A New Science of Life Rupert Sheldrake (Icon Books, London, 2009)
A New Science of Life es una edición totalmente revisada del polémico clásico científico publicado en 1981. Los problemas sin resolver de la biología todavía no han sido explicados por la investigación convencional, haciendo que la tesis de Sheldrake sea más relevante que nunca. A New Science of Life delinea un modelo nuevo y radical de la ciencia y reevalúa nuestra visión de la herencia genética. Rupert Sheldrake argumenta que los fenómenos se vuelven más probables cuantas más veces ocurren. Las plantas y animales individuales extraen de, y contribuyen a, la memoria colectiva de su especie. Incluso los cristales dependen de una especie de memoria. Cuando los químicos cristalizan nuevos compuestos en algún lugar del mundo, estos se vuelven más fáciles de cristalizar en otras partes. Sheldrake ve estos procesos como ejemplos de resonancia mórfica. Explica cómo las formas y actividades pasadas de los organismos pueden influir en los organismos actuales a través de conexiones directas en el tiempo y el espacio.
Agenda for a New Economy – From Phantom Wealth to Real Wealth David C. Korten (Berrett-Koehler, San Francisco, 2009)
En su oportuno libro, David Korten establece una agenda radical para reformar la economía que reduce significativamente su dependencia del sector financiero. Aunque escrito desde una perspectiva norteamericana, los argumentos del libro son de aplicación universal. Establece una distinción entre una economía de “Wall Street” y una economía de “Main Street” (calle principal), y afirma que la primera se basa casi exclusivamente en la generación de una riqueza fantasma, dinero creado de la nada en forma de préstamos de instituciones financieras, que a continuación es manipulado todavía más mediante instrumentos financieros complejos con el propósito principal de enriquecer a aquellas compañías e individuos que pueden permitirse comerciar con ellos. Cita la actual crisis de liquidez como evidencia del fallo total de este modelo, y contrasta la riqueza fantasma con la riqueza real, es decir, con los productos y servicios reales que los seres humanos necesitan para mantener una vida sana, junto con los lazos mutuos de confianza y responsabilidad que construyen comunidades y familias. Establece un plan de doce puntos para la transición de una economía de ‘Wall Street’ a una de ‘Main Street’, transición que admite puede ser dolorosa, pero que cree necesaria si pretendemos acabar con una forma de vida que está destruyendo comunidades, el medioambiente y, por último, a la humanidad misma. Concluye con unas directrices para la participación en el movimiento mundial que está intentando realizar los cambios necesarios.
