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3. Algunos Problemas Psicológicos - Parte 2

Será también esencial que el psicólogo del futuro llegue a reconocer y a admitir la existencia de una estructura interna en el ser humano, de su vehículo emocional, su [i432] cuerpo mental y su estrecha interrelación por intermedio del cuerpo vital o etérico, que actúa siempre como una trama vinculadora entre el cuerpo físico denso y los otros cuerpos. El alma y su triple energía (la vida misma que expresa voluntad o propósito, amor e inteligencia) actúa, por intermedio de los siete centros mayores, mientras que los cuerpos mental y astral actúan, por intermedio de muchos centros, aunque poseen también en sí mismos siete centros, contrapartes transmisoras de los que están en el cuerpo etérico. Las integraciones que la evolución oportunamente efectúa, se llevan a cabo por intermedio de estos centros. Mediante la elevación de la vibración y por la actividad de los centros y el consiguiente desarrollo del mecanismo de respuesta humano, comienzan a abrirse nuevos canales de acercamiento a la realidad, aparecen nuevas cualidades de percepción, una nueva sensibilidad a lo que, hasta ahora, no ha sido reconocido, y nuevos poderes van apareciendo.

En consecuencia, cada ser humano, en sí mismo, constituye una jerarquía, un reflejo de la gran cadena del ser -el Ser que expresa el universo-. La psicología debe reconocer con el tiempo:

  1. La realidad de la existencia del alma, el agente integrador, el yo.
  2. La Ley de Oportunidad o de Renacimiento.
  3. La naturaleza de la estructura interna del ser humano y su relación con la forma externa tangible.

Es interesante observar que toda enseñanza dada en relación al renacimiento o a la reencarnación, prácticamente ha puesto el énfasis sobre el aspecto fenoménico material, aunque siempre se ha referido, más o menos en forma casual, a las adquisiciones espirituales y mentales, obtenidas en la escuela de la vida en este planeta, una encarnación tras otra. Poca atención se ha puesto sobre la verdadera naturaleza de la percepción en desarrollo y el desarrollo de la conciencia interna del verdadero ser humano; raras veces o ninguna, se hace hincapié sobre la comprensión adquirida en cada vida, respecto [i433] al mecanismo de contacto y el resultado de la creciente sensibilidad al medio ambiente (los únicos valores que conciernen al yo). Detalles de las condiciones de la vida, enunciaciones sobre posibles situaciones materiales, descripciones de lugares, vestimentas y relaciones humanas de la personalidad, son imaginativamente expuestos, y el “recuerdo de pasadas encarnaciones” ha consistido generalmente en la reconstrucción de episodios dramáticos que nutren el sentido innato de la individualidad del ser humano que reencarna y, por lo general, nutren también su vanidad. Esta curiosa presentación se debe a varias cosas. Primero, al hecho de que el mundo de la ilusión es, hasta ahora, el factor que todavía domina la vida del mejor de los seres humanos; segundo, que el grado de evolución ha sido tal, que el escritor u orador no ha podido ver el ciclo de vida desde el ángulo del alma, la cual no tiene apegos ni ilusiones, porque si así lo hubiera hecho, hubiese omitido las descripciones fenoménicas materiales y, probablemente, ni siquiera las habría percibido, y sólo hubiese puesto el énfasis sobre los valores -espirituales y mentales- y lo que concierne a la vida interna grupal. Los métodos empleados para presentar esta milenaria doctrina del renacimiento y el falso énfasis puesto sobre el aspecto forma, con exclusión de los valores del alma, han logrado que el tema fuera rechazado por las personas inteligentes y el investigador científico. Sin embargo, a pesar de esto, se ha hecho un verdadero bien, pues la teoría se ha infiltrado constantemente en la conciencia racial, convirtiéndose en una parte integrante de ella y, por lo tanto, se encamina al reconocimiento popular y, finalmente, al científico.

Al considerar la estructura interna del ser humano y esos factores que producen y condicionan la apariencia y la cualidad externa, trayendo como consecuencia el comportamiento y la conducta consiguientes, los psicólogos tendrán que estudiar los temas siguientes, [i434] empezando con el aspecto inferior y expandiendo sus ideas hasta incluir el aspecto más elevado posible. Éstos pueden ser agrupados y enumerados así:

El mecanismo externo de respuesta, que actúa por los impulsos recibidos del medio ambiente externo y de los reinos subjetivos internos. De acuerdo con las teorías esotéricas, llegan por intermedio de:

a. El cerebro, desde el cual se dirigen y controlan ciertos aspectos del sistema nervioso; primero, por la influencia mental y, después, por la dirección consciente del alma.

b. El sistema endocrino o glandular, que actúa por los impulsos que entran en el cuerpo físico, a través de los siete centros del cuerpo etérico; el sistema glandular es simplemente la exteriorización o contraparte física de dichos centros. Las glándulas condicionan al ser humano mediante la corriente sanguínea, siendo condicionadas, a su vez, por los centros.

c. El plexo solar, que dirige y controla ciertos aspectos del sistema nervioso y que, en gran parte, constituye el cerebro instintivo o animal.

d. El corazón, centro de la vida.

