> Financing the Global Sharing Economy – Un informe de Share the World’s Resources
(disponible en www.stwr.org/financing-the-global-sharing-economy)

La ONG Share the World’s Resources ha recopilado un importante informe en el que explora “cómo movilizar 2,8 billones de dólares para impedir una carestía que pone en peligro la vida, para revertir las medidas de austeridad y mitigar el impacto humano del cambio climático.”

En Financing the Global Sharing Economy, los autores del informe argumentan que nos enfrentamos a una doble emergencia global. Por un lado, las cifras sugieren que la pobreza extrema y los desastres relacionados con la climatología se llevan más de 40.000 vidas cada día, e impactan gravemente sobre muchos millones más. Por otro lado, los recortes de bienestar en los estados de muchos de los países más ricos están haciendo que a muchas personas les resulte difícil cubrir sus necesidades básicas. Los autores vinculan estas dos circunstancias mediante el concepto de la “economía de compartir” –sistemas de bienestar y redistribución que existen local, nacional y globalmente, surgiendo de las contribuciones de individuos, grupos, estados y otras instituciones. Esto abarca los sistemas de seguridad social avanzados de los países más ricos, los sistemas de seguridad social en desarrollo de los países con ingresos bajos, y la ayuda al desarrollo. Argumentan que, tras haber sido establecida a mediados del siglo XX, esta “economía de compartir” está siendo ahora socavada por los gobiernos. En un mundo que es de por sí muy desigual, proponen que este abandono de políticas que re-distribuyen la riqueza ha conducido a una emergencia global.

Los autores reconocen que las causas subyacentes de la mayor parte de los problemas urgentes a los que se enfrenta la humanidad son complejos, y requieren reformas extensas de la economía global, unas reformas que llevarán mucho tiempo. Aún así, afirman que la acción para esta emergencia no puede esperar a estos cambios –la urgencia de tantos millones enfrentándose a una pobreza devastadora clama por una acción inmediata, y es sumamente asequible. A continuación detallan diez opciones de la política que podría movilizar más de 2,8 billones de dólares para fortalecer la economía de compartir tanto dentro de, cómo entre naciones. Estas opciones de políticas aparecen listadas a continuación, con algunas notas explicativas:

1) Tributar la especulación financiera: Un impuesto sobre las transacciones económicas podría ayudar a regular los mercados disuadiendo las prácticas mercantiles más desestabilizadoras.

2) Eliminar los subsidios a combustibles fósiles: Si todas las formas de subsidios a los biocombustibles y combustibles fósiles se abandonase progresivamente para 2020, la suma de dinero liberada podría garantizar acceso universal a energía, apalancar una inversión significativa en energías renovables y financiar programas que permitiesen a los países mitigar el impacto del cambio climático.

3) Desviar el gasto militar: Desviando un 25% del gasto militar global, liberaríamos más de $400 mil millones para salvar vidas y fortalecer el trabajo de construcción de paz de la ONU. La desigualdad es una de las principales causas potenciales del conflicto, lo que implica que la estrategia de seguridad global del futuro debería centrarse en la cooperación internacional y en la economía compartida.

4) Impedir la evasión de impuestos: Un abanico de medidas, desde poner freno a los paraísos fiscales y finalizar los abusos fiscales corporativos, a fortalecer los sistemas impositivos en el Sur Global y adoptar políticas impositivas más progresistas en los países ricos, sería una forma pragmática de que las naciones compartiesen sus recursos más equitativamente.

5) Aumentar la ayuda internacional: Un incremento a corto plazo de la ayuda internacional al 1% del PIB proporcionaría un empujón sumamente necesario para satisfacer las necesidades más urgentes de los países en desarrollo.

6) Finalizar los subsidios a la agroindustria: Para abordar seriamente la crisis alimentaria global y aumentar la seguridad de alimentos en el Sur Global, es necesario eliminar el derroche que supone los subsidios a poderosas corporaciones agroindustriales.

7) Aprovechar los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI): La trayectoria del FMI aliviando la pobreza en el pasado ha sido polémica. Aún así, tiene la capacidad de elevar y distribuir grandes sumas para la erradicación de la pobreza, de manera que un reenfoque inteligente de sus esfuerzos podría hacer mucho por restaurar su dañada legitimidad.

8) Tasar los combustibles sucios: La idea de un impuesto sobre el carbón en los combustibles fósiles ha recibido el apoyo de numerosos científicos, grupos medioambientales, y economistas, y algunos países ya lo han introducido. Este impuesto proporciona un incentivo hacia un uso más eficiente del combustible fósil, y fomenta la transición hacia un futuro bajo en carbón.

9) Cancelar la deuda injusta: A pesar de cierto progreso hacia la condonación de la deuda, los países en desarrollo están todavía fuertemente cargados por la necesidad de devolver deudas, un dinero que, de no ser así, podría utilizarse para construir sus sistemas de seguridad social. La cancelación de deudas contraídas exclusivamente por dictadores podría liberar hasta 81 mil millones de dólares al año, y sentar las bases para un futuro de condonación total de la deuda.

10) Proteger las tarifas de importación: la actual ronda de negociaciones sobre el comercio mundial ejerce un impacto negativo sobre los países del Sur Global al obligar a algunos de ellos a reducir sus tarifas de importación, en lugar de permitirles el espacio político para regular sus economías nacionales de acuerdo con sus propios objetivos de desarrollo.

En el informe, a cada una de estas medidas le corresponde un capítulo en el que se desarrolla a fondo, detallando la lógica de cada una y los beneficios que se obtendrían, y proporcionando también una extensa lista de recursos para un estudio ulterior.

Los autores observan que incluso para implementar las propuestas más modestas del informe sería necesario un apoyo público masivo. Convocan “la participación del público global en una llamada a la reforma que se extienda más allá de las fronteras nacionales”, y observan que la responsabilidad de actuar recae no sólo sobre los activistas y las ONGs, sino también sobre los hombros de la gente normal, si queremos “forjar una opinión pública unida e informada que sostenga y fortalezca la economía de compartir en todas sus formas”. Share the World’s Resources presenta un caso convincente que seguramente resonará en la gente de buena voluntad de todo el mundo.

Para más información sobre el trabajo de Share the World’s Resources visite su página web en www.stwr.org.

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