El Nuevo Sacramento

Tres Festivales Espirituales 2022
El Nuevo Sacramento

 

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Los ‘sacramentos’ como el bautismo, la comunión y el matrimonio, comúnmente se asocian con las ceremonias de la Iglesia Cristiana, y se cree que durante estos rituales sagrados la bendición de Dios o la gracia divina se derrama sobre los participantes. Sin embargo, los sacramentos no se limitan a las congregaciones religiosas. Cualquier persona puede practicar un enfoque sacramental en la vida, dentro o fuera de cualquier religión o fe específica. Los sacramentos son definidos por la Iglesia Católica como “ritos visibles considerados como signos y canales eficaces de la gracia de Dios para todos aquellos que los reciben con la disposición adecuada”1.  En el espíritu de esta definición, la vida sacramental es un enfoque de la vida en el que todas las formas se consideran símbolos de una realidad interna; y bajo las condiciones correctas, cuando ciertos alineamientos entran en juego, la energía de este reino puede surgir en el mundo cotidiano, encendiendo todas las cosas, todas las actividades, con una nueva vida. La autora Marilynne Robinson describe esta clase de experiencia en su novela Gilead:

“A veces me parece como si el Señor respirara sobre esta pobre brasa gris de la Creación y la volviera resplandeciente por un momento, o por un año o durante el lapso de una vida. Y luego se hunde de nuevo en sí misma, y al mirarla nadie sabría que tenía algo que ver con el fuego o con la luz… Dondequiera que vuelvas tus ojos, el mundo puede brillar como una transfiguración. No tienes que agregarle nada, excepto un poco de voluntad para ver”2.

El término ‘sacramento’ tiene sus raíces en las palabras latinas que se emplean para ‘consagrar’ y ‘sagrado’ que, a su vez, se tradujeron de la palabra ‘misterio’, utilizada en el Antiguo Testamento griego para el concilio secreto de Dios. Y cuando la vida se vive en este espíritu, con una ‘voluntad de ver’, la rutina diaria de actividades, junto con todas las formas que componen el entorno circundante, tienen valor sacramental. Este enfoque verdaderamente religioso de la vida es el primer paso en el camino para convertirse en un agente de transformación sagrada, tanto en el entorno local como en el global. En esencia es seguir los pasos de Cristo, como explica el Patriarca Bartolomé, el líder espiritual de los cristianos ortodoxos de todo el mundo:

“La Fiesta de la transfiguración de Cristo... destaca la conexión integral entre la metamorfosis y la teofanía [la aparición de la Deidad en la forma], extendiendo la luz divina y el poder transformador a toda la creación... La amplitud y profundidad de la visión cósmica ortodoxa implica que la humanidad es parte de una teofanía... Así, en Los hermanos Karamazov, Dostoievski nos hace esta invitación: Ama a toda la creación de Dios, a la totalidad de ella y a cada grano de arena. Ama cada hoja, cada rayo de la luz de Dios. Ama a los animales, ama a las plantas, ámalo todo. Si lo amas todo, percibirás el misterio divino en las cosas...

... Para lograr esta visión sacramental de la creación, los seres humanos estamos llamados a practicar una espiritualidad de gratitud y autodisciplina... también somos llamados a practicar un ‘ethos ascético’, es decir, continencia y autocontrol, de modo que ya no consumamos deliberadamente todos los frutos, sino que manifestemos un sentido de frugalidad de algunas cosas a fin de dar valor a todas las cosas. Entonces aprenderemos a cuidar las plantas y los animales, los árboles y los ríos, las montañas y los mares, a todos los seres humanos y al mundo. Entonces seremos instrumentos de paz y de vida, no herramientas de violencia y de muerte. Entonces, todo asumirá su propósito divino, como originalmente Dios quiso que fuera el mundo”3

No es difícil comprender por qué se necesita un ‘ethos ascético’ para “extender la luz divina y el poder transformador a toda la creación”, como tan elocuentemente lo describe el patriarca Bartolomé. Este enfoque sacramental de la vida es el más alto orden de creatividad y uno en el que todos los pensamientos, emociones y obras están dedicados a la consagración de cada momento en el tiempo y el espacio para que pueda llenarse con la energía de la fuerza crística. De esta manera, toda la experiencia de la vida se vuelve plena de ritmo ceremonial y ritual, ya que el sacramento tiene que ver con el movimiento, la transición, el paso – un tipo de movimiento espiritual que permite que la Gracia Divina se derrame en el mundo – recordando que ‘gracia’ también significa ‘belleza y facilidad de movimiento’. Todos podemos movernos con gracia a través de este mundo agitado, dirigiendo nuestro tiempo y energía desde el ojo de la tormenta, y extendiendo la luz, el amor y el poder con el que entramos en contacto interiormente, hacia todo aquello con lo que entramos en contacto exteriormente.

