El Principio de Responsabilidad - Diciembre de 2016


No hay mayor evidencia de la evolución de la conciencia en la raza humana que una consciencia cada vez mayor de la responsabilidad. Un número creciente de seres humanos, hoy en día reconoce que las decisiones que toman a diario tienen consecuencias y están buscando hacer elecciones responsables. Hay una creciente preocupación respecto a cómo están hechos los productos, al efecto que su producción y uso tiene en el medio ambiente, y si aquellos implicados en hacer los productos son tratados con justicia, si son adecuadamente recompensados y se les ofrece medios de trabajo seguros. Se muestra un mayor interés en la protección del medio ambiente, hay consciencia de los habitats que están siendo destruidos a fin de responder a las demandas interminables del mundo y hay un deseo de cambiar esto. Un mayor interés en la sostenibilidad, renovabilidad, comercio justo y reciclado son todos indicativos de que hay un desplazamiento del énfasis de la ganancia a corto plazo a una consciencia del largo plazo, reconociendo que las elecciones que hacemos hoy afectan al medio ambiente, tanto físicamente como socialmente, y que tendrán un impacto en las generaciones futuras.

El reconocimiento de la responsabilidad es el impulso subyacente para una mayor cooperación entre las naciones cuando buscan negociar y comprometerse antes que enfrentarse a las devastadoras consecuencias físicas, emocionales y mentales de la guerra. La creciente consciencia de las desigualdades en la distribución de las riquezas del mundo y el sufrimiento de los pobres, junto con el reconocimiento de los fallos del sistema de mercado libre con su énfasis en la maximalización de la ganancia, está llevando a un modo de pensar nuevo acerca de cómo distribuir los recursos.

Se dice que el sentido de responsabilidad es “la primera y más destacada característica del alma”. Y, claramente, el alma está emergiendo dentro de la humanidad, ya que el sentido de la responsabilidad está brillando con llamas vacilantes.A través del trabajo de Triángulos, esas llamas pueden ser estimuladas hasta convertirse en fuego centelleante. Los Triángulos de luz y buena voluntad trabajan con la reserva de energía en el aspecto interno y etérico de la vida. Cada ser humano está relacionado con cada una de las expresiones de la Vida divina a través de la red etérica. Los Triángulos trabajan automáticamente y con total efecto circulatorio poniendo todo en relación entre sí, estimulando ese sentido de responsabilidad que es necesario para hacer que progrese el trabajo exotérico de los hombres y mujeres de buena voluntad.

El trabajo de Triángulos, motivado por el deseo de servir en el mundo del pensamiento, utiliza el poder de la mente para transformar la conciencia humana. La dirección diaria de las energías de luz y amor hacia todas las personas en todas partes, aprovecha las energías espirituales y las pone en la actividad en el mundo material. El trabajo hecho mediante el contacto con el alma, produce una liberación de la energía y actividad del alma en el mundo, relacionado enteramente con el apoyo al Plan de Dios en desarrollo.

El reconocimiento de la responsabilidad espiritual es lo que atrae a las personas al trabajo de los Triángulos. Entre todas nuestras diversas responsabilidades, la responsabilidad espiritual normalmente es la última en reconocerse, pero es con mucho la más importante, ya que la influencia espiritual conlleva el poder liberador del amor.