Octubre 2007
La humanidad es hoy más que nunca sensible a las ideas, de allí las numerosas ideologías en conflicto y el hecho de que ‑en defensa de sus planes‑ hasta la más recalcitrante de las naciones ha de buscar alguna excusa idealista que presentar a las demás al infringir alguna ley reconocida. Este hecho es de gran significación para la Jerarquía, porque indica el punto alcanzado. Las principales ideas del mundo se agrupan hoy en cinco categorías que sería conveniente tener en cuenta:
1. Las antiguas y heredadas ideas que han controlado la vida racial durante siglos ‑la agresión para obtener posesión, y la prevaleciente autoridad de un hombre, grupo o iglesia, que representan al Estado. Para fines políticos tales poderes pueden actuar entre bastidores, pero sus doctrinas y móviles son fácilmente reconocibles: ambición egoísta y autoridad impuesta por la violencia.
2. Las ideas relativamente nuevas, como el nazismo, el fascismo y el comunismo, aunque no son realmente tan nuevas como la gente cree. Son análogas en un punto importante, por ejemplo el Estado o la comunidad de seres humanos, mientras que el individuo no lo es, el cual puede ser sacrificado en cualquier momento para bien del Estado o el así llamado bien general.
3. La idea, ni vieja ni particularmente nueva, de la democracia, donde (supuestamente, pero todavía no llevada a efecto) gobierna el pueblo, y el gobierno representa la voluntad del pueblo.
4. La idea de un estado mundial dividido en varias grandes secciones. Este es el sueño de los pocos que poseen mente incluyente, para lo cual muchos consideran que la humanidad todavía no está preparada. Hacia ello el mundo entero se encamina a pesar de sus numerosas ideologías, cada una en lucha con la otra por la supremacía, olvidando el importante hecho de que todas las ideologías pueden adaptarse temporariamente a los grupos o naciones que las adoptan. Ninguna es adecuada para una aplicación general (me refiero tanto a la democracia como a cualquier otra ideología); son apropiadas probablemente para las naciones que las aceptan, y moldean su vida nacional de acuerdo a esas premisas; constituyen sólo los sustitutos transitorios en este período de transición entre la era de Piscis y la de Acuario y no pueden durar permanentemente. Hasta ahora nada es permanente. Cuando se logre la permanencia, la evolución cesará y el plan de Dios será consumado. ¿Y entonces? La más grande revelación vendrá al finalizar este período mundial, cuando la mente humana, la intuición y la conciencia del alma, sean tales, que posibiliten la comprensión.
5. La idea de una Jerarquía espiritual que gobernará a los pueblos del mundo e incorporará en sí los mejores elementos de los regímenes monárquico, democrático, totalitario y comunista. La mayoría de estos grupos ideológicos tienen latente mucha belleza, fuerza y sabiduría, y pueden además hacer una profunda y valiosa contribución al todo. Cada uno eventualmente verá incorporar su contribución, bajo el control de la Jerarquía de los Señores de Compasión y de los Maestros de Sabiduría. La restauración del antiguo control atlante por las fuerzas espirituales queda para el futuro, pero la era acuariana verá la restitución de esta guía interna y espiritual en una vuelta más alta de la espiral. (El Destino de las Naciones, pp. 8-10 - ed. inglesa)