Esferas y cúpulas geodésicas
Las siguientes observaciones fueron transmitidas por James Mills en el encuentro de triángulos del 14 de agosto de 2017:
Podemos visualizar el cuerpo etérico planetario como podría haberse manifestado hace 80 años, como una red de cuadrados rodeando el planeta como una cota de malla. En las últimas cuatro décadas muchos hombres y mujeres de buena voluntad han dedicado un poco de tiempo cada día para unirse en pensamiento con otras dos personas de ideas similares para formar triángulos de pensamiento iluminado que abarcan la Tierra, de pueblo en pueblo y de país a país. Al hacerlo, esta malla de cuadrados poco a poco se va disolviendo y transformando en una red etérica de relaciones triangulares que llevan las energías de buena voluntad y pensamientos iluminados al entorno planetario.
Es interesante reflexionar sobre las diferentes cualidades del Cuadrado y del Triángulo como patrones arquetípicos de energía. El Cuadrado comúnmente representa la cualidad de solidez y la materia, y el Triángulo expresa el concepto de Dios como una triplicidad. Se nos dice que eventualmente, en el futuro distante, la red consistirá en un número de círculos que se entrecruzan, por lo tanto, podemos ver que el triángulo es un paso intermedio necesario para conseguir este cuerpo etérico fluido y curvilíneo.
Si visualizamos el flujo de energía a través de una red de cuadrados, vemos que cada vez que la energía llega a un cruce tiene que hacer un giro en ángulo recto para continuar moviéndose a través de la red, perdiendo mucha energía en el proceso; mientras que una red triangular permite que la energía fluya más libremente de un cruce a otro. Como resultado, podemos concluir que nuestro cuerpo etérico planetario, en proceso de triangulación, es cada vez más dinámico, estable y sensible al flujo de energías que pasa entre las personas, y como un puente entre los niveles más elevados de la conciencia y el mundo cotidiano de la vida humana.
Todos tenemos la oportunidad de colaborar conscientemente en este proceso de transformación ambiental en los niveles subjetivo interno y en el etérico, lo que demuestra que la Humanidad está empezando a asumir la responsabilidad de un aspecto de su propia evolución de una nueva forma creadora y positiva.
Me gustaría explorar cómo el concepto de esta red tridimensional de triángulos se ha visto reflejado en nuestra civilización material desde la década de 1930. Buckminster Fuller, el visionario inventor americano, revolucionó la arquitectura y la ingeniería a través de su exploración de esferas y cúpulas geodésicas que constan de muchos puntales triangulares que se entrecruzan. Esto fue posible debido al desarrollo de la aviación y de los materiales livianos. Una generación de arquitectos e ingenieros fue inspirada por su visión en los años 60 y esto se ha manifestado en todo el mundo a través de muchas estructuras geodésicas que abarcan grandes espacios sin necesidad de columnas, desde estadios deportivos a salas de conciertos, a bio cúpulas que albergan jardines botánicos. Así que ahora vivimos en un mundo cada vez más poblado de livianas rejillas trianguladas. Hay una hermosa sabiduría encarnada en esta tecnología. Cada puntal en esta estructura ayuda a llevar las cargas del peso combinado de toda la estructura, por lo que hay una completa interdependencia entre todos los elementos para cumplir su propósito. Por analogía podemos ver que lo mismo ocurre en la red de Triángulos: todos los miembros trabajan juntos para que la red sea efectiva en su misión.
Con el creciente poder y la sofisticación de los programas informáticos y los modernos materiales ultraligeros, ahora es posible diseñar elegantes edificios curvilíneos sostenidos por una estructura de triángulos que se entrecruzan, bien sea que se noten o que estén escondidos dentro de la capa exterior del edificio.
Estas nuevas formas serán más comunes a medida que nuestras tecnologías puedan hacer más con cada vez menos material. Fuller llamó a esto la ‘efemerización’ de la materia, pero quizás podríamos decir también que es la ‘eterización’ de la materia.
Así que llevando esto a la construcción de la red interna de Triángulos que estamos construyendo, podemos esperar que en los próximos 80 años esa conciencia humana, que ahora está codificada con la idea de redes triangulares en la vida diaria, está desarrollando una comprensión interna de esta idea arquetípica y su conexión con las relaciones grupales, la cooperación y el compartir, que finalmente se expresará en un aumento de este trabajo subjetivo de transformar el cuerpo etérico de nuestro precioso planeta.