El cuerpo vital o etérico. Factor energizante principal y réplica o contraparte exacta de la forma externa, siendo el verdadero intermediario entre los mundos internos y el ser humano externo. Los nadis (líneas o hilos de fuerza) residen en cada nervio del cuerpo humano, y los centros que ellos conforman, en ciertos puntos de intersección o conjunción, son el trasfondo o el agente motivador de cada ganglio o plexo que hay en el cuerpo humano. Algunos de estos centros, mayores y menores, tienen singular importancia evolutiva y son:[i435]

a. El centro coronario, asiento de la energía del alma, o el centro por el cual actúa el ser humano espiritual consciente.

b. El centro cardíaco, asiento de la vida, el principio más elevado que se expresa por medio del ser humano.

c. El centro plexo solar, asiento de la vida instintiva del alma animal y de la naturaleza emocional muy desarrollada.

d. El centro que se halla en la base de la columna vertebral, principal centro integrador que entra en actividad cuando se han efectuado dos fusiones principales: la fusión de los tres cuerpos en una personalidad coordinada y la unificación del alma y el cuerpo.

El cuerpo emocional o sensorial, llamado a menudo el cuerpo astral. De este vehículo, emanan los deseos, los impulsos y las aspiraciones, más esos conflictos de la dualidad, que tan frecuentemente afligen y obstaculizan al discípulo. Es también el asiento de la vida creadora e imaginativa del ser humano. Posee también centros de fuerza, que son la contraparte de los que están en el cuerpo etérico, pero, en la mayoría de las personas, es energizado principalmente por el mundo de la ilusión y el plano astral. El ser humano evolucionado debe aprender a apartarse de este plano de percepción ilusoria.

La naturaleza mental, que actúa a través de cuatro centros, y únicamente cuatro.

El alma misma, o el verdadero ser humano espiritual, el yo en manifestación, actuando o tratando de actuar por intermedio de su apariencia fenoménica, el cuádruple ser humano inferior

Si lo que antecede es cuidadosamente estudiado, se verá que las separaciones que existen en el ser humano, se deben a que ciertas relaciones son inherentes o fundamentales [i436]:

1. Las que existen dentro del ser humano mismo, en uno u otro de los diferentes puntos focales de comprensión o percepción:

a. El ser humano no las reconoce y tampoco quienes lo rodean. Cuando esto sucede, el ser humano no ha evolucionado y las separaciones o brechas que existen en su conciencia, no le dañan verdaderamente a él, ni a los que lo circundan. Sólo indican falta de desarrollo.

b. Cuando se las reconoce, producen aflicción y dificultad, y el ser humano necesita una sólida ayuda psicológica. Aquí podría darse una correcta información, sobre esos casos que conciernen al tipo intelectual, pues entonces el psicólogo tendrá que ocuparse de quienes son capaces y están dispuestos a ayudarse a sí mismos.

c. Cuando el ser humano ha erigido el puente necesario y ha logrado la unificación necesaria, se convierte en una personalidad unificada. Entonces, podrá surgir el místico. Esto significa que ha alcanzado la etapa en que es posible establecer el puente entre la personalidad integrada y el alma. Finalmente, aparece el Maestro de Sabiduría, el Cual es un exponente de la conciencia crística, en sus aspectos unificadores, salvadores y constructivos.

2. La unificación de las naturalezas superior e inferior traerá resultados que serán determinados, en su campo de expresión, por el rayo al cual pertenece el ser humano. Estas condiciones de rayo harán que el ser humano encuentre su campo correcto de actividad y de expresión, donde pueda ser útil, ya en los sectores político, religioso o científico, o en otras formas de manifestación divina.

3. Las que existen entre un ser humano y su medio ambiente. El efecto que esto produce, puede significar que es un ser humano antisocial o impopular, teme la vida o expresa, en muchas [i437] formas, su incapacidad de ponerse a tono con el medio ambiente. Evidenciará incomprensión e incapacidad de establecer unas buenas relaciones y de fusionar correctamente las formas internas y externas de la estructura de la vida. En este caso, la razón de la separación reside generalmente en alguna parte del cuerpo astral mismo.

4. Las que existen entre el ser humano y la tarea que debe desempeñar en su vida, o la actividad que el destino le ha deparado o debe realizar en la vida, y para la cual tiene predisposición. La dificultad reside en una definida ruptura o disolución de la continuidad entre la naturaleza mental, que determina el propósito, y la naturaleza astral, que rige el impulso.

5. Las que existen entre el ser humano y su alma influyente (que va lentamente dominando). Esto conduce al infortunio, a un terrible conflicto y a una “muerte de la personalidad” posterior y simbólica.

Nuevamente quisiera detenerme, aquí, para hacerles ver que los conceptos muerte, sustitución, expiación vicaria y sacrificio, serán reemplazados -en la nueva era- porlos conceptos resurrección o vivencia, unidad espiritual, trasferencia y servicio, para que una nueva tónica penetre en la vida humana, trayendo esperanza, alegría, poder y libertad.

