La Circulación de la Radiación - Septiembre de 2021


Dar y recibir, también conocido como el divino flujo circulatorio, ocurre en todos los niveles de la existencia, desde el aspecto puramente físico hasta los niveles espirituales más elevados.  Alineados con estos niveles  más elevados, nos preparamos a nosotros mismos para recibir las energías que luego podemos distribuir conscientemente con nuestro servicio de Triángulos.  Este beneficia a todos y ayuda al establecimiento de un equilibrio saludable entre el recibir y dar energías espirituales.

La conciencia en general se comparte también como una realidad social a través de la creación y narración de relatos, tales como los de la religión y la ciencia, que son los más prominentes hoy en día.  De hecho, puesto que la ciencia tiene una gran influencia al decidir el curso de los acontecimientos, las consideraciones  de la comunidad científica tienen un profundo impacto social. Por ejemplo, el concepto de ‘supervivencia del más fuerte’ a veces se ve como una justificación para el saqueo del mundo natural. Cuando va acompañado de actitudes competitivas y agresivas, entonces esto conduce a actividades cada vez más destructivas que amenazan los ecosistemas de todo el mundo. Por otro lado, la simbiosis proporciona un ejemplo positivo de la conectividad interna que sostiene toda creación. En un nivel inmaduro de desarrollo, las especies compiten agresivamente para establecerse a sí mismas, pero esto es temporal porque luego aprenden a formar alianzas  colaborativas. De este modo, ellas se apoyan y cuidan mutuamente para formar ecosistemas complejos y estables.

La Sabiduría Eterna nos dice que hay una continua comunión y cocreación consciente entre todas las formas de vida. Este movimiento de energías espirituales se basa en compartir y transmitir libremente aquello que se recibe, una circulación que beneficia al todo. Nuestro dar se eleva a través del reconocimiento de nuestra esencia espiritual, el potencial para enriquecer a otros y al medio ambiente. El auténtico dar procede del Espíritu, por tanto debemos mantener viva la unión  subjetiva para ser capaces de hacer “regalos espirituales”. San Francisco de Asís dijo, “Porque es dando es como recibimos”, y la enseñanza esotérica añade, “A aquellos que todo lo dan, todo les es dado”.

Alineándonos con nuestros aspectos espirituales más elevados en nuestro servicio de Triángulos, se nos dota con sus energías que luego se distribuyen como luz y buena voluntad, dando una luz que enciende otras luces. Al surgir de una fuente inagotable, esa luz nunca se agota. La luz y el amor del alma se entretejen con la luz y el amor de todos los trabajadores de Triángulos a través de la red y se intensifica en el mundo. Recibir e irradiar luz y buena voluntad a toda la Tierra es un modo maravilloso de servir al plan divino y llena nuestras vidas de alegría.


Que ningún hombre crea que no tiene influencia. Quienquiera que sea, y donde quiera que se sitúe,
el hombre que piensa se convierte en luz y poder.       Henry George