Imaginando el Cristo Acuariano - Junio de 2019


Para muchas personas, la imaginación es irreal, es el reino de la fantasía.  Pero  quienes poseen sabiduría perceptiva saben que la imaginación es la semilla del futuro que la realidad puede materializar. El  poeta y artista, William Blake, sabía esto cuando dijo que “Dios es la imaginación”.  Así pues, usemos sabiamente el don de la imaginación  para sembrar las semillas del desarrollo espiritual futuro de la humanidad.

Primero reconozcamos que nuestro tiempo presente y nuestro futuro inmediato ofrecen la posibilidad del nacimiento del alma, el Cristo interno en los corazones de millones de seres humanos del mundo.  También ofrece el medio ideal de retos y crisis que precipitará este evento trascendental en la vida de la humanidad. Será la versión moderna del episodio eterno descrito en el Bhagavad Gita cuando Krishna anuncia: “Siempre que haya un debilitamiento de la ley  y un crecimiento de la ilegalidad en todas partes, entonces me manifiesto”. La vivificación del Cristo en el corazón humano es ahora  el agente redentor y salvador. Este es el primer aspecto de la manifestación del Cristo Acuariano. No hay ningún “deus ex machina” que aparecerá como un interventor divino para solucionar nuestros errores colectivos. Nosotros, la humanidad dotada de Alma acuariana, lo tenemos que hacer nosotros mismos.   Todos somos Cristos en desarrollo, y ahora estamos llamados a probarlo con imaginación divina, con sabiduría y con amor profundo y práctico.

Una vez que una proporción significativa de la humanidad haya comenzado a manifestar el alma en la vida diaria, entonces quizás podremos reconocer la presencia de aquella gran individualidad que apareció como el Cristo histórico, y quien está ahora inspirando con amor y una nueva buena voluntad práctica a todos los que aman la humanidad. Este será el Cristo ahora condicionado por la era acuariana, y también condicionándola. Aquí tenemos que atrevernos a imaginar lo que esto podría significar. Podemos empezar este ejercicio sabiendo que la característica clave de Acuario es el servicio. Esta es la demostración práctica del cumplimiento del mandato de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Hacemos esto porque una de las percepciones de la realidad, que viene cuando nos damos cuenta de que somos el Alma y no la personalidad, es que nuestro prójimo es nosotros mismos: del Ser Uno que vive en cada uno y en todos. No hay separación. Todo es Uno.

Esto inevitablemente da lugar a una compasión universal. Las personas que entienden esta realidad son las que siempre tienden a extraer lo mejor de aquellos con los que se ponen en contacto. Son los sanadores naturales de las relaciones individuales, nacionales e internacionales, y particularmente en el momento presente, son los regeneradores del mundo natural sanando la percepción del mundo que tiene la humanidad y ayudando a construir relaciones vivificantes con éste, lo que servirá a todas las formas de vida en nuestro planeta durante los próximos milenios.

Por tanto, juntos ayudemos a germinar las semillas de la nueva visión Acuariana. Potenciémosla para que progresivamente crezca, inspire y co-evolucione con la humanidad iluminada, la cual seguramente surgirá con el transcurso del tiempo en los 2000 años del largo curso de la era Acuariana.