B. Problemas de la integración

Una de las primeras cosas que sucede, cuando un ser humano ha conseguido (sólo o con ayuda psicológica académica) eliminar o tender un puente sobre ciertas separaciones, es el reconocimiento de un sentido de bienestar inmediato y el anhelo de expresarse. A su vez, trae sus propios problemas, y algunos de éstos son:

1. Un sentido de poder, que hace al ser humano, por lo menos temporalmente, egoísta, dominante, seguro de sí mismo y arrogante. Es consciente de que enfrenta un mundo [i438] mayor, un horizonte más amplio y grandes oportunidades. Por lo tanto, este sentido elevado puede traer serios desarreglos y dificultades. Este tipo de persona, influenciada por esta ampliación de conciencia, tiene a menudo buenos móviles y está impulsada por intenciones elevadas, pero sólo logra producir desarmonía a su alrededor. Cuando se permite a estas tendencias regir incontroladamente, puede conducir con el tiempo, a un serio estado de egolatría, la cual constituye predominantemente un problema de integración. Estas dificultades pueden ser anuladas o contrarrestadas, si se logra que el ser humano comprenda que es parte integrante de un todo mucho más grande. Entonces, reajustará su sentido de los valores y orientará correctamente su sentido del poder.

2. La tendencia al énfasis excesivo puede también expresarse, convirtiendo al ser humano (como resultado de la integración y el sentido de bienestar o poder y capacidad) en un fanático, por lo menos durante un tiempo. Aunque el ser humano tenga los mejores móviles del mundo, trata de obligar a todos a recorrer el camino que ha recorrido, sin reconocer las diferencias del trasfondo, el tipo de rayo, el grado de evolución, la tradición y la herencia, llegando a ser una fuente de preocupaciones para él y sus amigos. El poco conocimiento puede ser peligroso, y en cambio, el reconocimiento puede curar muchos males, especialmente los de naturaleza psicológica. Entonces, él podrá progresar en el Sendero de Sabiduría.

3. El super desarrollo del sentido de orientación o vocación, si prefieren llamarlo así, aunque ambos no son idénticos, pues el sentido de orientación es menos definido que el reconocimiento de la vocación. En las escuelas de psicología esotérica, a veces se emplea una frase relacionada con este sentido de orientación o guía interna: “tender un puente sobre las separaciones obliga al ser humano a cruzar continuamente el puente”. [i439] El ser humano reconoce ya conscientemente ciertos aspectos de sí mismo, y el más elevado de ellos lo atrae constantemente. Por ejemplo, cuando ha tendido el puente entre el cuerpo astral o emocional y la mente, y descubre el vasto campo de actividad mental que se ha abierto ante sí, el ser humano puede, durante mucho tiempo, llegar a ser intelectual materialista y rechazar, hasta donde pueda, todas las reacciones emocionales y la sensibilidad psíquica, e ilusionarse en la creencia de que éstas no existen para él. Entonces, se dedicará a trabajar intensamente en los niveles mentales. Esto demostrará ser un asunto pasajero, desde el punto de vista del alma (aunque dure una o varias encarnaciones); pero puede causar problemas psicológicos definidos y producir “zonas oscuras”, respecto al concepto que tiene el ser humano sobre la vida. Sin embargo, gran parte de las dificultades pueden ser subsanadas dejando que ellos mismos las solucionen, siempre que la anormalidad no sea excesiva.

Una vez que se haya admitido la realidad de la existencia del alma, prevalecerá acrecentadamente la tendencia a dejar que las personas sean guiadas y dirigidas por el propósito de sus propias almas, siempre que comprendan lo que les está sucediendo y puedan discernir entre:

a. El surgimiento ascendente del yo subconsciente a la zona iluminada de la conciencia.

b. La actuación, la fuerza y el reconocimiento del yo inmediatamente consciente.

c. La afluencia que desciende del yo superconsciente, el alma, trayendo inspiración, intuición y conocimiento superiores.

Estas palabras -subconsciente, consciente y superconsciente- necesitan ser definidas para el propósito de este tratado; se [i440] las interpreta muy libremente y significan cosas muy distintas de acuerdo a la escuela psicológica de pensamiento a que pertenece el estudiante.

Empleo el término subconsciente para significar la vida instintiva de la forma, las tendencias heredadas y las predisposiciones innatas, las características adquiridas y acumuladas (adquiridas en encarnaciones pasadas, frecuentemente aletargadas, a no ser que sean repentinamente evocadas por la urgencia de las circunstancias) y todos los deseos y anhelos no formulados que impulsan al ser humano a la actividad, además de los deseos reprimidos y no reconocidos, y las ideas inexpresadas, presentes aunque incomprendidas. La naturaleza subconsciente es como una profunda laguna, de la cual un ser humano puede extraer casi todas las

experiencias pasadas, si lo desea, y cuyas aguas pueden ser agitadas hasta convertirse en una caldera hirviente causando muchos trastornos.

Lo consciente se limita a aquello que el ser humano sabe de sí mismo y posee en la actualidad. El tipo de cualidades, características, poderes, tendencias y conocimientos de cualquier índole, constituyen los dones naturales del ser humano, de los cuales él o el psicólogo es definidamente consciente; los expone a la vista de todos y hacen de él lo que aparentemente es ante el mundo que lo observa.

