Expandir el Círculo del Amor - Septiembre de 2023


Una percepción clara de la identidad es vital para los grupos y las naciones, así como para los individuos, y aunque con mayor frecuencia la identidad se considera en términos de autorrealización o autodesarrollo, la frase “identidad cada vez más profunda”1 indica más agudamente su dimensión espiritual. Uno se plantea la eterna pregunta: ‘¿Quién soy yo?’ y la respuesta inicial puede parecer que uno no es más que un punto de luz, pero a medida que nuestra comprensión se profundiza, también lo hace nuestra capacidad de relacionarnos con otros individuos y grupos. En contraste con esto, sin embargo, las identidades de naturaleza tribal entre naciones o con las de una misma etnia, fe o ideología diferente parecen ir en ascenso. El sentido de pertenencia que forma parte de esta conciencia grupal actúa como ondas de pensamientos, deseos y emociones que tienen el efecto de dividir y separar a ‘nuestro’ grupo de todos los ‘otros’ grupos.

Sin embargo, como ocurre con todo en la vida, también hay otro aspecto superior de la conciencia grupal que está muy presente en el mundo de hoy. Este aspecto superior está marcado por un sentido de identidad y pertenencia con todos los que reconocen la Unidad de la Vida y son tocados por ella en toda su rica diversidad. El trabajo de Triángulos crece a partir de este sentido de conciencia grupal, identidad y pertenencia. Afirma que en un momento en que las fuerzas de separación están desempeñando un poderoso papel en los asuntos humanos, las fuerzas transformadoras, redentoras y edificantes deben desarrollarse y emplearse con habilidad y potencia. Los participantes se reúnen en torno a su amor compartido por toda la Vida planetaria con todas sus dimensiones sutiles y no sutiles y por el deseo de servir y ser útiles a esa Vida.

De esta manera Triángulos ejemplifica el sentido más elevado de conciencia grupal, caracterizado por las palabras del Cristo registradas en el Evangelio de Mateo: donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos2. Este espíritu universal se encuentra en el centro de una conciencia grupal elevada, no sólo siendo mayor que la suma de las partes, sino creando un puente hacia las dimensiones espirituales trascendentes y sagradas. La conciencia grupal se convierte entonces en radiación grupal y, cuando esto ocurre, los grupos pueden servir como portadores de la Luz y el Amor que emanan de aquellos reinos donde se encuentran los Ancestros, los Maestros y los Rishis.

Esta conciencia grupal, en sí misma, tiene una cualidad esencialmente abnegada: conserva su identidad como un grupo con objetivos y características compartidas, aunque tiene una identidad mayor y global con las cualidades regenerativas de la vida, e incluye a todos los que comparten el servicio subjetivo a la humanidad y su camino predestinado hacia unas relaciones cada vez más correctas y buenas. Esta es una identidad cada vez más profunda: cuanto más crece esta identidad conscientemente en el grupo, y cuanto más aportan los integrantes del grupo a este crecimiento, mayor es la expansión de la identidad del grupo.


1. Margaret J Wheatley – consultora,autora y oradora pública
2. La Bíblia, Mateo XVIII.20.

AFIRMACIÓN DEL AMOR

En el centro de todo Amor, permanezco.
Desde ese centro, yo, el Alma, surgiré.
Desde ese centro, yo, el que sirve, trabajaré.
Que el Amor del Ser divino se derrame por todas partes.
En mi corazón, a través de mi grupo y al mundo entero.