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SECCIÓN UNA - ENSEÑANZAS SOBRE LA TELEPATÍA - Parte 5

CAPÍTULO XV. RELACIONES INTERPLANETARIAS Y EXTRAPLANETARIAS

[i124] Al considerar la Ciencia Suprema de Contacto, vemos que el tema referente al cuerpo etérico de todas las formas y del Logos planetario, es el de mayor importancia. Lo que quiero destacar, a medida que estudiamos los tres puntos o conceptos básicos explicados en el capítulo anterior, es el concepto contacto sensible. Los términos tales como planos, grupos, Jerarquías creadoras y centros, son simplemente modismos para designar relación, interacción o impresión mutua, entre los seres o las vidas que componen la totalidad de nuestro universo manifestado; sin embargo, significa que estamos llegando a una síntesis o integridad planetaria, de naturaleza hasta ahora no imaginada por el ser humano.

Inevitablemente el tema es muy difícil, porque todos los seres humanos piensan en términos de sus propios contactos y relaciones, que son muy limitados y no se expresan en términos de la Vida Una que fluye, a través de todas las formas y reinos, y de las distintas evoluciones planetarias (sobre las cuales ustedes nada saben), y crean, en tiempo y espacio, una Entidad planetaria viviente e inteligente de madurez universal, cualificada por numerosas energías atractivas e integradoras, puestas en acción por el Propósito supremo, el cual es parte del vasto propósito del Logos solar, actuando por medio de los Logos planetarios y, por consiguiente, responsable de la evolución progresiva y del bienestar de todas las vidas dentro de la estructura esencial de nuestro planeta.

La relación evocada es, como bien se imaginan, interplanetaria y extraplanetaria; estos términos significan poco para [i125] el discípulo común, y hasta que el proceso iniciático no lo lleve a una posición determinada, no podrá valorar cabalmente la situación. De estas últimas etapas, nada se puede saber; sólo en la Cámara de Concilio de Shamballa se conocen estos contactos y relaciones extraplanetarios. Pero ha de ser captado el hecho fundamental de que el medio para establecer la relación y el contacto es la sustancia; el efecto de tales relaciones, llevado a cabo por este medio, es el gradual desarrollo y progresivo desenvolvimiento de los tres aspectos divinos, conocidos por todos los esotéricos, además de otros que el milenio venidero revelará. El factor contribuyente, dentro y fuera de nuestro planeta, podría ser considerado como los tres centros mayores de nuestro Logos planetario:

1. El Centro Coronario. Agente dinámico del Propósito extraplanetario, expresión de la divina Voluntad planetaria enfocada en Shamballa. Es la Energía de Síntesis, origen de toda vida planetaria; significa el Ser esencial.

2. El Centro Cardíaco. Agente del Plan de evolución. Expresión del Amor divino o Razón pura, la Jerarquía. Es esencialmente la energía de Atracción, el reino de las almas.

3. El Centro Laríngeo. Agente de los tres aspectos, en relación con los tres reinos subhumanos de la naturaleza, expresión de la inteligencia divina, la Humanidad. Esta energía, que es Mente activa, hace que la humanidad sea el macrocosmos del microcosmos, los tres reinos subhumanos. La humanidad es para ellos lo que la Jerarquía es para el cuarto reino de la naturaleza, el reino humano.

 Éstos son los elementos de la ciencia esotérica y, para los estudiantes, no encierra nada nuevo. Sin embargo, [i126] deben ser considerados en su triple relación y modalidad, si se quiere captar, con mayor claridad que hasta ahora, la manera en que actúa la Vida Una. El objetivo de todo el esquema evolutivo consiste en llevar estos tres centros a una relación tan estrecha, que la síntesis del Propósito divino pueda actuar armónicamente en todo posible nivel de conciencia (observen esta frase). Si ello se lleva a cabo, podrá finalmente ser revelado al ser humano el Pensamiento básico, la Proposición fundamental del Logos planetario.