Por superconsciente quiero significar esos poderes y conocimientos disponibles, con los cuales no se ha hecho contacto todavía ni se han reconocido, y no tienen, por lo tanto, aplicación inmediata. Constituyen la sabiduría, el amor y el idealismo abstracto, inherentes a la naturaleza del alma, pero que aún no han sido ni serán parte del equipo disponible para ser utilizado. Oportunamente, todos estos poderes serán reconocidos y empleados por el ser humano. A estos poderes y realizaciones se les da, en Los Aforismos de Patanjali, el interesante nombre de “la nube de cosas cognoscibles”. Estas “cosas cognoscibles” se [i441] introducirán en el aspecto consciente de la naturaleza del ser humano y se convertirán en parte integrante de su equipo intelectual. Finalmente, a medida que prosigue la evolución y transcurren las épocas, penetrarán en el aspecto subconsciente de su naturaleza, a medida que aumenta la capacidad de comprender lo superconsciente. Podría aclararles este punto si dijera que, así como la naturaleza instintiva está ubicada actualmente en el reino de lo subconsciente, la parte intelectual del ser humano (de la cual es cada vez más consciente, en la actualidad) será relegada, a su debido tiempo, a una posición similar y caerá bajo el umbral de la conciencia, que luego será reemplazada por la intuición. A muchas personas les es imposible valerse libremente de la intuición, porque reside en el reino de lo superconsciente.

Dichos movimientos dentro del reino de la conciencia -desde lo subconsciente hasta lo inmediatamente consciente y desde allí a lo superconsciente- constituyen esencialmente crisis de integración, produciendo situaciones momentáneas que deben ser resueltas. Quisiera que observaran aquí que, cuando un individuo llega a ser consciente del aspecto más elevado de sí mismo, que está exigiendo la integración, y es consciente de su naturaleza y de la parte que ésta podría desempeñar en la expresión de su vida, frecuentemente lo embarga un complejo de inferioridad. Tal es la reacción de los aspectos inferiores que se integran en el aspecto superior. El individuo experimenta, un sentido de futilidad; las comparaciones que hace internamente sobre una posible realización y el punto ya alcanzado, le imparten un sentido de fracaso y de impotencia, que se debe a que lo visualizado al principio es demasiado grande y no se considera capaz de realizarlo. La humanidad ha hecho tanto progreso, en el sendero de evolución, que afecta poderosamente a dos grupos de seres humanos:

  1. Los que han reconocido la necesidad de tender el puente entre la naturaleza emocional y la mente, [i442] y por medio de su integración han alcanzado el nivel de la inteligencia.
  2. Los que han tendido ya este puente y son conscientes de una tarea mayor, la de tender el puente que existe entre la personalidad y el alma.

Estos grupos incluyen, en la actualidad, un gran número de personas; el complejo de inferioridad es muy grande y causa muchos tipos de dificultades. Sin embargo, si se enfrenta y maneja la causa en forma más inteligente, se observará que el desarrollo de la verdadera perspectiva es más rápido.

Cuando se ha alcanzado la integración, surge otra verdadera dificultad, en el caso de quienes han integrado toda su naturaleza inferior y han fusionado las energías de la personalidad. Las energías implicadas, en dicha fusión, poseen cualidad, y la combinación e interacción de estas cualidades (cada una determinada por alguna energía de rayo particular) conforman el carácter de la persona. Durante un largo período, después que la integración ha sido alcanzada, se producirán frecuentes conflictos, exclusivamente en la esfera del carácter y de la conciencia inmediata del Ser Humano. Una energía tras otra comenzará a hacerse valer y a luchar por la supremacía. Sería de valor si les presentara un caso hipotético, describiendo las energías de rayo que lo rigen, y si les recordara que su fusión es el objetivo. En el caso en cuestión, el sujeto ha fusionado los vehículos de la personalidad en un todo activo y es definidamente una personalidad, pero la principal fusión del alma y la personalidad no ha sido lograda.

Energías mayores:

Energía egoica.................................. 1er. Rayo.

La energía de la voluntad o poder.

Energía de la personalidad.............. 4to. Rayo. La energía de la armonía a través del conflicto.

Energías menores: [i443]

Energía mental....................................... 3er. Rayo.

La energía de la inteligencia.

Energía astral......................................... 6to. Rayo La energía de la devoción.

Idealismo.

Energía física...................................... 1er. Rayo. La energía de la voluntad o poder.

