Octubre 2009

En estos días de desintegración de viejas formas y construcción de nuevas, es muy necesaria la adaptabilidad. Debemos evitar el peligro de la cristalización, por medio de la flexibilidad y la expansión. El "viejo orden de cosas, cambia", pero primordialmente es un cambio de dimensiones y de aspecto y no básico o material. Los fundamentos han sido siempre verdaderos. A cada generación le corresponde conservar los rasgos esenciales de la vieja y querida forma, a la vez que ampliarla y enriquecerla inteligentemente. Cada ciclo debe aportar lo adquirido mediante las investigaciones y los esfuerzos científicos, y sustraer lo inútil y decadente. Cada era debe construir con el producto y los triunfos de ese período y desechar las acumulaciones del pasado que tienden a hacer borrosos e indefinibles los contornos. A cada generación se le proporciona el gozo de demostrar, sobre todo, la fuerza de las antiguas bases y la oportunidad de construir sobre ellas una estructura que satisfará las necesidades de la vida interna en evolución. (Iniciación, Humana y Solar, p. 3 - ed. inglesa)