Deseo recordarles la afirmación oculta de que todo ser viviente o vida manifestada -desde el Logos planetario hasta el más ínfimo átomo- ha sido, es o será un ser humano. Esto se refiere al pasado, al presente y al futuro de toda vida manifestada. Por lo tanto, la realidad de la existencia de la humanidad y la que ésta representa, constituye, probablemente, el aspecto primordial y principal del Propósito divino. Deténganse y reflexionen sobre esta afirmación. Por lo tanto, es el primer hecho que indica claramente el alcance y la magnitud de un ser humano, y hasta que no sean revelados consecutivamente otros dos hechos, no será posible medir con exactitud los aspectos más amplios del propósito de Sanat Kumara. Todo lo subhumano avanza paulatinamente hacia una definida experiencia humana; también está atravesando la etapa del esfuerzo humano y la consiguiente experiencia, o bien ha salido de este aspecto limitador y - a través de la Iniciación - está llevando a la naturaleza humana a un estado de divinidad (empleando una frase inadecuada).

El Papel Clave de la Humanidad

En consecuencia, la nota clave del Señor del Mundo es HUMANIDAD, por ser la base, la meta y la estructura interna esencial de todos los seres. La humanidad misma es la clave de todos los procesos evolutivos y de la correcta comprensión del Plan divino que expresa, en tiempo y espacio, el Propósito divino. No sabemos por qué Él quiso que esto fuera así; pero es un punto que debe ser aceptado y recordado, al estudiar [i127] la Ciencia de Impresión, pues es el factor que hace posibles la relación y el contacto, siendo también la fuente de toda comprensión. Estas cosas son muy difíciles de ser expresadas y dilucidadas, porque únicamente la aguda intuición puede esclarecer estas cuestiones a las mentes ávidas y activas.

Por lo tanto, se observará que, aunque llamamos a uno de los Centros principales la HUMANIDAD, sin embargo, en último análisis, todos los centros están constituidos por vidas que progresan hacia la etapa humana, por esas unidades de vida que se hallan en dicha etapa y por los que ya la han pasado, pero que están dotados de todas las facultades y todos los conocimientos plasmados en la expresión humana en esquemas planetarios o sistemas solares anteriores, o a través de nuestra propia, definida y característica vida planetaria.

La uniformidad de experiencias permite que el arte de establecer contacto y la ciencia de impresión resulten totalmente factibles y normalmente eficaces. Las grandes Vidas omnipotentes, en Shamballa, pueden impresionar las Vidas omniscientes y las vidas menores de la Jerarquía, porque comparten una humanidad común; los Trabajadores o Maestros y los iniciados jerárquicos pueden, por lo tanto, impresionar a la humanidad debido a la comprensión y la experiencia compartidas; entonces, las vidas que componen la familia humana, presentan la meta a los reinos subhumanos y pueden impresionar y los impresionan, debido a las tendencias instintivas fundamentales que se manifiestan en el grupo humano, pero son tendencias instintivas latentes y acervo potencial de los tres grupos subhumanos.

Esta enseñanza siempre ha estado implicada en las doctrinas esotéricas, pero no había sido suficientemente acentuada debido al grado de evolución de la Humanidad. Actualmente la humanidad ha progresado tanto, que estas etapas pueden ser alcanzadas en forma efectiva. Quisiera que observaran que esto fue la nota clave de los Evangelios: la naturaleza divina-humana de Cristo [i128] lo relaciona con el Padre, por medio de Su divinidad esencial, y también con el ser humano, por medio de Su humanidad esencial. La iglesia cristiana dio a la enseñanza una interpretación errónea al presentar al Cristo como único, aunque la crítica constructiva (considerada como una ofensa hace cincuenta años) ha hecho mucho para corregir esta falsa impresión.

Sensibilidad inteligente a la impresión es la característica sobresaliente de la humanidad. Reflexionen sobre esta manifestación definida y enfática. Después de todo, el trabajo de la ciencia consiste, simplemente, en desarrollar el conocimiento acerca de la sustancia y de la forma; este conocimiento permitirá a la humanidad actuar oportunamente como principal agente impresor, respecto a los tres reinos subhumanos de la naturaleza; tal es la responsabilidad principal de la humanidad. Esta tarea de establecer relación consiste, prácticamente, en desarrollar o desenvolver la sensibilidad humana. Me refiero aquí a la sensibilidad a la impresión por la Jerarquía o de Ella.