He aquí un campo quíntuple de energía, en el cual todos los factores están activos excepto la energía del ego o alma. Fueron definitivamente fusionadas. Al mismo tiempo, aumenta la percepción de la necesidad de una fusión aún más elevada o incluyente, y del establecimiento de una relación definida con el alma. El proceso ha sido el siguiente: Primero, el ser humano era simplemente un animal, consciente sólo de la energía física. Luego, empezó a incluir, dentro de su campo de percepción, a la naturaleza emocional, con sus deseos, exigencias y reacciones sensitivas. Después, se descubrió como mente, y la energía mental comenzó a complicar su problema. Finalmente, llegó a esa expresión de la vida (y esto es realmente interesante) que estamos considerando hipotéticamente, donde posee:

a. Un cuerpo físico de primer rayo, con un cerebro dominado y controlado por una mente de tercer rayo. Esto significa capacidad para una realización intelectual muy diversa.

b. Una naturaleza emocional que, al estar regida por la energía de sexto rayo, puede ser rápidamente impulsada a una orientación fanática y propensa al idealismo.

c. Todo el problema se complica por la rápida emergencia de energías de cuarto rayo de la personalidad, lo cual significa que la meta de la personalidad es lograr la armonía, la unidad y la habilidad de vivir, adquirida por medio de un intenso conflicto, librado dentro del [i444] campo cuádruple de energías que constituyen el yo inferior.

En consecuencia, será un ser humano que ambiciona poder, pero con justo motivo, porque es verdaderamente un idealista que luchará inteligentemente por conseguirlo, pero que batallará fanáticamente para lograr dichos fines, porque su personalidad de cuarto rayo y su cuerpo astral de sexto rayo lo obligarán a hacerlo, y su cuerpo y su cerebro de primer rayo lo capacitarán para presentar una enérgica batalla. Al mismo tiempo, la energía egoica de primer rayo está tratando de dominar y, oportunamente, lo hará por intermedio de la energía mental de tercer rayo, influenciando a su cerebro de primer rayo. El primer resultado, obtenido por la influencia del alma, producirá una intensificación de todas las cosas de la personalidad. El desequilibrio se localizará en el cuerpo mental o en el cerebro, y abarcará desde la idea fija y la cristalización mental, hasta la insania (si el estímulo es excesivamente poderoso o posee taras hereditarias). Puede expresar, en forma arrogante, el éxito obtenido en el campo donde ha elegido trabajar, que lo hará una persona dominante y desagradable, o podrá expresar la fluidez de la mente de tercer rayo y hará de él un intrigante, un confabulador, o un luchador al servicio de grandes proyectos que, en realidad, nunca podrán materializarse. En este análisis, no he incluido las tendencias evocadas en vidas anteriores, que están ocultas en el subconsciente, ni su herencia y medio ambiente. He tratado simplemente de mostrar una cosa: las energías en conflicto dentro de un ser humano pueden producir serias situaciones. Pero la mayoría de ellas pueden ser corregidas mediante la correcta comprensión.

Por lo tanto, es evidente que uno de los primeros estudios a efectuarse, en este nuevo acercamiento al campo psicológico, será descubrir:

  1. Qué rayos mayores y menores condicionan y determinan [i445] la naturaleza del ser humano y evocan la cualidad de su vida diaria.
  2. Cuál de estas cinco energías (en el momento de dificultad) es la que predomina, y a través de qué cuerpo o vehículo se enfoca.
  3. Cuál de estas energías de rayo lucha contra el predominio mencionado, las cuales pueden ser:

a. Los aspectos variables de la misma energía dentro de su propio campo particular.

b. Las energías superiores que se esfuerzan por controlar las energías inferiores, lo que indica una separación en la naturaleza del ser humano.

c. La energía del proceso de fusión que unifica las energías inferiores en una personalidad funcional.

e. El reajuste del proceso de tender el puente, entre las dos energías principales, lo que dará por resultado la unificación del alma y la personalidad.

Todo esto constituye las zonas de mayores dificultades, habiendo, en cada uno de estos campos de energías en conflicto, centros menores de conflicto, creados frecuentemente por circunstancias y acontecimientos ambientales.

Dados todos estos factores y considerando que nuestro caso hipotético es un ser humano que posee una naturaleza altamente inteligente y un buen equipo para expresarse diariamente, ¿en qué forma procedería el psicólogo esotérico? ¿Cómo manejaría al ser humano y qué haría? ¿Sobre qué principios amplios y generales actuaría? Sólo puedo indicar brevemente algunos de ellos, recordándoles que, en el caso que estamos considerando, el sujeto está definidamente colaborando con el psicólogo y se interesa por obtener buenos resultados. La meta del esfuerzo del psicólogo consistirá en responder a las siguientes preguntas [i446]:

¿Qué razones le asisten para querer “reordenarse”? Esta frase, siendo una expresión familiar, tiene un profundo significado, pues indica el reconocimiento de la necesidad del alineamiento.

Qué es lo que le hizo sentir esta necesidad y evocó el deseo de someterse a un proceso específico de reajuste interno?

Conociendo la naturaleza de la constitución interna del ser humano, en ¿qué vehículo es necesario tender el puente? ¿Dónde reside el punto de separación y, por lo tanto, el punto de la actual crisis? ¿Es esta dificultad una crisis mayor o menor?

¿Cuáles son las cinco energías de rayo que condicionan al sujeto?

¿Hasta qué punto las normas en la vida del ser humano, su vocación y sus deseos coherentes innatos coinciden con la tendencia establecida por:

a. el tipo de energía del rayo del alma,

b. el tipo de rayo de la personalidad?

