Julio 2006

Las leyes del pensamiento son las leyes de la creación, y todo el trabajo creador es llevado adelante en el nivel etérico. Esto constituye prácticamente una segunda fórmula. El Crea­dor del sistema solar circunscribe su atención al trabajo efec­tuado en lo que llamamos los cuatro planos superiores de nues­tro sistema. Los tres inferiores, que constituyen el plano denso físico cósmico son objetivos y de precipitación, porque la materia del espacio responde o es atraída por la potencia de las cuatro vibraciones etéricas superiores. Éstas, a su vez, son im­pulsadas a la actividad por el impacto dinámico del pensamien­to divino. Hay procedimientos similares en lo que al hombre concierne. Tan pronto como un hombre se convierte en pensador, y puede exponer su pensamiento, desear su manifestación y energetizar "por el reconocimiento" de los cuatro éteres, es inevitable una densa manifestación física. Atraerá, mediante su energía pránica, matizada por el deseo superior o inferior y ani­mada por el poder de su pensamiento, la materia de respuesta necesaria para dar forma a su cuerpo. (Tratado sobre Magia Blanca, p. 399)