Tal enfoque de la vida podría considerarse como un nuevo sacramento, una vida vivida en el espíritu de ceremonia y ritual, una vida que se mueva acorde con la luz mágica y el sonido del Reino del Alma interna. Esta es una forma de vida que puede ser practicada por todos los que aspiran a vivir en la luz, pensar en la luz y transformar en la luz. En los escritos de Alice Bailey se nos da un ‘instrumento solar’ para ayudarnos en esta búsqueda: La Gran Invocación, cuya entrega fue el primer paso en la precipitación planificada de la luz suprema al plano físico; el segundo paso, se nos dice, será “la reaparición del Excelso Señor, Quién actuará como lente por el cual podrá enfocarse la luz y adaptarla a la necesidad humana”4.

El destino de todos los seres humanos es convertirse en agentes de transformación de acuerdo con el propósito divino; y a quienes se están convirtiendo en tales agentes, en los escritos de Alice Bailey se les denomina colectivamente ‘el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo’. Cada uno de estos individuos creadores está trabajando en una de las tres grandes áreas del esfuerzo humano que está bajo la influencia de una gran corriente de energía divina: Gobierno (que refleja la Energía divina de Voluntad y Propósito), Religión (que refleja la Energía divina de Amor y Sabiduría), Educación (que refleja la Energía divina de Inteligencia Activa). De conformidad con la Deidad misma, las energías de estos tres grandes departamentos del Plan Divino buscan expresarse en los asuntos humanos como una ‘trinidad en la unidad’.

En consecuencia, el espíritu religioso tiene un papel importante por desempeñar en la transición hacia una nueva civilización mundial. Las ceremonias y rituales de las grandes religiones del mundo han servido bien a la humanidad en su tiempo y lugar, pero las nuevas energías que ahora están afluyendo a la conciencia humana, están exigiendo nuevas formas a través de las cuales poder manifestarse a fin de adaptarse a la era moderna y científica. El concepto de “energía como base de toda vida, forma y acción, y como medio de todas las relaciones” puede ser el trampolín para esos nuevos y vivificantes rituales y ceremonias, cuya gracia y poder son necesarios para elevar a la humanidad hacia la luz. Si bien los valores fundamentales de todas las grandes religiones sirven como una base firme, los principios espirituales que actualmente buscan expresarse requieren formas nuevas y más adecuadas para nuestra sociedad mundial contemporánea. En palabras de Alice Bailey, el paso adelante es que todas las personas “de visión y pensamiento incluyente, que pertenecen a las ‘iglesias’ de todos los credos del mundo... terminen con sus diferencias doctrinarias, coincidan sobre las verdades religiosas esenciales y, de forma unida y con cierta uniformidad de ceremonial y ritual, se acerquen juntos al centro del poder espiritual”5.

Si bien esto claramente tomará tiempo para desarrollarse, todos los que estudian las enseñanzas de la Sabiduría Eterna pueden acelerarlo entrando en sintonía con la gran energía del Rayo de Magia Ceremonial y Ritual que ahora está aumentando Su poder. A medida que nos acercamos a los Tres Festivales Espirituales, cuando las energías que buscan entrar en el mundo están en su apogeo, cada uno de nosotros puede trabajar para transformar la vida personal en ‘un canal eficaz para la gracia de Dios’, y dejar que la vida diaria y la ronda de actividades y deberes cotidianos se conviertan en un nuevo sacramento.

1. Wikipedia https://en.wikipedia.org/wiki/Sacraments_of_the_Catholic_Church
2. Marilynne Robinson, Gilead, p. 279
3. Ecumenical Patriarch Bartholomew, The World as Sacrament (El mundo como un sacramento). https://mospat.ru/en/news/57191/
4. A.A. Bailey, Discipulado en la Nueva Era, T.. II, p.p. 425-6 ed. inglesa
5. A.A. Bailey, Los Problemas de la Humanidad, p. 162 ed. inglesa

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