El trabajo realizado, mediante el procedimiento iniciático, tiene por objeto capacitar a los discípulos e iniciados para recibir impresión desde Shamballa; el iniciado es esencialmente un producto de la combinación del entrenamiento científico y religioso; ha sido reorientado hacia ciertas etapas de existencia divina, aún desconocidas por el ser humano común. Estoy tratando de aclarar la síntesis fundamental que subyace en toda vida manifestada sobre nuestro planeta, como así también la estrecha interacción o relación que eternamente existe, y se expresa mediante la ciencia suprema de contacto o de impresión. Los tres grandes Centros están en estrecha relación en todo momento, aunque esto no es reconocido aún por el discípulo inteligente; siempre existe una serie ininterrumpida de impresiones que relacionan un centro con otro, presentando una unidad de objetivo de la evolución, y desarrollando (con gran rapidez en esta época) una ciencia secundaria, la de la Invocación [i129] y la Evocación. En realidad, esta ciencia de impresión es práctica y no simplemente teórica.

La primera gran Invocación fue pronunciada por el Logos planetario, cuando expresó el deseo de manifestarse e invocó y atrajo hacia Sí mismo la sustancia necesaria para Su expresión designada. Esto inició la cadena del ser o de la Jerarquía; luego, se estableció la interrelación entre todas las unidades “sustanciales”; los más poderosos, dinámicos y mayores pudieron impresionar a los menores y más débiles, hasta que gradualmente y a medida que pasaban los ciclos, fueron creados los siete Centros y entraron en una estrecha relación de mutua impresión. Sólo consideraremos tres de estos siete Centros; de los demás, muy poco se conoce porque en su mayoría están formados por entes que pertenecen a evoluciones dévicas (observen la pluralidad) y por vidas subhumanas, que actúan bajo la impresión proveniente de los centros coronario, cardíaco y laríngeo del Logos planetario.

Los estudiantes tienden a complicar, indebidamente, sus pensamientos cuando tratan de detallar, definir y separar, en grupos académicos y en series, la multiplicidad de energías que enfrentan al considerar los centros planetarios y humanos. Les aconsejaría pensar con sencillez y (sobre todo al principio) en términos de las tres energías mayores, a medida que emanan de algún centro y se convierten en agentes impresores, y son nuevamente trasmitidas o reducidas:

1. La energía eléctrica y dinámica de la Vida misma, o la potencia divina del Propósito personificado, expresándose por medio de la manifestación evolutiva, la divina Voluntad. Sería conveniente comprender que el propósito emana del plano mental cósmico, siendo el principio omni-incluyente, sintético y motivador que se expresa como voluntad divina en el plano físico cósmico - los siete planos de nuestra Vida planetaria -. Esta energía dinámica se enfoca a través de las Vidas o Seres [i130] que controlan y dominan a Shamballa. Hasta que el Propósito divino haya sido alcanzado, el Logos planetario mantiene todo en manifestación, mediante el poder de Su voluntad, animando todas las formas con fuego eléctrico. El conocimiento de esta Voluntad y de este Propósito le llega al estudiante que está construyendo el antakarana, y que está, por lo tanto, siendo controlado por la Tríada espiritual, la triple expresión de la Mónada.

2. La energía solar magnética atractiva, a la que damos el nombre inapropiado de Amor. Esta energía constituye la fuerza coherente y unificadora que mantiene unido al universo manifestado o forma planetaria, siendo responsable de todas las relaciones; es el alma de todas las cosas o formas, comenzando por el ánima mundi, hasta llegar a su punto máximo de expresión en el alma humana, factor constituyente del quinto reino de la naturaleza, el Reino de Dios o de las Almas. La comprensión de este poder humano vendrá, a medida que el individuo haga contacto con su propia alma y establezca una relación estable con esa alma; entonces, se convertirá en una personalidad fusionada con el alma. Como bien saben, la triple personalidad es para el alma lo que la Tríada espiritual es para la Mónada: un medio claro de expresión. La mayoría de los estudiantes están o deberían estar actualmente ocupados con esta energía atractiva, porque hasta que no hayan logrado dominar la naturaleza de deseos, transmutándolos en aspiración y control egoico, no podrán comprender la energía dinámica del fuego eléctrico. El magnetismo atractivo es la energía que domina y controla a la Jerarquía.

