Festivales de Luz - Septiembre de 2017
Mientras el sol pasa entre la Tierra y las doce constelaciones, ese gran “reloj de tiempo de los cielos” marca el paso de la tierra en tiempo y espacio. Este gran ritmo es el que se ha celebrado por medio de los Festivales de Luz que marcan el momento de la luna llena cuando el Sol entra en cada signo del zodíaco. Cada signo ejerce aspectos y cualidades particulares que pueden ser entendidos y determinados mediante un minucioso estudio de la naturaleza de las constelaciones que influencian ese mes.
El año espiritual está dividido en dos períodos que son símbolo del espíritu y la materia; el período en que el Sol se mueve hacia el norte está asociado con la adquisición de mayor conocimiento y luz, “El vuelo es hacia arriba, hacia el espíritu”. El período en que viaja hacia el sur es aquel en que todo lo que se ha aprendido se pone en práctica, cuando “la sumersión es hacia abajo, hacia la materia”. De igual manera, el mes se divide en dos períodos, el de la luna creciente y la luna menguante. En el momento de la luna llena es cuando las oportunidades espirituales están especialmente disponibles.
El punto elevado del ciclo de las lunas llenas está marcado por tres festivales espirituales: el de Pascua que expresa el aspecto amor de Dios, Wesak que expresa el aspecto Voluntad y la luna llena de junio que expresa la divina inteligencia de la humanidad a través del Festival de Buena Voluntad. El flujo de energías espirituales es particularmente potente durante estos festivales, especialmente cuando son invocadas a través de la meditación grupal,lo cual crea un sendero de aproximación a los mundos más elevados y se convierte en un canal a través del cual estas energías sepueden anclar en la tierra.
Las restantes lunas llenas constituyen festivales menores, que son igualmente importantes porque están relacionados con las características divinas y su desarrollo dentro de la humanidad. El punto elevado del año espiritual expresa la relación entre los tres grandes centros espirituales de Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad, y los festivales menores enfatizan la interrelación de la Totalidad. Así, los doce festivales constituyen una revelación de la divinidad, cada uno presentando un modo de producir “correctas relaciones”; de la relación de las personas con el propósito divino, su correcta orientación para la buena voluntad divina, y su correcta participación para expresarla.
Hay muchas formas de energía y muchas potencias espirituales liberadas durante los Festivales de Luz que, sin embargo, generalmente no son reconocidas. Pero estas energías están basadas en el amor que fluye desde el Corazón de Dios a la Jerarquía, un amor que estimula directamente la red de Triángulos y aumenta su potencia. Por lo tanto, los Festivales de Luna Llena son una oportunidad más para los trabajadores que los Triángulos tejan en la luz a fin de transformar la consciencia humana y ayudar a producir una era de buena voluntad y correctas relaciones humanas.