Las siguientes observaciones se transmitieron en el webinar de Triángulos del 31 de julio de 2017:
Vivimos en un mar de energías. Estas energías fluyen incesante y rítmicamente a través de todas las cosas y proporcionan la base espiritual para la realidad de las relaciones. Todas las cosas están relacionadas a través de este flujo etérico: los seres humanos, los mundos animal y vegetal, el planeta como un todo, así como las redes sistémicas y cósmicas mayores de las cuales somos una diminuta parte. Trabajar dentro de esta red de las energías, a medida que nos involucramos en nuestro trabajo de Triángulos, nos ayuda a tomar distancia del mundo de los efectos en el que vivimos diariamente y a entrar en esa realidad subjetiva más sutil. Mediante nuestra participación en este trabajo, obtenemos una perspectiva más amplia, una visión más sintética del mundo. Esta perspectiva nos recuerda que la rueda de la vida avanza lenta e irrevocablemente en inmensos ciclos dentro de ciclos, que son inimaginables para nosotros. Se dice que la nota clave de nuestro Logos, el gran Anciano de los Días, el Señor del Mundo, es relación. Por lo tanto, vemos cómo el trabajo de Triángulos seguramente de alguna manera está ayudando al Logos a anclar su nota clave en la Tierra, una nota clave que seguramente encontrará una resonancia más profunda dentro del reino humano a medida que avanzamos en la era de Acuario, porque Acuario es uno de los signos sobresalientes de relación.
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