3. La inteligente actividad del fuego por fricción. Los estudiantes deberían releer el “Tratado sobre Fuego Cósmico”, donde expongo extensamente estas tres energías condicionantes. Esta tercera y fundamental energía se expresa en los tres mundos y en los cuatro reinos de la naturaleza, culminando su expresión en la energía creadora del reino humano. [i131] Esta energía emanó originalmente (en lo que concierne a nuestro sistema solar y a nuestro esquema planetario) del primer sistema solar, siendo la energía mejor comprobada y conocida en la manifestación. Es el medio de actividad en todas las formas, a través de las cuales se expresa el Logos planetario; es el resultado de la actividad de la Mente divina, a medida que ese tipo peculiar de energía divina actúa sobre todos los átomos y todas las formas atómicas, y a través de ellos. La fisión de los núcleos del átomo, en los últimos años, es el signo externo o la demostración de que la humanidad ha “abarcado” la Mente divina, y puede ahora “abarcar” el amor o la naturaleza atractiva de la divinidad. Reflexionen sobre esto. No sé qué palabra emplear en lugar de abarcar, pues es inadecuada; se hace imprescindible una terminología más netamente esotérica.

Si reflexionan sobre estas tres energías fundamentales, trabajan con ellas y buscan su expresión dentro de sí mismos, simplificarán grandemente su manera de pensar en forma esotérica. Permítanme hacer algunas afirmaciones que forzosamente tendrían que aceptar como hipótesis, pero que pueden ser corroboradas si se llega a comprender la Ley de Analogía o de Correspondencia y si se acepta también la verdad de que el microcosmos refleja al macrocosmos y, por lo tanto, que cada ser humano está relacionado con la Deidad en razón de su similitud esencial.

Siete Afirmaciones que describen el Canon del Actual Trabajo Planetario

1ª Afirmación.
La energía eléctrica dinámica entró en nuestra esfera planetaria, desde fuentes extraplanetarias y desde un punto de enfoque definido, en el plano mental cósmico; esta energía iba a la par de una energía secundaria proveniente del sol Sirio. Esto explica el dualismo en la manifestación.

2ª Afirmación.
Esta energía se expandió externamente desde su foco central (el centro denominado Shamballa) y durante esta expansión [i132] se convirtió en el agente que impresionó a la Jerarquía servidora del Plan. El Plan es esa posibilidad, de importancia inmediata, que puede presentar el Propósito divino en cualquier momento en tiempo y espacio.

3ª Afirmación.
Este proceso de expansión estableció otro punto focal de energía; entonces, vino a la existencia el centro cardíaco del planeta, la Jerarquía; así dos centros fueron creados y relacionados, lo cual constituye el principal acontecimiento en el arco involutivo, hecho al cual se ha prestado poca atención hasta ahora. Coincidió con el advenimiento o la llegada de los Señores de la Llama, desde el “alter ego” de nuestra Tierra, el planeta Venus. Ellos crearon el núcleo de la Jerarquía, que en esa remota época consistía sólo en cuarenta y nueve miembros; eran seres humanos avanzados y no almas que esperaban encarnar en forma humana en la Tierra, como sucedió con la vasta mayoría de estos ángeles solares visitantes.

4ª Afirmación.
El alineamiento entre los centros coronario y cardíaco fue así establecido en el arco involutivo; tuvo lugar otra expansión, cuyo resultado fue, como bien saben, la creación de un nuevo reino en la naturaleza, el cuarto o humano. Este reino estuvo destinado a ser, y lo es actualmente, el tercer centro principal en la vida planetaria. Entonces, se produjo otro alineamiento, que permanece aún dentro del arco involutivo.

5ª Afirmación.
En la actualidad se está produciendo un alineamiento evolutivo. El centro planetario que denominamos Humanidad está activo y vibrante, y ahora es posible “progresar por el Camino ascendente y crear el vínculo que une lo inferior con lo superior, permitiendo así un intercambio”. Los individuos salen rápidamente del centro humano para [i133] entrar en el jerárquico; las masas responden a la impresión espiritual.

6ª Afirmación.
Al mismo tiempo, el centro cardíaco del Logos planetario, la Jerarquía, mientras responde a la invocación del centro laríngeo, la Humanidad, se hace acrecentadamente evocativo, logrando un contacto y un alineamiento muy elevado con el centro coronario del Logos planetario, siendo por lo tanto, capaz de recibir de Shamballa una impresión dinámica en constante desarrollo.

7ª Afirmación.
De esta manera, se está logrando un gran alineamiento mediante la relación y la interacción entre estos tres principales centros planetarios, lo cual produce una constante afluencia de energía proveniente de diferentes fuentes que energizan a los tres centros, para que inicien una nueva y acrecentada actividad. De estos tres centros, se eleva continuamente una invocación, produciendo la consiguiente evocación de energías impresoras.