Gran parte de las dificultades, en lo que a los discípulos concierne, se hallará en esta zona de expresión.

¿En qué período de la actual manifestación de vida apareció dicha separación? o ¿la integración alcanzada es la que produjo esta difícil situación? ¿Es éste un problema?

a. de separación, que requiere tender un puente que conduzca a una fusión de energía, o

b. de integración, que requiere una correcta comprensión de lo que ha sucedido, y conduzca a un reajuste correcto de los poderes fusionados con las condiciones ambientales?

¿ Se halla el ser humano en la etapa en que debería:

a. Integrarse como una personalidad y, en consecuencia, llegar a ser más estrictamente humano? [i447]

b. ¿Desarrollarse como un místico y aprender a reconocer el aspecto superior y su relación con el inferior, con miras a su unificación?

c. ¿Entrenarse como un ocultista y llegar mentalmente a tal estado de conciencia que las naturalezas o aspectos superiores e inferiores comiencen a funcionar como uno? Esto implica la fusión de las fuerzas de la personalidad y la energía del alma, fusionándose en una expresión divina, “la parte dentro del todo”.

¿Qué se puede hacer para que “la zona iluminada” de la conciencia inmediata sea de tal naturaleza, que la parte subconsciente del ser humano pueda ser “iluminada a voluntad por el rayo de la mente”, y la mente misma pueda transformarse en un faro que penetra en la superconciencia, revelando así la naturaleza del alma? En realidad, éste es un problema de expansión de la conciencia. Hay, por delante, un amplio campo de investigación psicológica, en conexión con el empleo de la mente como si fuera “el sendero de luz entre las naturalezas subconsciente y superconsciente, que enfoca a ambas en un punto brillante de luz dentro de la naturaleza consciente”.

Para los esotéricos todo este problema de la unificación está estrechamente vinculado con la construcción del antakarana. Así es denominada la línea de energía viviente que vincula los diversos aspectos humanos con el alma y contiene la clave de la verdad oculta: “antes de que el ser humano pueda recorrer el Sendero debe convertirse en el sendero mismo”. Cuando se hayan eliminado todas las separaciones, superados y pasados los diversos puntos de crisis, y hayan tenido lugar las fusiones requeridas (simples etapas en proceso), se producirá la unión o unificación. Entonces, el ser humano se introduce en nuevos campos de energías, [i448] las reconoce y domina, y luego, se abren, ante el peregrino progresista, nuevas zonas de conciencia.

La gran realización planetaria del Cristo ha sido expresada por San Pablo en las siguientes palabras: «... para formar en sí mismo un nuevo hombre, trayendo así la paz” (Ef. II, 15). Las palabras “paz” y “buena voluntad” son términos clave que expresan la unión de dos separaciones: Una, en la naturaleza psíquica del ser humano, en particular entre la mente y el vehículo emocional, que significa el logro de la paz, y la otra entre la personalidad y el alma. Esta última constituye la eliminación de una grieta básica y se logra definidamente por la voluntad de bien, la cual no sólo elimina la principal separación en el individuo, sino que produce la grande e inminente fusión, entre la humanidad inteligente y el gran centro espiritual, denominado la Jerarquía espiritual del planeta.

El reconocimiento casi inconsciente de estas separaciones y de la necesidad de su fusión ha hecho del matrimonio y de su acto consumador, el gran símbolo místico de las fusiones internas mayores.

Quisiera recordarles, también, que estas separaciones existen en la conciencia o la percepción, pero no en la realidad ¿Les resulta demasiado difícil comprender esto? Reflexionen sobre ello.

C. Problemas de estimulación

Ahora, llegamos a la parte más interesante de nuestro estudio psicológico, porque encararemos y consideraremos los resultados obtenidos por el estímulo.

Este tema es de gran interés, en los momentos actuales, debido a la tendencia mística, al anhelo espiritual que caracteriza a toda la humanidad y a los resultados definidos -unos malos, la mayoría buenos- que la acrecentada práctica de la meditación está produciendo en el mundo [i449] de los seres humanos. Los resultados obtenidos por la aspiración mística y espiritual, y por la meditación ocultista aplicada o intelectual (en contradicción con el acercamiento místico), deben ser enfrentados y comprendidos, o se perderá una gran oportunidad y aparecerán ciertos desarrollos indeseables que, luego, será necesario contrarrestar.

Les sorprende, ¿no es verdad?, que hable de la tendencia mística de la humanidad. Sin embargo, la aspiración del género humano nunca ha sido de orden tan elevado y general como ahora. Nunca se ha esforzado tanta gente por llegar al Sendero del Discipulado. Nunca se han abocado tantos individuos a descubrir la verdad. Nunca ha sido tan definido y tan real el Acercamiento a la Jerarquía. Esta situación justifica ciertas reacciones. ¿De qué naturaleza serán estas reacciones? ¿Cómo debemos considerar y tratar la Oportunidad con la cual nos enfrentamos? Por el desarrollo de las siguientes actitudes: la determinación de aprovechar la corriente que obliga a la humanidad a acercarse al mundo de las realidades espirituales en tal forma, que los resultados serán fehacientes y probados; la comprensión de que lo que millones de seres humanos buscan, es digno de ser buscado y constituye una realidad, hasta ahora desconocida; el reconocimiento de que ha llegado el día de la oportunidad para todos los discípulos, iniciados y trabajadores, pues la marea está en su apogeo y los seres humanos pueden ser influenciados decisivamente en esta época, lo cual no será posible posteriormente. No siempre hay épocas de crisis, pues son una excepción, no la regla.

