Los Principios son Eternos, las Personalidades Temporales

Puesto que nos movemos a través de este mundo de maya, espejismo e ilusión, es fácil perder la perspectiva, por estar absortos ennuestras vidas y sus tensiones. Mediante el recogimiento y la habilidad para dar un paso atrás, y situarnos en nuestro centro más interno, nuestra perspectiva cambia gradualmente y nos encontramos aferrándonos a un base más segura.

Abraham Lincoln, un astuto observador y experimentador de la condición humana, contó una famosa parábola en uno de sus discursos: “Se dice que un monarca oriental encargó a sus sabios que inventaran una frase para él tenerla siempre a la vista, y que debería ser adecuada y verdadera en todo momento y situación. Ellos le presentaron las palabras:“Y ésto también pasará”. ¡Cuánto expresan estas palabras! ¡Qué aleccionador en la hora del orgullo! ¡Qué consolador el las profundidades de la aflicción! Se dice que Lincoln le tenía tanto cariño al aforismo que iba repitiéndolo a sus amigos y colaboradores­ – “Y ésto también pasará” –. Las palabras, obviamente, sirvieron como un tipo de mantram en su vida diaria, proporcionándoleconsuelo y reenfocándole en medio de la fragmentación exterior y los retos que le enfrentaban por todos lados.

Nosotros también podemos encontrar ayuda en el uso de mantrams en nuestros esfuerzos por vivir vidas más centradas en los principios y la espiritualidad. Uno de esos mantrams, el mantram de los Seres Sagrados, habla de un tipo de paz que cualifica a Aquellos que han aprendido a “vivir en lo eterno”. Esta frase sirve para expandir los contornos de nuestras mentes. El mantram procede a ordenar que esa paz“se derrame sobre nosotros”. Aunque no podemos esperar encarnar los principios eternos que rigen a la Jerarquía, podemos intentar acercarnos a ese centro del corazón planetario y llegar a ser sensibles a sus impresiones paraguiar nuestras vidas.

Hay una que secuencia podemos intentar implementar en nuestro trabajo de servicio para mantener afinados nuestros principios y prioridades. Esta secuencia es: Primero y ante todo al Plan – a esa síntesis subjetiva y unidad telepática que une toda vida al nivel fundamental del espíritu; luego, a aquellos a quienes el Plan sirve – a la humanidad y a los reinos inferiores; y, solo finalmente, a Aquellos que sirven al Plan, que incluye a los que trabajan en la periferia de la Jerarquía. Reflexionando sobre esta secuencia, gradualmente desplazaremos nuestras actitudesde aquello que rigió a la humanidad durante el largo ciclo de la era de Piscis, hacia un tipo más elevado de lealtad – a los principios no a las personalidades.

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