Agosto 2007

El Logos solar es mucho más que el hombre, pues es la suma de todas las evoluciones dentro del sistema solar, incluyendo la humana, que se encuentra en el punto medio respecto a las de­más evoluciones. Por un lado se alinean las huestes de seres que son más que humanos, quienes en kalpas pasados alcanzaron y traspusieron la etapa en la que se encuentra ahora el hombre; por otro lado se encuentran las huestes de las evoluciones subhumanas, quienes alcanzarán en kalpas futuros la etapa de la humanidad actual. El hombre se encuentra en medio de ambas y en el punto de equilibrio; aquí reside su problema. No participa totalmente del aspecto material de la evolución, ni es la presión total del tercer Logos, el aspecto Brahma de la Deidad, esa expresión de la energía pura o inteligencia que anima ese algo tenue denominado sustancia. El hombre no es totalmente Espíritu, la expresión del primer Lo­gos, el aspecto Mahadeva, una expresión de la voluntad pura o necesario deseo que impele a la manifestación. Constituye el móvil fundamental mismo o la gran voluntad de ser. Es el producto de la unión de ambos y también el lugar de reunión de la materia o sustancia inteligente activa con el Espíritu o voluntad fundamen­tal. Es el hijo nacido en este matrimonio o unificación. Entra a la objetividad a fin de expresar aquello que se halla en los dos opues­tos, más el resultado de la fusión de ambos dentro de sí mismo.(Tratado sobre Fuego Cósmico, p. 216)