Sin embargo, la crisis de la época es poco común. No obstante, hay un punto plasmado en mi mente que quisiera exponer enfáticamente. En estos momentos de crisis y de la oportunidad consiguiente, es esencial que los seres humanos comprendan dos cosas: primero, que es una época de estimulación y también un momento de crisis, tanto para la Jerarquía como para los seres humanos. Esto último a menudo se olvida; la crisis jerárquica es de gran importancia, porque ocurre relativamente raras veces; las crisis humanas son frecuentes y [i450] -desde el punto de vista del tiempo- suceden casi regularmente. Pero no es así en lo que respecta a la Jerarquía. Además, cuando una crisis humana y una crisis jerárquica coinciden y son simultáneas, emerge un momento en que la oportunidad es trascendental por las siguientes razones:

  1. La atención de los Grandes Seres se enfoca totalmente, debido a los asuntos planetarios, en una dirección particular. Entonces, surge una síntesis del esfuerzo planificado.
  2. Estas ocasiones son tan raras que, cuando suceden, tienen una significación solar y también planetaria.
  3. Ciertos poderes y fuerzas, externos al gobierno del sistema solar, han sido puestos en actividad debido a la emergencia planetaria, siendo ésta de tal importancia (desde el punto de vista de la conciencia), que el Logos Solar ha considerado necesario invocar la ayuda de agentes externos. Y Ellos están ayudando.

Si se suman a estos hechos la atención reorientada y enfocada de la humanidad, sobre lo que se denomina “el moderno idealismo”, tendremos un momento o acontecimiento muy importante, pues ambas palabras son sinónimas.

En todas partes, los seres humanos aspiran a obtener libertad, comprensión mutua, buenas condiciones de vida, modos correctos de pensar grupales y personales, y buenas relaciones externas e internas. Este hecho generalmente se reconoce. La humanidad está hastiada y cansada de los modos de vivir malsanos, de la explotación de los indefensos, del aumento del descontento y de la centralización del poder en manos erróneas y egoístas. Ansía la paz, unas buenas relaciones, una adecuada distribución del tiempo y la comprensión y el empleo correcto del dinero. Estas modalidades poco comunes son de naturaleza profundamente espiritual.

¿Qué resultados han traído dichos desarrollos en el [i451] gobierno espiritual subjetivo y en el mundo de los asuntos humanos?

Ante todo y en forma predominante, la evocación de un Acercamiento conjunto: uno lo constituye el anhelo y el deseo de la Jerarquía de solucionar el problema humano, el reajuste del sufrimiento humano y también el surgimiento correcto del gobierno espiritual (gobierno de valores justos); el otro consiste en la determinación del ser humano de crear unas buenas condiciones y situaciones ambientales, donde puedan desarrollarse adecuadamente los seres humanos y percibirse y reconocerse los verdaderos valores. Es aquí donde la Jerarquía y la humanidad están unificadas. No tiene gran importancia que infinidad de seres humanos estén tan poco desarrollados que no puedan captar debidamente estas aspiraciones, pues trabajan inconscientemente para lograr los mismos fines que la Jerarquía.

Allí donde existen simultáneamente estas situaciones afines, se producirá necesariamente una respuesta sincronizada y (también, lógicamente) producirá un estímulo. La situación en relación con toda la humanidad es exactamente la misma que la situación en la vida de un místico individual. Esto debe ser cuidadosamente tenido en cuenta, porque la tendencia de la aspiración humana es mística y no ocultista. De ahí, lo oportuno de mis palabras y su aplicación mundial.

Sin embargo, pienso limitarme a los problemas del místico individual y dejar a mis lectores que establezcan los paralelismos necesarios.

Sería de valor si, ante todo, definiéramos la palabra estímulo, considerándola desde el punto de vista ocultista y no la dada por los diccionarios técnicos. El estímulo es el punto crucial de nuestro problema y podríamos muy bien enfrentarlo y comprender que hablamos con conocimiento de causa y sabemos lo que implica.

Insistentemente he acentuado la necesidad de reconocer la existencia de la energía. En ocultismo (en forma esotérica) [i452] empleamos la palabra energía para expresar la actividad viviente de los reinos espirituales y de esa entidad espiritual que es el alma. Empleamos la palabra fuerza para expresar la actividad de la naturaleza de la forma, en los dominios de los diversos reinos de la naturaleza. Este es un punto muy interesante e implica diferenciación.

