Ante la Encrucijada - Septiembre de 2022
Ahora cuando la humanidad se encuentra en la proverbial encrucijada, la crisis de decisión y discriminación afecta a cada persona en algún nivel. Cada fase de la vida conlleva decisiones frente a desafíos prácticos y espirituales. Por lo tanto, todos nos hemos enfrentado a la necesidad de ejercer la facultad del discernimiento, ya sea al decidir sobre una carrera o sobre el siguiente paso en el camino espiritual. Tener alguna forma de contacto con el Alma sin duda influye en los valores y la motivación que determinan tales elecciones. ¿Superan los aspectos espirituales al bienestar material o viceversa? ¿Tiene mayor influencia el servicio al individuo o a la humanidad? Tales consideraciones ilustran la necesidad de un sentido refinado de discriminación.
El refinamiento aumenta al diferenciar entre la personalidad de la persona y el Alma, y cuanto más comprendamos sus esferas de influencia, más cerca estaremos de realizar la integración y la fusión de ambos. Paradójicamente, primero tenemos que separar las cosas y definirlas claramente como entidades distintas, antes de poder entenderlas como un todo sintético. La mente inferior o concreta separa y etiqueta las cosas, fija asociaciones descriptivas, pero finalmente encuentra su potencial en la capacidad de discernir sabiamente. Este reconocimiento consciente de todo lo que subyace a la división es el preludio de la sabiduría.
La luz del Alma es la que ilumina y nutre la capacidad innata de la mente inferior hasta que pueda florecer como instrumento de sabiduría. Entonces este órgano de percepción le permite al servidor formular, de manera concreta, las ideas abstractas y los ideales transmitidos por la mente superior. En esta etapa, las mentes superior e inferior se unen y forman una sola luz, permitiendo que la superior se refleje en la inferior. Aquí ya se ha entrado en la antecámara de la verdadera sabiduría.
Eventualmente se desarrolla la conciencia del Alma y la unión interna del espíritu y la materia busca expresarse por medio de la personalidad. Esto se manifiesta en la reorientación de la personalidad y la búsqueda de la comprensión. Esta respuesta es un proceso autoiniciado para desencadenar el equilibrio correcto de las fuerzas en conflicto en el microcosmos. El Alma sirve al Plan evolutivo por este acto de redención, proyectando su vibración a través de todos los aspectos de la personalidad y elevando la manifestación a un nivel superior. A medida que aumenta el contacto o la fusión con el Alma, el discernimiento se manifiesta en sucesivos grados de sutileza. De esta manera reconocemos la influencia de diferentes energías en nuestra vida y podemos identificar cuáles de ellas provienen de nuestra personalidad autocentrada y cuáles provienen del Alma. Irradiando constantemente la conciencia planetaria con luz y buena voluntad, el trabajo de Triángulos sirve como una poderosa lente que ayuda a la humanidad a discernir las fuerzas y energías que entran en acción en un momento dado.
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Webinar de Triángulos: Se transmite todos los lunes (en inglés)
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