Un Mantram para la Nueva Era y para Toda la Humanidad

Bien podemos maravillarnos de su significado y, a medida que profundizamos en su reflexión, quizás podamos vislumbrar la tremenda responsabilidad que aceptó el Tibetano al esforzarse en plasmar en el idioma inglés la expresión de esta Gran Invocación. Su preparación para esta tarea exigió capacidades y tensiones creadoras que apenas caben en nuestra imaginación. Después de casi treinta años de activa asociación con la Sra. Bailey, ella estuvo calificada para ayudarle en su redacción...

Recuerdo muy bien la tensión de aquellos días anteriores a la mañana en la que, apenas salió el sol, la señora Bailey me presentó las palabras de esta Invocación tal como las recibió del dictado exacto del Tibetano. Muy probablemente ese fue el momento de mayor unificación logrado entre ellos dos. (Foster Bailey, The Beacon, junio-julio de 1951)

La Gran Invocación

Un Mantram para la Nueva Era y para Toda la Humanidad


Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios
Que afluya amor a los corazones de los hombres
Que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

Busquen la idea abstracta subyacente en esta Invocación. Está allí. De su reacción a esta Invocación y de su capacidad para emplear sus frases como peldaños hacia ciertos niveles de pensamiento abstracto, hasta ahora no alcanzados, podré juzgar si ustedes están preparados”.

(Discipulado en la Nueva Era, tomo II, pp. 156-57 versión inglesa)

Desde el momento en que la Gran Invocación fue dada a conocer en abril de 1945, ha sido traducida a más de 80 idiomas y dialectos, y su distribución es ahora mundial.

La Gran Invocación proclama el destino y el Plan para la humanidad en la nueva era de Acuario. Es una plegaria, una invocación y un medio de alineamiento que hace posible una afluencia espiritual directa desde las fuentes más elevadas hasta el corazón mismo de la humanidad. En la aparente simplicidad de la Gran Invocación se esboza el rol crucial de la humanidad dentro del Plan divino. La humanidad asumirá este rol cuando haya alcanzado su lugar predestinado como participante plenamente activo en el Triángulo planetario que también incluye a Shamballa, el centro donde la Voluntad de Dios es conocida, y la Jerarquía, el centro cardíaco planetario y punto focal o punto de entrada para el Amor divino.

En el corazón de este gran Triángulo está el Cristo, el Instructor Mundial, Aquel que Viene, esperado por personas de todos los credos y conocido por muchos nombres. Se dice que la Gran Invocación es la más completa y nueva proclama del Cristo, y también una herramienta dada a la humanidad para ayudar en la preparación para Su reaparición.

 

Se nos dice que toda persona que trabaje con esta Invocación o plegaria para la iluminación y el amor, genera a la vez cambios de gran alcance en sus propias actitudes, intención de vida, carácter y metas. Es tal el poder de este gran mantram que, cuando es empleado con regularidad y esfuerzo persistente para penetrar hasta su más profundo significado y propósito, la propia vida experimenta un profundo cambio hacia una mayor utilidad espiritual. El espíritu de cooperación con el Plan divino para nuestro mundo se gesta en la mente y el corazón de quien trabaja inteligentemente con la Gran Invocación y en nombre de ella.