En estas siete afirmaciones está descrito el CANON del actual trabajo planetario, o la presente tesis logoica. El alineamiento involutivo (garantía de futuros alineamientos) constituye la más antigua historia; el alineamiento evolutivo, en el cual los tres centros están involucrados, produce constantemente una interacción de energías, como también una constante y efectiva impresión de un centro sobre otro. La humanidad, como centro laríngeo del Logos planetario y principal agente creador planetario (como lo demuestra la ciencia moderna), invoca al centro cardíaco, la Jerarquía, y luego recibe la impresión necesaria que dará como resultado las distintas civilizaciones y culturas en desarrollo, como así también la oportuna aparición en la Tierra del quinto reino, [i134] el espiritual. La Jerarquía o el centro cardíaco planetario invoca a Shamballa, el centro coronario planetario, y el Plan - como expresión del Propósito - es impresionado en la conciencia jerárquica. Si hay redundancia en estos comentarios, es completamente intencional; la repetición sirve para una presentación exacta de todo lo que concierne al esoterismo.

A medida que se propague el sistema invocador y se alcance un mayor alineamiento, Shamballa - centro coronario planetario - invocará energías más allá de la vida planetaria, y la afluencia de energías solares y cósmicas será cada vez mayor; los esotéricos del mundo tendrán que prepararse para este acontecimiento. También producirá el advenimiento o la aparición de muchos avatares; llevará numerosos y distintos tipos de energía a Aquellos que, hasta ahora, han controlado los problemas humanos y sus acontecimientos, y la evolución de los reinos subhumanos de la naturaleza. Con la reaparición de Cristo, como punto focal o agente supremo del centro cardíaco planetario, se instituirá una nueva era o “época divina”. El Avatar de Síntesis se aproximará mucho a la humanidad e inaugurará el “reino de los Avatares”, los cuales personifican el Propósito y la Voluntad espiritual; iniciarán tanto a la Jerarquía como a la Humanidad, en los aspectos de carácter divino que actualmente se ignoran y no tienen una terminología que defina su naturaleza exacta y real. Lo que estoy tratando de hacer aquí, es dar un delineamiento general de acontecimientos que pueden ocurrir dentro de siglos, pero que inevitablemente ocurrirán, una vez que Cristo venga nuevamente en Presencia física y sea reconocido en la Tierra.

En La Doctrina Secreta, H. P. B. habla de los “tres vehículos periódicos”, refiriéndose a la Mónada, al Alma y a la Personalidad; por lo tanto, trata con los nueve aspectos de la divinidad que constituyen las nueve iniciaciones mayores y esas características divinas mediante las cuales se [i135] reflejan los tres aspectos mayores de la divinidad. Respecto a esto, los estudiantes saben muy bien que la Mónada se expresa mediante la Tríada espiritual, el Alma mediante los tres aspectos del Loto egoico, y la personalidad a través de los tres vehículos mecánicos. Evidentemente, estos tres vehículos periódicos están bajo la impresión de los tres centros planetarios principales, condicionados por las tres energías principales, a las cuales me he referido anteriormente. Creo innecesario extenderme sobre esta relación fundamental, pues es lo que integra el alma humana en una vasta totalidad y hace que el individuo forme parte intrínseca de la suma total.

Los Centros y las Energías de Rayo

Existe un aspecto de la Ciencia de Impresión que aún no he tocado, y es el lugar que ocupan los centros como puntos focales, trasmisores y agentes para las siete energías de rayo. Los esotéricos saben que cada uno de los siete centros está influido por alguna energía de rayo o es el receptor de ella; generalmente, se acepta el hecho de que el centro coronario es el agente del primer Rayo de Voluntad o Poder, el centro cardíaco es el custodio de la energía del segundo Rayo de Amor-Sabiduría, mientras que el tercer Rayo de Inteligencia Activa creadora pasa a través del centro laríngeo y lo energiza. Estos Rayos de Aspecto tienen su expresión a través de los tres centros ubicados arriba del diafragma y, en mayor escala, por medio de Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. También Shamballa expresa en especial el segundo rayo, porque es el rayo del actual sistema solar y del cual forma parte Shamballa; el primer rayo o aspecto de vida dinámica está enfocado en el corazón, porque es el centro de vida. El gran centro que llamamos Humanidad, está predominantemente regido por el tercer Rayo de Inteligencia Activa. Esta energía de rayo llega al centro laríngeo, mediante los centros coronario y cardíaco. [i136] Señalo esto por dos razones que deben formar parte del estudio de esta ciencia:

1. Los centros están influidos por todos los rayos, y esto es evidente con respecto a la mayoría de los seres humanos no desarrollados. Si no fuera así, tales seres no podrían responder a las energías de los rayos primero, segundo y tercero, porque en dichos casos, los centros que están arriba del diafragma se hallan inactivos.