Por lo tanto, el estímulo podría ser definido como el efecto que produce la energía sobre la fuerza. Es el efecto que produce el alma sobre la forma y el efecto de la más elevada expresión de la divinidad sobre lo que denominamos la expresión inferior. Sin embargo, todos son igualmente divinos en tiempo y espacio, y respecto al grado de evolución y al todo. A fin de aclarar los numerosos y diferentes tipos de mente, enumeraré de distinta forma los efectos que produce esta energía:

  1. El ritmo y la vibración acrecentados.
  2. La capacidad de aprovechar el tiempo y, por lo tanto, realizar más en una hora, del llamado tiempo, que lo que la persona común puede hacer durante dos o tres horas.
  3. La perturbación de la vida de la personalidad, que conduce -si se la enfrenta correctamente- a percibir con claridad el cumplimiento de las obligaciones kármicas.
  4. La intensificación de todas las reacciones, incluidas en ellas las que emanan del mundo del vivir diario (y, por consiguiente, del ambiente), del mundo de la vida de aspiración, de la mente y del alma, la gran Realidad en la vida del individuo encarnado (aunque lo ignore).
  5. El esclarecimiento de los objetivos de la vida, de ahí, el énfasis predominante sobre la importancia de la personalidad y la vida de la personalidad.
  6. El proceso de destrucción en desarrollo, que implica asuntos que están más allá de la capacidad de la personalidad para resolverlos [i453].
  7. Ciertos problemas fisiológicos y psicológicos basados en la capacidad, las debilidades y fortalezas inherentes, y las cualificaciones de los instrumentos de recepción.

Debemos recordar, aquí, que todo estímulo se basa en la reacción (o poder de recibir y registrar) de la naturaleza inferior, cuando se pone en relación con lo superior, y no en la reacción de lo superior a lo inferior. Una vez obtenida la recepción, se produce una aceleración de los átomos que componen los vehículos de la personalidad; luego, las células del cerebro que, hasta ahora, han estado aletargadas, son energizadas para que entren en actividad, así como también las zonas del cuerpo alrededor de los siete centros, particularmente en las analogías orgánicas y fisiológicas de los centros, conjuntamente con la captación de las posibilidades y oportunidades. El resultado puede ser un fracaso desastroso o un desarrollo significativo.

La estimulación del sistema nervioso del sujeto responde a todo esto, de ahí que los efectos sean pronunciadamente físicos, los cuales pueden significar la liberación por el correcto consumo de la energía que fluye y, en consecuencia, no serán graves, aunque haya condiciones indeseables o signifique que el instrumento esté en tal condición que la energía que fluye sea destructora y peligrosa, y pueda traer malos resultados, y éstos incluyen:

Problemas mentales

Trataremos en especial este tema. El estímulo mental es comparativamente raro, si se considera la población del planeta en su totalidad, aunque prevalecen frecuentemente en los pueblos de la [i454] civilización occidental y en la élite de la civilización oriental. Para mayor claridad, dichos problemas pueden clasificarse en tres grupos o categorías:

Los que surgen de la intensa actividad mental, que producen los enfoques excesivos y énfasis mentales, el acercamiento intelectual unilateral y la cristalización.

Los que surgen de los procesos de la meditación, que han traído exitosamente la iluminación y que, a su vez, producen ciertas dificultades, como:

a. La hiperactividad de la mente que capta y percibe demasiado.

b. La revelación del espejismo y la ilusión. Esto conduce a la confusión y al desarrollo del psiquismo inferior.

c. La hipersensibilidad a los fenómenos de la luz interna, registrados en el cuerpo etérico.

Los que surgen del desarrollo del psiquismo superior, con la consiguiente sensibilidad para:

a. ser guiados,

b. colaborar con el Plan,

c. establecer contacto con el alma.

Los tres últimos problemas, relacionados con la sensibilidad, son muy definidos y reales en la experiencia de los discípulos.

El primer grupo (los que surgen de una intensa actividad mental) corresponde al que se destaca intelectualmente y recorre toda la gama, desde un estrecho sectarismo cristalizado hasta ese fenómeno psicológico llamado idea fija. Constituyen, en gran parte, problemas de la construcción de formas mentales y, por su intermedio, el ser humano se convierte en víctima de lo que él mismo ha construido; es la criatura de un Frankenstein [i455] que él mismo ha creado. Como puede verse, esta tendencia actúa, en toda escuela cultural y de pensamiento, siendo principalmente aplicable al ser humano conductor y al que piensa independientemente, y es, por lo tanto, capaz de pensar con claridad y movilizar libremente la sustancia mental o “chitta”. Por lo tanto, en los días venideros, es necesario ocuparse de este problema particular, pues prevalecerán mentalidades con una frecuencia acrecentada. A medida que avanza la raza hacia una polarización mental, tan poderosa como la actual polarización astral de la cual está surgiendo, será necesario, cada vez más, educar a la raza sobre:

  1. la naturaleza de la sustancia mental,
  2. el triple propósito de la mente, como:
  • a. Medio para expresar ideas, mediante la construcción de las formas mentales necesarias que las incorporen.
  • b. Factor controlador en la vida de la personalidad, mediante el empleo correcto del poder creador del pensamiento.
  • c. Reflector de los mundos superiores de la conciencia perceptiva e intuitiva.

 

 

 

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