que parezca y es que no hay solución inmediata para el problema sexual que hoy nos enfrenta. Durante épocas los seres humanos han abusado y empleado incorrectamente una función otorgada por Dios; han prostituido su primogenitura y por su relajamiento, libertinaje y su falta de control, han introducido una era de enfermedades, tanto mentales como físicas, actitudes incorrectas y relaciones ilusorias, que requerirán varios siglos eliminarlas; también han traído a la existencia con demasiada rapidez millares de seres humanos que aún no estaban preparados para experimentar esta encarnación, y necesitaban intervalos más extensos entre los nacimientos para asimilar ciertas experiencias. Las almas que no han evolucionado todavía encarnan rápidamente; las más evolucionadas requieren períodos más extensos para cosechar los frutos de la experiencia. Estas almas son las que pueden ser traídas prematuramente a la encarnación, porque están abiertas al poder atractivo magnético de quienes viven en el plano físico. El proceso está de acuerdo a la ley; las almas no evolucionadas progresan bajo la ley grupal, como lo hacen los animales, mientras que las que están algo más evolucionadas son susceptibles a la atracción de los entes humanos, y las ya evolucionadas vienen a la encarnación de acuerdo a la ley del servicio y por deliberada elección de sus almas conscientes.

 

[1]  Ver pág. 164 edic. inglesa para la enumeración distinta de los rayos. La aparente contradicción quizás se deba al empleo de la palabra “rayo”, porque no se ha indicado si es un rayo mayor, uno de los siete subrayos del rayo mayor o si está implicado un rayo complementario. Los Editores.