2. En tiempo y espacio y durante el proceso evolutivo, no es posible decir qué centro está expresando la energía de determinado rayo, porque hay un movimiento y actividad constantes. El centro en la base de la columna vertebral es, con frecuencia, la expresión de la energía de primer rayo. Esto puede dar lugar a confusión. La mente humana intenta que todo sea preciso, estable, agrupar determinadas relaciones o asignar determinados centros a determinadas energías de rayo. Esto no puede hacerse.

Al finalizar el ciclo mundial, cuando el propósito divino haya sido alcanzado y el proceso evolutivo haya producido los cambios y ajustes necesarios para la expresión plena de la Voluntad de Sanat Kumara, entonces será distinta la situación, y los seres humanos sabrán (como saben los miembros de la Jerarquía) cuáles son los centros que expresan la energía de los siete rayos. También debe recordarse que los Rayos de Atributo se trasladan y cambian constantemente; por ejemplo, la humanidad como centro laríngeo planetario está bajo la constante influencia del séptimo rayo, como lo está el centro del plexo solar del planeta. A ese centro debajo del diafragma no le doy nombre alguno. Aunque el centro laríngeo humano es principalmente la expresión del tercer rayo, existe una interesante situación que debe observarse respecto a ello: dos energías de rayo controlan este centro en la actualidad.

[i137] El centro laríngeo de la personalidad común integrada está regido por el tercer rayo o fuertemente vitalizado por las energías del tercer rayo (siete en total), mientras que el centro laríngeo del aspirante espiritual, de los discípulos e iniciados -que aún no han pasado la tercera iniciación- responde esencialmente a la influencia del séptimo rayo, y esto sucede en la actualidad porque el séptimo rayo está en manifestación. Los rayos que se manifiestan en un momento dado, afectan poderosamente a los demás centros, como también a aquel a través del cual se expresan normalmente. Algo que se olvida con frecuencia.

Es innecesario señalar que el individuo - a medida que progresa en el Sendero de Retorno - está constantemente bajo la impresión del centro del cual es parte integrante: primeramente, del centro laríngeo planetario, la familia humana; luego, como alma, recibe la impresión de la Jerarquía, el centro cardíaco planetario, y en ese momento, empieza a expresar las energías combinadas de la inteligencia y del amor; finalmente, en el Sendero de Iniciación, está bajo la impresión de Shamballa, el centro coronario planetario, convirtiéndose en colaborador del Propósito divino y en Agente del Plan divino.

Separatividad: la Gran Ilusión

En consecuencia, es textual y eternamente cierto que la misma Vida energética afluye por los centros planetarios, en los tres vehículos periódicos de la Mónada encarnada y a través de éstos, y por último, en los tres centros del cuerpo etérico humano, que corresponden a los tres centros principales del Logos planetario, y a través de ellos. Por consiguiente, no existe una base ni un punto de separación o de división esencial. Cualquier sensación de separatividad se debe simplemente a la ignorancia y al hecho de que ciertas energías aún no pueden hacer ninguna impresión adecuada en la conciencia humana, la cual actúa en tiempo y espacio. La síntesis esencial existe, y el fin es seguro e [i138] inevitable; la unidad es alcanzable porque existe, y el sentido de separatividad constituye sencillamente la Gran Ilusión.

Con el fin de eliminar en la mente de los individuos esa gran ilusión de separatividad y lograr que surja la unidad fundamental existente, se dio a las personas la nueva plegaria mundial. En otra parte [xii]*12,me referí al origen y al impulso dado a la Gran Invocación. La expongo aquí como un final apropiado para esta parte de mi trabajo amoroso al presentar la verdad, y como un posible punto de partida en la tuya.

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes humanas;
Que la luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones humanos;
Que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades humanas;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el Centro que llamamos la raza humana,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

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12 La Reaparición de Cristo.